El espíritu cortesano
y el poder
14
de julio de 2017
Por Fernando Dorado (Rebelión)
Popayán, 12 de julio de 2017
“El inconsciente es el discurso del Otro, es
el discurso Amo”. Lacan
El siguiente texto tiene como objetivo reflexionar sobre un
problema, el “espíritu cortesano”, que –de acuerdo a nuestra perspectiva– está
en el trasfondo ideológico del reiterado fracaso de los esfuerzos
revolucionarios y emancipadores de los trabajadores y pueblos oprimidos del
mundo entero. Es evidente que, a pesar de nuestras buenas intenciones y de
algunas conquistas temporales, nuestros procesos de lucha social y política se
encuentran en una encrucijada.
Hoy, el gran capital financiero global ha vaciado de contenido las
diversas formas de gobierno “democrático”, “representativo”, “participativo”,
“socialista”, “comunista”, y puesto a todos los gobiernos al servicio de sus
intereses, independientemente de su discurso, intencionalidad y “buenos”
propósitos, y, por ello, son convertidos –con cierta facilidad– en eficientes
administradores del Estado “heredado” y gestionadores de sus intereses
corporativos.
El cortesano y el poder
El cortesano lo es, porque no reconoce su posición subordinada.
Niega el antagonismo social, sueña con ser aceptado por la “corte”, desea el
"poder", quiere dominar.
El cortesano, entonces, asume dos actitudes que no logran
enfrentar el núcleo de la dominación:
Una, acomodarse, reptar y trepar, arrodillarse y humillarse,
"subir" con base en la lisonja y el favor.
La otra, rebelarse en nombre de los intereses de "generales",
ya sea para acceder al "poder" por medio de un golpe de mano (falsa
revolución) o por medio de la negociación (claudicación).
En esa trampa han caído todas las "revoluciones" desde
el siglo XVIII. Sólo hoy, después de muchos fracasos se empieza a comprender
que "unos pocos" no pueden liberar a "todos" y que al
querer hacerlo, terminan enredados en su propia trampa.
Terminan pareciéndose (+ o -) a quien querían derrotar y
"derrocar". Estanislao Zuleta decía que el problema es "que no
sabemos desear" [1].
El Estado heredado y las nuevas formas de gobierno
(“auto-gobierno”)
El cortesano "sabe" que es subordinado pero no se
reconoce, no se asume como tal. Un "síntoma" lo empuja hacia el
"poder", hacia la dominación, hacia el control. Pueden haber muchas
causas, sociales, culturales y psicológicas detrás de ese “síntoma” [2].
Esa falta de reconocimiento (núcleo duro del individualismo) se
hace evidente cuando el cortesano accede al "poder". Entonces, se
convierte en "reyezuelo", en “salvador supremo”. Ese es el peligro.
Todo el mundo en el ámbito del "Estado heredado" (poder estatal
delegado-constituido) es potencialmente corruptible.
Por ello, para poder superar ese obstáculo que ha llevado a que
todos los movimientos y procesos de cambio terminen cooptados y absorbidos por
el "Estado heredado" (colonial, capitalista, imperial), hay que
construir nuevas formas de "auto-gobierno" que introduzcan diversas
formas de organización que impidan la centralización e individualización del
poder en pocas manos (base del fetichismo legalista, el burocratismo, la
corrupción político-administrativa, el nepotismo, etc.).
Esas formas de auto-gobierno han sido inventadas por la humanidad
a lo largo de la historia, pero los intereses creados (la propiedad privada, el
capital, las oligarquías, los imperios), hacen todo lo posible porque las
olvidemos o desechemos. Ellas, son herramientas para construir las bases
materiales, económicas, sociales, políticas y culturales de una sociedad
colaborativa ("postcapitalista").
Los griegos, los pueblos orientales, los indígenas americanos y
otros, tenían diversas formas de gobierno que, adaptadas a nuestra realidad,
son garantía y soporte institucional para que el bien común se imponga sobre el
interés individual, sin anular la iniciativa del individuo que es un componente
importante de la creatividad y el desarrollo colectivo.
Se requiere construir filtros o niveles de participación y de
control social que tienen, como principal fundamento, el principio de la total
desconfianza en los funcionarios (“gobernantes”),
sean estos elegidos o nombrados. Esos funcionarios, deben ser tratados como lo
que son:simples servidores públicos [3].
Entre las diversas formas de gobierno que deben combinarse para
impedir que un individuo o un grupo de individuos ("partidos") se
apoderen del "poder" y controlen a la sociedad, están:
1. La asamblea o "democracia directa";
2. Los consejos de sabios o "democracia ilustrada";
3. Los foros y debates o "democracia deliberativa";
4. Las consultas populares o "democracia plebiscitaria";
5. Las asambleas de delegados o "democracia
representativa";
6. El pro-común colaborativo o "democracia asociativa".
Todas estas formas de gobierno (y otras) deben combinarse, usarse
como contrapeso unas a las otras, utilizarse de acuerdo a las materias y tipos
de decisión que hay que asumir, y los pueblos deberán aprender a hacerlo con
base en las experiencias acumuladas por ellos mismos y por otros pueblos.
Además, deben contar con normas muy estrictas utilizadas para
escoger y nombrar los funcionarios que deben ser seleccionados de entre la
gente misma y deben ser cargos temporales y rotatorios, revocables, de servicio
social obligatorio, con salario promedio, sin privilegios especiales, sometidos
al control social, y sin grandes poderes.
Sólo así podremos superar los vicios y limitaciones impuestas por
más de 2.500 años de economía crematística que han sido llevadas al extremo por
el capitalismo actual.
Ya hay pueblos en diversas regiones del mundo avanzando en esa
dirección (Chiapas, México, y Rojava, Kurdistán-Siria) pero, con el surgimiento
de las nuevas "economías colaborativas" por efecto del desarrollo de
las tecnologías computacionales, digitales, informáticas, y la aparición de
nuevas relaciones sociales de producción y de nuevos sujetos sociales
("prosumidores” colaborativos) en el mundo del software [4] ,
la ciencia, la cultura, el arte y la producción bio-ecológica, esas formas de
auto-gobierno se pueden hacer asequibles al común de la gente.
Es necesario y urgente
profundizar en este debate y hacerlo en función-relación con nuestras
experiencias prácticas, tratando al máximo de superar nuestras falencias
heredadas y sustentadas en el “espíritu cortesano”.Notas
Blog del autor: https://aranandoelcieloyarandolatierra.blogspot.com.co/2017/07/el-cortesano-y-el-poder.html#.WWT_6oQ1_IU
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=229125
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