El mundo actual y la decadencia de
la civilización capitalista
2 de febrero de 2017
2 de febrero de 2017
Por Narciso Isa
Conde (desde República Dominicana) / Resumen Latinoamericano
Es evidente la aceleración de la
crisis de decadencia de la civilización burguesa, la profundización y extensión
de la multi-crisis del sistema
capitalista mundial y
muy especialmente del imperialismo occidental hegemonizado por EEUU; crisis
económica, social. político-institucional, medio-ambiental, moral, militar,
urbanística…
Es un dato incontrovertible de la realidad la continua
recurrencia y el progresivo ascenso de las diversas expresiones dramáticas de
esa crisis tanto en el centro como en la periferia del sistema mundial, amén de
la potenciación de la tendencia parasitaria y destructiva del capitalismo
imperialista en fase senil.
Alarma el auge del militarismo imperialista y el
ejercicio persistente a su cargo de la “guerra global” y del terrorismo de
Estado con manidos pretextos anti-terroristas, reales motivos de control
geo-estratégicos y desbordados afanes de conquistas y reconquistas de
territorios ricos en “recursos” naturales estratégicos vitales para la
prolongación de su modelo derrochador.
Las agresiones a Irak, Afganitán, Libia, Palestina,
Siria, Yemen, Ucrania, Colombia… y las amenazas contra Irán, Venezuela,
la Amazonía…son manifestaciones de esa impronta inaceptable.
Tanta ha sido la crueldad social y militar de ese
imperialismo, que ahora EUROPA OCCIDENTAL se encuentra bajo el impacto
estremecedor de una crisis migratoria agudizada por la incontenible y
justificable avalancha humana procedente de África y Medio-Oriente, generada
por la intensificación del saqueo y las guerras; así como atemorizada por el
constante accionar de células extremadamente agresivas.
Al mismo tiempo asistimos a un creciente y brutal
deterioro ambiental.
Al agravamiento del calentamiento global.
A la afectación en escalas nunca vistas de las fuentes
de aguas, bosques, mares… A la depredación, degradación, desertificación de la
corteza terrestre a niveles trágicos, acompañadas de una peligrosa
contaminación consustancial al sistema dominante y a su patrón de acumulación.
En este mismo periodo ha repuntado en grande la
putrefacción de los Estados carcomidos por la corrupción en países capitalistas
de diversos niveles de crecimiento, con periódico e intensos brotes de
inestabilidad y parálisis.
En un contexto en que fluyen desigualdades brutales,
guerras devastadoras y se eleva el empobrecimiento de pueblos y territorios,
crece la indignación como contrapartida y se multiplican las resistencias y
movilizaciones populares contra los efectos desgarradores de las recetas
neoliberales y neo-conservadoras impuestas; registrándose periódicas oleadas de
rebeldías victoriosas con balbuceos alternativos que quiebran el partidismo
tradicional en importantes países de llamado “primer mundo” y sobre
todo en su periferia dependiente azotada en mayor grado por impresionante
desigualdades sociales, corruptelas estatales y modelos generadores de miseria.
Fracturas que lo debilitan.
Concomitantemente tiene lugar el fraccionamiento y la
segmentación de la globalización del capital y sus sedes estatales, a partir de
la evidente declinación de la tendencia a la unipolaridad geopolítica a
favor de EEUU (registrada después del colapso de la URSS) y pese a la
subordinación de la
Unión Europea a los designios militares estadounidenses
En ese aspecto son palpables las tendencias centrifugas
en EUROPA, las pugnas inter-potencias, el separatismo inglés de la UE y la
tendencia a una crisis de integración al servicio de los grandes monopolios con
preeminencia alemana.
En Europa y a escala mundial perturba en
grande la tradicional hegemonía y la tranquilidad del Imperialismo Occidental
la evidente recomposición de la Federación Rusa como superpotencia militar, con
su actual impronta imperialista.
Tal fenómeno tiene lugar en el contexto de la guerra
global desatada con un enorme despliegue de prepotencia por EEUU en compañía de
sus aliados europeos de la OTAN, que se ha visto seriamente bloqueada por
la intensa competencia ejercida por Rusia en sus propias áreas de
influencia y en otras en disputa; exhibiendo la Rusia de Putin capacidades
militares para asestarle fuertes reveses o contener la ofensiva
euro-estadounidense en Irán, Siria, Ucrania y para a la vez desplegar sus
fuerzas de alta tecnología en todos los continentes, incluyendo el llamado
“patio trasero” de EEUU.
Recientemente se han registrado avances de Rusia frente
a EEUU en Siria, Turquía y en algunos Emiratos Árabes, debilitando su
influencia tradicional en zonas muy estratégicas. Esto, claro está, no descarta
pactos puntuales entre ambas superpotencias militares cuando los intereses de
ambas coinciden contra terceros fuera de su control, como aconteció en la
batalla por el control de Alepo.
Nuevas y graves dificultades les generan también a los
planes de reconquista militar de EEUU y la OTAN la reciente concreción de la
alianza estratégica de RUSIA con CHINA POPULAR y la importante
contribución de ambas potencias a la formación de nuevos bloques fuera del
control de EEUU y la UE, como los BRICs.
Eso, además, se produce en el marco de la emergencia de
China con tendencia a convertirse en primera potencia económica mundial, no sin
fuertes condicionantes determinados por la creciente interdependencia al
interior del gran capital transnacionalizado. A esto se agrega un
significativo fortalecimiento de su poderío militar.
En la actualidad son más complejas, intensas y peligrosas
las fracturas sociales y políticas al interior del sistema
capitalista-imperialista mundial y al interior de cada una de sus potencias
centrales.
Repuntan, además, con gravitación internacional y local,
corrientes fascistoides con altas dosis de chauvinismo ultra-derechita,
racismo, xenofobia y pretensiones de supremacía blanca; con altas
posibilidades de ser gobierno en varias potencias y en no pocos países
periféricos. Algo muy propio de la grave descomposición que afecta al
capitalismo y sus modelos de dominación siete décadas después de derrotado el
nazi-fascismo y de proclamado el amor del capitalismo “adulto” por la
democracia liberal burguesa.
A ese fenómeno corresponde el separatismo en el Reino
Unido, el auge de Len Pen en Francia, la victoria de TRUMP en EEUU y el rebrote
de la derecha anti-globalización de corte ultranacionalista, racista y
anti-migrantes; así como los avances de un conjunto de fuerzas ultraderechistas
y ultra-neoliberales que operan en nuestra América con patrocinio de poderosos
enclaves del poder estadounidense.
Trump: un engendro perturbador.
En el curso de sus decadencias las civilizaciones
generan engendros que las debilitan y le llegó el turno a la civilización
burguesa.
Y es que la transnacionalización del gran capital
norteamericano, el impacto de la globalización en la expansión empresarial fuera
de sus fronteras y sus efectos empobrecedores sobre la clase obrera asalariada,
la precarización incluso de las condiciones de vida de la clase obrera blanca,
la intensificación del flujo migratorio del tercer mundo hacia EEUU, los
efectos perversos del parasitismo usurero contra la tradición productiva
industrial y las contradicciones en la esfera de lo militar, han re-engendrado
esa y otras corrientes que ahora –con rasgos propios de la época- pasa a ser
gobierno; optando por un modelo de re-acumulación interna que fractura la clase
dominante y genera más tensiones en vista de la actual hegemonía de la
especulación y el parasitismo desligado de los procesos productivos a escala
global.
Por otra parte, las dificultades y reveses sufridos por
EEUU a nivel extra-continental han potenciado su tendencia al repliegue y a la
intensificación del contra-ataque violento en nuestra América contra todos los
procesos que no controlan y contra las rebeldías de clase y los anhelos de
soberanía y cambio social presente en nuestras sociedades; generando nuevas
confrontaciones, dado que los virajes ultraderechistas que impone se tornan
ingobernables y generan nuevas indignaciones y rebeldías masivas más radicales.
En lo esencial el choque entre un imperialismo agresivo
por senil y decadente, y la necesidad de la revolución gestora de una nueva
civilización podrían tender a ser dominante a mediano plazo.
La barbarie y el caos tendrán que ser enfrentados por un
proyecto transformador de socialización de la economía y del poder en todas sus
acepciones, de las relaciones entre los seres humanos, de los derechos y
libertades, camino a un mundo solidario.
Fuente: http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/02/02/el-mundo-actual-y-la-decadencia-de-la-civilizacion-capitalista/
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