domingo, 30 de noviembre de 2014

"Requerimos una nueva actitud y postura política, un pensamiento crítico y resiliente para analizar":

COP 20, 21: ¿Cambiamos el clima o el sistema económico?

29 de noviembre de 2014

 

 

"Si tomamos como antecedente la intrascendente COP 19 de Varsovia 2013, donde los países desarrollados continuaron sin reconocer sus responsabilidades y sin asumir compromisos vinculantes para financiar la mitigación y adaptación de los efectos del CC en los países en desarrollo, nos preguntamos por qué la COP 20 y 21 tendrían que ser sustantivamente diferentes con relación a este nuevo Acuerdo Climático Global."

Por Walter Chamochumbi
24-11-2014
A tenor de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), desde 1994 a la fecha se realizaron19 Conferencias de las Partes-COP bajo disímiles contextos políticos y económicos y a la luz mundial de la agenda que los países industrializados, principales responsables de la crisis ambiental y climática, continúan imponiendo en el marco de las negociaciones sobre reducción de las cuotas de emisiones GEI, políticas de mitigación y adaptación y acuerdos complementarios. Es así que ante la COP 20 de Lima y la COP 21 de París, cabe preguntarse si el nuevo Acuerdo Climático Global sería superior al Protocolo de Kyoto, ya que este último parece quedar en el camino sin una evaluación objetiva y de fondo por parte de los países firmantes de las razones de su fracaso como acuerdo global.

Si tomamos como antecedente la intrascendente COP 19 de Varsovia 2013, donde los países desarrollados continuaron sin reconocer sus responsabilidades y sin asumir compromisos vinculantes para financiar la mitigación y adaptación de los efectos del CC en los países en desarrollo, nos preguntamos por qué la COP 20 y 21 tendrían que ser sustantivamente diferentes con relación a este nuevo Acuerdo Climático Global, cuando es evidente que pese al esclarecedor 5to informe del IPCC, persisten de forma sistemática las posiciones negacionistas e interesadas económicamente por parte de los países industrializados y emergentes del G-20, principales responsables en este tema.[1] En ese contexto, el reciente anuncio de un supuesto acuerdo climático entre Estados Unidos y China, los dos países con mayor responsabilidad en el problema del calentamiento global, si bien puede ser una señal positiva quedan varias dudas de cuánto compromiso serán capaces de asumir realmente en adelante.

Pese al poco avance de la comunidad internacional de lograr un acuerdo serio y vinculante sobre el clima global, el discurso oficial imperante persiste en torno a unir esfuerzos y voluntades políticas para enfrentar los desafíos de la lucha contra el CC. Las declaraciones de Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas, apuntan en ese sentido: “Creo firmemente que cada uno de nosotros puede convertirse en un líder de la lucha contra el cambio climático”[2], al igual que el discurso oficial de funcionarios de organismos internacionales y gobernantes de los países, como si el CC fuese un enemigo natural al que hay que combatir como parte de una cruzada global. Postura que no reconoce la cuestión de fondo, que no reside en el fenómeno del CC per se, sino en las causas estructurales que la ocasionan: el sistema económico neoliberal y el modelo de industrialización y desarrollo imperante de los países, a costo de los recursos de la naturaleza finita y del ambiente donde habitan pueblos originarios y comunidades locales. Tema fundamental en cuestión que ha sido recogido por activistas y movimiento social y ambiental organizado de la “Cumbre de los Pueblos frente al Cambio Climático” bajo la consigna: “Cambiemos el sistema, no el Clima”, en tanto una cumbre social alternativa a la COP 20 de Lima.

Perú COP 20: Débil institucionalidad ambiental y desigualdad social
El panorama de la COP 20 parece complicar la actuación del presidente Humala y la del Ministerio del Ambiente (MINAM), que llega muy debilitado política e institucionalmente para asumir de forma coherente el desafío de liderar las negociaciones de la cumbre climática mundial, máxime si consideramos que el Perú es uno de los países más vulnerables del mundo a los efectos del CC y que poco es lo que puede exhibir hasta hoy en materia de estrategia nacional de avanzada sobre mecanismos de mitigación, adaptación y prevención de riesgos. Existen iniciativas al respecto como el proyecto de Ley Marco del CC, que propone redefinir el rol del MINAM como ente rector de la Estrategia Nacional de CC, así como fortalecer su institucionalidad y posibilitar la participación efectiva de la sociedad civil a través de una Comisión Nacional de CC. 

Lamentablemente, la aprobación de ésta y otras iniciativas desde la sociedad civil se diluyen en el Congreso de la República debido al cálculo político, la dispersión y divergencia de intereses de los partidos políticos junto a la falta de liderazgo y de capacidad de diálogo en el tema de la bancada nacionalista.

Pese a que el año 2014 el gobierno del presidente Humala lo declaró como: “Año de la Promoción de la Industria Responsable y Compromiso Climático”, lo cierto es que su gestión está muy rezagado en la región en materia de políticas, leyes y normas a favor de la mitigación y adaptación al CC. Según el Índice de Desempeño Ambiental (EPI, por sus siglas en inglés) elaborado por las Universidades de Yale y Columbia de los Estados Unidos, en su 5to informe 2014 sobre desempeño en políticas ambientales de una nación en cuanto a impactos en la salud, calidad del aire, agua y saneamiento, recursos hídricos, agricultura, bosques, pesca, biodiversidad-hábitat y clima-energía, indica que el Perú ocupa el puesto 110 de 178 países en el mundo, y que a nivel de Latinoamérica está muy por detrás de Chile (29), Ecuador (53), Venezuela (57), Uruguay (70), Brasil (77) y Bolivia (87).

La institucionalidad ambiental nacional es muy débil y centralista, y el gobierno nacionalista no logra avances consistentes en el tema al estar más preocupado por revertir la desaceleración económica y supeditado a los poderes fácticos y la tecnocracia neoliberal del Ministerio de Economía y Finanzas, que desde su enfoque reduccionista de la economía viene influyendo en el ejecutivo con una serie de medidas reactivadoras, a costo del debilitamiento y subordinación del rol del MINAM y sus organismos competentes como la OEFA.

No obstante que las cifras oficiales son auspiciosas en cuanto a reducción de la pobreza país, el gobierno nacionalista sigue enfrentado con la posibilidad de revertir los índices de desigualdad económica y exclusión social en las diferentes regiones, como las zonas donde hay proyectos extractivos de recursos naturales y persistentes índices de pobreza, contaminación y pasivos ambientales. De hecho hoy existe un mayor riesgo de conflictividad, porque 20% del territorio nacional está concesionado para proyectos extractivos de recursos naturales. Por lo que resulta urgente avanzar en planificar y ordenar mejor el territorio, a fin de revertir y prevenir los conflictos socio-ambientales, aplicar políticas redistributivas y de uso sostenible de los recursos naturales, así como medidas de mitigación y adaptación al CC y la variabilidad climática extrema, que sobre todo afecta a las poblaciones más pobres de las zonas rurales.

Crecimiento económico versus calidad ambiental en la región: encrucijada constante
América Latina sigue siendo una de las regiones más desiguales del mundo, donde la política de priorización del crecimiento y la dispar distribución del ingreso económico afecta el vínculo entre el nivel de ingreso per cápita y la calidad ambiental, siendo este el principal factor negativo que incide sobre el cuidado y la calidad del ambiente en los países de la región. Así pues, ante la disfuncional relación comercio-crecimiento económico versus cuidado del ambiente, es necesario deconstruir paradigmas y falacias que siguen gravitando en el marco de un libre mercado desregulado y entrampando las negociaciones internacionales sobre el CC.

En medio de un mercado internacional fluctuante, con la incertidumbre de la crisis económica que no termina, gobiernos de izquierda y derecha de Latinoamérica continúan indistintamente impulsando el incremento de sus exportaciones en base a recursos naturales no renovables con escaso valor agregado y alto costo ambiental. De allí que mientras no internalicen la variable ambiental en sus políticas y programas de gobierno y no desarrollen una estrategia sostenida de diversificación productiva y de transformación selectiva, a la par de contar con un marco estricto de normas y regulaciones ambientales nacionales compatibles con estándares internacionales, seguirán siendo economías vulnerables y dependientes. Máxime hoy con los riesgos y efectos del CC que hacen más vulnerables sus economías.

Investigaciones recientes vienen indagando sobre la relación que existe entre el clima y la conflictividad social con los niveles de desarrollo económico país, encontrando indicios que la desigualdad es la causa de diversos conflictos además de los relativos a las cuestiones climáticas. En ese sentido requerimos de más indagaciones, pero sobre todo asumir una nueva actitud y postura política, un pensamiento crítico y resiliente para analizar las formas tradicionales de relacionamiento que han existido –y que persisten- entre los sistemas naturales y sociales versus la lógica del libre mercado y el sistema económico imperante. Relativizar el falaz pensamiento economicista de que el comercio es un fin en sí mismo a partir del cual se dinamiza consecuentemente el crecimiento y luego las mejoras ambientales.

Frente a la crisis ambiental y climática derivada del modelo económico imperante, será menester trascender la inercia de la tecnocracia neoliberal que mantiene un sesgado análisis sobre la evolución de los ciclos de la economía global y el modelo primario exportador de recursos naturales. En ese sentido, debemos proyectarnos más allá del cálculo político y las medidas populistas de corto plazo, porque ni la incertidumbre por la crisis ni el conflicto ambiental ni la insatisfacción social desaparecerán por sí solos.

Cambiar la racionalidad del lucro fácil en la explotación de recursos naturales no será fácil sobre todo para cierto sector corporativo empresarial, sector público y de políticos que siguen un comportamiento compulsivo tras objetivos perversos de la economía global. En ese sentido la COP 20 en Lima, es el escenario propicio para cambiar el enfoque y analizar autocríticamente que las negociaciones sobre el CC implican las discusiones sobre el modelo de desarrollo económico y social a seguir frente al problema.

Movimiento social y ambiental convergen en torno a justicia climática y cambio del sistema
El escenario COP 20 representa una oportunidad única para que el germinal movimiento social ambiental peruano (ecologistas, indígenas, sindicalistas, OSB y otras expresiones de democracia participativa del interior del país) supere su fragmentación local, se articule y trascienda sus reivindicaciones y demandas dando un salto convergente con la lucha de los pueblos y la sociedad civil mundial, que demanda justicia climática y cambiar el sistema económico hegemónico. De ello dependerá el rol que como sociedad civil se logre incidir en torno a los puntos de la agenda climática a discutir por los países participantes.
En el Perú, en los últimos años diferentes organizaciones sociales y entidades de desarrollo, académicos, políticos y actores de la sociedad civil han venido planteando una serie de demandas y propuestas sobre la necesidad de impulsar un conjunto de reformas importantes del estado peruano. Redireccionar su rol y relación como estado-sociedad, reevaluando los alcances e impactos del modelo económico neoliberal, sus implicaciones sociales y ambientales relacionados con el crecimiento económico país, así como el contexto nacional y local del problema de la desigualdad, pobreza y desarrollo con inclusión.

El permanente conflicto entre economía y ambiente no se resolverá en el marco de la COP 20 y 21, si los principales responsables de esta crisis climática global insisten con el discurso retórico del desarrollo sostenible, de la economía verde, de la ecoeficiencia sin asumir ninguna autocrítica y responsabilidad. De hecho se requiere cambiar el paradigma de desarrollo y sentar las bases del cambio social y ambiental, implicando su armonización efectiva con una política económica humanizada. Una nueva postura política y principista que cuestione y enfrente la mayor brecha social y ambiental que existe entre los sectores minoritarios privilegiados de la economía neoliberal y los grandes sectores sociales mayoritarios que siguen siendo excluidos de los procesos de modernización, desarrollo e inclusión en el Perú y el mundo.
- Walter Chamochumbi, Consultor en Gestión Ambiental y Desarrollo
Notas:
[1] La divulgación del 5to informe del IPCC sobre los graves riesgos del CC no parece haber modificado el comportamiento de los países industrializados y emergentes del G-20 reunidos en la cumbre anual de Australia, porque sus gobiernos continúan subsidiando proyectos de exploración en busca de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) mediante inversiones de empresas estatales y finanzas públicas. Son subsidios al margen de la opinión pública, pese a reiterados compromisos para erradicar los subsidios a los combustibles fósiles, abordar el CC y apoyar la transición hacia el uso de energía limpia (Londres, 11 nov 2014 (IPS), ¿Por qué los gobiernos del G-20 subsidian el cambio climático? Análisis de Shelagh Whitley).
[2] La ONU y la COP 20 Boletín del Sistema de Naciones Unidas en el Perú, 1º Edición - Abril 2014.


Fuente original: ALAI  Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/COP_20_21_Cambiamos_el_clima_o_el_sistema_economico

Nos plantean que frente a la transnacionalización causante del “crítico desabasto alimentario de una gran parte de la humanidad, así como del avance de la inequidad y de la pobreza”:

Saberes colectivos y diálogo de saberes en México
29 de noviembre de 2014

 

Este libro ha reunido un conjunto de textos donde los autores escriben sobre un tema de gran importancia ya que los sistemas de saberes colectivos y el diálogo de saberes en México son dos temas que surgen de la reflexión y en la discusión actual sobre diversas problemáticas contemporáneas, locales y globales, derivadas de la enorme crisis ambiental, las inadmisibles secuelas sociales de la transición epidemiológica, de la hambruna en diversas regiones del mundo y del crítico desabasto alimentario de una gran parte de la humanidad, así como del avance de la inequidad y de la pobreza, pero su emergencia no se agota ahí.

También son dos temas centrales que se encuentran envueltos en los debates sobre las nuevas formas de enseñanza, los antiguos y nuevos derechos humanos y culturales, la convivencia intercultural, el sentido civilizatorio, las nuevas racionalidades y en los enfoques sobre cómo y cuáles son los elementos claves para impulsar el desarrollo humano sustentable.
Coordinadores
Arturo Argueta Villamar 
Eduardo Corona-M. 
Paul Hersch Martínez
Cuernavaca: UNAM, CRIM; Puebla, Universidad Iberoamericana, 2011.
Contenido
Medio ambiente y áreas naturales protegidas


Fuente original: CRIM   Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Saberes_colectivos_y_dialogo_de_saberes_en_Mexico

III. Cuestionemos que después de CFK, viene la derecha. Tengamos en cuenta a las consecuencias de la política agroindustrial de Estado y su subordinación a las transnacionales como en los países neoliberales.

El delito según Monsanto

29 de noviembre de 2014
Por Lucas Paulinovich (La Brújula)
Los grandes actores del agro se ubican bien arriba entre los sectores que más infringen la ley: trabajo esclavo, blanqueo de capitales, evasión de impuestos, cuando no lisa y llanamente el asesinato encomendado de trabajadores. Pero aporta la porción fundamental de divisas a la economía y eso le gana impunidad y simpatías. Su presencia en las comunidades de la zona núcleo pampeana le dan autoridad: su palabra es la del sentido común. Así se exculpan y avanzan. 

La impunidad se construye como una cuidadosa armadura que se teje lenta y meticulosamente y protege sólo a algunos que tienen para pagársela. Después, la justicia hace el resto. El reparto de culpas y penas obedece a algunas reglas no escritas, pero sumamente consolidadas en la dinámica de los hechos. Así, hay condiciones que establecen una peligrosidad previa a cualquier delito. Más tarde es cuestión de encontrar alguna flagrancia y listo, el sistema punitivo tiene con qué alimentarse.

De acuerdo a la Procuraduría contra la Violencia Institucional (Procuvin), a mayo del 2014, alrededor del 60% de las 10.074 personas privadas de la libertad en cárceles federales se encuentra con prisión preventiva. Sólo el 40% tiene una condena firme. De los encerrados a disposición de jueves federales (3.467 personas) solo el 26,6% tiene sentencia. Y cuando se trata de los jóvenes de entre 18 y 21 años, los encarcelados preventivamente alcanzan el 84,1%. “El hecho de que la población de mujeres, jóvenes y trans sean los destinatarios de valoraciones más severas por parte del sistema judicial y de los mecanismos de evaluación de tratamiento penitenciario nos confirma y revela que se los considera no sólo más peligrosos, sino también con menos derechos, y a partir de este relevamiento evaluamos que en la materia está pendiente la vigencia concreta de derechos fundamentales y que esto, lejos de ser producto de evoluciones pendientes, refleja una política criminal concreta, y que ha sido objetada desde organismos internacionales”, decía el titular de Procuvin, Abel Córdoba.

Son pocos los grandes empresarios que habitan las cárceles y casi ninguno de los que mantienen trabajo esclavo o negrean mercaderías y evaden impuestos mediante triangulaciones fueron a caer en las redes de la justicia, que es un tejido demasiado débil para atrapar peces gordos. La gran masa de dinero ilegal que surge del blanqueo-evasión-triangulación se mezcla con el dinero espurio de otras actividades y dan vida y prosperidad a las inversiones urbanas. La exportación traza un hilo que lleva del agroextractivismo al narcotráfico, rastros de un modelo de despojo de recursos y un orden basado en privilegios. El delito económico como complemento necesario de la sangre derramada en las calles: todo confluyendo en un mismo puerto, de donde salen los granos y las drogas.

La impunidad garantizada desde los aportes de las grandes multinacionales a las escuelas, los clubes sociales y las universidades, aprovechando los huecos de negligencia del Estado, y a los grandes medios de comunicación, comprando voluntades en forma de anuncios publicitarios, cursos de perfeccionamiento y viajes al exterior; el sentido común financiado con los agrodólares: de esa forma se define cuáles son los delitos que es necesario combatir y qué delincuentes son los que se ven como una amenaza para la comunidad.

Morir por la productividad
Monsanto
, que proveyó uranio en la Segunda Guerra Mundial y cuyo Agente Naranja sirvió para exterminar la población vietnamita en la guerra, es el dueño y principal gestor de los agroquímicos que se esparcen irregularmente y contaminan las poblaciones que rodean los campos: es cuestión que caigan los cuerpos para que nazcan los frutos. Su nombre es la marca comercial que simboliza el triángulo de la expansión los agronegocios: siembra directa, biotecnología y paquete de agroquímicos. Un universo donde prevalece el capital financiero especulativo que tuerce la matriz del sector. La lógica productiva en su máximo esplendor.


La Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario realizó un relevamiento en el sur del territorio santafecino para detectar la incidencia del cáncer en las poblaciones: en pleno corazón del modelo productivo, la tasa promedio de casos nuevos de cáncer es de 368 por cada 100 mil habitantes, con un rango que llega a los 713,7 casos. El indicador nacional se encuentra en 206 casos nuevos al año por cada 100 mil habitantes según el Instituto Internacional del Cáncer (Iarc) de la Organización Mundial de la Salud.

Cae la lluvia que envenena las vidas para que los campos se vuelvan fértiles y se sostenga la alta explotación de las tierras que permita cumplir con los compromisos exportadores. Más producción y más rentabilidad son las consignas que se deparan para el desarrollo de la Argentina y que quedaron grabadas en los objetivos del Plan AgroAlimentario 2020, que poco explica acerca de las condiciones de ese incremento productivo que acarrea la muerte y la enfermedad, el desplazamiento de poblaciones, el agotamiento de la riqueza de los suelos y la concentración acelerada del negocio en un puñado de grandes actores. La gestión de los recursos naturales-productivos se traduce en la gestión de los recursos humanos, donde todo se reduce a fuerza de trabajo que si no produce lo suficiente, debe ser renovada por métodos más ágiles y eficientes. La ecuación es clara: más hectáreas, más exportación, no importa cómo ni por quién.

Ese compromiso de mayor eficiencia e inserción en el mundo como gran abastecedor de materias primas queda rubricado por todos los actores de importancia: ante la caída de las exportaciones y el contexto de crisis se reunieron en conferencia el subdirector periodístico del diario El Cronista, Hernán Goñi, el director ejecutivo de Dreyfus, Gonzalo Ramírez Martiarena, el presidente de Zed, David Lacroze, el Ceo de Monsanto, Luiz Beling y el gerente general de Cresud, Carlos Blousson. Todos llegaron a una misma conclusión: terminó la faltante de stock mundial y las fallas productivas que impulsaban los precios de los commodities, por lo que ahora es necesario tomar medidas para asegurar ese destino de exportación al por mayor. “El mundo sigue creciendo y la Argentina tiene una oportunidad increíble en los años por venir”, razonó Ramírez Martiarena.
Los grandes traders cerealeros saben por dónde van los objetivos productivos. Lacroze, cuya firma tiene negocios agrícolas, ganaderos y de exportación y fue presidente de la Junta Nacional de Granos en los ’80 y subsecretario de Agricultura de la Nación, expuso las necesidades en adelante pidiendo mayores liberalizaciones poniendo en duda el beneficio de los altos precios para el país: “favorecieron al gobierno de turno y le permitieron extraer más de 80 mil millones de dólares al sector y llevar el gasto al 43% del Pbi”. La discusión de las corporaciones del sector es esa: menos recursos públicos, más aprovechamiento de las rentas. Una forma del robo, pero por las elegantes vías legales.

Con la fuerza de la ley, con la fuerza de las armas…
Las grandes multinacionales necesitan confirmar su predominancia económica con la imposición de la fuerza. Monsanto, ejemplo paradigmático, es una de esas empresas que utiliza la fuerza para silenciar y detener a aquellos que denuncian sus abusos y atropellos, que atentan contra las bases económico-productivas de un país y contra las vidas de los pobladores. La utilización de la fuerza como método de sofocación es el rasgo característico del acampe de Malvinas Argentinas, donde los manifestantes fueron sistemáticamente reprimidos por oponerse a la instalación de una plata del gigante transnacional. El delito se define según el rango y según la cercanía con aquellos que hacen actuar la ley.
Esa empresa que traza complicidad con las fuerzas de seguridad pública se presta también a la preparación de su propio patrimonio de choque: a principios de noviembre se anunció la compra por parte de Monsanto de Blackwater, el mayor ejército de mercenarios del mundo, famoso por la masacre de civiles llevada a cabo al servicio del imperialismo norteamericano.
La relación con Monsanto viene de largo: en 2008 Monsanto contrató los servicios de Total Intelligence, cuyo director era Cofer Black, que a partir de prestar su facultades para espiar e infiltrarse en organizaciones de derechos humanos y de activistas antitransgénicos y de fijar la sumisión de las corporaciones biotecnológicas y farmacéuticas, trabó una amistad y relación que se destiló en sociedad. En la Argentina desarrolló sus habilidades persecutorias contra aquellas organizaciones que denuncian su posición hegemónica y las prácticas abusivas que desconocen todo derecho a la vida de las poblaciones. Las muertes provocadas por los productos químicos impuestos en el mercado y por las acciones de las fuerzas de seguridad (públicas y privadas) a su servicio, difícilmente lleguen a los estrados judiciales. Las consecuencias del modelo de saqueo tienen que ser contenidas: ninguna de esas prácticas son percibidas como delitos. Tampoco los directivos van a la cárcel. Imposible mejores garantías para el ejercicio del crimen.
Fuente original: http://brujulacomunicacion.com/index.php/noticias/notas/item/1032-el-delito-segun-monsanto Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=192603

II. Cuestionemos que después de CFK, viene la derecha. Tengamos en cuenta a las consecuencias de la política agroindustrial de Estado y su subordinación a las transnacionales como en los países neoliberales.

Manifiesto contra los agrotóxicos

29 de noviembre de 2014
"Que esto representa una agresión sistemática a la vida de grandes masas poblacionales, con la complicidad de los funcionarios del estado. Podría configurar un crimen de lesa humanidad; seguramente constituye una violación sistemática de los derechos humanos y puede describirse por ello como genocida y ecocida."
Buenos Aires, 11 de noviembre de 2014

Dadas las evidencias de graves daños provocados por el uso irracional de agrotóxicos, denunciado por los docentes de escuelas rurales de distintas provincias el martes 28 de octubre en la audiencia pública realizada en el anexo de la Cámara de Diputados de la Nación, y avaladas por pruebas científicas obtenidas por especialistas de primer nivel internacional manifestamos:

1.Que el empleo generalizado e irracional de agrotóxicos constituye una parte importante de una matriz económica de carácter extractivista, que incluye también la minería a cielo abierto, el petróleo y el gas no convencionales, la práctica del monocultivo de soja y otras actividades depredadoras del medio ambiente, cada una de las cuales merece un tratamiento especifico. En esta oportunidad nos concentraremos exclusivamente en las consecuencias de los agrotóxicos.
2.Que los agrotóxicos diseminados masivamente, aunque sea de manera controlada, están constituidos por mezclas en las que el glifosato suele constituir el ingrediente más importante, pero no el único. No existen investigaciones rigurosas para evaluar los efectos adversos de cada una de las posibles mezclas, pero los estudios de campo y los experimentos de laboratorio demuestran de modo irrefutable que cada uno de los mencionados ingredientes producen daños crónicos y agudos directos en los habitantes de los territorios fumigados, y de manera indirecta en los habitantes urbanos que consumen los alimentos contaminados por las sustancias utilizadas en su producción o diseminadas en las inmediaciones de los sembrados. Nuestra hipótesis consiste en que las mezclas pueden potenciar la toxicidad de sus ingredientes.
3.Que indicadores fuertes de estos efectos se evidencian en el aumento significativo producido durante los últimos años de casos de enfermedades relacionadas con los efectos mutagénicos (agentes que dañan el material nuclear y producen células con un genoma nuevo, las cuales en muchos casos resultan origen del cáncer) y teratogénicos (daño que ocurre durante el proceso embriológico que lleva a malformaciones, algunas letales, que producen en tal caso abortos espontáneos) de la exposición continua y sistemática a los agroquímicos, solos o en mezcla, diseminados en dosis crecientes. Los recientes estudios dados a conocer realizados en el “Campamento Sanitario de Monte Maíz”, demuestran el incremento de más de 5 veces la tasa promedio de los casos de cáncer, de más de 8 veces la de nacimientos con malformaciones genéticas, de aumento significativo de casos de enfermedades respiratorias, dermatológicas, abortos espontáneos y autismo. El mayor daño se ubica en la banda etaria de los primeros años de vida.

4.Que a pesar de las continuas y reiteradas denuncias efectuadas por docentes y vecinos de las comunidades afectadas a los funcionarios e instituciones de los organismos responsables de salud, educación y ciencia y técnica, tanto municipales, provinciales como nacionales, la respuesta hasta el momento ha sido no solamente nula, sino que se expresó con persecución laboral, tanto de los organismos públicos como de las empresas privadas.

5.Que esto representa una agresión sistemática a la vida de grandes masas poblacionales, con la complicidad de los funcionarios del estado. Podría configurar un crimen de lesa humanidad; seguramente constituye una violación sistemática de los derechos humanos y puede describirse por ello como genocida y ecocida.

6.Que habida cuenta que estos son eventos intencionales, complejos y dolosos compuestos de múltiples acciones y diversas secuelas y consecuencias, ameritan una forma colectiva de defensa. Tal y como se la define en doctrina Fontan Balestra referida a la agresión física, se libera la posibilidad de ejercer genuinamente el DERECHO DE LEGITIMA DEFENSA. 

7.Que debería declararse la emergencia de salud a nivel nacional que contemple las siguientes medidas en carácter inmediato:

a) Primera medida: suspensión de toda fumigación como medida cautelar. En las jornadas de docentes de escuelas fumigadas, se mencionó que solo se consiguió a través de la lucha del pueblo en distintas provincias que se aumentara el perímetro de fumigación alrededor sobre distintas escuelas. Sin embargo debemos enfatizar que tal medida es insuficiente y no alcanza para proteger la vida.

b) Segunda medida. Establecer diagnóstico de la patología existente a todas las personas con síntomas tóxicos potencialmente derivados de los químicos utilizados, incluyendo los antecedentes ambientales del paciente en cada historia clínica. El mismo debe realizarse en forma gratuita por los organismos públicos pertinentes, (incorporando los datos y antecedentes ambientales a la historia clínica con el fin de establecer análisis epidemiológicos posteriores). Además en el proceso del alta, restablecer a la persona afectada a un hábitat libre del agente causante. 

c) Tercera medida. Solicitar desarrollos de investigación a las Universidades Públicas y el MinCyT, que profundicen la exploración de la conexión entre los agroquímicos y la prevalencia creciente de enfermedades incapacitantes y letales que están apareciendo cada vez con mayor frecuencia, tal como lo demostró claramente en sus investigaciones el Dr. Andrés Carrasco.

d) Cuarta medida. Realizar análisis de muestras de alimentos en las ciudades porque los mismos pueden estar contaminados con agrotóxicos.

e) Quinta medida. Etiquetar los alimentos para definir el modo de agricultura empleado para su producción.

f) Sexta medida. Exigir a las autoridades universitarias y estatales que informen exhaustivamente los datos en su poder que muestran la toxicidad de los agroquímicos.

g) Séptima medida. Denunciar al intendente de Coronel Suarez, Osvaldo Fuentes Lema, por la actitud de perseguir ideológicamente a cualquier persona que realice los presentes cuestionamientos, como actualmente ocurre con Emanuel Garrido, recientemente despedido por denunciar la fumigación sobre las escuelas rurales
Firmantes (...)

Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Manifiesto_contra_los_agrotoxicos

I. Cuestionemos que después de CFK, viene la derecha. Tengamos en cuenta a las consecuencias de la política agroindustrial de Estado y su subordinación a las transnacionales como en los países neoliberales.

México: Encima de todo, una puñalada transgénica

29 de noviembre de 2014
Por Elena Álvarez-Buylla*

 

En medio del luto que nos sacude a raíz de la tragedia de Ayotzinapa, sorprende la noticia de que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha aprobado el libre consumo de 132 productos transgénicos, de los cuales 50 por ciento corresponde a maíz, el resto son de algodón, soya y canola, entre otros.
Esto manifiesta entusiasta Alejandro Monteagudo Cuevas, director ejecutivo de AgroBio México, pues mantiene el negocio en lo que se aprueba la siembra de maíz transgénico, declaró recientemente.
Gracias a una acción colectiva se logró la suspensión de la liberación de maíz transgénico en México, con base en evidencias científicas sobre su impacto nocivo en el ambiente y la biodiversidad del maíz nativo. El futuro del maíz, ante retos de cambio climático y otros, depende de las variedades nativas mexicanas, producto del cuidado de los pueblos autóctonos y que hoy aún sustentan una parte importante de la producción nacional. La liberación de maíces transgénicos las amenaza de múltiples formas.
Parece que para compensar esta interrupción del negocio de productoras monopólicas de transgénicos, y a costa de la soberanía alimentaria y la salud de todos, el Estado aprueba el consumo de algunas más de sus líneas transgénicas. Este favor a las trasnacionales coincide con que en varios países de Europa, Asia y América rechazan los transgénicos. Es abundante la evidencia científica de los daños en la salud por su consumo, incluyendo los agrotóxicos que se usan en su cultivo.
A estudios hechos en animales se suman datos epidemiológicos en Paraguay, Argentina y Estados Unidos, país en el que la salud de sus habitantes se ha deteriorado aceleradamente en los últimos 20 años. El aumento de muertes a causa de varios tipos de cánceres, diabetes, daño renal o por alteraciones metabólicas, o incluso por enfermedades como Alzheimer, a partir de mediados de la década de 1990, es pavoroso. Esto ha sido publicado en las revistas de mayor reconocimiento científico. ¿Cuál es la causa de esta tendencia? Estudios recientes indican que el consumo de transgénicos y sus agrotóxicos asociados pudieran tener un papel causal. 

Los transgénicos se empezaron a liberar masivamente en Estados Unidos a principios de 1990. Uno de los componentes que más claramente se correlaciona con la tendencia es el glifosato, llamado Faena en México. Este herbicida se usaba desde aproximadamente 10 años antes de la liberación de los cultivos transgénicos en Estados Unidos, pero empezó a usarse masivamente en los transgénicos tolerantes al mismo. En Europa no se aprobó la siembra de transgénicos tolerantes a este agrotóxico y se evita su consumo. La correlación entre el aumento de la prevalencia de enfermedades y el uso de glifosato y/o el cultivo de soya y/o maíz transgénicos tolerantes al mismo es mayor a 90 por ciento en muchos de los casos a partir de mediados/finales de la década de 1990. Aunque una correlación no indica causalidad, el hecho de que la correlación sea tan alta para tantas enfermedades (22 estudiadas) indica que este herbicida es un agente causal.

Los estadounidenses están sujetos a contaminantes en agua, aire y comida, y al parecer el glifosato afecta sistemas corporales que lidian con ellos. A pesar de ello, el gobierno estadunidense sigue usando a su población de conejillos de indias, no ha aprobado el etiquetado de transgénicos, y tampoco prohíbe el uso del faena y otros agrotóxicos. Algunos expertos aluden a corrupción. Estos expertos insisten en que las instituciones públicas que regulan el uso de estas sustancias deberían aplicar el principio precautorio, más que esperar a que aparezcan los daños. Éstos y la permanencia de los tóxicos en el ambiente son difíciles de revertir; y ahora que se va conociendo la importancia de la herencia epigenética, es probable que la exposición a tóxicos afecte a las futuras generaciones, aun si los hijos y nietos de estas ya no estuvieran expuestos. En ausencia de corrupción, el faena nunca se hubiera aprobado para uso masivo y sería retirado del mercado. Además, la presencia y diseminación de los organismos transgénicos mismos, que implican una contaminación con vida propia e impactos impredecibles, será irreversible si no se para ya. Esto es particularmente importante para centros de origen y diversidad, como es el caso de México para el maíz. Ante los datos recientes en torno a los daños en salud por el cultivo y consumo de transgénicos, lo único aceptable es impedir que estos cultivos contaminen nuestro ambiente y alimentos. Su razón de ser es sólo el lucro; a 20 años de su liberación no han alimentado a un solo hambriento del mundo y tampoco han aumentado los rendimientos o disminuido el uso de tóxicos.

Por todo lo anterior, sorprende que el actual y los dos anteriores gobiernos de México sacrifiquen nuestra soberanía alimentaria y sanitaria, nuestro ambiente y alimento, así como nuestra salud, a cambio de oscuros acuerdos comerciales. Las evidencias científicas de los últimos años, que muestran una fuerte asociación entre el consumo de alimentos transgénicos y la exposición a glifosato con el aumento de la prevalencia de enfermedades tales como inflamación en el intestino, incidencia de ciertos tipos de cánceres, alteraciones renales y enfermedades neurodegenerativas (por ejemplo: Interdiscip Toxicol. 2013; Vol. 6(4): 159-184; ver aquí) tendrían que ser suficientes para impedir que este tipo de agrotóxicos contaminen nuestros alimentos.

* Coordinadora de campañas, UCCS (más información en: www.uccs.mx ), e investigadora del Instituto de Ecología, UNAM


Fuente original: La Jornada  Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Noticias/Mexico_Encima_de_todo_una_punalada_transgenica

sábado, 29 de noviembre de 2014

III. Reflexionemos sobre cómo el capitalismo puede seguir adelante.


Vaticano 2.0 ¿Iglesia Reformada? 
Ficha de Debate
La Caldera
Noviembre 2014

Los seres humanos actuamos en la historia por medio de nuestras creencias, ideas, valores, de nuestra subjetividad: esa subjetividad es nuestra mediación con el mundo. Esa subjetividad es la forma en que el mundo se nos hace objetivo. Y es también por ello un campo de batalla.


En los últimos años venimos atravesando un momento de redefiniciones en medio de una prolongada crisis económica mundial y también nacional. Esta crisis trae aparejada una creciente presión para extender e intensificar las relaciones capitalistas, precarizando y desocupando cada vez a más trabajadores en todo el mundo. Esta es la lógica del capital y su expresión en graves e incalculables consecuencias sociales y naturales. Esta lógica no sólo avanza “desde afuera” de lxs trabajadores. Al mismo tiempo impregna nuestras prácticas, nuestras relaciones sociales cotidianas, nuestra cultura. ¡La mercantilización del mundo nos abarca a nosotros también!

La posibilidad de avanzar hacia una humanidad en el marco del orden capitalista y patriarcal se presenta cada vez más inviable. Pero las clases subalternas, aquí y allá, ponemos en cuestión los discursos y prácticas de las clases dominantes. Aún por debajo de nuestras expectativas militantes, las resistencias vienen creciendo desde el reflujo noventista. Un sostenido crecimiento de diversos movimientos sociales dio lugar a importantes experiencias y conquistas populares desde abajo, así como a encuentros progresivos como el Foro Social Mundial y los movimientos antiglobalización.

En sus inicios, esa alza tomó en parte la forma de alianzas sociales que dieron sustento a gobiernos reformistas, llamados a frenar la crisis de los estados-nación vía la integración de sectores populares que conformaban aquellas alianzas. Pero fracciones importantes del movimiento popular persistimos en una línea de independencia de clase, volcándonos a la acumulación de fuerzas, conscientes que aún no podíamos tomar la iniciativa en la disputa en el plano político-estatal.

Este ciclo “reformista por arriba” encontró fuertes limitaciones. Las mejoras iniciales fueron posibles con algunas reformas en las políticas públicas y el aprovechamiento del alza del precio de las materias primas exportables. Pero una vez que este ciclo de alza llegó a su fin, quedó al descubierto que no es posible obtener mejoras sustanciales y sostenibles en el tiempo sin encarar un proceso de reformas estructurales impulsadas por una fuerza social conducida por los trabajadores, fuerza que pueda sostener una socialización democrática de las relaciones de poder, para proyectar estas reformas en un sentido anticapitalista. 

Las limitaciones de este ciclo reformista están mostrando una fuerte crisis tanto en Brasil y Argentina como en los países del ALBA. En el caso venezolano, los sectores que impulsan la autoactividad de las masas y la independencia de clase, deben enfrentar cada vez una mayor oposición, no sólo de la derecha sino también dentro del propio chavismo, esto en el único país donde el momento reformista podía devenir en revolucionario en un corto plazo.
Tras la muerte de Chávez el ALBA viene recostandose cada vez más hacia su derecha, hacia los países del MERCOSUR e incluso de la UNASUR, así como con los países del BRICS.  

Chávez expresó en sus últimos meses de vida una fuerte reflexión antiburocrática y un decidido llamado al protagonismo popular, un llamado que podía ser tomado como bandera a desarrollar por las masas. Pero, en febrero de 2013, mientras Chávez agonizaba, renunciaba el Papa Ratzinger a su cargo. Los nuevos ánimos que la muerte de Chávez podían provocar en sectores populares transformadores de base, quedó neutralizada en parte por la inmediata bienvenida de la conducción del chavismo a la asunción del primer Papa latinoamericano, Jorge Bergoglio, con quien comenzó a aliarse rápidamente.

Desde esa asunción papal, el centro de la escena fue ocupada cada vez más por una voz que se nos re-propone como interlocutor universal, abriendo el diálogo con buena parte de las reivindicaciones propias de los movimientos sociales contemporáneos. Esa voz es la del máximo representante de la Iglesia Católica, es la voz del Vaticano, la del Papa Francisco.

Pero ¿qué sucedió para que el Vaticano asuma esa representación luego de un Papa tan antipopular como Benedicto XVI? Fue necesaria una fuerte crisis de legitimidad de la institución más poderosa de los últimos siglos para que un enclave conservador elija a un Papa de retórica populista como cara visible de la Santa Sede. Lo hicieron asegurando un acodado tiempo de acción, eligiendo a un cardenal de 77 años. 
Los factores más visibles de esa crisis son los escándalos de lavado de dinero y la relación con la mafia del IOR (Banco del Vaticano); los casos de pedofília y sus costosos juicios; y la pérdida de feligreses a nivel mundial. 

Sin embargo, esta crisis vaticana está también unida a la crisis del predominio europeo en sus estructuras de dirección y puede ser leída en el marco general de la crisis de legitimidad del proyecto europeo en el actual contexto de multipolaridad. Y aquí por proyecto europeo no debe entenderse sólo el llamado estado de bienestar, sino más bien la asociación subordinada de Europa al capitalismo anglosajón norteamericano. La insistencia de la clase dominante en Europa que busca salir de la crisis económica actual con más neoliberalismo, no ha encontrado respuestas positivas. Esa salida tiene como piedra de toque una baja de los costos laborales y sociales para que a las transnacionales les convenga invertir nuevamente en el viejo continente y dejen de trasladarse a otras regiones. Pero esta estrategia está destruyendo condiciones de vida históricas sin reponer suficientemente la competitividad requerida por esas empresas para volver a invertir. Europa sigue estancada, mientras la legitimidad del orden se agrieta día a día. 

Crisis del neoliberalismo y crisis de la iglesia conservadora. 

Esta crisis del capitalismo en Europa y del neoliberalismo en general, converge con la crisis orgánica de la Iglesia Católica. Podemos hablar entonces de una revolución pasiva, desde arriba, en la cual la iglesia reconfigura sus fuerzas internas para transformarse en algunos aspectos, y así reconstituir su fuerza moral y su conexión orgánica con los sectores populares. Este transformismo de mano de su ala progresista, preanuncia una iniciativa de la iglesia en el plano del modelo de sociedad, en Europa y en el mundo. Ese modelo de sociedad se perfila no-neoliberal, pero no es claro si pretende una vuelta al desarrollismo. Probablemente este debate, sobre qué modelo de sociedad capitalista propugnar, esté en curso actualmente. 

La asunción de este Papa latinoamericano y jesuita abre parcialmente el juego que monopolizaban los sectores conservadores oligárquicos de la curia romana (parte, a su vez, de la fuerza social que condujo a la crisis) a otros sectores, que hasta ahora se encontraban subordinados a aquellos. Ofrece la posibilidad de recuperar la iniciativa, luego de un período a la defensiva, a los Jesuitas, que cuentan con cuadros de influencia política y capacidad de gestión. Se caracterizan por ser una orden disciplinada, conservadora y ortodoxa en lo doctrinario, pero con una mirada basada en la doctrina social de la Iglesia (1).

En esta renovación vaticana se dio la transformación de Bergoglio de ser un antipático y reaccionario arzobispo a un Papa sonriente y humilde. Pero estas expresiones en el reino de los signos no pasan solamente por una propuesta gestual. Mucho más significativo que la apertura discursiva es el reciente Encuentro Mundial de Movimientos Populares -27 al 29 de octubre de 2014- realizado en el Vaticano. Allí diversos movimientos sociales, que encausan varias de las luchas populares de Latinoamérica, dedicaron en tres días de encuentro un día entero a escuchar la palabra del Papa, para luego difundier su mensaje por los canales propios. Escucharon al Papa y difundieron la Iglesia.

¿Qué tipo de mensaje propuso la curia a través del Papa en ese encuentro? Uno que interpela a los movimientos sociales: tierra, techo y trabajo. Un mensaje que retoma del concilio Vaticano II la diatriba contra el ‘dios dinero’. Piensa en la ecología, se hace eco de los límites de la democracia formal, y plantea que la doctrina de la Iglesia ya es de por sí revolucionaria. Un mensaje a los movimientos sociales para caminar junto a la curia, un mensaje que plantea la integración, el reconocimiento, y la confluencia entre ambos. Ante todo, la gobernabilidad de las fuerzas sociales dominantes que deben escuchar al pueblo y ponerse al servicio del mismo (escuchando, y asistiendo, pero sin modificar las jerarquías) para realizar las transformaciones “necesarias”. Trocar la lucha de clases por la negociación, enfocando hacia allí las luchas sectoriales. Presenta los desastres del capitalismo como un asunto de base individual: una falta de solidaridad con el otro; un falso altruismo; una falta de diálogo, un remplazo de Dios por el dinero. Propone como solución a estos males una cultura humanista que diluye el papel de las relaciones de producción -separación violenta de los trabajadores respecto a los medios de producción-. 

Al mismo tiempo, se propone velar el rol de la iglesia en el mantenimiento de las relaciones actuales y en su propia conformación. La estructura de la Iglesia Católica, más allá de sus representantes, legitima la propiedad privada a través del sistema patriarcal y, en tanto principal institución que impone y reproduce dicho sistema, refuerza las relaciones sociales de opresión y dominación necesarias para la continuidad del orden social vigente. Material e ideológicamente es un enclave fundamental para la conformación de estados capitalistas, ejércitos imperialistas, conquistas y genocidios de toda índole (2).
  
La iglesia católica, responsable del genocidio a las mujeres durante la inquisición, de la expropiación de las tierras a los pueblos originarios de Nuestramérica y su posterior intento de aniquilación, se presenta hoy como la posibilidad de cambio, acompañando a los sectores menos favorecidos obviando la estrecha relación entre la situación actual de los mismos y los intereses históricos que guían a la política eclesiástica. 

En terreno enemigo, más allá de la palabra...

No faltan ejemplos que se desplazan del plano de las imágenes del Papa de los pobres que se construyeron en este año. En relación a los límites de la democracia formal, el consejo asesor que creó el Papa -el G8 Vaticano- como gesto de democratización de una Iglesia de 1200 millones de católicos está coordinado por Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, que fue uno de los principales operadores del golpe de estado en Honduras contra los movimientos sociales. Sobre el dios dinero, la prometida limpieza de las finanzas mediante la transformación del IOR en un Banco ético -que presta sin interés- se limitó únicamente a una publicación de los balances en Internet y actualmente genera una ganancia de 55 millones de euros -sin trabajar- por obra y gracia del dios dinero. En relación a la renovación de la Iglesia, pesan sobre Bergoglio el mantenimiento del Padre Grassi y el Obispo Storni -ambos pedófilos- mientras excomulgó a los sacerdotes de Inclusión Católica por estar a favor del matrimonio igualitario; la continua segregación de la mujer de la dirección de la curia, en palabras retóricas de Francisco: “Las mujeres en la Iglesia deben ser valoradas y no ‘clericalizadas’. Pensar en las mujeres como cardenales es también clericalismo”; por no hablar de la actual injerencia en asuntos del Estado Argentino como en el caso de las reformas del Código Civil y Penal, con el antecedente de sus declaraciones sobre el matrimonio igualitario como impulsado por “la envidia del Demonio que pretende destruir la imagen de Dios”.

Esta parcial renovación, a la que recurre la curia, proviene del ethos de una Latinoamérica que a pesar del exterminio de gran parte de los proyectos políticos de la clase trabajadora en los setenta logró poner en pie amplios movimientos sociales que enfrentaron desde sus diversas posiciones sectoriales décadas de neoliberalismo. Este recurrir de la curia a ese ethos como forma de construir legitimidad es significativo para pensar nuestro presente. ¿Qué se juega en el paso del Foro Social Mundial en Porto Alegre 2001 al Encuentro Mundial de Movimientos Populares en el Vaticano 2014? ¿Qué pasó del lado de la organización de la clase trabajadora? Es tentador hacer un paralelismo local entre el estallido del 2001 y la transversalidad e incorporación de movimientos sociales al aparato estatal de manos del kirchnerismo.

Puede pensarse en una falta de capacidad de nuestra clase de volver a generar una opción política propia que logre superar las reivindicaciones sectoriales y construya una voz de conjunto. A falta de esa voz de la clase que articule políticamente los distintos frentes y movimientos, la dirección es asumida por posiciones interclasistas donde la burguesía viste ora de cordero, ora de lobo. Se vio con la apertura kirchnerista, se puede ver con el encuentro Vaticano. Esta misma incapacidad de nuestra clase es la que desarma al movimiento y permite al Vaticano ofrecerse como quien puede prestar esa voz desde su propia estructura y sin temor de ser arrastrado por las luchas populares.

Hay que agregar también que la necesidad de legitimación de la iglesia hacia estratos populares y creyentes se da precisamente luego del desarme de los movimientos progresistas dentro de la Iglesia tras tres décadas de purga neoliberal encabezada por Juan Pablo II (quién nombró como cardenal presbítero en 2001 a Bergoglio y a quién Francisco está santificando ahora). Por eso, a diferencia de la fuerte efervescencia que caracterizó a la Iglesia en el período del Movimiento de sacerdotes para el Tercer Mundo (1967-1976 aprox.), esta reconfiguración de la propuesta discursiva populista del Vaticano se da en un contexto completamente diferente.

Sí podría trazarse un paralelo con la asunción de Juan XXIII en los cincuenta y con edad avanzada, luego de varios papados conservadores. Allí sorprendió al asumir y llamar de inmediato al Concilio Vaticano II, abriendo las ventanas del Vaticano. Esa renovación vio inconclusa su función relegitimadora. Aquella apuesta de apertura entró en un cono de sombras en los setenta y fue boicoteada exitosamente por el ala reaccionaria de fuera y de dentro del Vaticano, como el asesinato del Papa Juan Pablo I y el asesinato de Aldo Moro. La asunción de Juan Pablo II junto a Reagan, Tatcher y las dictaduras latinoamericanas (entre otros) pararon en seco aquella apertura en la iglesia y también en las sociedades capitalistas. Aquella exitosa reacción avanzó, pero su hegemonía ha vuelto a entrar en crisis.

Pero el Bergoglio que viene a relegitimar a la iglesia y su función hegemónica, no vio pasar por fuera la larga purga vaticanista que va de 1978 al 2013. Ni llega ahora azarosamente a la cúspide del poder. Es parte de la depuración, entre otros de los padres Francisco Jalics y Orlando Yorio, quienes estuvieron desaparecidos en la ESMA en 1976. El propio Jalics relata los hechos refiriéndose al actual Papa: “Mucha gente que sostenía convicciones políticas de extrema derecha veía con malos ojos nuestra presencia en las villas miseria. [...] nosotros sabíamos de dónde soplaba el viento y quién era responsable por estas calumnias. De modo que fui a hablar con la persona en cuestión y le expliqué que estaba jugando con nuestras vidas. El hombre me prometió que haría saber a los militares que no éramos terroristas. Por declaraciones posteriores de un oficial y treinta documentos a los que pude acceder más tarde pudimos comprobar sin lugar a dudas que este hombre no había cumplido su promesa sino que, por el contrario, había presentado una falsa denuncia ante los militares” (Jalics, Ejercicios de meditación, 1994). Bergoglio, en ese entonces ya había nombrado en la Universidad del Salvador -bajo su influencia- a dos profesores provenientes de la Guardia de Hierro, organización con la que estaba vinculado. Para 1977 a través de uno de ellos, Francisco “Cacho” Piñón, entregaba la designación de Profesor Honoris Causa al almirante Emilio Eduardo Massera.

Este contexto de catolización de lo militar no es nuevo. Tampoco su reverso: la participación de las fuerzas represivas en el ordenamiento de la Iglesia. Está ligado a la creación del Vicariato Castrense en Argentina en 1957, un ordenamiento militar dentro de la Iglesia que se ocupa de asistir al personal civil y militar de las distintas fuerzas. Este instituto tiene como finalidad proveer a las fuerzas represivas la ideología de la “occidentalidad cristiana” como aglutinante y va de la mano de la justificación de la tortura y el exterminio, cuyos métodos fueron importados en común de la denominada Escuela Francesa en el mismo año. Así cuando en 2011 Bergoglio fue citado por la apropiación de niños por la dictadura cívico-militar-eclesiástica, desconoció haber tenido noticias sobre la desaparición de niños hasta fines de los noventa, a pesar de que figuran cartas de su puño y letra de fines de los ‘70 derivando los pedidos de familiares hacia las instancias que articulaban con los órganos represivos. Al momento de conocerse la sentencia por crímenes de Lesa Humanidad contra el capellán Von Wernich - quien era parte como capellán de la estructura de la policía bonaerense en 1977 -, Bergoglio manifestó que ‘una oveja descarriada la tiene toda organización’, enmarcó el proceder del capellán como responsabilidad personal, y no le aplicó ninguna sanción eclesiástica.


En el momento de su mayor poder local, el entonces arzobispo Bergoglio, no dudó en mantener al Obispo Castrense Antonio Juan Baseotto cuando en 2005 este sugirió que el entonces Ministro de Salud Ginés González García “merece que le cuelguen una piedra de molino al cuello y lo tiren al mar” por haber apoyado la despenalización del aborto. O la violenta censura de Bergoglio a la muestra de arte de León Ferrari en 2004, quien luego de un juicio en su contra por parte de la Iglesia y distintas intimidaciones declaraba: "El cardenal (Jorge) Bergoglio escribió una carta en contra de la muestra que leyeron en todas las iglesias diciendo que era blasfemo. La blasfemia en la religión se paga con la muerte por lapidación. Así que cuando procesaron a los muchachos que rompieron algunas obras, pensé que tendrían que haberlo condenado al cardenal Bergoglio porque él había incitado a esta gente para que las rompiera. Por suerte no me rompieron la cabeza". 

Así, tanto la convalidación del uso selectivo de la violencia, y su contracara institucional, la articulación a través del Vicariato Castrense con las fuerzas represivas, sigue vigente hoy en el seno de la Iglesia a pesar de los discursos de reconciliación que propuso Bergoglio en relación al genocidio sufrido en Latinoamérica. En el juicio de este año por el asesinato cometido por la dictadura contra el Obispo Angelelli, Bergoglio envió a los jueces material clasificado del archivo secreto vaticano, donde se demuestra que en el Vaticano estaban bien informados del genocidio. Sin embargo este material es indudablemente una parte ínfima de los documentos secretos que permanecen ocultos. El Vaticano sigue reservándose la información (que es poder) y usándolo sólo cuando sirve a sus fines particulares. La verdad y la justicia siguen encarceladas en esos claustros. 

Saquen sus rosarios de nuestros ovarios

Desde el movimiento feminista y de géneros se viene dando un avance en materia de derechos y de disputa simbólica en relación a las múltiples opresiones que sufren quienes no entran en la norma heteropatriarcal y también quienes inscriptos en la norma, lo hacen bajo una libertad desfigurada, bajo la amenaza del castigo moral. El rol de la iglesia en el refuerzo de estructuras y relaciones de dominación, como puede ser la familia nuclear heterosexual, es conocido y, consideramos, suficientemente probado. El rol impuesto por la religión católica hacia las mujeres, madre, sumisa, virgen, complaciente, amorosa, etc., se presentan en todas las dimensiones de la lucha social y política. En este marco, la apertura promovida por Bergoglio respecto a la postura histórica acerca de la homosexualidad y el divorcio es aparece como una señal  que, con el objetivo de relegitimar a la iglesia y reconectarla con vastos sectores de la sociedad, puede moderar algunas de sus posiciones reaccionarias.  

Sin embargo, en países como el nuestro, donde los movimientos sociales y las organizaciones de la clase trabajadora venimos retomando y construyendo los debates y prácticas más radicales en relación a la liberación de las mujeres y las identidades sexo genéricas no hegemónicas, el avance y la relegitimación de la iglesia católica en tanto institución mundial implica un retroceso en el control de nuestros cuerpos, sexualidades y relaciones sociales saludables, aunque en países más retrasados en estos aspectos, la moderación de Bergoglio abrirá algunas puertas. 

Los desafíos que se nos presentan a las organizaciones feministas y de izquierda son mayores, ninguna conquista es para siempre (más aun en este contexto de resurgimiento de la fe católica) y la posibilidad de retroceder nos obliga a consolidar lo acumulado y conquistado. El ejemplo más reciente es la influencia de la Iglesia en el sostenimiento de la ilegalidad del aborto por el Estado argentino. El poder eclesiástico lo observamos cada año en los Encuentros Nacionales de Mujeres, donde se visibiliza y se denuncia la complicidad de la iglesia con los poderes políticos provinciales, y debemos enfrentar las campañas y estrategias de boicot de grupos católicos que refuerzan e inciden en la obstaculización para ganar derechos y defender nuestras conquistas. Sabemos que, con un Papa argentino, los intereses de la Iglesia Católica argentina están más protegidos que nunca, y el Estado seguirá habilitando y financiando la educación religiosa, y garantizando la impunidad ante los abusos sexuales a menores, como el caso del sacerdote platense Ricardo Gimenez. 

Porque las revoluciones crecen desde el pie...

Es claro que la mágica conversión de Bergoglio, responde a la nueva posición de poder que ocupa en relación con la coyuntura mundial y de la Iglesia misma. Lo problemático aparece cuando se quiere presentar una América grande que trasciende sus límites de la mano del Papa -como lo hace el PCR o el Movimiento Evita-, y se olvida que se propone una América Católica. Que no solamente significa un retroceso en la separación de la Iglesia y el Estado, un refuerzo a la miríada de instituciones dogmáticas vinculadas con las fuerzas represivas y un nuevo impulso para la hegemonía católica frente a otros credos, sino que se sostiene una posición populista basada, aún en sus aspectos progresivos, en una ilusoria separación del discurso de la curia, a través del Papa respecto de la práctica de la Iglesia que lo hace posible. Si bien hay un retorno de la práctica de la colegialidad, es decir el encuentro entre pares dentro de la iglesia y una posibilidad de diálogo más genuino (contraria a la práctica jerárquica de la bajada de meras órdenes), la realidad es que estructuralmente la ley fundamental siguen siendo los votos de obediencia. En el mismo sentido se replantea una relación menos jerárquica del Vaticano con los movimientos sociales, pero la historia nos indica que si coyunturalmente ello es posible, es muy dudoso que una iglesia relegitimada no vuelva a asumir su rol histórico respecto a nuestros movimientos.

La pregunta entonces no es por el Papa, o por estilos discursivos, sino más bien por la organización y por la conciencia. Por los movimientos sociales que luego de años de distintas construcciones latinoamericanas deciden establecer como una sede de sus luchas al Vaticano. ¿Qué tipo de conciencia social refuerzan? ¿Esta relación de los movimientos sociales les servirá para reforzar su construcción de base y la conquista de sus reivindicaciones?

Los documentos oficiales del encuentro de los movimientos sociales con el papa, incluyen en sus conclusiones parte de las reivindicaciones históricas de los movimientos respecto a la tierra, la vivienda y el trabajo. La parte más elemental de esas reivindicaciones, pero que así y todo sería muy importante realizar en lo inmediato. También se plantea que los sectores populares no sólo deben pedir, sino más bien organizarse, luchar y conquistar esas reivindicaciones. Y es posible que importantes sectores populares se sientan más llamados y motivados a seguir ese camino luego de esta declaración junto al Vaticano. Y aún más, es factible que esas luchas sean encaradas de conjunto con sectores cristianos de base. 


Con esta intervención no pretendemos rechazar apriori esa unidad de acción, ni mucho menos de quitar motivación a la lucha. Sí queremos distinguir la unidad de acción respecto a la unidad orgánica. En nuestra opinión hay que estar predispuestos a la unidad de acción, como lo venimos haciendo en numerosas luchas populares, en tomas de tierras, en las luchas piqueteras, en la construcción sindical, etc. Pero el camino de autoorganización popular no puede proyectar su propia institucionalidad independiente y de clase sin tener su propio programa y su propia organización, separada orgánicamente de instituciones estructuralmente jerárquicas y “castas”.

Tampoco negamos la fuerza de las creencias. De hecho creemos fuertemente en un proyecto emancipador. Y revalorizamos los proyectos que han apuntado a un cambio desde nuestra clase, como decía el Movimiento de sacerdotes para el tercer mundo en 1969, un proyecto que “incluye necesariamente la socialización de los medios de producción, del poder económico, político y de la cultura”. O aquellos que, con distintos credos, han buscado una espiritualidad que no reproduzca el orden actual sino que sea fuente de empoderamiento antipatriarcal, anticapitalista y por el socialismo.

Por eso, para una espiritualidad que no replique la enajenación y reproduzca la dominación, creemos que es necesario, más que una alianza con el Vaticano, dar pasos decididos por la completa separación de la Iglesia del Estado, la eliminación de los aportes económicos, la supresión del Vicariato Castrense, y la apertura de los archivos del Vaticano sobre su participación en las dictaduras Latinoamericanas. Y por sobre todo construir la sociedad que haga posible esa espiritualidad de nuevo tipo, que construya en la tierra el paraíso de toda la humanidad. 


Notas al pié:

(1) Que tampoco es anticapitalista. A fines del siglo XIX afirma que “no hay capital sin trabajo, ni trabajo sin capital”, cada uno con sus diferentes derechos y deberes, que deben ser internalizados moralmente por cada clase y regulados por la intervención externa del estado, bajo el criterio de la función social de la propiedad, entre otros. Luego Juan XXIII y Pablo VI hicieron el llamado aggiornamiento al mundo de los ’60, agregando como derecho la participación del trabajador sobre sus condiciones de vida y de trabajo, donde la relación capital-trabajo persistía pero con un avance de los derechos del trabajador.

(2) No siempre fue así, ver “El socialismo y las iglesias” de Rosa Luxemburgo, donde describe el período en el que la iglesia constituía la organización de las comunidades cristianas de base, sin propiedad privada, para combatir al imperio romano. Posteriormente la iglesia va aceptando la propiedad privada entre sus miembros para luego convertirse finalmente en instrumento de dominación de la clase dominante romana, integrando en su dirección a la iglesia. Otro relato interesante de este periodo se ve en la película “Agora”
  

Fuente: http://www.lacalderaop.com.ar