domingo, 31 de agosto de 2014

Sigamos construyendo el boicot y la condena internacional al estado terrorista de Israel.

Perspectiva histórica de la masacre de Gaza de 2014

Por Ilan Pappé (The Playmouth Institute for Peace Research)
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.
La población de Gaza y de cualquier parte de Palestina se siente decepcionada por la falta de cualquier reacción significativa ante la matanza y destrucción que hasta ahora ha dejado tras de sí el ataque israelí en la Franja. La incapacidad para actuar, o la falta de voluntad de hacerlo, parece ser ante todo una aceptación del relato y los argumentos israelíes para la crisis en Gaza. Israel ha creado un relato muy claro de la actual matanza en Gaza.
Esta es una tragedia causada por un ataque no provocado con misiles de Hamas contra el Estado judío, al que Israel tuvo que reaccionar en legítima defensa. Aunque puede que los medios, el mundo académico y los políticos occidentales dominantes tengan reservas acerca de la proporcionalidad de la fuerza utilizada por Israel, aceptan lo esencial de este argumento. En el mundo de ciberactivismo y de los medios alternativos se rechaza de plano esta versión israelí. En ellos es generalizada la condena de las acciones de Israel como un crimen de guerra.
La principal diferencia entre ambos análisis es el deseo de los activistas de estudiar más profundamente el contexto ideológico e histórico de la acción que Israel está llevando a cabo en Gaza. Se debería reforzar aún más esta tendencia y este artículo es un modesto intento de contribuir a ello.

¿Una matanza ad hoc?
Una evaluación y contextualización histórica tanto del actual ataque israelí a Gaza como de los tres anteriores desde 2006 revela con toda claridad la política genocida israelí en Gaza. Una política progresiva de asesinato generalizado que no es tanto producto de un propósito cruel puesto que es el resultado inevitable de la estrategia global de Israel respecto a Palestina en general y respecto a las áreas que ocupó en 1967, en particular.
Este es el contexto en el que habría que insistir ya que la maquinaria de propaganda israelí trata una y otra vez de mostrar sus políticas como unas políticas fuera de contexto y convierte el pretexto que encuentra para cada nueva oleada de destrucción en la justificación principal para una matanza indiscriminada en los campos de la muerte de Palestina.

La estrategia israelí de calificar sus políticas brutales de respuesta ad hoc a tal o cual acción palestina es tan vieja como la propia presencia sionista en Palestina. Se utilizó repetidamente como justificación para implementar la visión sionista de una futura Palestina que contuviera muy pocos palestinos originarios, si no ninguno. Los medios para lograr este objetivo cambiaron con los años, pero la fórmula ha seguido siendo la misma: sea cual sea la visión sionista de un Estado judío, solo se puede materializar sin una cantidad significativa de palestinos en él. Y actualmente la visión es la de un Israel que se extiende sobre la mayor parte de la Palestina histórica en la que todavía viven millones de palestinos y palestinas.

Esta visión se tropezó con problemas cuando la codicia territorial llevó a Israel a tratar de mantener Cisjordania y Gaza bajo su control y dominio desde junio de 1967. Israel buscó una manera de mantener los territorios que había ocupado aquel año sin que la población que había en ellos se incorporara como ciudadanos de pleno derecho. Al mismo tiempo participó en una farsa de “proceso de paz” para encubrir sus políticas unilaterales de colonización sobre el terreno o ganar tiempo para ellas.

A lo largo de décadas Israel diferenció entre las zonas que quería controlar directamente y aquellas que administraría indirectamente con el objetivo a largo plazo de reducir la población palestina al mínimo mediante, entre otras cosas, la limpieza étnica y el estrangulamiento tanto económico como geográfico. Así, Cisjordania se dividió en una zona “judía” y una zona “palestina”, una realidad con la que la mayoría de los israelíes pueden vivir siempre y cuando los bantustanes palestinos estén contentos de estar encarcelados en estas prisiones descomunales. La ubicación geopolítica de Cisjordania da la impresión, al menos en Israel, de que es posible lograrlo sin anticipar un tercer levantamiento o demasiada condena internacional.
Debido a su ubicación geopolítica única, la Franja de Gaza no se prestaba tan fácilmente a una estrategia de este tipo. Desde 1994, y más aún desde que Ariel Sharon llegó al poder como primer ministro a principios de la década de 2000, la estrategia en la Franja fue convertirla en un gueto y esperar de alguna manera que sus habitantes (1.800.000 personas a día de hoy) cayeran en el olvido eterno.
Pero el gueto resultó ser rebelde y no querer vivir en unas condiciones de estrangulamiento, aislamiento, hambruna y colapso económico. No se podía anexionar a Egipto, ni en 1948 ni en 2014. En 1948 Israel empujó a la zona de Gaza (antes de que se convirtiera en una franja) a cientos de miles de refugiados a los que había expulsado del Naqab al norte y de la costa al sur, y que esperaba que se fueran aún más lejos de Palestina.
Durante un tiempo después de 1967 Israel quiso mantenerlo como un distrito que le proporcionaba mano de obra no cualificada pero sin derechos humanos ni civiles. Cuando el pueblo ocupado resistió la continua opresión en dos intifadas, Cisjordania fue diseccionada en pequeños bantustanes rodeados de colonias judías, pero esto no funcionó en la demasiado pequeña y densamente poblada Gaza. Por así decirlo, los israelíes fueron incapaces de “cisjordanizar” la Franja, así que la acordonaron como un gueto y cuando resistió se permitió al ejército utilizar sus armas más formidables y letales para aplastarla. El resultado inevitable de una reacción acumulativa de este tipo fue genocida.

Un genocidio progresivo
El asesinato de tres adolescentes israelíes, dos de ellos menores, que habían sido secuestrados en junio en la ocupada Cisjordania (lo que fundamentalmente fue una represalia por los asesinatos de niños palestinos en mayo) proporcionó el pretexto para, sobre todo, romper la delicada unidad que Hamás y Fatah habían logrado aquel mes, una unidad que siguió a la decisión de la Autoridad Palestina de abandonar el “proceso de paz” y pedir a las organizaciones internacionales que juzgaran a Israel según criterios de los derechos humanos y civiles. Para Israel ambas cosas eran alarmantes.
Este pretexto determinó el momento elegido, pero la brutalidad del ataque fue resultado de la incapacidad de Israel de formular una política clara respecto a la Franja que creó en 1948. La única característica clara de esta política es la profunda convicción de que eliminar a Hamás de la Franja de Gaza afincaría ahí el gueto.

Desde 1994, antes incluso de que Hamás llegara al poder en Gaza, la muy particular ubicación geopolítica de la Franja dejó claro que cualquier acción de castigo colectivo, como la que se está infligiendo ahora, no podría ser sino una operación de asesinatos y destrucción generalizados. En otras palabras, un genocidio progresivo.

El hecho de reconocerlo nunca inhibió a los generales que dieron las órdenes de bombardear a las personas por tierra, mar y aire. Reducir la cantidad de palestinos y palestinas en toda la Palestina histórica sigue siendo una visión sionista, un ideal que exige la deshumanización de los y las palestinas. Esta visión y actitud adquieren en Gaza su forma más inhumana.

Al igual que en el pasado, el momento particular de emprender esta oleada de ataques está determinado por otras consideraciones. El descontento social interno de 2011 continúa en ebullición y por un tiempo hubo una demanda pública de recortar los gastos militares y destinar el dinero del abultado presupuesto de “defensa” a servicios sociales. El ejército calificó esta posibilidad de suicida. No hay nada como una operación militar para sofocar cualquier voz que pida al gobierno que reduzca sus gastos militares.
También en este ataque reaparecieron distintivos típicos de etapas previas de este genocidio progresivo. Al igual que en la primera operación contra Gaza en 2006, “Primeras Lluvias”, y en las que siguieron en 2009, “Plomo Fundido”, y 2012, “Pilar de Humo”, volvemos a asistir a un consensuado apoyo judío israelí a la masacre de civiles en Gaza sin que haya ninguna voz disidente significativa. Como siempre, el mundo académico se convierte en parte de esta maquinaria. Varias universidades ofrecieron al Estado sus organismos de estudiantes para ayudar y luchar por el relato israelí en el ciberespacio y los medios alternativos.
Los medios de comunicación israelíes también acataron lealmente la línea del gobierno al no mostrar imágenes de la catástrofe humana provocada por Israel e informar a su público de que esta vez “el mundo nos entiende y nos respalda”. Esta afirmación es hasta cierto punto válida puesto que las elites políticas en Occidente siguen otorgando la vieja inmunidad al Estado judío. La reciente petición por parte de gobiernos occidentales al fiscal de la Corte Internacional de Justicia de La Haya de no investigar los crímenes de Israel en Gaza es un ejemplo de ello. Gran parte de los medios de comunicación occidentales siguieron su ejemplo y justificaron generosamente las acciones de Israel.
Esta cobertura distorsionada también está alimentada por el sentimiento reinante entre los periodistas occidentales de que lo que ocurre en Gaza palidece en comparación con las atrocidades que están ocurriendo en Iraq y Siria. Este tipo de comparación se suelen hacer sin una mayor perspectiva histórica. Una visión más amplia de la historia de Palestina sería una manera mucho más apropiada de evaluar su sufrimiento en relación con las matanzas en cualquier otro lugar.

Conclusión: hacer frente al doble rasero
Pero no solo se necesita una visión histórica para entender mejor la masacre de Gaza, también se requiere un enfoque dialéctico que identifique la relación entre la inmunidad israelí y los atroces acontecimientos ocurridos en cualquier parte. La deshumanización en Iraq y Siria es generalizada y espeluznante, como lo es en Gaza. Pero hay una diferencia fundamental entre los casos de Iraq y Siria, y la brutalidad israelí: los primeros se condenan en el mundo entero por ser bestiales e inhumanos, mientras que el presidente de Estados Unidos, los dirigentes de la Unión Europea y otros amigos de Israel en el mundo siguen permitiendo y aprobando públicamente los cometidos por Israel.

La única posibilidad de luchar con éxito contra el sionismo en Palestina es hacerlo basándose en un programa de derechos humanos y civiles que no haga diferencias entre una violación y otra, y que, sin embargo, identifique claramente a la víctima y los victimarios. Tanto aquellas personas que cometen atrocidades en el mundo árabe contra minorías oprimidas y comunidades indefensas como los y las israelíes que cometen estos crímenes contra el pueblo palestino deben ser juzgadas todas ellas según los mismos principios morales y éticos. Todas estas personas son criminales de guerra, aunque en el caso de Palestina llevan más tiempo siéndolo que cualquier otra persona. En realidad no es relevante cuál es la identidad religiosa de quienes cometen las atrocidades o en nombre de qué religión pretenden hablar. Ya se llamen a sí mismas yihadistas, judaistas o sionistas, deben ser tratadas de la misma manera.

Un mundo que dejara de utilizar un doble rasero al tratar con Israel sería mucho más eficaz en su respuesta a los crímenes en cualquier parte del mundo. Acabar con el genocidio progresivo en Gaza y restituir los derechos humanos y civiles básicos a los y las palestinas estén donde estén, incluido el derecho al retorno, es la única manera de abrir nuevas perspectivas de una intervención internacional productiva en Oriente Próximo en su conjunto.
 
Ilan Pappé es un historiador israelí que trabaja en la Universidad de Exeter, Reino Unido. Entre otros libros, es autor de La limpieza étnica de Palestina, (Barcelona, Crítica, 2008, traducido por Luis Noriega) y The Idea of Israel (2014).


Fuente original: http://www.pipr.co.uk/all/the-historical-perspective-of-the-2014-gaza-massacre/ Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=189006

Pongamos en debate la barbarie capitalista, que no sólo tiene metodología bélica, para ir articulando las resistencias.

Los cañones de agosto


Por Amy Goodman/Denis Moynihan (Democracy Now!)
En su épico libro ganador del Premio Pulitzer “Los Cañones de Agosto”, la historiadora Barbara Tuchman relata cómo comenzó la Primera Guerra Mundial en 1914 y cómo la beligerancia, la vanidad y las políticas mediocres de líderes poderosos llevaron a millones de personas a una muerte sangrienta durante ese conflicto de cuatro años. Antes de que la gente se diera cuenta de que las guerras debían numerarse, a la Primera Guerra Mundial se la llamaba “La Gran Guerra” o “La Guerra que Pondrá Fin a Todas las Guerras”, lo cual no sucedió. Se trató de la primera guerra moderna, con matanzas masivas y tropas mecanizadas en tierra, mar y aire. Podemos mirar esa guerra en retrospectiva, hoy, a 100 años de su comienzo, como a través de un espejo distante. El reflejo de la situación en la que nos encontramos hoy luce desalentador visto desde el país más bélico de la historia de la humanidad, Estados Unidos.

Durante los primeros años del siglo XX, los líderes de los países de Europa tejieron una red de alianzas mediante tratados por los que cada país se obligaba a actuar militarmente en defensa de otro en caso de guerra. Cuando el hijo del emperador austríaco, el Archiduque Francisco Fernando, se encontraba de visita en Sarajevo el 28 de junio de 1914, Gavrilo Princip, un nacionalista serbio de diecinueve años de edad, lo asesinó. Como relata Barbara Tuchman en su libro publicado en 1962, el Imperio austrohúngaro atacó a Serbia, lo cual desató una reacción en cadena, que implicó el involucramiento de Rusia, Francia, Bélgica y Gran Bretaña en la guerra contra el Imperio austrohúngaro, Alemania y el Imperio otomano.

Tras fracasar los planes de guerra de las distintas potencias, se inició un período de despiadada guerra de trincheras durante el cual millones de personas perdieron sus vidas bajo el incesante fuego de morteros, ametralladoras, gas mostaza y modernos aviones equipados con ametralladoras y bombas. Se estima que a lo largo de la guerra habrían muerto unos 9.700.000 soldados y 6.800.000 civiles.


¿Qué hemos aprendido del desastre de la Primera Guerra Mundial... si es que hemos aprendido algo? Pensemos en Gaza o en Ferguson, Missouri. Después de los casi 50 días de bombardeos sobre Gaza, por parte de un ejército israelí equipado con las armas más sofisticadas y mortíferas financiadas por Estados Unidos, las autoridades sanitarias de Gaza ubican la cifra de palestinos fallecidos en 2.139, de los cuales más de 490 son niños. Israel reportó 64 soldados fallecidos a consecuencia de su invasión terrestre en Gaza, así como la muerte de seis civiles. La angosta Franja de Gaza es uno de los lugares más densamente poblados de la Tierra y se encuentra sometida a un implacable sitio impuesto por Israel. Actualmente es una pila de escombros en la que las personas hurgan en busca de los cuerpos de sus seres queridos.

En Estados Unidos, la violencia de la policía en Ferguson, Missouri, suscitó manifestaciones y un debate a nivel nacional luego de que el agente Darren Wilson disparara y causara la muerte al adolescente afroestadounidense desarmado Michael Brown, pocos días antes de que éste ingresara a la universidad. El pequeño barrio de Ferguson, en St. Louis, cuenta con una fuerza policial altamente militarizada, con chalecos antibalas, vehículos blindados y armas automáticas. No es una casualidad que las imágenes de Ferguson sean similares a las de las calles de Bagdad o Kabul. El ejército estadounidense tiene un programa por el cual distribuye el excedente de material bélico entre fuerzas policiales municipales. Resulta menos oneroso para un Pentágono justo de presupuesto deshacerse de la artillería pesada que ya no desea y pasársela a la policía local en lugar de mantener un monumental arsenal de material en desuso. Pero, ¿para qué necesita armas de guerra nuestra policía?

Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés), Estados Unidos gastó en armamento militar 640 mil millones de dólares en 2013, poco más de un tercio del total mundial, que asciende a 1,7 millones de millones de dólares. El aumento del gasto en armamento por parte de otros países, principalmente China y Rusia, indica que no están conformes con el hecho de que Estados Unidos sea la única superpotencia mundial.

¿A dónde nos llevan esos millones y millones de dólares invertidos en armas? En pocas palabras: a la guerra. Gaza es solamente uno de los tantos ejemplos. La guerra civil en Siria atraviesa su tercer año y lleva ya más de 200.000 personas fallecidas. El grupo de combatientes islámicos conocido como ISIS ha tomado el control de extensas zonas de Siria e Irak. Su éxito cruel constituye otro ejemplo de lo que salió mal tras la desastrosa invasión y ocupación de Irak por parte de Estados Unidos y se ha visto enardecido además por la ira generada ante la devastación que Israel deja a su paso en Gaza. La Libia “liberada” por los ataques aéreos de la OTAN se encuentra en un estado de violenta anarquía. Siguen estallando conflictos, de los que prácticamente no se informa, en Sudán del Sur y en los lugares en los que, tal como informa Jeremy Scahill en su libro “Dirty Wars”, Estados Unidos sigue librando aún sus “guerras sucias”, por ejemplo Yemen, Somalia y Afganistán. La violencia se ha incrementado también en Ucrania, donde, según Naciones Unidas, han fallecido 1.200 personas a causa del conflicto armado, tomando en cuenta tan sólo el mes pasado.

Los millones de personas que murieron en vano durante la Primera Guerra Mundial han sido mayormente olvidadas un siglo después. Próximo a cumplirse el 50 aniversario de aquella guerra, Barbara Tuchman finalizó “Los Cañones de Agosto” con estas palabras: “Los países se vieron acorralados en una trampa... una trampa de la que no hubo y no ha habido salida". Sin embargo, existe una fuerza más poderosa que la de los gobiernos de todos esos países: el poder de la gente que en todas partes dice “no”. La guerra no es la respuesta a los conflictos en el siglo XXI.
© 2014 Amy Goodman

Traducción al español del texto en inglés: Fernanda Gerpe. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español,spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra
el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Fuente original: http://www.democracynow.org/es/blog/2014/8/29/los_canones_de_agosto Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=189046

“Nos volvieron a dar la espalda y volvemos a la calle. No tenemos a dónde ir”. “Nos destruyeron el hogar que nosotros construimos, nos sacaron como perros”.

Inseguridad es no tener techo
31 de agosto de 2014


“Entraron a los golpes y a la patadas, no nos dieron tiempo de sacar nada, nos sacaron como perros”. Así fue el desalojo el sábado pasado en el Barrio Papa Francisco de Villa Lugano llevado de manera conjunta por fuerzas de Gendarmería y la Policía Metropolitana. Los medios no pudieron ingresar para mostrar el accionar policial, pero a metros de allí el secretario de Seguridad, Sergio Berni se floreaba: “este asentamiento se cobró la vida de tres personas".Estigmatización y criminalización fue la manera de mostrar los hechos en los medios masivos. La voz de la gente estuvo en los medios alternativos. 

Por Red Eco Alternativo.
 (Juan Manuel Boccacci – Red Eco) Ciudad de Buenos Aires - Tradicionalmente los medios masivos ubican la temática de la seguridad relacionada a hechos delictivos. Asesinatos, robos, homicidios, secuestros llenan horas de pantallas y páginas de diarios dando cuenta de una situación llevada hasta lo insostenible. Sin dudas todo esto es parte de la realidad, pero no es la única realidad. Analizando esas coberturas podemos observar que crean la imagen de un ciudadano tipo (el consumidor de sus noticias), más bien perteneciente a la clase media que a las populares. Será que caminar las calles de una villa no garpa, o que esa gente (los sectores populares) no le sienta bien a las pautas publicitarias con las que los medios masivos hacen negocios.

“Otra vez nos volvieron a dar la espalda y volvemos a la calle. No tenemos a dónde ir”; “Nos destruyeron el hogar que nosotros construimos, nos sacaron como perros”; “Entraron a los golpes y a las patadas, no nos dieron tiempo de sacar nada”. Estos son algunos de los relatos que pudieron escucharse por FM La Caterva en la mañana del sábado 23 de agosto, horas después del desalojo realizado en el Barrio Papa Francisco de Villa Lugano. Las fuerzas conjuntas de la Policía Metropolitana y Gendarmería fueron las encargadas de llevar a cabo la destrucción del predio tomado en su mayoría por vecinos de la lindante Villa 21. “Nadie vino a avisar. Directamente entraron a golpes a las casas. Directamente nos sacaron y después de un rato nos dejaron entrar de a dos a sacar, pero hay muchas personas que no llegaron a sacar sus cosas”, comentó una vecina. Mientras tanto por los canales de televisión Sergio Berni, secretario de Seguridad de la Nación, se floreaba por “el desarrollo del desalojo en forma pacífica y normal”.

La muerte de Melina López, el martes anterior, en las inmediaciones del barrio abrió la puerta para que llegara la orden de desalojo desde la Justicia. "Este asentamiento se cobró la vida de tres personas", dijo Berni, “sabíamos que había personas muy peligrosas ahí adentro, por eso la responsabilidad de entrar al lugar más conflictivo fue de Gendarmería para neutralizar todo intento de violencia para que la Metropolitana pueda ingresar con normalidad", pudo leerse en Clarín. La estigmatización y criminalización de los habitantes del predio tomado hace seis meses fue la única respuesta que recibieron por parte del Gobierno Nacional y de la Ciudad. De resolver el problema habitacional de la gente, nada.

Según el Centro de Estudio e investigaciones en Ciencias Sociales (CEICS), la crisis habitacional es producto de una compleja suma de causas. Entre ellas el incremento demográfico en las villas. “Sólo en la última década, la población villera creció más del 50% (de 107.422 personas censadas en 2001 a 163.587, en 2010)”, puede leerse en el informe. En el caso particular de la Villa 20, lindera del Barrio Papa Francisco, el incremento es significativo: “en 2001 eran 16.108, mientras que en 2010 sumaron 29.782 personas censadas. Lógicamente, este crecimiento trae como consecuencia el hacinamiento, el déficit habitacional y un empeoramiento en las condiciones de vida”.

Sin embargo, el presupuesto destinado al Instituto de Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires (IVC), que es el encargado de llevar adelante planes para la construcción, no sufrió aumentos acordes a la realidad en las villas. En un artículo de Nicolás Villanova, investigador del CEICS, para el diario “Miradas al Sur”, puede leerse que el gasto real de este organismo pasó de 460 millones de pesos en 2006 a 161 millones en el año 2010. A partir de allí sufriría aumentos que nunca llegarían siquiera a los niveles de 2008. Ya para el año 2013 el dinero destinado fue un 5,4% más bajo que el del año 2013. Dentro de su “política asistencial”, el Gobierno de la Ciudad cuenta con siete paradores que sólo abren a la noche, y seis centros de inclusión primaria propios. Otorga subsidios habitacionales pero, según el CEICS, “los montos son insuficientes y el beneficio tiene una duración máxima de 10 meses”. A esto hay que sumarle el bajo poder adquisitivo de los habitantes del asentamiento, que deben pagar altos alquileres por las habitaciones en los barrios humildes.
Estigmatización y criminalización: todo a pedir de Berni y Montenegro
Tanto en los funcionarios del Gobierno Nacional y de la Ciudad, como en algunos medios masivos, se observó un recorte en la cronología de los hechos. Análisis acotados que no reconstruyen los datos de la marginalidad y la exclusión, para limitarse una vez más, a la estigmatización y criminalización de los sectores populares. El Barrio Papa Francisco se encuentra en terrenos que a partir la ley 1770 del año 2005 debían ser destinados a la urbanización de la Villa 20. Sin embargo esto no se produjo. Hasta el año 2014 allí existió un depósito de autos secuestrados por la Policía Federal. Una vez realizado el parcial desalojo de los automóviles, luego de 9 años de inacción por parte del gobierno, los vecinos avanzaron en la toma del predio.

En su cobertura del hecho, Clarín mencionó que las “tomas fueron promovidas por punteros políticos”, abonando a la deslegitimación de las demandas de los sectores populares. Informó que “el Ministerio Público Fiscal porteño probó que la toma había sido impulsada por punteros políticos y desde hace meses denuncia que el lugar quedó en manos de bandas de delincuentes que intimidaban a los vecinos”; en otro artículo se refirió a la zona como “un terreno usurpado y de condiciones precarias, en medio de una zona conflictiva por la toma de tierras y los índices de criminalidad”. También aparecieron notas dónde se da la voz a los familiares de la Melina López, la chica asesinada durante un robo días antes del desalojo, dónde pese a lo lamentable del hecho las culpas se dirigían hacia los habitantes de las Villas. “Desalojan el predio tomado de Lugano, tras el asesinato de Melina López”, tituló Clarín un artículo en la versión web de diario. Así se fue creando la estigmatización que pareció servida en bandeja para el ministro de Seguridad y Justicia de la Ciudad, Guillermo Montenegro y el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, que no dudó en reforzar la idea durante el desalojo, como lo venía haciendo en días anteriores.

Por su parte, Página 12 dentro de una cobertura crítica (y exclusiva) al gobierno de Mauricio Macri, dio la voz a varios miembros del Gobierno Nacional que parecieron olvidar la intervención de la Secretaría de Seguridad y las fuerzas de Gendarmería. “Desde el arco político siguieron las fuertes críticas al desalojo represivo de la Metropolitana” puede leerse en un artículo. “El secretario de Seguridad, Sergio Berni, acusó al gobierno de Macri de arrojar a la calle a gente que ‘nada tiene que ver con los delincuentes’”, se lee en otro.


Mientras tanto en las calles las familias sin techo armaron precarias carpas en las inmediaciones del predio para continuar con el reclamo por una vivienda digna. Algunos tuvieron que salir en busca de alguna habitación en las inmediaciones, o recurrir a familiares para “caerles” por el tiempo que sea necesario. La precariedad y el hacinamiento seguirá siendo cosa de todos los días, mientras las verdaderas soluciones continúen tardando en llegar.Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article8416

Veamos "Seré millones" que pone a dialogar a dos generaciones sobre la lucha y compromiso político en los 70’.

 VIERNES 29 de agosto de 2014 » Culturas


Con un relato fresco y que evita caer en una mirada solemne de las luchas de los 70´, a medio camino entre el documental clásico y la ficcionalización, "Seré millones" de Omar Neri, Fernando Krichmar y Mónica Simoncini pone a dialogar a dos generaciones sobre la militancia y el compromiso político en aquellos años a partir de la historia del espectacular asalto en enero de 1972 del Banco Nacional de Desarrollo por militantes del ERP. 

Por ANRed / Imágenes: prensa "Seré millones".
La historia que cuenta "Seré millones" es la de dos ex empleados del Banco Nacional de Desarrollo (BANADE) que junto a otros militantes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) organizan y realizan un espectacular asalto del banco en enero de 1972, en plena dictadura de Alejandro Lanusse, a pocos metros de la Casa de Gobierno, y que sería el más grande de la historia argentina (se calcula en unos 10 millones de dólares actuales), sin apropiarse de nada para su uso personal, sino como una expropiación para el pueblo que se destinaría a financiar las actividades de la organización y de otras organizaciones políticas revolucionarias de Latinoamérica.

Lo novedoso de "Seré millones" es su relato: escapando de la característica propuesta documental clásica o de la absoluta tentación de ficcionalizar los hechos (una verdadera historia cinematográfica), elige quedarse a medio camino y toma un distanciamiento de sus personajes, poniendo a dialogar a dos generaciones sobre la lucha y compromiso político en los 70’.
En este sentido, la película establece un constante feedback entre los protagonistas de los hechos (Oscar Serrano y Ángel Abus, militantes y empleados del banco) y los actores convocados para hacer de ellos y ficcionalizar sus papeles, quienes van recreando en conjunto (40 años después) cómo fue la planificación y ejecución del asalto al BANADE, además de las motivaciones y principios que guiaron aquella operación, al calor de la Revolución Cubana y las luchas revolucionarias de Latinoamérica.

De esta manera, la película también bucea en el impacto que genera en los actores la experiencia de encarnar los papeles de estos dos militantes y cómo transformó su visión acerca de la militancia y el compromiso en aquellos años.

El resultado de todo esto es una película coral que, con una importante carga de humor e informalidad - y sin perder la rigurosidad histórica - logra bajar del bronce a las figuras de aquella época para pensarlas como seres humanos comunes y corrientes que logran asomarse a la épica a partir de grandes gestas guiadas por sólidos principios de cambio social.

"No fue un robo, fue una expropiación, 

una cosa hecha para el bien de todos"

Luego de la función para la prensa ANRed entrevistó a Fernando Krichmar Mónica Simoncini, dos de los realizadores de la película, y a "Beba", compañera del ya fallecido Ángel Abus, el turco, y a su vez protagonista del documental que se estrenará para el público en general el próximo jueves 4 de septiembre. Porqué eligieron esa forma de narrar los hechos, los ideales de los 70´, el rol político de las finanzas en las organizaciones revolucionarias, el diálogo entre generaciones y las posibilidades del cine documental en Argentina, fueron algunos de los temas abordados.
- ANRed: ¿Por qué eligieron ésta forma de contar esta historia?
- Mónica Simoncini: Nosotros ya habíamos realizado "Gaviotas Blindadas" , que es la historia del ERP y el PRT, y teníamos ganas de hacer una producción que pudiera contar una acción del partido, contarla de la forma más amena, y que pudiera llegar a la mayor cantidad de público posible. Para eso nos presentamos en el Instituto del Cine por la Vía Digital para poder mejorar la calidad y que nos permitiera hacer otra cosa.
Entonces, tomamos la idea de hacer un encuentro de generaciones. Que las dos generaciones pudieran construir el relato en el transcurso de la película. Por eso creamos el dispositivo del casting y que pudiera verse cómo los más jóvenes tuvieran una visión más amplia de aquella época. Por qué se podía planificar una acción en ese sentido, que no todo el mundo hacía las cosas por plata, también había ideales. Aparte, ya conocíamos al Turco de la filmación de Gaviotas Blindadas.
Es interesante que es una juventud que no tuvo posibilidades de pensarse de otra manera como ellos a esa edad. Desde pensar un mundo diferente posible, que la película al final lo plantea, cuando dicen: "pensábamos que en unos años podíamos vivir en un mundo distinto. Y en realidad, este encuentro de generaciones, es con una que fue todo lo contrario: que tuvo que crecer en el neoliberalismo, en una experiencia totalmente diferente.
- ANRed: ¿Cómo superaron la tentación de solamente ficcionalizar la historia, ya que se presta mucho para eso?
- M.S.: En realidad, falta mucha plata para hacer una ficción. No hubiera alcanzado con lo que es la vía digital que financia documentales. Y para filmar algo así tendríamos que contratar actores, y entrar en todo un sistema en el que tampoco nosotros estamos inmersos. Imaginate que reconstruir la época por supuesto que nos hubiera encantado - de hecho el guión original era de ficción - pero nosotros, primero que hacemos documentales - a pesar de que no le tenemos miedo a hacer una ficción - y no tenemos los medios necesarios para realizarlo. Pero en segundo lugar, nosotros pensamos en un camino intermedio sobre todo por el tema, porque pensamos que tampoco la industria de la ficción financiaría un tema así. Es muy importante para nosotros hacer un estreno comercial para que llegue a todo el mundo, no solamente a los más militantes.
- Beba, ¿Cuál fue tu experiencia al verte en la pantalla como protagonista y ver que una actriz hacía tu papel a su vez?
- Beba: Me dejó una sensación muy emotiva porque muestra parte de mi vida y los actores, que la han tratado de hacer lo más parecido a nosotros, y porque nos reinvindica a nosotros sobre todo. Porque no fue un robo, como todos pensaban, sino que fue una expropiación, una cosa hecha para el bien de todos, no para nosotros mismos. Muy emocionada, porque eran jóvenes encarnándonos a nosotros mismos en nuestra juventud.
- ANRed: La película también toca de costado el tema de la importancia de las finanzas en las organizaciones, que muchas veces queda como relegado por los objetivos de máxima...
- Beba: El objetivo era también ese, lógicamente: financiar todas las acciones que se siguieron haciendo y para ayudar a todas las organizaciones y grupos que estaban en el mismo camino que nosotros.
- ¿Cuánto tiempo les llevó hacer la película?
- Fernando Krichmar: Nos llevó seis meses escribir el proyecto. El rodaje fueron sólo tres semanas. Una de las restricciones por las cuales te decía mi compañera que la plata es poca. Podríamos haber trabajado más con los actores. Por eso optamos con una puesta de escena relativamente despojada, trabajamos más con un distanciamiento brechtiano. Y después hubo como un año de edición, porque en el documental el verdadero guión es en el montaje, a posteriori de la filmación. Lo que sí, desde el principio estaba pensado filmar dentro del banco, el casting, que los actores se vayan enterando de a poco sobre qué iba el proyecto, y demás.

Pedimos que los que puedan colaboren en la difusión. Estas películas son difíciles de difundir. Así como "Relatos Salvajes" salió en 288 salas nosotros salimos en dos. Se podrán dar una idea de porqué suceden estas cosas. Este tipo de historias necesitan un apoyo muy activo, que los suban a su Facebook, que inviten a los amigos, que traten de vienir con gente joven y grande de la familia, que seguramente van a encontrar aspectos de la historia que les tocan.
- ANRed: ¿Cómo influye Documentalistas Argentinos (DOCA) en la experiencia de realización de la película?
- F.K.: DOCA fue prácticamente la que posibilitó de hecho la realización de esta película en el sentido de que, como ustedes habrán visto, todos nuestros anteriores documentales fueron hechos a pulmón. Gracias a la lucha de DOCA en la calle hemos logrado estos pequeños subsidios para realizar documentales con un jurado limpio, democrático, por lo cual peleamos. Actualmente DOCA tiene un jurado dentro del INCAA y permite que haya una mejor redistribución de los recursos para hacer documentales. Ahora estamos peleando también para que esto se extienda a la distribución, discutiendo en un tira y afloje con las autoridades del INCAA.
- ¿Cómo está conformado DOCA hoy?
- F.K.: Yo ahora soy el presidente, pero DOCA es, en ese sentido, asamblearia. Hemos tenido ya seis presidentes distintos y sigue funcionando con mucha democracia interna y mucha movilización. Hoy abarca a más de 150 compañeros. Acaba de hacer un encuentro regional en Tucumán con gente de 12 provincias, donde de ahí salió una propuesta de federalización y democratización de esta vía de financiamiento al cine documental. (...)

FECHA DE ESTRENO: JUEVES 4 DE SEPTIEMBRE DE 2014
Jueves 4 de Septiembre de 2014, 19,30hs.
Espacio INCAA KM.0 Cine Gaumont

Av.Rivadavia 1635, CABA – Sala 1 Leer

sábado, 30 de agosto de 2014

"Hemos querido orientar los objetivos de este encuentro a evidenciar no sólo experiencias comunitarias o los efectos del modelo, esta vez necesitamos además, problematizar sobre los factores y actores que lo sostienen".

COMUNICADO PÚBLICO
 
II ENCUENTRO DE CONFLICTOS SOCIO-AMBIENTALES 
DEL NORTE GRANDE
 
“CONSTRUYENDO FUERZA COMUNITARIA 
CONTRA LA USURPACIÓN EXTRACTIVISTA”
 29, 30 y 31 de Agosto  2014, Iquique
 
La Coordinadora de Conflictos Socio-ambientales de Tarapacá, informa a la comunidad en general, sobre la realización de este II Encuentro de Conflictos Socio-ambientales del Norte Grande, esta vez a desarrollarse en la ciudad de Iquique, en virtud de los acuerdos asumidos en marzo de este año, durante la realización del I Encuentro organizado en la ciudad de Tocopilla.
 
Hemos de destacar, las causas que motivaron la realización del primer encuentro, las cuales se refieren a los impactos que el modelo extractivista de desarrollo está provocando en nuestras comunidades, al perjudicar agresivamente nuestra calidad de vida, contaminar nuestros territorios, afectar nuestra salud, cambiar nuestras dinámicas comunitarias y empobreciendo cada vez más a nuestras familias. Desde las acciones de poblaciones conscientes - en quienes recaen sólo los efectos del desarrollo y no así las ganancias económicas que éste genera- nace la necesidad de crear redes de apoyo con el objetivo de generar una fuerza común, que permita visibilizar y hacer frente a nuestras problemáticas.
El modelo extractivista que opera en nuestro país, avalado por la lógica de desarrollo que promueven los gobiernos neoliberal-capitalista que se encuentran dirigiendo las acciones del estado de Chile, han mantenido su poder por casi 25 años, cimentando la obra constitucional que nos despojó de nuestros territorios y sus elementos, de nuestras garantías y nuestros derechos. El discurso del regreso a la democracia, que no fue más que la instauración de la cultura de la democracia del libre mercado, que obstruyó nuestros pensamientos, silenció nuestras opiniones, apago nuestras conciencias y cambió nuestras relaciones e ideas. Por esta razón, es preciso despertar del sueño del país en vías de desarrollo y mirar lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, debemos cuestionar los discursos de progreso, que en la práctica evidencian retrocesos a nuestra calidad de vida, que nos alejan de lo humano, nos arrojan al consumo y ponen en riesgo la continuidad de la vida en la tierra.
 En esta oportunidad hemos querido orientar los objetivos de este encuentro a evidenciar no sólo experiencias comunitarias o los efectos del modelo, esta vez necesitamos además, problematizar sobre los factores y actores que lo sostienen. Por esta razón, conscientes de la función que cumplen los partidos políticos en la reproducción del sistema, la organización de este encuentro declara NO PERTENECER, NI TENER RELACION O VÍNCULO CON NINGÚN PARTIDO POLÍTICO, de esta manera, los recursos y la coordinación de este encuentro se han gestionado de manera autónoma, validando la autogestión como una herramienta política que nos da autonomía en las reflexiones y acción. No recibimos aportes de empresas mineras, partidos políticos o instancias gubernamentales, de modo que el sentido que impregnamos en este comunicado es el que representa la motivación de nuestras acciones.
 
Hacemos un llamado a periodistas, para quienes su quehacer también ha sido cooptado por influencias políticas y el financiamiento de empresas mineras; reportándoles protección y un lavado de imagen frente a la comunidad, a respetar nuestro comunicado único y oficial, de modo que cualquier otro tipo de opinión quedará enmarcada sólo como apreciaciones personales de lo que estamos desarrollando hoy. Así mismo, los personeros públicos a quienes favorece aparecer en este tipo de instancias no tienen ninguna relación con este movimiento, que nace de personas organizadas y autoconvocadas de nuestras comunidades.
 
Que nuestro sentir sea comprendido y respetado, esperamos que estas palabras sean publicadas de manera íntegra en los diferentes medios de comunicación.
 
Coordinadora de conflictos socio-ambientales de Tarapacá.
 
Iquique, 29 de Agosto 2014.
 
-- 
Leyla Noriega Zegarra
Periodista 
Programa Radial AYNI
twitter: @leylanz - @AYNI2013
skype: leylanz
 

 
-- 
UAC Unión de Asambleas Ciudadanas Contra el Saqueo y la Contaminación
www.asambleasciudadanas.org.ar
facebook.com/unionasambleasciudadanas
http://twitter.com/prensauac
 
(pdf cuadernillo uac:) --> 
http://go4.es/0aJa

Nos acusan desde los K, a quienes adherimos al paro nacional, de atacar al gobierno CFK y no al poder económico e imperialista. Analicemos cuál es la verdad.

Un paro que también busca preservar las fuentes de trabajo
30 de agosto de 2014

El pliego de reivindicaciones del paro del 27 y 28 de agosto incluyó la defensa de las fuentes de trabajo, ya que las empresas han implementado planes de reducción de personal a través de despidos y suspensiones colectivas. La punta de lanza fue la industria automotriz, Sin embargo, en los últimos meses ha comenzado a extenderse a actividades que no necesariamente resultan interdependientes. Se trata de un intento de los empleadores para aumentar el disciplinamiento de los trabajadores, a fin de que estos acepten hacerse cargo de los costos de la crisis bajo amenaza de perder los puestos de trabajo. 

Por Observatorio del Derecho Social (ODS)
La huelga general convocada por la CGT y la CTA vuelve a poner en el centro de la escena las principales reivindicaciones del conjunto del movimiento obrero. Entre ellas se encuentran: la persistencia de altos niveles de inflación que erosiona el poder adquisitivo del salario; la precarización laboral que incluye un amplio sector de trabajadores no registrados, tercerizaciones, falsos autónomos, contrataciones temporales y por agencia, etc; la situación de una gran cantidad de trabajadores que poseen ingresos inferiores al salario mínimo, vital y móvil, y la de la mayoría de los jubilados, cuyo haber mínimo se mantiene en niveles extremadamente bajos; la continuidad de un sistema impositivo basado en los impuestos al consumo (IVA), y donde el mal llamado impuesto a las ganancias afecta, proporcionalmente, mucho más a los trabajadores alcanzados que a las empresas.

Esta huelga general es la tercera en menos de dos años que las centrales sindicales llevan adelante en forma conjunta. Sin embargo, a diferencia de las anteriores, en este caso el pliego de reivindicaciones también incluye la defensa de las fuentes de trabajo. En efecto, desde comienzos de año, y con la excusa de una situación de crisis, las empresas han implementado planes de reducción de personal a través de despidos y suspensiones colectivas. Los objetivos de estas medidas han sido variados: por un lado, avanzan en una mayor intensificación del uso de la fuerza de trabajo, obligando a los trabajadores a mantener los niveles de producción a pesar de la reducción de personal; por el otro, intentan revertir conquistas en materia de condiciones laborales y presencia sindical en los lugares de trabajo, bajo amenaza de aumentar la cantidad de despidos y suspensiones. En cualquier caso, se trata de un intento de los empleadores para aumentar el disciplinamiento de los trabajadores, a fin de que estos acepten hacerse cargo de los costos de la crisis bajo amenaza de perder los puestos de trabajo.

La punta de lanza de este proceso fue la industria automotriz, que por su propia forma de organizar la producción puede ajustar rápidamente la dotación de fuerza de trabajo a través de suspensiones y de la no renovación de los contratos temporales. En este sector las suspensiones le permiten a los empleadores conservar la disponibilidad de fuerza de trabajo calificada para volver a ponerla en marcha cuando así lo requieran. Para los trabajadores, en cambio, implica una reducción considerable del salario, y un peligro de desarticular al colectivo obrero mediante su atomización (“cada uno vuelve a su casa”), facilitando de esta manera la introducción de cambios en los procesos de trabajo y generando las condiciones para la “limpieza” de activistas.

La huelga general convocada por la CGT y la CTA vuelve a poner en el centro de la escena las principales reivindicaciones del conjunto del movimiento obrero. Entre ellas se encuentran: la persistencia de altos niveles de inflación que erosiona el poder adquisitivo del salario; la precarización laboral que incluye un amplio sector de trabajadores no registrados, tercerizaciones, falsos autónomos, contrataciones temporales y por agencia, etc; la situación de una gran cantidad de trabajadores que poseen ingresos inferiores al salario mínimo, vital y móvil, y la de la mayoría de los jubilados, cuyo haber mínimo se mantiene en niveles extremadamente bajos; la continuidad de un sistema impositivo basado en losimpuestos al consumo (IVA), y donde el mal llamado impuesto a las gananciasafecta, proporcionalmente, mucho más a los trabajadores alcanzados que a las empresas.

Esta huelga general es la tercera en menos de dos años que las centrales sindicales llevan adelante en forma conjunta. Sin embargo, a diferencia de las anteriores, en este caso el pliego de reivindicaciones también incluye la defensa de las fuentes de trabajo. En efecto, desde comienzos de año, y con la excusa de una situación de crisis, las empresas han implementado planes de reducción de personal a través de despidos y suspensiones colectivas. Los objetivos de estas medidas han sido variados: por un lado, avanzan en una mayor intensificación del uso de la fuerza de trabajo, obligando a los trabajadores a mantener los niveles de producción a pesar de la reducción de personal; por el otro, intentan revertir conquistas en materia de condiciones laborales y presencia sindical en los lugares de trabajo, bajo amenaza de aumentar la cantidad de despidos y suspensiones. En cualquier caso, se trata de un intento de los empleadores para aumentar el disciplinamiento de los trabajadores, a fin de que estos acepten hacerse cargo de los costos de la crisis bajo amenaza de perder los puestos de trabajo.


La punta de lanza de este proceso fue la industria automotriz, que por su propia forma de organizar la producción puede ajustar rápidamente la dotación de fuerza de trabajo a través de suspensiones y de la no renovación de los contratos temporales. En este sector las suspensiones le permiten a los empleadores conservar la disponibilidad de fuerza de trabajo calificada para volver a ponerla en marcha cuando así lo requieran. Para los trabajadores, en cambio, implica una reducción considerable del salario, y un peligro de desarticular al colectivo obrero mediante su atomización (“cada uno vuelve a su casa”), facilitando de esta manera la introducción de cambios en los procesos de trabajo y generando las condiciones para la “limpieza” de activistas.

El ajuste impulsado por las terminales de la industria automotriz se replicó en toda la cadena productiva, afectando también a los trabajadores dependientes de las empresas autopartistas, muchas de ellas también filiales de empresas transnacionales.


El proceso atravesado por los trabajadores de la industria automotriz constituye el ejemplo más acabado de la reacción patronal a través de despidos y suspensiones. Sin embargo, la situación de crisis está lejos de estar circunscripta a este sector. Como puede apreciarse en el siguiente cuadro, se trata de una reacción que en los últimos meses ha comenzado a extenderse transversalmente a actividades que no necesariamente resultan interdependientes.
El ajuste impulsado por las terminales de la industria automotriz se replicó en toda la cadena productiva, afectando también a los trabajadores dependientes de las empresas autopartistas, muchas de ellas también filiales de empresas transnacionales.



Esta breve síntesis permite dar cuenta de una situación de crisis que alcanza no sólo a la industria automotriz, sino que ha comenzado a hacerse extensiva a otros sectores de la producción local. La huelga general, en este contexto, posee una importancia adicional, por cuanto también constituye una reacción defensiva por parte del movimiento obrero para detener y revertir este proceso. Una vez más, aceptar los llamados gubernamentales a ser prudentes ante la actual coyuntura económica equivale a resignarse frente a la avanzada de los empleadores. El inmovilismo, en este contexto, es complicidad.
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article8411