La anticoncepción de
la sociedad neoliberal
5
de julio de 2017
Por Paul Walder (Punto Final)
Este gobierno cumplirá técnicamente su ciclo político y
administrativo en marzo del próximo año, aun cuando lo ha terminado de forma
efectiva desde hace meses en un largo y aburrido rito de desaparición de un
gobierno que perdió no sólo el impulso, sino su sentido al primer año. Con la
desguazada reforma tributaria por sus mismos aliados, a escasos meses de haber
llegado a La Moneda, selló su destino. Un proceso abortado desde sus inicios.
Una carrera no realizada.
Hoy son otras
las corrientes que mueven Este descarrilamiento, este monumental cortocircuito en el cableado del duopolio binominal, cobra evidencia por un lado cuando vemos desplomarse todo el andamiaje y decorado de los últimos treinta años, empujado por permanentes y masivas movilizaciones sociales. En la otra cara, pero también como efecto y continuidad de la corrupción y desastre, emergen nuevas organizaciones y formas de agrupación. Como última pero no final consecuencia, aparecen nuevos sentidos y horizontes.
El orden saliente, o decadente, se ha basado en la destrucción y
la explotación de la riqueza y los trabajadores por ya varias generaciones. En
la superficie, en el marketing y la publicidad política, un
crecimiento del PIB que ha saltado desde los 31 mil millones de dólares de 1990 a los 277 mil millones
de 2014. Bajo la rutilante cifra, una riqueza canalizada en pocas familias y
accionistas sobre el despojo, la devastación y una falsa modernidad basada en
el consumo de masas.
Chile ha sido arrasado sin sentido de futuro o de solidaridad
generacional. Es este el punto tal vez crucial que hizo despertar a los
estudiantes hacia finales de la década pasada. Este diseño de sociedad, basada
en la ambición y la codicia sin límites, en el lucro permanente, en la ilusión
de un presente continuo, logró crear fortunas para el ranking Forbes junto a la siembra del
germen de la destrucción social, de la absoluta desigualdad y la negación del
futuro.
Es de una claridad palmaria esta ruptura en el despojo consciente y sistemático de los recursos naturales, pese a todas las advertencias y evidencias de la catástrofe ambiental y climática. Pero esta concepción (o anticoncepción) de la sociedad tiene el mismo objetivo de una clausura presente, de una mirada acotada y miope, hacia las futuras generaciones. Ya no a los trabajadores y los consumidores expoliados como recursos laborales y generadores de plusvalores (qué mejor ejemplo las AFP y las miserables pensiones), sino también a las futuras generaciones, atadas a la banca y a las herramientas financieras desde la más tierna adolescencia. El futuro es hipotecado para el lucro presente y continuo de corporaciones y especuladores, de una sociedad que no tiene más objetivos u horizontes que agitar la levadura del gran capital.
Hace más de una década los estudiantes se observaron en esta línea de producción continua generadora de rentabilidad corporativa. Es hoy el momento de la transformación de las mismas bases societales.
Publicado en “Punto
Final”, edición Nº 878, 23 de junio 2017.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=228499
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