lunes, 31 de agosto de 2020

Destaquemos: "El desencuentro entre las organizaciones sociales y la clase política, es una disputa que marca un punto de inflexión en la historia de la organización política del país y reflota una demanda histórica, la descolonización de la política".

Bolivia más allá de la elección

De nación clandestina a

nación insurgente

31 de agosto de 2020
Por Verónica Zapata (Rebelión)                         
La rebelión de los bloqueos en Bolivia dejó mucha tela para cortar más allá de las próximas elecciones.Primero, por el momento histórico dimensionado en la masividad de los bloqueos (150 bloqueos en 12 días), algo inédito en los últimos 35 años desde la implementación del neoliberalismo en el país.
Superaron a las insurrecciones del 2000 (Guerra del agua) y la del 2003 (Guerra del gas), que provocó la renuncia del ex presidente Sánchez de Lozada y precedió la llegada de Evo Morales.
No puede adjudicarse esta lucha al Movimiento al Socialismo (MAS).por su origen autoconvocante desde las bases (la Central Obrera Boliviana, COB., el Pacto de Unidad y El Mallku), y por la demanda de renuncia de Jeanine Áñez, que lo rebasó.
El desencuentro entre las organizaciones sociales y la clase política, es una disputa que marca un punto de inflexión en la historia de la organización política del país y reflota una demanda histórica, la descolonización de la política.
Hoy Bolivia es un laboratorio de extermino con un golpe de Estado violento, la pandemia instrumentalizada por el gobierno de facto para eliminar al “enemigo interno” ,provocando un genocidio indígena, legitimado en un discurso racista con el fin de instaurar un apartheid indígena como en la época de la república colonial.
Un dato clave es la llegada – por primera vez en 194 años de creación de Bolivia como estado-nación-, de separatistas al gobierno. Tal el caso del croata Branco Marincovich, cuyo proyecto político excede el de un partido neoliberal y tiene en el horizonte la división del Estado, la balcanización del país.
A nivel regional, se sientan las bases de un modelo aplicable en otros países, que se inició y empezó a moldear con el golpe “blando” en Honduras (2009) y que, con un golpe violento en Bolivia (2019), adquiere las características más radicales y fascistas.
Estados Unidos, con el fin de recuperar su hegemonía intenta reconquistar su “patio trasero” (Doctrina Monroe, 1823), recolonizar la región y controlar el 60% del litio del mundo, riqueza natural del país, por lo que perpetra un golpe en el corazón de América Latina contra el reservorio moral y revolucionario, los pueblos originarios.
En el marco de un plan de una invasión yanqui a Venezuela, denunciado el 19 de agosto por Samnuel Moncada, embajador venezolano ante Naciones Unidas, que anticipa ese horizonte para Bolivia, sobretodo luego de medir fuerzas luego de los bloqueos.
528 años de resistencia indígena: reserva moral y revolucionaria
Durante el golpe del 2019 se observó una desorganización e indefensión de las organizaciones sociales, que perdieron la calle ante la violencia de las Furzas Armadas, la policía y los grupos paramilitares. En nueve meses, esa correlación de fuerzas cambió: los movimientos sociales demostraron su sabiduría y su capacidad de reorganización, acorralando a los golpistas.
Se formaron miles de motoqueros indígenas con sus Whipalas, en contraposición a los paramilitares motoqueros que, inferiores en cantidad, sumaron policías a sus filas. Otro ejemplo, la “Juventud Wari”, integrada por jóvenes indígenas de Warizata en honor a la primera escuela ayllu indígena de Bolivia.
En este proceso la recuperación de la memoria histórica de lucha ancestral de Tupak Katari, Bartolina Sisa, y tantos otros, fue determinante.
Recobra valor el discurso indianista, anticolonial y antirracista, cuyo pensamiento ideológico rescata el pueblo boliviano en contraposición al resurgimiento del discurso racista de supremacía blanca. Este punto es clave para fortalecer la identidad, visualizar el camino y el objeto en disputa, el Estado Plurinacional.
Volver a la república por su origen colonial,  implica que las y los indígenas vuelvan a la situación de cuasi esclavitud anterior al 2005 y que las y los bolivianos sean extranjeros en su propia tierra.
Un discurso netamente electoralita del MAS, en afán de convocar el voto de la clase media, no potencia al principal sujeto político de los cambios sociales, los indígenas. El riesgo es descuidar a su base fundacional que resiste el golpe desde el territorio, que protegió con 10 mil hombres el avión en el que partió Morales, y quienes recuperarán la democracia llegado el momento.
Las Fuerzas Armadas y la policía, en progresiva fractura a su interior, ya no son incondicionales a Áñez, aunque sus cúpulas si, a cambio de sobornos y ascensos. No reprimieron en 12 días, pese a las amenazas. Es impredecible saber qué hubiera pasado si no se levantaban los bloqueos, pero lo concreto es que Áñez estaba planificando su huida a Colombia, donde reside su pareja. Y la convocatoria de Fernando Camacho y sus seguidores, para desbloquear, fue un fracaso.
Las negociaciones entre el Tribunal Supremo Electoral (TSE), Áñez y las organizaciones sociales fueron otro fracaso. Nadie asistió a la reunión con Áñez, pues en simultáneo reprimían en Samaipata. Maricruz Bayá, de ADN, asistió y le pidió la renuncia por televisión, .evidenciando un vacío de poder, un estado sin gobierno.  
El 10 de agosto, Morales convocó a una conciliación con la ONU. y la Iglesia católica, con el objetivo de definir la fecha electoral para el 18 de octubre, mientras las organizaciones sociales exigían otra fecha consensuada. El 12 de agosto, se determinó rodear la Casa de gobierno hasta la renuncia de Áñez. Al día siguiente, la Asamblea Legislativa aprobó una ley de “elecciones definitivas, impostergable e inamovible” para el 18 de octubre.
Áñez se adjudica la “pacificación del país”. La COB. y el Pacto de unidad acusaron de “traición” a la Asamblea Legislativa y desconocieron dicha ley por “deliberar a espaldas del pueblo”. A los dos días, se declara cuarto intermedio y se levantan los bloqueos, lo que provocó malestar y pugnas.
Inmediatamente, se desataron amenazas de aprehensión contra los dirigentes y el de Interculturales es detenido. Se crea un clima de “fraude” idéntico al del 2019, tratando de imponer el imaginario de que si gana elecciones el MAS sería por fraude (misma línea que sostiene Trump ante la posibilidad de perder su reelección).
La Iglesia pide evitar elecciones por la pandemia, y lo mismo hacen los líderes “cívicos” (de la ultraderecha) en reunión con el TSE, diplomático golpista en Brasil pone en duda el voto migrante por pandemia (podría extenderse a otros países), un “cabildo cívico virtual” demanda fiscalizar las elecciones y amenazan con desconocer a los vocales del TSE, mientras circula la versión de que éstos podrían renunciar masivamente.
Según una sondeo de CELAG, el candidato masista Luis Arce con 42% supera el 40% de los votos y los 10 puntos de diferencia con el segundo contrincante, Carlos Mesa que tiene 27%, lo que significa que ganaría en primera vuelta.
El partido electoral se juega en una cancha embarrada (golpismo/medios/aparato estatal/etc.) y con un árbitro del  golpismo (TSE). Si Áñez u otro candidato se bajan de sus candidaturas, las distancias se acortan, se iría a segunda vuelta, donde el voto anti-MAS.sería fatal.
Más allá de la realización y/o resultados de la elección, el MAS. se debe una profunda autocritica por los errores previos al golpe y posgolpe, señalan las bases. Se precisa la renovación de burócratas de clase media por cuadros políticos con protagonismo indígena (mayoría en el país) y con legitimidad de las bases, condiciones vitales para anticipar y desarticular cualquier ofensiva imperial.
Si el MAS vira al centro y pasa a ser un partido tradicional, dejando de lado los principios ideológicos originarios, el costo político será alto, el que pagó el Movimiento Nacionalista Reviolucionario (MNR), tras dictar las leyes de reforma agraria y del voto universal en 1952.
Puntos centrales de reflexión pos-bloqueos:
1-Sociedad civil vs sociedad política: La lucha del pueblo por la recuperación de la democracia, rebasó al MAS.en demandas y en número, armándose un bloque popular diverso en la que este es solo una fracción.
2-Democracia representativa liberal vs Democracia participativa: Teniendo en cuenta los desencuentros entre las organizaciones sociales y la clase política,y que “la madurez de las organizaciones sociales se demuestra en la capacidad y autonomía de sus decisiones” (C. Katari, 2019): ¿Son las organizaciones sociales (base) las que deliberan y deciden el plan de lucha y la clase política obedece -según Morales “Gobernar obedeciendo al pueblo”- o éstas se toman de forma vertical, paternalista y unilateral?.
3-Colonización de la política vs descolonización de la política: El 13 de agosto, Segundina Flores máxima dirigente del movimiento Bartolinas Sisa, parte del Pacto de Unidad junto a la COB.sostuvo que “Sectores intelectuales de clase media que han conducido el proceso de cambio, el MAS, siguen conduciéndolo y a nosotros (los indígenas) como fundadores del instrumento político (…) no nos han dejado conducir, siempre están hablando a nombre de nosotros y de nuestra lucha”.
Es innegable que el acceso de los indígenas a la política fue masivo durante el gobierno de Evo Morales, que lideró el mejor periodo de la historia de Bolivia.
Sin embargo, estas palabras obligan a la reflexión de hasta qué punto los indígenas  participaban de las decisiones claves del rumbo del país, sobretodo en el llamado “gobierno de las organizaciones sociales” y en una sociedad pigmentocrática donde el “saber y la capacidad” están puestos históricamente en los llamados “perfiles profesionales”, siempre blancos.
Por otro lado, se interprela a los “intelectuales de clase media y de izquierda, blancos”(aplicable a nivel regional)sin consciencia de su procedencia de clase, formateados en una visión eurocéntrica, aplican conceptos y categorías occidentales de análisis, que no tienen que ver con la realidad y el pensamiento andino, e insuficientes para explicar la compleja realidad boliviana e indígena. No advirtiéndolo, reproducen el sistema colonial y capitalista que sostienen criticar.
Equivale a que analicemos las problemáticas de género de las mujeres con parámetros masculinos. El marxista Antonio. Gramsci critica a este tipo de“intelectual tradicional”, pero los destinatarios de las palabras de la líderesa bartolina parecen no haberlo leído, aunque ello no alcanzaría.
Porque quien prende la luz es el pionero pensamiento indianista, que propone la descolonización del conocimiento y la ciencia, el pensarse “desde nosotros mismos”. Sólo ellos podrán plantear las problemáticas del indígena y por eso la denuncia de que otros se presentan como voceros de los indígenas (y de las y los bolivianos), usándolos como plataforma política y robando su voz para acceder a cargos políticos y otros beneficios.
Verónica Zapata. Periodista y psicóloga boliviana, colaboradora del Centrro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

"Nos hace trampa el machismo, porque si nuestros hijos van a ir en moto a enfrentarlos, los van a masacrar, porque detrás de los paramilitares están los militares y los policías, no están los paramilitares solos, detrás están los tanques. No queremos que nuestros hijos mueran. Es un primer paso pensar la autodefensa para que la autodefensa sea comunitaria, para que la autodefensa sea del territorio, del pueblo, no es una autodefensa que pelea por la silla presidencial".

enred_sinfronteras@riseup.net

Bolivia: Entrevista a Adriana Guzmán, feminista comunitaria y antipatriarcal


15 de agosto de 2020

Bolivia. Adriana Guzmán:
«Nos parece importante la reaparición de Felipe Quispe porque tiene historia, tiene fuerza y es garantía de lucha para nosotras»

Por Carlos Aznárez y María Torrellas
Resumen Latinoamericano
14 de agosto de 2020.

Adriana Guzmán se define como feminista comunitaria y antipatriarcal, es una referencia de esa lucha en Bolivia y también siempre está volcada en la pelea por los derechos ancestrales de su pueblo. Desde los inicios del golpe fascista ha planteado la resistencia y ahora en el marco del levantamiento popular tiene mucho que decir sobre las formas de hacer política desde abajo que se plantea su gente.

-¿Cómo estás viendo este levantamiento generalizado de todo Bolivia contra la dictadura?

-Gracias por el espacio, es importante poder sacar diferentes voces desde Bolivia, por el cerco mediático que estamos teniendo no solo desde el golpe, sino el cerco mediático que está viviendo el mundo por el coronavirus y que se ocupa solo de eso y no de las masacres que están comiendo los gobiernos. Entonces hay dos momentos, el golpe que no ha sido reconocido por muchos, es el golpe al pueblo, que ha terminado en un golpe de estado. Fue necesario el golpe al pueblo para hacer el golpe de estado porque el poder reside en el pueblo, el pueblo ha decidido no ser más sirviente, empleado, peones de los terratenientes y las oligarquías. Es el pueblo el que ha decidido denunciar y resistir a seguir construyendo esas clases oligárquicas, conservadoras, principalmente en el oriente del país, aunque están en todo el país. Por detrás de eso los capitales internacionales, pero son los terratenientes, los mismos que en 2008 querían una limpieza étnica, querían acabar con los indios. Son ellos los que sostienen económicamente este golpe. Durante el golpe fue difícil reaccionar, porque no nos esperábamos un golpe durante 13 años no nos hemos tenido que movilizar o enfrentarnos a los militares. Ha sido difícil reaccionar. Siento que este segundo momento es la reacción de ese anterior momento, un poco tardía, un poco por la ingenuidad, por el miedo que se ha generado desde el gobierno de facto. Pero es la rabia que traemos desde el golpe, son las humillaciones, el racismo impune en todos los espacios, en los medios de comunicación, la persecución a las mujeres de pollera, las quemas de las casas de los compañeros de las organizaciones sociales, de los indígenas, de los movimientos al socialismo, indígenas también. Entonces tenemos una rabia acumulada. Es dignidad, no es rabia por la rabia misma. Es por la dignidad, no pueden matarnos así. No pueden matar así a nuestros hermanos. La humillación ha seguido, y permanece en el gobierno. Y sigue siendo impune con la postergación de las elecciones, como si nosotros no tuviéramos la palabra, como si no importa lo que pedimos. Creo que es una rabia acumulada y creo que estos meses del gobierno de facto han profundizado, no solo la rabia sino una cuestión de supervivencia. Porque si no sacamos al gobierno de facto, nos morimos por el virus o nos morimos de hambre.

–En este levantamiento, se ha notado algunas contradicciones por parte de la dirigencia del MAS. Por un lado, la exigencia de las elecciones para el 6 de septiembre, cuando el gobierno ya había decidido el 18. Por otro lado, ha surgido al calor de la rebelión de las bases la idea de que la consigna fundamental es que se vaya Añez. Ahí está el movimiento de Felipe Quispe y otra gente que, como vos decís, está harta y no es la rabia por la rabia, sino un problema de autodefensa. En ese sentido, vemos que Evo Morales sigue insistiendo en que los bloqueos no cuentan con tanto apoyo, lo ha dicho explícitamente. Por otro lado, insiste en amoldarse a la fecha del 18 de octubre. ¿Cómo ves esta rebelión de las bases por encima de la dirigencia?

-Creo que en Bolivia siempre hemos tenido otras formas de hacer políticas, no solo democráticas, o binarias, el partido y el estado, o la derecha y la izquierda. Cuando el hermano David Choquehuanca dice no somos ni de derecha ni de izquierda, es así. No es que en Bolivia se puedan decidir las cosas así. Por muchas cosas. Porque tenemos una historia distinta, porque tenemos una historia de colonización, porque hay una izquierda que también ha sido colonialista y teñida por los parámetros de Europa. Entones, hay formas distintas de hacer política y se mezclan en estos momentos. No sé si son contradicciones en sí, si son contrarias, pero responden a formas de hacer política en Bolivia. Una de las cosas principales son las organizaciones, las cosas se deciden en Cabildo, se definen en las asambleas, se definen con las autoridades del bloqueo. No deciden los que dialogan en el palacio. Añez ha tenido el agrado, el único, de convocar a los partidos políticos, a las organizaciones sociales, al mismo tiempo. Las organizaciones tienen una posición, era que se respetan las elecciones del 6 de septiembre. Ha sido una movilización decidida en Cabildo, la del 28 de julio, ha convocado la COB a pueblos indígenas, indios, a feministas, hemos estado ahí para definir huelga general indefinida y bloqueos para el respeto de la ley del 6 de septiembre. La respuesta del gobierno fue represión, más racismo y decir que somos ignorantes que bloqueamos, y no dejamos dejar el oxígeno, que no dejamos pasar las ambulancias, y eso es mentira. No hay posibilidad de dialogo ahí. No se le puede creer al fascismo. Eso hace que muchas organizaciones planteamos, la renuncia de Añez, no basta con las elecciones del 6 de septiembre. No hay garantías. Se ha perdido toda institucionalidad. Qué le podemos pedir a Añez si nadie tiene palabra en este gobierno, ni Salvador Romero del Tribunal, ni a ella, ni al ministro de gobierno. No hay institucionalidad que se pueda comprometer. Por otro lado, partidos como el MAS han tratado de ponerle un candado al 18 de octubre porque es cierto que ya se había modificado la fecha y no estaba este candado de que era inamovible, era una posibilidad. Nosotros optamos por seguir a las organizaciones en las calles, son ellos los que están pasando hambre, ahora pasando frio mientras la nevada, son ellos pues los que están enfrentando el tema del hambre, el problema de la salud. Se están muriendo nuestros hermanos y nuestras hermanas. Entonces no sé si se estarán muriendo los familiares del compañero Evo, pero nuestras familias sí, porque ha desaparecido la atención, han desaparecido los medicamentos y los antibióticos básicos. Entiendo a las organizaciones que están pidiendo la renuncia de Añez, nos parece importante la reaparición de Felipe Quispe porque tiene historia, tiene fuerza y es garantía de lucha para nosotras.

-Estamos viendo los videos de las marchas, que van a El Alto. Hemos visto a las mujeres, es impresionante el protagonismo de las hermanas que van a la cabeza. Las hemos visto defender al pueblo. Esa reflexión me interesa. Habías dicho que se la pasa mal, pero quiero que nos cuentes esas luchas de las mujeres.

-Las mujeres siempre estamos. Durante el periodo que terminó en la masacre del 2003, las que hemos sostenido las movilizaciones haciendo la comida, cuidando a los hijos, convocando a la marcha, llegando a la marcha, cuidado que no maten a los hermanos, curando los heridos, enterrando nuestros muertos, somos las mujeres. No hemos estado tan visibles en 2003, porque el machismo era más grande y nosotras también teníamos un lugar en esa conformación machista. 13 años después ya no queremos estar detrás, cocinarles, cuidarles, curarles tenemos que discutir dentro de las asambleas que se hacen en las calles y en los caminos. Eso ha pasado, no son 13 años en vano. Son 13 años de saber que, sin nuestra palabra, se comenten errores. Si no está nuestra palabra ahí, se tranza. se negocia ¿Quiénes estamos sosteniendo la crisis? Somos las mujeres las que salimos a vender, unas pan, otras medias, otras pasteles, otras lavandinas, otras alcohol, otras barbijos, de todas las formas y colores. Somos las mujeres las que tenemos que inventar cómo llevamos comida a nuestras casas. Incluido nuestro compañero que ha quedado desempleado porque era albañil, porque era del transporte. Está pasando por nuestro cuerpo. Es terrible lo que está pasando en Bolivia. No hay de donde sacar plata para compra comida. Con los bloqueos la comida está más cara. Un pollo costaba 30 pesos ahora está 90. Un kilo de carne de 40 pasó a 100. Una libra de cebolla que costaba 6 pesos ahora está 12. Está muy grave. Y frente al virus quienes nos hemos hecho cargo de llevar a nuestros hermanos al hospital, de buscar medicina tradicional. De buscar antibióticos, otra vez las mujeres. Son las mujeres las que están esperando y ponen cuerpo, hacen bloqueo con el cuerpo, porque no pueden enterrar un cuerpo. No hay plata para cremarlos. Es una cuestión política pero también una cuestión de supervivencia.

-Otro tema que se ha puesto en marcha como ocurrió previo al golpe, es la presencia del paramilitarismo, la Unión Juvenil Cruceñista, la resistencia juvenil Kochala, todos estos organismos que maneja la dictadura para tratar de generar guerra civil. A ellos sí les interesa la guerra civil porque saben que rompen la unidad del pueblo de alguna manera, porque trae muerte y trae dolor. ¿Crees que el movimiento popular está preparado, ahora que ha aumentado el nivel de desafío, para enfrentar una represión de todo tipo. La represión legal entre comillas y la ilegal que están poniendo en algunos bloqueos.

-Los partidos, la Central Obrera Boliviana, están negociando una fecha para las elecciones, si es que el gobierno de facto las respeta. Si se resolviera el tema y finalmente se hicieran elecciones y se alcanzara otro gobierno, esto no significa que se va a resolver el tema de los paramilitares, ellos no van a desaparecer con las elecciones. Su trabajo es desestabilizar cualquier gobierno que no sea de derecha que asuma después de las elecciones. Creo que ahí está la organización del pueblo cuando plantea la renuncia de Añez, que se vayan todos los fascistas es un primer paso para enfrentar a todos los grupos paramilitares. Ya hay una autoorganización, está la resistencia juvenil del Chapare, está la resistencia en Guari, los Ponchos Rojos que se habían organizado. Luego mi preocupación como feminista, la autoorganización y la autodefensa comunitaria es totalmente legitima en un contexto como este. Ahí nos hace trampa el machismo, porque si nuestros hijos van a ir en moto a enfrentarlos, los van a masacrar, porque detrás de los paramilitares están los militares y los policías, no están los paramilitares solos, detrás están los tanques. No queremos que nuestros hijos mueran. Es un primer paso pensar la autodefensa para que la autodefensa sea comunitaria, para que la autodefensa sea del territorio, del pueblo, no es una autodefensa que pelea por la silla presidencial. Eso seguramente se defina en las elecciones. Es una pelea por nuestra forma de vida. Queremos vivir tranquilas, sin paramilitares violándote, siguiéndote, masacrándote. Sin que nuestros hijos estén en moto enfrentándose. Para eso solo queda una autodefensa organizada, lejos del machismo, cerca de la memoria de la comunidad.

-Gracias Adriana. Todo el ánimo posible que le podamos mandar para que termine esto con el triunfo popular que es lo que se está buscando y de alguna manera ha sido cortado por el golpe de estado

-Gracias. Aquí vamos a seguir resistiendo hasta que haya triunfo popular.

Transcripción: Julia Mottura

https://www.resumenlatinoamericano.org/2020/08/14/bolivia-adriana-guzman-nos-parece-importante-la-reaparicion-de-felipe-quispe-porque-tiene-historia-tiene-fuerza-y-es-garantia-de-lucha-para-nosotras/


Fuente: https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2020/08/15/bolivia-entrevista-a-adriana-guzman-feminista-comunitaria-y-antipatriarcal/

Nos explica: " el cabildo de El Alto, decidió darle continuidad al Estado de rebelión. Porque el pueblo no capitulará su vocación democrática; cuya fortaleza emerge desde las bases mismas que han interpelado hasta a su propia representación. El mal cálculo de la Asamblea Legislativa, con mayoría del MAS, hizo pecar a la misma COB y al Pacto de Unidad. En las otras regiones los 'auto-convocados' y las organizaciones populares, campesinas e indígenas, han asumido una lucha 'hasta la renuncia del gobierno golpista'. Y esa es la prueba irrefutable que anula, por completo, la difamada calumnia gubernamental, mediática, cívica y patronal de que los movilizados son 'ovejas pagadas y manipuladas por Evo'”.

enred_sinfronteras@riseup.net

Bolivia_Rafael Bautista: «Del estado de excepción al estado de rebelión»

15 de agosto de 2020

Por Rafael Bautista S.

Resumen Latinoamericano, 15 de agosto de 2020

El Estado de excepción no declarado, pero en ejecución fingida, constituye el contexto ineludible que permite –en una reflexión crítica de la coyuntura– poder advertir, la más que improbable realización democrática y limpia de elecciones nacionales. La postergación continua del evento electoral (por cuarta vez), bajo el pretexto de la “pandemia”, demostró ya la falacia grosera de la autodenominada “transición”, que exhibe la dictadura actual como mera cobertura “democrática” de unos propósitos profundamente anti-democráticos.

Su finalidad no fue nunca “recuperar la democracia”, sino destruirla desde sus bases mismas; minando la propia soberanía nacional en acuerdos espurios que comprometen la propia viabilidad estatal y nacional.

Un “gobierno de transición” jamás se arroga tareas como la definición de nuevos acuerdos internacionales y diplomáticos, o la otorgación de concesiones en minería o hidrocarburos; tampoco su tarea jamás debió considerar deshacer la institucionalidad o instrumentalizar los órganos estatales para benéfica propio (si eso supuestamente era lo que había que corregir); o minar la soberanía nacional, permitiendo la injerencia abierta de la Embajada gringa en asuntos estratégicos, como es el litio y la bioceánica; o poner al descubierto, para beneficio chileno, información estratégica del conflicto por las aguas del Silala.

Desde su inicio, se pudo vislumbrar un atrevido y enfermo revanchismo, desmontando incivilmente “lo plurinacional” del Estado boliviano; desde la quema de una insignia patria como es la wiphala (que continuó con su total anulación de la imagen gubernamental), hasta el respaldo abierto a grupos parapoliciales y paramilitares que fueron, en el golpe, actores visibles en la destrucción de instituciones estatales; quienes desataron, además, la persecución, amedrentamiento y hostigamiento a dirigentes, asambleístas nacionales y pueblo en general (sobre todo de procedencia indígena).

La “transición” fue un eufemismo que sirvió a los golpistas para “encantar” a la población urbana con un cuento de hadas invertido, donde los buenos son malos y los malos son buenos. Tarea que fue encargada a los medios de comunicación que, hasta el día de hoy, prosiguen con una sistemática desacreditación del campo popular, en connivencia y complicidad con la dictadura disfrazada de “democracia recuperada”.

Este Estado de excepción no declarado, pero en ejecución fingida, por mediación de la policía y el ejército (y los ministerios de gobierno y defensa), moviliza ahora grupos civiles para provocar el justificativo de otro golpe al interior de la trama oligárquica que se ha instalado como “ficción democrática” contra el pueblo boliviano. Ese es el tono abierto que viene desenmascarándose en declaraciones abyectas que vociferan los representantes de “Comités Cívicos”, como el de Santa Cruz (que aglutina a la más rancia facción fascista del golpe) que, ante la opinión pública, señala que no se retractará del calificativo de “bestias inhumanas”, imputado al pueblo indígena movilizado. Eso es lo que está detrás de esta famosa “recuperación democrática” y lo que manifiesta su carácter ya no solamente profundamente antinacional sino hasta profundamente anti-humano.

Si de democracia hablamos, la democracia que esgrimen los cooptados por el señorialismo oligárquico, es un “kratos” sin “demos”; es decir, un poder exclusivo para quienes conspiran y socavan constantemente la posibilidad de un país de iguales y de democracia amplificada. Mientras vociferan a los cuatro vientos la presunta “dictadura que vivimos en los 13 años del MAS”; en apenas 8 meses de gobierno golpista, se dieron la tarea de instaurar la verdadera dictadura que temían tanto los incautos citadinos clasemedieros movilizados en contra del “caudillo populista”.

En noviembre del año pasado ya cobraron los fascistas su insana sed de muerte, y frente a la actual movilización popular (otra vez totalmente indefensa), vuelven a amenazar soberbiamente con todos los poderes coercitivos y, además, escudados por el bloque civil de reclutamiento oligárquico que todavía pueden congregar (aunque ya en menor medida pero magnificados por los medios de comunicación y/o propaganda de la dictadura).

Por eso el pueblo ha ido comprendiendo y decantando su movilización en la amplificada e irrenunciable petición de renuncia del gobierno golpista en su conjunto. Porque precisamente esa es la única garantía de una verdadera “recuperación democrática”.

Los acuerdos que se lograron entre la Asamblea legislativa y el Tribunal Electoral, sobre el supuesto blindaje legal para asegurar comicios electorales hasta el 18 de octubre, ya no constituyen garantía, desde la conculcación del Estado de derecho que se produjo, una vez violentada la Constitución en esa supuesta “sucesión constitucional” que se inventaron para legitimar el golpe de Estado de noviembre de 2019.

No vivimos en un Estado de derecho, sino en una “anomia estatal” que, según la ley del más fuerte, ha convertido a Bolivia en una tierra sin ley ni derecho alguno. Creer que, en esas condiciones, es posible una “elección democrática”, es pecar de ceguera política.

La ficticia “sucesión constitucional” se produjo entre bambalinas y con actores hasta foráneos injerencistas, como la embajada brasilera, la CIA, la Unión Europea, la Iglesia Católica, además de partidos de derecha y ejecutores del golpe que después fueron gobierno, en instalaciones de la Universidad Católica, en La Paz. Ellos instauraron este disparate de gobierno que lo comandan inadaptados sociales cuya patología racista es sólo comparable al nazismo, al ku klux klán y al sionismo actual.

La dictadura, una vez cooptados todos los órganos estatales (a excepción de la Asamblea Legislativa, que vive en continuo hostigamiento), también aseguró su presencia indefinida, poniendo como cabeza del Tribunal Electoral a un individuo ligado a la CIA, por mediación de la USAID. Es decir, se encargaron ya de reordenar todas las Cortes Electorales nacional y subnacionales para montar el verdadero fraude que tanto imputaron al gobierno anterior y hasta ahora imposible de demostrarse fehacientemente (ni siquiera la versión burlesca de la cómplice golpista OEA).

Sólo la pérdida de credibilidad y las repugnantes develaciones inmediatas de corrupción, nepotismo y robo maniático de los golpistas, hizo que fuesen aplazando las elecciones, por el rechazo creciente a la candidatura de la autoproclamada en las encuestas nacionales; sumado a ello, la acumulación creciente de preferencia electoral por parte del MAS (lo cual ya devela la falacia derechista de impugnar al gobierno anterior lo anti-democrático que, en realidad, representa la dictadura actual).

En ese contexto, la oligarquía sabe que “democráticamente” no puede continuar en el poder; esa es la razón por la que, amparándose, como es su costumbre, en poderes foráneos y, sobre todo, en el poder imperial (que compró a la antipatriota cúpula militar y policial), provoca ella misma una guerra civil.

Esa era la apuesta del golpe cívico-prefectural del 2008 y que buscaba, de modo abierto, la balcanización de Bolivia, y que, hoy en día, sobre todo con la presencia del separatista Marincovic, como “ministro de planificación” de la dictadura, se vuelve a activar.

Por eso el pueblo, desde las propias bases –en  esa acumulación de memoria histórica del movimiento nacional-popular–, demanda la renuncia innegociable de todo el gobierno golpista. Porque no existe ningún ápice de confianza democrática en un orden impuesto al servicio de los intereses más antinacionales del país. Todas las apuestas electoralistas, en que también cae el propio MAS, no toman en cuenta de que no estamos en “condiciones normales” y que, quienes les sacaron vía golpe de Estado, es decir, de modo violento, jamás aceptarán devolver el poder de modo democrático (si por actuar “políticamente correctos” ante la opinión pública nacional e internacional, creen que recuperar la democracia pasa por la aceptación de las reglas impuestas desde la Embajada gringa, significa que no sólo han perdido visión política sino que sus cálculos carecen de toda objetividad). El conflicto no es coyuntural sino que ha despertado, otra vez, la contradicción histórica no resuelta (y que el MAS tampoco supo resolver) entre la nación y la anti-nación.

El “indio convertido en multitud” fue lo que despertó el miedo, junto al desprecio del señorialismo oligárquico (que hace también nido en la clase media urbana, en ese ficticio “mestizaje” que ostenta el boliviano que persiste en “argumentar contra sí mismo”), del “volveré y seré millones”. Por eso el rechazo vehemente al Evo y su frase de “hemos venido a quedarnos por 500 años”. Eso fue lo que prendió los acentos de desprecio y odio oligárquico (basado en ese su “juramento de superioridad sobre los indios”) y amenazó definitivamente la continuidad de esa oligarquía como inmerecida elite política.

No se trataba de que “alguien” se quede con el poder eternamente (esa fue la “leyenda urbana” que se inventaron los medios), sino que el único garante de la presunta superioridad criolla-blanca-señorial –el indio en cuanto su oprimido “inferior”– se atreva a disputarle para siempre su condición de elite dirigencial del Estado. Porque la oligarquía se acostumbró a transferir al indio todas sus miserias, podredumbres, taras y complejos, haciendo de éste el perfecto “chivo expiatorio” sobre el cual descargar toda su mendicidad hereditaria de un país rico condenado al beneficio foráneo.

Que el indio, en la presencia del Evo, les haya demostrado mayor eficiencia y logrado, además, el inédito despegue económico de Bolivia; mostrando de ese modo la total inutilidad de la casta oligárquica, fue lo que enervó el desprecio señorial y se tradujo en odio desencarnado; que es lo que se devela ahora como única plataforma (in)moral que ostenta el conservadurismo más rancio de una “ciudad letrada” que es la que, en realidad, ostenta la ignorancia que tanto impreca al campo.

El componente racista de una clasificación social que cree “natural” el citadino, es lo que activa la última resistencia señorialista en contra de la misma nación que dice “amar”; por eso la casta patrocinadora del racismo urbano, representado ahora por la oligarquía cruceña (siendo su portavoz el “Comité Cívico pro Santa Cruz”), no renuncia incluso a cercenar el país que nunca mereció dirigir y al cual nunca tampoco jamás consideró como “propio”.

Ahora el pueblo confluye, desde todos los rincones y todos los extremos, para mostrarnos lo que define a “un pueblo en tanto que pueblo”. Frente a cualquier pacto o negociación nos señala que no se puede negociar la vida, menos cuando ésta es la que se encuentra seriamente amenazada por la presencia de lo más espurio de la derecha oligárquica hecho gobierno ilegítimo.

Hoy es el gran cabildo de El Alto y se reúnen todos los tiempos y todos los siglos; desde las 20 provincias de La Paz, llegaron todos los pueblos, los ayllus, los suyus y las markas, para señalarnos y enseñarnos el camino. Si el pueblo, en la retórica política de la izquierda, es el depositario del poder político, entonces es hora que eso ya no sea más discurso sino sea efectiva fidelidad al poder popular.

La única garantía de recuperación democrática es la dirección popular unificada que está sucediendo histórica y efectivamente hoy. Por eso el interés desmedido de la derecha (y sus medios) en provocar divisiones, desencuentros y desacuerdos. La lucha nunca ha sido homogénea sino analógica; no todos caminan al mismo ritmo, incluso en sus demandas, pero todos, desde las propias bases están configurando la decantación de la toma de autoconsciencia de que nos estamos jugando históricamente el destino nacional.

Si la dictadura hubiese ya triunfado, eso iba a significar, por lo menos, otro medio siglo de aplazamiento en el desarrollo del poder popular. Pero el pueblo recuperó la lucidez que le hizo ser sujeto del proceso constituyente, y los propios ancestros (de toda nuestra historia ausente en la miopía de los historiadores) le han devuelto, otra vez, la “unción democrática y revolucionaria”. Es hora de frenar definitivamente el atrevimiento fascista-oligárquico de balcanizar Bolivia, y que eso coadyuve al avance definitivo del poder popular como poder instituyente y constituyente.

Por ello la sabiduría popular no ve –como lo hace la visión inmediatista e instrumental del razonamiento político– las elecciones como un fin en sí mismo o como el summum de la democracia. Las elecciones abren posibilidades, como también las cierran. Son un ejercicio democrático pero no la democracia misma. Cuando son hechas a la medida de una democracia acorde al mercado, es decir, al neoliberalismo, el voto puede ser lo más engañoso (como lo es toda encuesta manipulada). Por eso, el verdadero “kratos” de la democracia no es una elección (que es siempre contingente) sino el ejercicio constante del poder popular.

Una elección no se define como “democrática” por su sola realización sino por todo aquello que la hace posible. En ese sentido, sólo una verdadera “recuperación democrática”, podría asegurar unas elecciones creíbles y donde se pueda recuperar, de nuevo, la “unción democrática” de un pueblo que fue objeto de una usurpación fascista que, no sólo pretendió arrebatarle su espíritu democrático, sino incluso cercenarle su propia capacidad histórica.

Pero el pueblo boliviano tiene, en su memoria inmediata, el haber expulsado al último gobierno neoliberal, el 2003, en la llamada “guerra del gas”; y tiene, además, en su memoria larga, el haber resistido siglos de conquista y colonia y nunca haber capitulado ante el enemigo invasor, ahora actualizado como elite colonizada.

Ahora asciende históricamente, en esta hora decisiva, con toda una acumulación de siglos y puede, por ello, despertar la pesadilla oligárquica del “indio hecho multitud”, del “cerco hecho escuela política”, de “la marcha hecha escuela histórica”. La historia vuelve sobre sí y anuncia un nuevo “cerco histórico” para mostrarnos dónde está la verdadera ignorancia, la anti-nación, el anti-patriotismo de una casta que siempre embaucó a sus subalternizados con sus propias miserias coloniales.

“Cercar” a esta casta y su “espacio vital” significa, en la lucha popular, la abreviación de su nefasta transmisión social. Por eso lo expansivo del poder popular es su irradiación histórica de carácter trascendental. Todos los tiempos se hacen presente en el Pachakuti, porque todos los tiempos demandan reparación histórica, desde los pasados negados hasta los futuros no cumplidos o los porvenires no alcanzados. Todos demandan redimirse cuando el presente se propone constituirse en la redención de toda nuestra historia. Por eso el pueblo asciende en su unificación desde todo su pasado en cuanto acumulación histórica. Por eso despierta una sabiduría de profunda densidad que le permite interpretar el presente a la luz de todos los tiempos.

No se trata de una elección más, tampoco de un cambio gubernamental, sino de originar un nuevo y definitivo “proceso constituyente” que, ahora sí, se proponga el desmontaje sistemático del carácter señorial, oligárquico, liberal y estructuralmente colonial del Estado boliviano. Y eso es precisamente lo que la dictadura pretende reponer, mediante el ejército y la policía y su bloque fascista urbano. Añoran la república, donde eran patrones de un Estado convertido en su finca privada. Entonces, “recuperar la democracia” es tarea urgente e ineludible desde que fue asaltada de modo fascista, en el golpe de Estado.

En ese sentido, las dirigencias deben saber ponerse a la altura histórica que el pueblo ha alcanzado. Es el tiempo de los pueblos. En plena cuarentena global que han desplegado los poderes facticos para imponer un siniestro “nuevo orden” de control explícito de la vida de la humanidad.

En Bolivia se puede ver cómo, los supuestos heraldos del discurso en “defensa de la vida”, son quienes, por el contrario, siembran muerte y dolor sin miramientos. El capitalismo moderno se expande en esa misma retórica y, sin embargo, a lo único que nos conduce es al fin de la vida misma. Por eso el “grito del sujeto” se constituye en el grito de la vida misma ante una economía de la muerte y una forma de vida que es, en realidad, una sistemática forma de producir muerte.

Ese ese el mundo moderno que, en boca de sus nuevos “cruzados” (como son los fascistas renacidos en el racismo urbano) llaman “bestias” a quienes les alimentan, les crían y hasta les brindan cultura e identidad; ese desprecio de la ciudad al campo es lo que el mundo moderno ha impuesto como falacia civilizatoria y que ahora se desencubre como la barbarie moderna misma del supuesto “civilizado”.

Por eso el cabildo de El Alto, decidió darle continuidad al Estado de rebelión. Porque el pueblo no capitulará su vocación democrática; cuya fortaleza emerge desde las bases mismas que han interpelado hasta a su propia representación. El mal cálculo de la Asamblea Legislativa, con mayoría del MAS, hizo pecar a la misma COB y al Pacto de Unidad. En las otras regiones los “auto-convocados” y las organizaciones populares, campesinas e indígenas, han asumido una lucha “hasta la renuncia del gobierno golpista”. Y esa es la prueba irrefutable que anula, por completo, la difamada calumnia gubernamental, mediática, cívica y patronal de que los movilizados son “ovejas pagadas y manipuladas por Evo”.

Para acabar este manifiesto. Los golpistas fascistas y racistas, parecen Nerón y la elite imperial romana refiriéndose a los cristianos originales de su tiempo. El desprecio aristocrático al pueblo tiene esa tradición (desde Cicerón hasta Kisisinger) en toda la historia de Occidente. Y el cristianismo ya imperializado, desde Constantino, el 325, no escapa a ello; es ese cristianismo el que llegó, en 1492, con la cruz y la espada, para imponer esa nueva creencia a sangre y fuego, desatando un genocidio que no ha cesado hasta el día de hoy.

Por eso en el golpe, los nuevos “cruzados” fascistas, meten a la Biblia que nunca había salido de Palacio y pretendieron sacar a la PachaMama, que es la fuente de donde procede la vida misma. Tamaño oscurantismo sólo puede provenir de una cultura de la muerte, travestida como “religión del amor”.

Para terminar de desencajar a los supuestos cristianos que apoyaron el golpe y el nuevo genocidio que pretende la dictadura: las “buenas nuevas” o “evangelio”, no fueron dadas a los ricos sino a los pobres y, precisamente, de ellos, “será el reino de los cielos”; porque Dios “escogió a los débiles para vencer a los poderosos y soberbios”, y “escogió a los ignorantes para confundir a los sabios y arrogantes del mundo”. Este año se cumplen 49 años del golpe de Estado de Hugo Banzer. Golpe que fue la respuesta oligárquica contra la “Asamblea Popular”, que promovió la última generación de militares patriotas al mando del general Juan José Torrez.

Cuando vino el Mesías, vino a anunciar el año del Jubileo, es decir, el año 50, donde todo vuelve a su origen: los esclavos son liberados, las deudas perdonadas, la tierra vuelve a sus dueños originales y la justicia de los cielos se derrama sobre la tierra. Estamos en las vísperas del Jubileo, donde retorna el Mesías, pero ya no como individuo sino como pueblo. Ese es el tiempo mesiánico o Pachakuti. Donde se redime toda la vida. Y tiene al pueblo como el enviado en esa tarea para que la tierra pueda albergar la presencia divina. Porque lo divino sólo puede habitar entre nosotros, cuando ser humano y naturaleza, hijos e hijas y MadreTierra, puedan convivir en paz y justicia.

Por eso: Invocamos a todos los Ancestros, desde la Antigüedad más Sagrada, hasta nuestros mártires, que ya heredaron la Tierra Nuestra. Demandamos Su presencia en esta hora decisiva; porque todos los siglos son ahora.

¡Jawilla! ¡Jawilla”. Nina Achachila, Awicha Inal Mana, PachaMama, PachaTata, que nuestra pueblo reciba la unción de la qamasa y la ch’ama de nuestros Abuelos y Abuelas. Nosotros somos la única razón de la existencia de Ustedes. Si el pueblo perece, perecerá la memoria Suya y la historia nuestra, perecerán nuestros muertos y nuestra semillas. ¡Restituyan el ajayu del pueblo! ¡Jallalla Boliviamanta!

La Paz, Chuquiago Marka, Bolivia, 13 de agosto de 2020

Rafael Bautista S.

autor de: “El tablero del siglo XXI: geopolítica des-colonial de un nuevo orden post-occidental”, yo soy si Tú eres ediciones, 2019 dirige “el taller de la descolonización”

rafaelcorso@yahoo.com

https://www.resumenlatinoamericano.org/2020/08/15/bolivia-rafael-bautista-del-estado-de-excepcion-al-estado-de-rebelion/
Fuente: https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2020/08/15/bolivia_rafael-bautista-del-estado-de-excepcion-al-estado-de-rebelion/

No ignoremos "que la campaña de desacreditación de la vacuna rusa tiene directores de orquesta que no tienen nada que ver con el procedimiento científico y sí mucha relación con los poderosísimos intereses económicos, entre otros, de la industria farmacéutica."

La vacuna rusa contra el COVID 19,
sobre los hombros de la URSS
31 de agosto de 2020

Por Angeles Maestro (Red Roja)
Si escribo este artículo es porque creo que nadie está hablando de lo evidente: los equipos científicos rusos han podido llegar a crear la vacuna porque aún existe una potente estructura estatal de laboratorios de investigación que fue desarrollada por la Unión Soviética.
El anuncio de que Rusia tenía disponible una vacuna contra el Covid-19 ha dado lugar a masivas descalificaciones preñadas de carga política y económica. El alineamiento con EE.UU. por parte de todos los grandes medios de comunicación, correas de transmisión de la lacayuna subordinación política al imperialismo norteamericano – que por otra parte cada vez se parece más al que intenta salvarse agarrándose a quien se está ahogando – lleva a descalificar todo lo proveniente de Rusia con la irracionalidad y la sistematicidad de un resorte.
En el caso de la vacuna rusa, el rechazo mediático generalizado está engrasado también con los poderosísimos intereses de las multinacionales farmacéuticas. Los imperios del medicamento, ya se frotaban las manos y preparaban sus arcas para que fueran cayendo los beneficios resultantes de vender a escala mundial centenares de millones de vacunas. Está aún fresca la memoria de los miles de millones de dólares obtenidos por la Gilead1, con el Sovaldi o por la Roche, con el Tamiflú2, fármaco creado contra una epidemia, la de la Gripe A, que nunca existió.
Mucho se ha ironizado sobre los dos lapsus de Fernando Simón al atribuir la vacuna a la URSS. Desconozco cual es la opinión de Simón acerca de la URSS, pero efectivamente, los avances soviéticos en salud pública y medicina preventiva – algunos de los cuales sobrevivieron a la Perestroika de Gorbachov que consideraba sospechoso de ineficacia todo lo público – han hecho posible una vacuna a la que, significativamente, han llamado Sputnik.
La URSS y la Salud Pública
La Revolución de Octubre de 1917 alumbró el primer sistema público de salud, universal, basado en la promoción de la salud y en la prevención de la enfermedad y que exigía en su funcionamiento la participación de la población en la toma de decisiones3.
En un Estado que tenía tenía a principios del siglo XX altísimas tasas de mortalidad infantil – de cada 1.000 personas muertas dos tercios eran niños menores de 5 años – y de mortalidad por enfermedades infecciosas (tasa de mortalidad por tuberculosis era de 400/100.000), la puesta en marcha de servicios sanitarios en todos los rincones del inmenso territorio se acompañó de la implementación de medidas generalizadas de prevención4.
La vacunación de toda la población era una medida más, entre otras también decisivas. El acceso al agua potable y al alcantarillado, a la electricidad ( «El comunismo es el poder de los soviets más la electrificación de todo el país» V.I. Lenin5), a viviendas higiénicas con calefacción, a una buena alimentación, a condiciones laborales decentes, a la educación, …y al poder político – conditio sine qua non – , son mucho más importantes que los medicamentos para mejorar la salud de las poblaciones6
La Rusia zarista ya había desarrollado una importante trayectoria científica en microbiología, y específicamente en vacunas, que no llegaban a su pueblo. Antes del descubrimiento de la vacuna de la viruela por Edward Jenner en 1796 y dado que la enfermedad arrasaba desde hace siglos la vida de millones de personas en todo el mundo se aplicaba un procedimiento arriesgado: la variolización. Se provocaba el contagio para inducir la inmunidad, aunque el riesgo de muerte era elevado.
Tras el fallecimineto por viruela del zar Pedro I en 1730, la emperatriz Catalina II, junto a su séquito, se sometió públicamente a tal procedimiento – que resultó exitoso – y lo utilizó como arma propagandística en favor de la ciencia y en contra de la superstición. Efectivamente, con apoyo estatal se desarrollaron instituciones científicas relacionadas con la inmunología.
El Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología, responsable del descubrimiento de la vacuna contra el Covid 19, lleva el nombre del científico Fiodor Gamaleya. Gamaleya desarrolló importantes investigaciones sobre la rabia con Luis Pasteur a finales del siglo XIX y con su apoyo fundó el primer Instituto Bacteriológico de Rusia y el segundo del mundo. Siguieron descubrimientos de Gamaleya y otros científicos rusos sobre vacunas y mecanismos de transmisión del cólera, la peste, el tifus, etc.
El triunfo de la Revolución en 1917 instaura las condiciones para aplicar esos avances, que habían permanecido encerrados en los laboratorios, al conjunto de la población. Se realizó la primera campaña de vacunación universal de la historia de la humanidad: el 18 de septiembre de 1918, el Comisario del Pueblo de Salud Pública N.A. Semashko adoptó el «Reglamento de vacunación contra la viruela» basado en el informe científico de Gamaleya y en abril de 1919, el Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo V.I.Lenin firmó el decreto correspondiente. Fué la primera campaña de vacunación universal de la historia de la humanidad7.
A principios de los años treinta la URSS fue el primer territorio del mundo que pudo anunciar la erradicación de la viruela. A escala mundial, este hecho se produjo 50 años después.
Los años en que la OMS gozó de prestigio y autoridad mundial, antes de ser fagocitada por las multinacionales farmacéuticas, fueron tiempos de gran influencia de la URSS. En el año 1958, Viktor Zhdanov, viceministro de salud soviético propuso a la Asamblea de la OMS un plan para erradicar la viruela a escala mundial, que fue aprobado y puesto en marcha. Algo más de veinte años después, al declarar erradicada la viruela en el planeta, el director de la OMS recordó la contribución extraordinaria de la URSS a los países que carecían de recursos: 400 millones de dosis de vacuna8.
La vacuna contra la poliomielitis en la URSS y la del Covid 19.
A mediados del siglo XX una nueva epidemia ocasionaba gran mortandad e incapacidad: la poliomielitis. En EE.UU., en 1955 se desarrolló la primera vacuna, llamada Salk por el nombre de su descubridor. Poco después, el virólogo Albert Sabin descubrió otro tipo de vacuna más eficaz, más barata y más segura (la vacuna de Salk tenía una eficacia de sólo el 60%). Tras el éxito de la primera no fue posible probarla en EE.UU.
Los científicos soviéticos, Mikhail Chumakov y Anatoly Smorodintsev, fueron enviados a Estados Unidos. Sabin y Chumakov acordaron seguir desarrollando la vacuna en Moscú. En una maleta ordinaria, se trajeron varios miles de dosis de vacuna de Estados Unidos y comenzaron las primeras vacunaciones.
Chumakov y su compañera, la viróloga Marina Voroshilova, iniciaron el experimento en Moscú con sus propios hijos. La vacuna consistía en un virus debilitado, se utilizaba la vía oral y se administraba mediante un terrón de azúcar, de forma que no necesitaba de personal cualificado.
En año y medio la epidemia en la URSS terminó. En 1960 fueron vacunadas 77 millones y medio de personas. Albert Sabin fue llamado adeclarar acusado de actividades antinorteamericanas.
Una anécdota de la época resulta de gran actualidad. En Japón la poliomielitis asolaba la población infantil y sólo la vacuna Salk, de eficacia limitada, y además en cantidades insuficientes, estaba disponible. La vacuna producida en la URSS no conseguía, por razones políticas y económicas obvias, los permisos para ser importada. Tras diversas peripecias, miles de mujeres japonesas salieron a la calle a exigir la vacuna y consiguieron su objetivo. La película soviético- japonesa «Step» del director Alexander Mitta, narra la historia9.
Cabe destacar que los avances rusos en materia de vacunas continuaron tras la caída de la URSS. El Centro Nacional de Investigación de Epidemiólogía y Microbiología descubrió recientemente una vacuna contra el Ébola y trabaja actualmente en varias líneas de investigación, una de las más avanzadas es la que trata encontrar la vacuna contra otro Coronavirus, el MERS-Cov. De esta forma, como destacados investigadores rusos han reiterado, la rapidez del proceso con la vacuna contra el Covid -19 se debe a que se ha trabajado sobre plataformas creadas hace años que avanzaban en direcciones semejantes. De momento Rusia ha anunciado la fabricación de 1.000 millones de dosis para 20 países solicitantes.
La experiencia seguirá escribiendo la historia. Lo que no cabe ignorar es que la campaña de desacreditación de la vacuna rusa tiene directores de orquesta que no tienen nada que ver con el procedimiento científico y sí mucha relación con los poderosísimos intereses económicos, entre otros, de la industria farmacéutica.
Por otra parte, pese a los lapsus de Fernando Simón, ni Putin es Lenin, ni Rusia es la URSS. Pero los trabajadores y trabajadoras de todo el mundo no deberíamos olvidar que la gigantesca gesta obrera de Octubre de 1917 y de la derrota del fascismo en la II Guerra Mundial, todavía sigue permitiendo lograr, como en este caso, avances científicos desarrollados sobre décadas de trabajo no sometido a los intereses del capital y producidos en instituciones públicas.
No es en absoluto probable que, a pesar del sufrimiento ocasionado por la pandemia y el desastre evidente del sistema sanitario en el Estado español, el Gobierno «progresista» se atreva a priorizar la salud de su pueblo y a enfrentar, aunque sólo sea por una vez, el poder de uno de los baluartes del imperialismo: la industria farmacéutica.
La conquista de la independencia, de la de verdad, tendrá que venir de otras manos, de la construcción de otro poder capaz de derrotar a la barbarie.
Notas:
1 La multinacional norteamericana Gilead cuadruplicó sus beneficios tras comprar la patente del medicamento Sofosbuvir para la Hepatits C. El medicamento, descubierto en laboratorios públicos de EE.UU se vendía en función de la negociación con el Estado comprador. Un tratamiento en la India costaba entre 100 y 200 dólares y en España, 25.000. http://www.nogracias.eu/2014/04/10/tamiflu-la-mayor-estafa-de-la-historia/
2El Tamiflú de la farmacéutica Roche, la mayor estafa de la historia. los gobiernos de todo el mundo gastaron miles de millones de dólares en un fármaco contra una epidemia que no existió. La multinacional ocultó resultados de investigaciones que demostraban que no acortaba la estancia hospitalaria, ni reducía complicaciones y que por el contrario tenía importantes efectos secundarios. El gobierno de Zapatero gastó en Tamiflú, en 2009, en plenna crisis, cuando se recortaba gasto público masivamente en sanidad y otros servicios públicos, 333 millones de euros . http://www.nogracias.eu/2014/04/10/tamiflu-la-mayor-estafa-de-la-historia/
3Una amplia referencia a la obra fundamental sobre los principios fundamentales y el desarrollo del sistema de salud soviético y la enseñanza de las profesiones sanitarias «Higiene Social y Organización de la Salud Pública» de A.F. Serenko y V.V. Ermakor, accesible en castellano , puede consultarse en https://www.scielosp.org/article/rcsp/2017.v43n4/645-660/
4Un resumen de los orígenes del Sistema de Salud de la URSS y de la figura de Nikolai Semasko, primer Comisario del Pueblo para la Salud, puede consultarse en ruso, con traducción automática, aquí https://regnum.ru/news/polit/2318307.html
5«La lámpara de Ilich» La primera bombilla de luz fue inventada por un ingeniero ruso en 1874 y su llegada a las más perdidas aldeas de Rusia se convirtió en el símbolo de la Revolución. Aquí se pueden consultar los detalles del GOELRO, el plan de electrificación de toda Rusia. https://es.wikipedia.org/wiki/GOELRO
6 Acerca del médico prusiano Rudolf Virchov, destacado patólogo y considerado el fundador de la Salud Pública. http://webs.ucm.es/centros/cont/descargas/documento28401.pdf
7 La historia de la primara campaña de vacunación universal en la historia de la humanidad y de la erradicación de la viruela en la URSS puede consultarse aquí. https://books.google.es/books/about/%D0%9F%D0%B0%D1%82%D0%BE%D0%B3%D0%B5%D0%BD%D0%BD%D1%8B%D0%B5_%D0%B4%D0%BB%D1%8F_%D1%87%D0%B5%D0%BB%D0%BE%D0%B2%D0%B5.html?id=3Y1EDwAAQBAJ&redir_esc=y
9 Basado en esta historia, en 1988 el director Alexander Mitta rodó la película soviética-japonesa «Step» con Leonid Filatov y Komaki Kurihara en los papeles principales. Oleg Tabakov, Elena Yakovleva, Vladimir Ilyin, Garik Sukachev jugaron con ellos. Su canción «My Little Babe» se reproduce en la película. https://www.academia.edu/39610881/CINE_RUSO_Historia_y_literatura_rusa_y_espa%C3%B1ola
https://redroja.net/articulos/la-vacuna-rusa-contra-el-covid-19-sobre-los-hombros-de-la-urss/

Fuente: https://rebelion.org/la-vacuna-rusa-contra-el-covid-19-sobre-los-hombros-de-la-urss/

Escuchemos, "como en 1989, el liderazgo de la Concertación procedió solapadamente (a través de una Reforma Constitucional) a regalarle a la derecha la futura mayoría parlamentaria para poder plausiblemente “culpar” al hecho de no tener dicha mayoría el no aplicar su programa (en el que ya no creía) de sustitución del modelo neoliberal; ahora, en 2020, ha procedido a regalarle a la derecha el quórum que le permitirá controlar el resultado final respecto de una 'nueva' Constitución".

Chile. ¡Nos están engañando de nuevo!
19 de agosto de 2020

Por Felipe Portales

Mark Twain decía con mucha razón: “Es más fácil engañar a la gente, que convencerlos que han sido engañados”. Desgraciadamente, esta frase podría sintetizar la historia de Chile de estos últimos treinta años.

En efecto, la historia de la dictadura fue extremadamente violenta y terrible. Pero notablemente clara. Se trataba, en definitiva, de imponerle a la gran mayoría de la población un modelo, económico-social y cultural que responde a las aspiraciones e intereses de una pequeña minoría. Así, pese a la gigantesca manipulación informativa y el terror físico y sicológico de años, Pinochet fue derrotado en el plebiscito de 1988.

En cambio, nuestros treinta últimos años han estado completamente ensombrecidos por una opacidad y un engaño permanentes. ¿Cómo han hecho los líderes de la Concertación (y ex Concertación) para que una mayoría de la población casi siempre les renueve su confianza, pese a que en los hechos –particularmente en sus 20 primeros años ininterrumpidos de gobierno- legitimaron, consolidaron y perfeccionaron el modelo de sociedad que ellos combatieron durante la dictadura, y que se comprometieron a sustituir por una sociedad efectivamente democrática, donde sus instituciones respondieran a los derechos y legítimos intereses de la mayoría del pueblo?

Si vemos con algún rigor la historia reciente nos daremos cuenta que mientras seguían (¡y siguen!) voceando un rechazo al neoliberalismo; continuaron esencialmente con las mismas políticas económicas de la dictadura en que el Estado abdicaba de un rol de estímulo económico a los productos con mayor valor agregado y de apoyo a inversiones significativas en ciencia y tecnología. Asimismo, dicho liderazgo conservó TODAS las instituciones y leyes fundamentales que estructuraron el sistema económico impuesto por la dictadura en lo laboral (“Plan Laboral”); previsional (AFP); salud (Isapres); minería (ley minera); universitario (universidades privadas con fines de lucro y muy poco apoyo a las universidades públicas); tributario (sistema que permite la elusión tributaria de las grandes empresas y fortunas); y social en general (irrelevancia de sindicatos, juntas de vecinos, colegios de profesionales y técnicos, y del movimiento cooperativo).

E incluso acentuaron diversas características del modelo económico heredado de la dictadura, a través de una mayor privatización o concesiones de servicios públicos; de una mayor concentración del poder económico en grandes grupos económicos; de una también mayor concentración de la propiedad de los medios de comunicación en manos de dichos grupos; de una privatización efectiva de más del 70% de la gran minería del cobre; y de una integración subordinada al mercado mundial a través de numerosos tratados bilaterales de libre comercio.

Todo ello quedó esclarecido en sus fundamentos por un libro (desgraciadamente muy poco leído) del considerado principal ideólogo de la transición –el ministro secretario general de la Presidencia de Aylwin, Edgardo Boeninger- publicado en 1997 (Democracia en Chile. Lecciones para la gobernabilidad; Edit. Andrés Bello); en el cual reconoció descarnadamente que a fines de los 80 se produjo una “convergencia” con la derecha en su pensamiento económico, “convergencia que políticamente el conglomerado opositor no estaba en condiciones de reconocer” (p. 369).

Para que esta convergencia no quedara desnuda y reconocida, el liderazgo concertacionista procedió maquiavélicamente, ¡en 1989!, a efectuar una operación que debe ser inédita en términos mundiales: ¡Regalar –a través de una Reforma Constitucional concordada- la mayoría parlamentaria que la Concertación tenía virtualmente segura de acuerdo a los términos originales de la Constitución de 1980! Y ello para poder sostener plausiblemente que si no procedía a aplicar el Programa presidencial prometido aquel mismo año, era porque no tenía las mayorías parlamentarias para tal efecto. ¡Lo que era cierto, pero ocultando obviamente el hecho de que lo era porque la Concertación se había deshecho de esa muy incómoda mayoría!…

En efecto, la Constitución original del 80 estipulaba –obviamente pensando en que iba a favorecer a un Pinochet ratificado por ocho años más en la Presidencia- que al menos la mayoría parlamentaria simple se obtenía con sólo mayoría absoluta en una cámara y un tercio de la otra. Y dicho eventual gobierno de Pinochet habría tenido con toda seguridad mayoría absoluta en el Senado, gracias al sistema electoral binominal más los nueve senadores designados. Y fácilmente habría obtenido también más de un tercio de la Cámara de Diputados, dado el mismo sistema binominal.

El punto es que, luego de la derrota del Sí en el plebiscito, el seguro futuro presidente Aylwin también se vería beneficiado con esa disposición. Esto porque la Concertación obtendría mayoría absoluta en diputados al doblarle con toda seguridad a la derecha en su votación en varios distritos. ¡Y también obtendría con toda seguridad el tercio del Senado!, ya que su composición original era de 26 senadores electos (dos por cada una de las entonces trece regiones) y 9 designados; un total de 35. Y la Concertación al menos elegiría uno por cada región, esto es, trece; siendo el tercio de 35, doce…

Sin embargo, he aquí que la Concertación concordó con la dictadura y la derecha un “paquete” de 54 reformas constitucionales, sin siquiera especificarlas todas públicamente para someterlas a plebiscito, ya que hasta el “período permanente” de la Constitución del 80 (que empezaría en marzo de 1990) ese era el método de reforma estipulado. Solo algunas de las 54 reformas se especificaron en el corto período de “campaña” (¡de consenso!) plebiscitaria. Y entre ellas se mencionaron algunas que morigeraban el carácter autoritario de la Constitución, pero sin eliminar ninguna de sus principales disposiciones autoritarias. Pero lo peor fue que el liderazgo de la Concertación ¡aceptó cambiar aquel dispositivo que le aseguraba la mayoría parlamentaria, por otro que subía el quórum para aprobar las leyes a la mayoría absoluta en ambas cámaras, sin eliminar los senadores designados! Esto significaba lisa y llanamente regalar la mayoría parlamentaria. ¡Y no se dijo NADA de esto a los ciudadanos, de modo tal que los millones de personas que habían votado por rechazar a Pinochet y su dictadura en 1988, fueron, SIN SABERLO, a convalidar con su voto en 1989 tal cercenamiento de las posibilidades efectivas de que sus votos futuros pudiesen incidir en el cambio del conjunto de la legislación de la dictadura.

Y lo que ya supera todo límite, es que este desconocimiento generalizado subsiste hasta el día de hoy, dado el pétreo silencio que han guardado al respecto los líderes concertacionistas que acordaron esta gigantesca y vergonzosa renuncia. Obviamente la derecha -que se vio magníficamente beneficiada con ello- ha guardado también hasta hoy un gozoso silencio.

Y lo realmente escalofriante es que ESTA HISTORIA ESTÁ VOLVIENDO A REPETIRSE, con el acuerdo del 15 de noviembre del año pasado –como reacción al “estallido social” de octubre que demostró el hartazgo de la gran mayoría de la población con la continuación del modelo neoliberal- entre ambos liderazgos que se vio refrendado con la Reforma Constitucional concordada en enero pasado. A través de esta, el liderazgo de la ex Concertación le está regalando a la derecha un virtual poder de veto en la aprobación de una “nueva” Constitución, al establecerse un antidemocrático quórum de 2/3 para ello. Esto, porque la derecha desde 1990 ha elegido siempre, lejos –con o sin sistema binominal- más de un tercio de los congresales electos. ¡Y lo casi increíble es que desde fines de noviembre ya ni siquiera se menciona el tema públicamente!

Es decir, así como en 1989, el liderazgo de la Concertación procedió solapadamente (a través de una Reforma Constitucional) a regalarle a la derecha la futura mayoría parlamentaria para poder plausiblemente “culpar” al hecho de no tener dicha mayoría el no aplicar su programa (en el que ya no creía) de sustitución del modelo neoliberal; ahora, en 2020, ha procedido a regalarle a la derecha el quórum que le permitirá controlar el resultado final respecto de una “nueva” Constitución. De tal manera que mañana el liderazgo de la ex Concertación podrá también “culpar” a la necesidad de contar con el consenso de la derecha, el que no pueda obtener una Constitución que establezca las bases que permitan construir una nueva sociedad que elimine la vigencia del modelo neoliberal.

Al menos, en el caso de 1989 la operación de “renuncia” pudo hacerse -¡y se mantiene!- en silencio y con el total desconocimiento de la ciudadanía. 

¡Hoy se está haciendo con todo desparpajo!


http://www.ojoconellente.cl/?p=2482
Fuente: https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2020/08/19/c