jueves, 31 de octubre de 2019

"Reunirnos con organizaciones sociales, academia y otras ONGs para recopilar testimonios que permitan hacer un informe de esta Misión sobre la situación de vulneración de derechos humanos en esta crisis democrática que ha implementado un Estado de Emergencia, y que nos sirva como instrumento de presión para el fin de la represión a las y los luchadores sociales y se desarrollen las investigaciones judiciales que se requieran".

Red Latina sin fronteras difunde

Chile: Convocatoria a Misión Internacional de Observación



El lun., 28 oct. 2019 Chela Castro (<ayuncastro@gmail.com>) escribió:
Estimados/as alameños/as

Deseando que se encuentren bien, les comento que junto a organizaciones de derechos humanos en el sur de Chile estamos organizando una misión internacional de observación desde la sociedad civil y movimientos sociales sobre la situación de derechos humanos en el país a raíz del contexto que estamos viviendo..

La fecha preliminar es entre el 4 y el 15 de noviembre, a definir según la disponibilidad de las organizaciones internacionales a viajar que se vayan confirmando.  Las regiones  a visitar en principio serían  Santiago, Valparaíso y la Araucanía. 

Estamos convidando a  participar en la misión a FIDH, OMCT, ILC, CELS, IWGIA, Amnistía Internacional, CDHAL, referentes sociopolíticos de Argentina entre otras. También a co-convocar y  a otras organizaciones de Derechos humanos del país.

El objetivo es recopilar información, visitar instituciones claves haciendo supervigilancia de la acción de los distintos órganos del Estado, reunirnos con organizaciones sociales, academia y otras ONGs para recopilar testimonios que permitan hacer un informe de esta Misión sobre la situación de vulneración de derechos humanos en esta crisis democrática que ha implementado un Estado de Emergencia, y que nos sirva como instrumento de presión para el fin de la represión a las y los luchadores sociales y se desarrollen las investigaciones judiciales que se requieran.

Adjuntamos una carta que explica el contexto y la intención de la Misión (alemán, francés, inglés y español)
Aquí dirección web de la carta

Pueden dar mi email para un contacto directo, además de los organizacionales que se indican.
Agradecida.

Saludos coordiales

II. Dos versiones de una misma charla debate. Pero ambas coinciden en una concepción apartada del Llamado de Yakarta.

Políticas contra el hambre

Representantes de la agricultura familiar, legisladores y académicos reflexionaron sobre el rol del Estado y de las asociaciones civiles en el desarrollo y la implementación de políticas públicas necesarias para resolver la crisis alimentaria que atraviesa la Argentina.

Por Vanina Lombardi  
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Agencia TSS – Se dice que la Argentina produce alimentos para 400 millones de personas. Sin embargo, en el país hay 15,9 millones de personas en situación de pobreza, según la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC, y la malnutrición crónica es uno de los principales problemas de salud que afectan a la población, detrás del cual se esconde la desigualdad de ingresos y de acceso a una alimentación adecuada, tal como refleja la Segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS), que se conoció el mes pasado.
“Este modelo, que no solo no puede alimentar al mundo como promete, tampoco es capaz de garantizar el derecho a la alimentación de nuestra población. El paquete tecnológico de transgénicos, agrotóxicos y fertilizantes sintéticos genera serios problemas en nuestros territorios, enferma y mata a nuestra población, destruye bosques, selvas y humedales, y genera una concentración y extranjerización de la tierra que pone en riesgo la posibilidad de producir alimentos a futuro”, sintetizó el abogado Marcos Filardi, miembro de la Red de Cátedras Libres de Soberanía Alimentaria.
Filardi habló durante un encuentro que reunió a pequeños productores y representantes gubernamentales y académicos en el salón Torquato Tasso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para reflexionar sobre el rol del estado y las asociaciones civiles en la definición e implementación de políticas públicas que ayuden a revertir la situación de hambre que sufre el país, y la situación de emergencia alimentaria que rige por ley desde el año 2002 y que recientemente ha sido prorrogada hasta el 2022.
“Necesitamos planificar la alimentación en la Argentina. Cuando hablamos de alimento, hablamos de quién consume y quién produce. No podemos dejar algo tan esencial como la alimentación en manos del mercado”, agregó Nahuel Levaggi, de la Unión de Trabajadorxs de la Tierra (UTT). Y agregó que para combatir el hambre es necesario garantizar la defensa de los territorios campesinos, la transformación del modelo actual a la agroecología y la democratización de la cadena de distribución. “Dar esa discusión es una tarea de todo el pueblo, tenemos que dar testimonio todos los días con nuestras acciones y presionar para que eso suceda. No alcanza con votar una vez cada cuatro años”, advirtió.
Al respecto, la legisladora platense Victoria Tolosa Paz, co-autora del Plan “Argentina contra el hambre” junto con Daniel Arroyo y Santiago Cafiero, adelantó que el primer esfuerzo en la próxima gestión de gobierno buscará garantizar el agua potable como primer derecho universal. “Hacernos cargo de la política contra el hambre es una política pública integral que tenga en cuenta quién, cómo y dónde se producen los alimentos en la Argentina”, subrayó la legisladora y se refirió a la intención de trabajar en conjunto con productores locales y gestionar las compras de alimentos por parte del Estado para promover las producciones regionales.
“Hay una agricultura familiar muy vigorosa en varios sectores, como frutas, hortalizas, huevos, cerdos y cabras, que tienen una importante producción pero necesitan políticas públicas”, agregó Diego Montón, referente del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI)-Vía Campesina, y destacó la relevancia de que haya un protagonismo activo de las organizaciones de productores en el diseño e implementación de políticas públicas.
Economía anfibia
Durante los últimos años, a través de reiterados verdulazos en distintos puntos del país, los pequeños productores lograron introducir sus problemáticas en los platos urbanos y llevar al conjunto de la sociedad la discusión sobre la producción y distribución de los alimentos que se comercializan en el país. “Como organizaciones del campo popular, tenemos que hacer real la alternativa. Demostramos que el modelo agroecológico y que otro tipo de comercialización son posibles, y decimos lo que hay que hacer porque lo hacemos y lo demostramos todos los días”, dijo Levaggi.
Montón recordó que el 13,5 % de las tierras son trabajadas por el 84% de los agricultores, mientras que el 1,5% de los establecimientos agroindustriales dominan el 80% del mercado interno y controlan el 93% de la exportación. En este sentido, destacó la relevancia de la agricultura familiar en la producción de alimentos y la necesidad de contar con politicas que promuevan las producciones regionales.
“Hay sectores de la agricultura familiar que hoy proveen al mercado, como el yerbatero, cabritero y el de cerdos, y hay otros que necesitan ser fortalecidos porque fueron destruidos en estos últimos cuatro años, como los pequeños tambos”, ejemplificó Levaggi y advirtió que existen distintos tipos de productores que hoy están dialogando para trabajar en conjunto: “El macrismo logro unir a sectores que estábamos desperdigados y que nos fuimos uniendo con un propósito superador. Hay muchos que ya estamos abasteciendo, otros se tienen que fortalecer y hay sectores cooperativos medios en los pueblos que también podrían estar proveyendo hoy”, dijo Levaggi y aclaró que los sectores cooperativos de la agricultura familiar estan en condiciones de avanzar pero de manera gradual, ya que uno de los principales procesos que se dieron en el campo es el desarraigo.
“El agronegocio tiene un solo hilo conductor: aumentar el lucro y para eso la escala. La agricultura familiar, en cambio, tiene otros objetivos: producir alimentos por una cuestión cultural y generar trabajo, primero para la familia y después para otros”, afirmó Montón y destacó el “gran potencial” de este tipo de producción tanto para abastecer al mercado interno como para la exportación.
“Mi propuesta es que la economía sea anfibia, que discrimine qué va a ir al mercado global y qué se va a proteger de las economías locales arraigadas. Esto es lo que ha faltado en los progresismos que han sido devorados por el mercado global y se olvidaron el otro camino de reservar, custodiar y preservar la permanencia de la gente”, propuso la antropóloga y activista feminista Rita Segato, y detalló que para sostener la denominada economía de bienestar, los progresismos latinoamericanos se han valido principalmente de tres fuentes de recursos en las últimas décadas: la concentración de riquezas, la racionalización en las gestiones y la venta de commodities (minerales, soja, petróleo) a la economía mundial.
Segato también se refirió al rol de las personas en la construcciones sociales. En este sentido, explicó que la relación entre Estado y sociedad en América Latina no es la misma que en Europa. “Aquí llegó alguien y trasladó la gestión, pero mantuvo una relación de exterioridad con respecto a los territorios, que se mantienen ajenos a la vida de las personas, que lo saben y entonces construyen escondites: de formas de produccion, de saberes, una vida propia, protegida, una especie de clandestinidad de 400 años”, sostuvo.
La antropóloga consideró que la soberanía alimentaria requiere “una entrega de jurisdicción a la gente”, que la conecte con su historia alimentaria y productiva, y que el Estado trabaje para realizar esa historia de los pueblos con su historia, en qué contexto se come y qué significa el comer. De otro modo, “no se podrá sacar a los pueblos de la inanición a la que están siendo sometidos permanentemente por los estados coloniales. La gente tiene que construir sociedad, mejorar sus escondites, hacer sus propuestas y luego intentar defenderlas”, dijo Segato y dejó un interrogante abierto: “¿Podrá el Estado comprometerse a proteger los escondites de la gente y devolverle a la gente la gestión de su vida, añadiendo que ese escondite también es el de las mujeres, que son garantes de la memoria y de la diversidad genética?”.

Fuente: http://www.unsam.edu.ar/tss/politicas-contra-el-hambre/

I. Dos versiones de una misma charla debate. Pero ambas coinciden en una concepción apartada del Llamado de Yakarta.

«¿Es posible una Argentina sin hambre?»: especialistas debatieron sobre

la soberanía alimentaria

En el marco de las jornadas de apertura de la nueva casa de la oficina de la Fundación Rosa Luxemburgo Cono Sur, ayer por la tarde se desarrolló en el Centro Cultural Torquato Tasso la charla debate «¿Es posible una Argentina sin hambre?», con la participación de Rita Segato (reconocida antropóloga y activista feminista), Diego Montón (del Movimiento Nacional Campesino Indígena Vía Campesina MNCI), Nahuel Levaggi (de la Unión de Trabajadores de la Tierra – UTT), Victoria Tolosa Paz (legisladora platense y co-autora del Plan «Argentina contra el hambre»), y Marcos Ezequiel Filardi (abogado y miembro de la Red de Cátedras Libres de Soberanía Alimentaria). El hambre, la agroecología, la soberanía alimentaria, las políticas públicas, y las expectativas por el cambio de gobierno fueron algunos de los ejes abordados.

Por ANRed.

«¿Es posible una Argentina sin hambre? ¿De quién depende el precio de los alimentos? ¿Qué acciones urgentes y estratégicas debe impulsar el Estado? ¿Qué rol van a cumplir la agroecología y las organizaciones de productores y productoras en revertir la crisis?», fueron algunas de las cuestiones sobre las que intercambiaron reflexiones las cuatro figuras, en el evento abierto y gratuito realizado ayer por la tarde por la Fundación Rosa Luxemburgo Cono Sur en el Centro Cultural Torquato Tasso, del barrio porteño de San Telmo, en la Ciudad de Buenos Aires.

La actividad fue una entre otras organizadas por la fundación en el marco de la presentación oficial de la nueva casa de la oficina regional Cono Sur, donde están participando, hasta el día de hoy, integrantes de oficinas en diferentes puntos del mundo, organizaciones sociales, feministas, sindicales, de inquilinos e inquilinas, de fábricas recuperadas, movimientos campesinos y por la soberanía alimentaria y energética de Chile, Uruguay y Argentina.
El panel comenzó con la presentación a cargo de Gerhard Dilger, director de la oficina Cono Sur de la Fundación Rosa Luxemburgo, quien expresó: «es un momento especial. En estos últimos días el neoliberalismo ha recibido tres golpes fuertes. Primero en Ecuador, luego en Chile y el domingo aquí. Es momento de celebrar».
La apertura del panel estuvo a cargo de Victoria Tolosa Paz, legisladora platense y co-autora del Plan «Argentina contra el hambre»: «necesitamos una política pública integral. ¿Que alimentos compra el Estado para las escuelas, las cárceles?», expresó la legisladora, en referencia a la falta de políticas en torno a la alimentación, y agregó: «Argentina tiene un problema de seguridad alimentaria que se fue agudizando en estos últimos tres años y medio. El déficit no es sólo nutricional. Y cuando hablamos de este problema nos lleva a preguntarnos: ¿cuál es el rol del estado en garantizar el derecho a la alimentación y cuáles fueron los diferentes roles que tuvo al tratar de paliar la diferentes crisis alimentarias que hubo?. Nosotros tenemos una respuesta muy firme: que es no cometer los errores del pasado, no tomar al programa como entrega de alimentos a la población con altos niveles de vulnerabilidad social. Sino preguntarnos: ¿qué, cómo y dónde se producen los alimentos que comen los 45 millones de argentinos?».

En la misma línea, Nahuel Levaggi, de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), sostuvo: «hay que modificar la matriz productiva. Dependemos del agro para alimentarnos. Esta construcción fue sostenida durante un montón de años porque hubo un modelo de país agroexportador garantizando un campo produciendo soja para la exportación, enriqueciendo a algunos con una concentración de la tierra y en base a un modelo de agrotóxicos envenenando».
En cuanto a su rol como productores y productoras de alimentos, remarcó: «en los últimos años como nunca empezó a aparecer quienes eran los que producían los alimentos que comemos todos y todas. Nadie sabía la procedencia de los alimentos en un país con más de 90% de la población urbana, que básicamente se garantiza sus alimentos yendo al mercado». En las misma línea, agregó: «en estos últimos años hubo dos fuertes elementos: reaparece el hambre (aunque nunca se solucionó) y, por otro, empieza a ganar la calle ese actor social, es decir, nosotros, los que producimos los alimentos y generamos esa unión, un círculo virtuoso entre quienes producen, entregándoselo a manera de protesta a ese pueblo hambreado, vecina o vecino, que le viene bien una verdura a bajo costo. Aquí radica una de las principales cosas a disputar y reflexionar para empezar a cambiar generar consciencia del problema con una matriz de producción y comercialización. Todos dependemos de multinacionales para poder comer».

Luego continuó la exposición Diego Montón (del Movimiento Nacional Campesino Indígena Vía Campesina MNCI) quien manifestó  sobre la soberanía alimentaria «este es un tema fundamental para pensar el desarrollo de un país que aspira a ser soberano, con justicia social, con independencia económica. Ninguna de esas tres consignas es posible alcanzarlas si hay hambre. Tampoco es posible alcanzarlas subordinadas a matrices de producción de alimentos que se controlan fuera del país. En Argentina se agudizó el problema del hambre por esta idea de apertura al mundo, pero en realidad le llaman mundo al capital financiero internacional y nuestro país se sumó a club de aquellos que creen en la bendición del capital financiero. Se sumó a la discusión sobre el hambre y a la pregunta ¿qué hacemos con el hambre?. Aquí es bueno recordar el trabajo del brasilero Josué de Castro sobre la Cartografía del Hambre en el cual demostró que en Brasil las zonas más productivas donde había más alimentos había más hambre que en el nordeste que es una zona menos productiva. Entonces puso en debate que no se trata de un problema de productividad sino como se organizaba la producción».

Finalmente para cerrar el panel la antropóloga Rita Segato dió su visión sobre el tema, recalcando la importancia de la comunidad y el rol femenino vinculado a la alimentación. Desde su posicionamiento cuestiona el rol del Estado como garante de otras formas de producción que supongan una alternativa de mundo «el efecto del error de fundación (del Estado) se siente tan presente y no vamos a soñar con que vamos a poder eludirlo. La gente que conozco, y yo no soy economista, ni especializada en cuestiones del agro, soy una antropóloga, he vivido en comunidades y la gente vive en el pliegue, en el escondite. La forma en la que la gente busca reproducir su vida, los alimentos que les interesa, la diversidad genética que les interesa es decir, la mejor habita el mejor choclito, la mejor papita, la mejor mandioca, es en el pliegue en el escondite y no a la luz del Estado porque saben que éste les va a secuestrar su proyecto mas tarde que temprano. Lo que siempre se ha cumplido, ¡se cumple!. Entonces estoy en una situación incómoda acá, porque yo defiendo el pliegue, defiendo el escondite y la pregunta que tengo para hacer ¿es el Estado capáz de proteger escondites? No podemos ser ilusos y pensar que el Estado genere bienestar sin sacar commodities y venderlas en el mercado global, es imposible.Porque no hay ninguna otra fuente en el mundo donde las invenciones, las patentes tecnológicas, científicas son escasísimas, no hay otras fuentes de recursos para hacer una vida mejor para mas gente. Esto para mi es clave entender, que no se podrá hacer que la gente consuma un poquito mas, viva un poco mejor sin las commodities. ¿Pero puede al mismo tiempo ese mismo Estado garantizar y proteger el escondite de la gente?. Añadiendo que ese escondite de la gente, es el escondite de las mujeres. Porque son las que saben construir ese escondite y hablar de otra economía política en términos domésticos. Como dicen las kurdas que hace poco estuve en Madrid y las escuche. ¿Por qué las bombardean? ¿Por qué agreden el Kurdistán? El Kurdistán vive en cuatro espacios, en cuatro Estados nación diferentes. Pero no quieren tener un Estado, quieren ser un pueblo sin Estado. Algo extraordinario. Porque dicen: es una nueva vida. Y ahí tengo que aceptar que es una nueva propuesta de vida. La relación estado sociedad en nuestro mundo, no es la misma relación de Estado-propiedad que en Europa. Los Estados europeros fueron resultado de historias sociales, historias de sociedades con sus conflictos y alianzas y la historia de nuestros Estados no. Vino una sombrilla, un sombrero desde el otro lado del mar, después de la guerra independentista y se colocó aquí y continuó manteniendo una relación de exterioridad a lo gestionado: la gente, los pueblos, los territorios, los bienes.  Trasladó la gestión, el escritorio. Entonces ese Estado no es confiable porque se mantiene exterior a la vida de las personas. Y las personas lo saben, entonces construyen escondites.»

Por último, antes del panel debate, entrevistamos a Marcos Ezequiel Filardi (abogado y miembro de la Red de Cátedras Libres de Soberanía Alimentaria), quien ofició de moderador de la charla, quien habló sobre sus expectativas en torno al tema con el cambio de gobierno en Argentina: «se está cerrando un gobierno que ha profundizado esto que nosotros llamamos un modelo agroindustrial dominante, destinado principalmente a la exportación, a partir del paquete tecnológico de trasngénicos, agrotóxicos y fertilizantes sintéticos. En todas estas variantes ha sido récord la aprobación por parte de Cambiemos de transgénicos. Y lo poco que se había avanzado en una institucionalidad al servicio de una agricultura familiar se ha desmantelado por completo. Estamos hablando de una gestión 40% de pobreza, probablemente un 10% de indigencia y a causa de los bajos ingresos, están condenados a ir a comprar lo único que pueden, que son carbohidratos, grasas y azúcares. Cerramos cuatro años de gobierno con un aumento del hambre, de la mal nutrición, y aumento del sobrepeso y la obesidad. Y volviendo a prorrogar la emergencia alimentaira hasta el 2022. Lo que se abre con el nuevo gobierno es un signo de pregunta. Porque los que nos queda dilucidar colectivamente es si vamos a ir a favocerer la agricultura familiar, campesina, indígena, popular, o vamos a profundizar el modelo de agronegocios para seguir obteniendo divisas que tanto se necesitan ahora», finalizó.
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Fuente: https://www.anred.org/2019/10/30/es-posible-una-argentina-sin-hambre-especialistas-debatieron-sobre-la-soberania-alimentaria/

miércoles, 30 de octubre de 2019

"Apenas intuimos que la institucionalidad de base que emerge de los colectivos y las asambleas –junto con las viejas instituciones dispuestas a modificar sus lógicas, roles y cosmovisiones y abiertas a las heterodoxias más insólitas– es el mejor laboratorio para elaborar un proyecto emancipador y labrar la unidad combativa de todos los sectores populares de Chile. También abrigamos una certeza: al “Gran Otro” sólo se lo reemplaza con poder popular".

Chile. Ya nada será igual

Por Miguel Mazzeo, Resumen Latinoamericano, 28 octubre 2019
El pueblo Chileno ha perdido el miedo y la inocencia. Ya nada será igual. Ni para Chile ni para Nuestra América. El neoliberalismo ha sido impugnado masivamente en la que, se suponía, era una de sus ciudadelas más fortificadas; prácticamente inexpugnable y amurallada de empresas privadas, centros comerciales, zonas francas, emprendedorismo, abstracciones financieras y resignación popular.
Una de las versiones más pervertidas de la democracia ha entrado en crisis y junto con ella la costumbre de sustentar las políticas más reaccionarias en nombre del apoliticismo y la “normalidad”. Es el fin de la impunidad del Palacio. De todos los Palacios.
En un par de días se cayeron todas las máscaras y proliferaron los signos precursores. Se puso en evidencia el grado de incomprensión, extrañamiento y estandarización de las clases dominantes y la ineficacia de sus recursos hegemónicos. Fracasaron las teatralidades de quienes gobernaron Chile durante las últimas décadas. La verdad se presentó abrumadora. También se puso en evidencia la arbitrariedad y la violencia estructurales del régimen. Como contrapartida, constatamos la efectividad de las armas intangibles, de esas armas que jamás podrán ser requisadas: armas morales, subjetivas, afectivas.
El pueblo chileno vive un acontecimiento fundante: el Octubre chileno. Una partida de nacimiento: de una confianza enorme, de una subjetividad rebelde. Un nacimiento que no deja de ser un renacimiento porque, conciente o inconscientemente, se está retomando el camino de una dignidad antigua. Pero el Octubre chileno también es una partida de defunción: del oscurantismo neoliberal, de la libertad como falsedad.
Sentimos que, desde cada barricada, desde cada piquete, desde cada movilización, los jóvenes chilenos y las jóvenes chilenas anuncian al mundo el fin de la era de la senilidad: ¡ya basta de viejos y viejas de 20 años (o de 80)! Anuncian el fin de la era del fatalismo y del enmohecimiento. Anuncian que los explotados y las explotadas, los jodidos y las jodidas ya no están dispuestos y dispuestas a aceptar que el sistema les transfiera su fracaso y siga eludiendo sus responsabilidades. Anuncian la alegría de fugar de la condición lúgubre del infierno burgués (que hasta hace unos pocos días era pintado como un paraíso). Anuncian el nacimiento de su amistad con los vértigos.
Ya nada será igual. Ni para Chile ni para Nuestra América.
Ahora se presentan los típicos interrogantes que suceden a la hora cero de toda rebelión popular de tamaña magnitud: ¿podrá el pueblo chileno asumir la responsabilidad de lo que desató o la depositará en otros/otras? ¿Podrá hacerse cargo del antagonismo? ¿Podrá sustraerse de la influencia de las “elites políticas virtuosas” que de seguro proliferarán como aves carroñeras dispuestas a canalizar, desviar y/o institucionalizar toda su potencia formidable? ¿Caerá rápidamente en la seducción de un imposible capitalismo reformado y piadoso y dizque “antineoliberal”? ¿Se dejará engañar por alguna aristocracia filantrópica? ¿Existen márgenes para una “revolución pasiva” en los marcos de una estructura económica y social como la de Chile?
¿Cómo instituir un régimen de fidelidad al acontecimiento que conserve y potencie sus costados más disruptivos? ¿Cómo crear condiciones para próximos auges y escapar a la tentación de meter el océano en una botella? ¿Cómo evitar que un nuevo “Gran Otro” venga a asignarle sentido a los actos de los y las que se han rebelado tiñendo de rosa los atardeceres de las principales ciudades del país?
¿Cómo hacer para que la bronca se convierta en proyecto alternativo de sociedad y de nación? Porque de eso se trata finalmente, ¿verdad?: de instalar nuevamente la idea de la necesidad y la viabilidad de un proyecto alternativo al capitalismo, un proyecto emancipador, un horizonte político que dignifique a cada una las praxis populares; la idea de una plurinación democrática e igualitaria. Un proyecto que se plantee la recuperación del patrimonio nacional enajenado, de las riquezas básicas, del poder del pueblo.
No se pueden anticipar respuestas para estos interrogantes. La praxis tendrá la primera y la última palabra.
Lejos de ejercer el oficio de los augures, desprovistos de formulas fulminantes y de ojos avezados, apenas intuimos que la institucionalidad de base que emerge de los colectivos y las asambleas –junto con las viejas instituciones dispuestas a modificar sus lógicas, roles y cosmovisiones y abiertas a las heterodoxias más insólitas– es el mejor laboratorio para elaborar un proyecto emancipador y labrar la unidad combativa de todos los sectores populares de Chile.
También abrigamos una certeza: al “Gran Otro” sólo se lo reemplaza con poder popular.

Señalemos: "tres desastres ambientales que actúan como una condena para Bolsonaro y su ministro del Medio Ambiente, Ricardo Salles, tras sus acciones tendientes a desmovilizar los organismos de control y leyes de protección a la naturaleza".

Un misterioso derrame petrolero hunde la pesca costera en Brasil
29 de octubre de 2019

Por Mario Osava
IPS

RÍO DE JANEIRO, 25 oct 2019 (IPS) - “Nunca he visto, ni oído a mi padre o abuelo hablar de un desastre tan grande, cuyo impacto durará décadas y en que los pescadores seremos los más afectados”, lamentó Lailson Evangelista de Souza, de 55 años y “pescador desde los 11”.
Misterio y una tragedia de dimensiones aún poco comprensibles envuelven el derrame de petróleo cuyos daños ya se extienden por más de 2 000 kilómetros de la costa noreste de Brasil.
El hidrocarburo “penetró en los estuarios y en los manglares que son cunas de la fauna marítima”, hecho que agrava el envenenamiento del pescado y la reducción futura de la pesca, dijo a IPS el pescador de langostas y peces en el litoral de Pernambuco, un estado de la región del Nordeste.
De Souza es también dirigente del nacional Movimiento de Pescadores y Pescadoras, una articulación de colectivos de los 27 estados de este país de 9 198 kilómetros de costa al océano Atlántico, el 15 litoral más largo del mundo, a los que se suman las riberas de sus grandes y abundantes ríos.
“Ya la población no quiere comprar nuestro pescado y mariscos” por temor a su contaminación, se preocupó Marizelha Lopes, pescadora de camarones y cangrejos en una isla cercana a Salvador, capital de Bahia, otro estado nordestino.
Hay autoridades sanitarias recomendando que se suspenda el consumo de frutos del mar, pero sin aclarar los riesgos y los venenos identificados en los exámenes, se quejó a IPS desde su localidad.
“Vivimos una agonía, porque seguimos pescando, lo único que sabemos hacer, y no tenemos estructuras para almacenar el pescado hasta que reaparezcan compradores”, acotó.
“Además no pasamos dos días sin comer pescado, así que comemos lo que no logramos vender, es una cuestión de seguridad alimentaria”, realzó Lopes.
Reconoció, sin embargo, que ya “aparecen peces y tortugas muertas, que vienen del mar, y la contaminación del petróleo ya llegó a los manglares”.
“Las mujeres somos las más expuestas a la contaminación, pasamos horas en el agua a buscar mariscos”, ya que ellas son mayoría en actividad en los manglares, señaló esta marisquera de 49 años. “Pesco desde que me entiendo como gente”, dijo con orgullo.
En la zona costera del Nordeste hay 144.000 pescadores, según datos oficiales. Pero “para cada uno de ellos hay otros tres informales, sin registro”, estimó Severino Santos, educador social del Consejo Pastoral de los Pescadores , órgano vinculado al católico Consejo Episcopal.
“Solo Pernambuco tiene 30 000 pescadores con y sin registro”, y no se trata del estado con mayor litoral entre los nueve del Nordeste, ejemplificó a IPS desde Recife, capital del estado.
El derrame petrolero es ya el más grave registrado en Brasil, pero aún se ignora dónde y porqué empezó, ni su volumen, pese a haber transcurrido ocho semanas desde que sus primeros vestigios aparecieron el 30 de agosto en las playas del Nordeste.
Los chapapotes se hicieron visibles en más de 200 playas, donde miles de voluntarios, funcionarios del sector ambiental y efectivos de la Marina recogen esos trozos del petróleo, que por su pesadez y viscosidad, suele mantenerse pastoso, en fragmentos no diluidos en el agua.
Se estima que ya recogieron por lo menos mil toneladas de esos residuos de marea negra.
“Es preocupante el riesgo para la salud de los voluntarios y pescadores que limpian las playas y manglares sin equipos de seguridad”, señaló Santos.
Pero la contaminación menos aparente y “prácticamente imposible de limpiar” penetró en manglares, estuarios de los ríos, corales y arrecifes, donde la fauna marítima se aloja y se reproduce, destacó Clemente Coelho Junior, oceanógrafo y profesor de la Universidad de Pernambuco .
“El pasivo ambiental allí persistirá por décadas. Manchas de petróleo quedan incrustadas en las rocas, arrecifes, árboles y raíces de los manglares, donde no se logra limpiar cien por ciento, siempre sobra algo”, explicó a IPS también desde Recife.
“La descomposición de ese material es lenta y libera benceno, metales pesados y otros tóxicos”, que amenazan la fauna y la salud humana, acotó.
Pernambuco, uno de los nueve estados del Nordeste brasileño, sufre el mayor aflujo del petróleo derramado, cerca de mitad del total.
Análisis de la Universidad Federal de Bahia , otro estado afectado, de la fuerza de la Marina y de la empresa petrolera estatal, Petrobras , indican que se trata de crudo venezolano, pero el gran misterio es cómo llegó a la costa brasileña.
Un estudio del Instituto de posgrado en ingeniería de la Universidad Federal de Río de Janeiro apuntó que el derrame pudo haber ocurrido entre 600 y 700 kilómetros a este de la costa, fuera del mar territorial brasileño.
“Son aguas internacionales en la principal ruta de navíos clandestinos, sin bandera y no rastreados”, observó Coelho. Y, sin confirmación al respecto, se presupone que Venezuela, bajo sanciones económicas de Estados Unidos, sea el mayor proveedor de hidrocarburos vendidos irregularmente.
Corrientes marítimas se habrían encargado de conducir el petróleo derramado al Nordeste brasileño y de dispersarlo por los 2 000 kilómetros de litoral hacia el norte y hacia el sur.
El gobierno brasileño informó el 23 de octubre que había pedido, a través de la Organización de los Estados Americanos (OEA), explicaciones a Caracas sobre ese petróleo, aunque la empresa estatal Petróleos de Venezuela(PDVSA) negó cualquier relación con el hecho en un comunicado del 10 de octubre. 
Brasilia busca reaccionar a las críticas al atraso de sus medidas en relación al desastre y a su política considerada antiambientalista.
“El gobierno no es el autor del crimen, pero peca por omisión”, resumió el pescador De Souza desde la capital pernambucana.
Una de las primeras medidas del presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro, tras tomar posesión el 1 de enero, fue el extinguir dos comités claves del Plan Nacional de Contingencia para enfrentar accidentes con hidrocarburos en aguas nacionales, creado en 2013.
Una división del Ministerio de Medio Ambiente encargada de casos de emergencia estuvo sin responsable desde abril. Su nuevo director solo fue nombrado el 4 de octubre, 35 días después de empezar el derrame petrolero en el Nordeste.
Solo el 21 de octubre el gobierno anunció la movilización de 5 000 soldados del Ejército para ayudar en la limpieza de las playas, que se sumaron a efectivos que antes destacó la Marina.
Con este ya son tres desastres ambientales que actúan como una condena para Bolsonaro y su ministro del Medio Ambiente, Ricardo Salles, tras sus acciones tendientes a desmovilizar los organismos de control y leyes de protección a la naturaleza.
El 25 de enero se rompió la represa de residuos de la empresa minera Vale en Brumadinho, municipio del estado suroriental de Minas Gerais, en que murieron 252 personas y aún quedan 18 desaparecidos bajo el fango.
En agosto se produjo la peor ola de incendios forestales amazónicos en los siete últimos años que provocó protestas en todo el mundo y también la movilización de militares para contener las llamas y las críticas.
A los pescadores del Nordeste el gobierno prometió ahora ampliarles en dos meses el Seguro Defeso, el pago de un salario mínimo (equivalente a 250 dólares mensuales) para que no pesquen en el período de reproducción de los peces.
La medida suena a burla, ya que muchos pescadores no reciben ese seguro desde 2016, según la marisquera Lopes. Además “casi 400 000 jóvenes no tienen acceso al registro de pescador desde 2012 y más de 600 000 pescadores tuvieron suspendidos o anulados sus registros”, acusó.
En el Nordeste se limpian principalmente las playas, para defender el turismo, pero el turista “puede ir a otro lado, nosotros no, la pesca es nuestro modo de vida”, que depende de su territorio, concluyó esta mariscadora que ve amenazada su actividad de toda la vida.
Edición: Estrella Gutiérrez

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=261907

"Nos encontrábamos dispersas por toda la geografia del estado español, con aprendizajes y recorridos diferentes, visibilizábamos que podíamos tener sinergias y además teníamos intereses comunes que defender. Para ello fuimos realizando reuniones preparatorias de intercambio de opiniones y creando el marco adecuado para ello. Buscamos luego, dentro de la Ley de Cooperativas una figura asociativa que encajara perfectamente con lo que queríamos hacer".

Entrevista a Alfonso García, representante de Unión Renovables
"En energía renovable,
la labor más invisible es la de empoderar a la ciudadanía"
29 de octubre de 2019



Por Blanca Crespo Arnold
El Salto

Pobreza energética, cambio climático, oligopolio... son algunos de los reversos tenebrosos de un sistema energético injusto e insostenible. Para hacerle frente, ha nacido una oleada solar de energía renovable que da respuesta a las necesidades energéticas de una manera descentralizada, colectiva y sostenible. Para conocerla, hablamos con Alfonso García, representante de Unión Renovables, sectorial de referencia en el sector.
¿Por qué una Unión de Cooperativas de renovables?
Porque nos encontrábamos dispersas por toda la geografia del estado español, con aprendizajes y recorridos diferentes, visibilizábamos que podíamos tener sinergias y además teníamos intereses comunes que defender. Para ello fuimos realizando reuniones preparatorias de intercambio de opiniones y creando el marco adecuado para ello. Buscamos luego, dentro de la Ley de Cooperativas una figura asociativa que encajara perfectamente con lo que queríamos hacer y así nació Unión Renovables .
Cuando decimos recorridos diferentes nos referimos a que dentro de la Unión hay cooperativas que nacieron en la primera mitad del siglo pasado, como consecuencia de la necesidad de llevar la energía donde no quería llevarla ninguna de las empresas existentes en ese momento y tener que organizarse para prestar un servicio social, como es dotar de energía a una población, que hasta ese momento carecía de ella. Otras nacieron, como consecuencia de la liberalización del mercado eléctrico hace dos décadas, con demandas claramente sociales y medioambientales.
Háblanos de esta gran familia pues...
La conforman 19 cooperativas repartidas, en función de su constitución por las comunidades de Murcia, Valencia, Cantabria, Cataluña, Castilla León, Navarra, Castilla La Mancha, Madrid, Galicia y Euskadi. Por orden alfabético son las siguientes: Aeioluz , Alginet , Castellar , Chera , Econactiva , Emasp , Energetica , Goiener , Guadassuar , La Corriente , La Solar , Megara Energía , Meliana , Nosa Enerxia , Serrallo , Solabria , Som Energia , Sot de Chera yVinalesa .

La idea central de las cooperativas en su concepción es comercializar la energía producida por fuentes propias de energía renovable para sus personas socias y dentro de ese abanico se mueven todas ellas, siendo la actividad de comercialización la actividad que más las visibiliza. Aunque producen, comercializan y realizan labores de eficiencia energética, la labor más invisible y la que más esfuerzos requiere es la de empoderar a la ciudadanía.

¿Podrías hacernos una radiografía del panorama energético español?
Nos encontramos con un paisaje dominado por cinco grupos de empresas, que dominan la mayor parte del mercado y las actividades del sector eléctrico español. Aunque hay muchas pequeñas empresas que trabajan en este sector su cuota, e incidencia en el mercado es muy pequeña todavía.
Dentro de este grupo de pequeñas empresas se encuentran las cooperativas de Unión Renovables, que todavía somos una gota de aceite reclamando un cambio de modelo energético basado en tecnologías procedentes de fuentes de energías renovables, que tenga en cuenta los límites del planeta y que ponga en el centro a las personas.
Trabajamos, buscamos, pedimos y reclamamos que se den pasos decididos en esa dirección, que respondan a un compromiso real y no a una estrategia comercial o mercantil, que solucione una cuenta de resultados.
El mundo de las renovables ha saltado con fuerza los últimos años, ¿por qué? ¿Qué propuestas y ventajas ofrece a la ciudadanía?
Es opinión generalizada y numerosos estudios indican que la época de los combustibles fósiles se está acabando y que el petróleo barato ya ha dejado de ser una realidad. A ello se une nuestro modelo de consumo, que nos está generando los problemas derivados del cambio climático, como consecuencia de la actividad humana, que cada vez tiene efectos más graves y que debemos prevenir, paliar y combatir.
Ante esto las tecnologías basadas en fuentes procedentes de energías renovables se plantean como alternativa posible. Una característica, que poseen es la flexibilidad en la instalación, al permitir la participación de unidades más simples y su carácter distribuido.
Si realmente estamos comprometidos con la salud de nuestro planeta, además de la implantación de estas tecnologías debemos acompañarla de una revisión de nuestro modelo de consumo y eso implica empoderarnos, es decir convertirnos en personas consumidoras con conciencia de las decisiones que tomamos como consumidoras, tomando parte activa, y eso no se puede hacer desde un sistema exclusivamente clientelar, sino que se tiene que dotar de otras características, que podemos encontrar en la economía social y solidaria.
Háblanos de las comunidades energéticas, ¿qué son y cómo surgen?
Las comunidades energéticas son una nueva figura que se incorpora dentro de la regulación del sistema eléctrico, a través de dos Directivas Europeas, que todavía se tienen que transponer al ordenamiento legislativo español. Estas Directivas no se han gestado por casualidad. Responden a demandas largamente aplazadas, por las instituciones, de colectivos sociales y medioambientales, que por fin han tenido un reflejo en la normativa europea, y es el resultado del proceso de negociación en su elaboración, por parte de los diferentes grupos de interés.
En sí, es una entidad jurídica de ámbito local, que podrá estar compuesta por personas, pymes y entidades públicas, que no busca el beneficio económico y que tendrá permitido realizar todas las actividades del sistema eléctrico.
Constituyen una oportunidad para el empoderamiento de las personas en el camino del cambio del modelo energético y también para la economía social y solidaria, ya que una vez creadas, no tienen por qué limitarse exclusivamente al mundo de la energía
¿Qué papel ocupa la transición energética en la lucha contra el cambio climático? ¿Incorpora criterios también de justicia social?
La transición energética en sí y por sí sola, puede mitigar inicialmente el impacto del cambio climático, pero si además no cambiamos el modelo nos encontraremos dentro de un tiempo con que hemos aplazado nuestros problemas y la generación futura se encontrará en otro contexto, con las mismas disyuntivas que nosotros.
Cambiar el modelo implica que la ciudadanía tiene que empoderarse y esta toma de conciencia nos habilita para incorporar los criterios de justicia social.
El sueño al que nos puede conducir una apuesta firme de las renovables sería...
Una sociedad en la que las personas han tomado conciencia de que no tenemos un planeta de usar y tirar, que tenemos que cuidarlo a él y a nosotras mismas y que se organiza para autoabastecerse de una forma local y respetuosa.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=261905

martes, 29 de octubre de 2019

"Entendemos no debe pedírsenos a quienes sufrimos la miseria y la postergación durante décadas, a quienes sufrimos la violencia estatal y el hambre cotidiano, que esperemos, que dejemos de manifestarnos en nuestra defensa. Somos el sector más débil, y quizá el más numeroso, de la sociedad; no el más fuerte. Hemos aprendido que la única forma en la que la clase trabajadora consigue avanzar es mediante la movilización popular, y nunca, jamás en la pasividad, derecho legítimo contenido en nuestra propia constitución nacional. Es por ello que tenemos en claro que las organizaciones sociales no debemos abandonar las calles bajo ningún gobierno, ni en ninguna circunstancia".

El FOL le responde a

Alberto Fernández:

«no vamos a abandonar 

las calles bajo ningún gobierno»


1 de octubre de 2019

Tras los dichos del candidato presidencial del Frente de Todos Alberto Fernández, que llamó a «evitar estar en las calles y las situaciones que puedan llamar a la violencia», el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) – que nuclea a una gran cantidad de organizaciones sociales que organizan a trabajadores y trabajadoras cooperativistas, precarizadas y desocupadas – salió a responderle. «Entendemos no debe pedírsenos a quienes sufrimos la miseria y la postergación durante décadas, a quienes sufrimos la violencia estatal y el hambre cotidiano, que esperemos, que dejemos de manifestarnos en nuestra defensa. Las organizaciones sociales no debemos abandonar las calles bajo ningún gobierno, ni en ninguna circunstancia», sostiene el FOL, que además detalló las políticas que espera el sector de parte del futuro presidente. 

Por ANRed.

A principios de septiembre, en medio del acampe que organizaciones sociales realizaban en la 9 de Julio frente al Ministerio de Desarollo Social, en reclamo de aumento de sus salarios, de los cupos laborales y de los alimentos para sus comedores comunitarios, el candidato presidencial Alberto Fernández llamaba en un conferencia de prensa a no movilizarse en las calles y esperar a las elecciones del 27 de octubre: «evitemos estar en las calles y las situaciones que puedan llamar a la violencia«, expresó, y agregó: «le pido a todos los argentinos serenidad, lo peor que nos puede pasar es que los nervios le den paso a los violentos«.
En una carta abierta el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL)respondió los dichos de quien, según las estimaciones de la mayoría de las consultoras de opinión, muy probablemente será el próximo presidente de la nación. «No es aceptable que nuevamente vuelva a cargarse sobre las espaldas de varias generaciones de argentinos y argentinas, a costa de mayor pobreza. Como venimos sosteniendo en nuestras movilizaciones, la verdadera deuda es con el pueblo, y no con el FMI» – sostiene el FOL – Entendemos no debe pedírsenos a quienes sufrimos la miseria y la postergación durante décadas, a quienes sufrimos la violencia estatal y el hambre cotidiano, que esperemos, que dejemos de manifestarnos en nuestra defensa. Somos el sector más débil, y quizá el más numeroso, de la sociedad; no el más fuerte».
En la misma línea, el FOL agregó: «hemos aprendido que la única forma en la que la clase trabajadora consigue avanzar es mediante la movilización popular, y nunca, jamás en la pasividad, derecho legítimo contenido en nuestra propia constitución nacional. Es por ello que tenemos en claro que las organizaciones sociales no debemos abandonar las calles bajo ningún gobierno, ni en ninguna circunstancia, y, asimismo, reclamamos que esto debería ser comprendido y respetado en su profunda significación histórica, incluso desde el poder del estado, sin represión, sin condicionamientos de ningún tipo».
Finalmente, los movimientos sociales plantearon las políticas que necesita el sector de trabajadores y trabajadoras cooperativistas, precarizadas y desocupadas de parte de una futura gestión: la «creación significativa de puestos de trabajo a través de planes de construcción de viviendas populares y de urbanización»; políticas de «compre social a las cooperativas populares y a las empresas recuperadas»; el «reparto de tierras a cooperativas, trabajadores y trabajadoras rurales»; una «tarifa social en servicios públicos y en transportes»; la «universalización de los programas de empleo y de capacitación de oficios»; un «plan de fortalecimiento y subsidios para las actividades de las economías regionales»; «subsidios y apoyo en la generación de empleo por parte del estado para todas las mujeres y disidencias en situación de violencia»; el «aumento inmediato de las jubilaciones»; el «aumento de presupuesto destinado a la emergencia alimentaria y plan para combatir la desnutrición infantil»; un «plan y presupuesto para revertir el flagelo de las adicciones en nuestros jóvenes»; y el «reconocimiento pleno de las organizaciones sociales como representaciones gremiales legítimas de los trabajadores precarizados».


ANRed difunde carta:

Buenos Aires, 17 de setiembre de 2019
Sr. candidato a Presidente de la Nación
Dr. Alberto Fernández:
De nuestra mayor consideración:
En las últimas semanas se ha hablado mucho sobre el rol y los planteos reivindicativos de las organizaciones sociales. Nuestra intención es la de hacerle llegar, por este medio, la visión de una de ellas sobre las políticas que entendemos deberían ser consideradas para atender a la situación de nuestro sector, el de los desposeídos de siempre. Nos presentamos, somos el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), movimiento social que venimos luchando desde mitad de los 90′, con independencia de todos los gobiernos en defensa de las familias más humildes de nuestro país.
Partimos de la premisa general que no es posible resolver seriamente, y con algún alcance histórico, los padecimientos estructurales de las capas más postergadas de nuestro pueblo, la pobreza y la desocupación que se extienden como epidemia entre trabajadores y trabajadoras, sin afectar en ninguna medida los privilegios eternos de los sectores más poderosos y concentrados de la economía. Creemos que no es posible convalidar que la mayor parte del dinero en moneda fuerte proveniente del préstamo del FMI haya sido fugado por esos mismos sectores, bancos, fondos de inversión, y demás apostadores de la bicicleta financiera. No es aceptable que nuevamente vuelva a cargarse sobre las espaldas de varias generaciones de argentinxs, a costa de mayor pobreza. No es posible que esto se acepte porque representaría someterse, una vez más,  al flagelo de la exclusión y a la más cruda miseria. Como venimos sosteniendo en nuestras movilizaciones, la verdadera deuda es con el pueblo, y no con el FMI.
El trabajo en condiciones completamente precarizadas, tanto el que nos imponen los empleadores, como el que nos autogestionamos nosotrxs mismxs, lejos de haber sido atenuado, no ha dejado de crecer y empeorar durante las últimas administraciones. La pobreza en ningún momento ha sido siquiera parcialmente revertida, mientras recrudece críticamente el hambre en las barriadas populares y en los pueblos olvidados a lo largo y ancho del país, donde la justicia ni siquiera se ha asomado. Ni qué hablar de las consecuencias permanentes que se derivan de la desocupación estructural masiva, y del retroceso en educación, salud, niñez, tercera edad, ausencia de políticas de géneros,  y en infraestructura general.
Entendemos no debe pedírsenos a quienes sufrimos la miseria y la postergación durante décadas, a quienes sufrimos la violencia estatal y el hambre cotidiano, que esperemos, que dejemos de manifestarnos en nuestra defensa. Somos el sector más débil, y quizá el más numeroso, de la sociedad; no el más fuerte. Hemos aprendido que la única forma en la que la clase trabajadora consigue avanzar es mediante la movilización popular, y nunca, jamás  en la pasividad, derecho legítimo contenido en nuestra propia constitución nacional. Es por ello que tenemos en claro que las organizaciones sociales no debemos abandonar las calles bajo ningún gobierno, ni en ninguna circunstancia, y, asimismo, reclamamos que esto debería ser comprendido y respetado en su profunda significación histórica, incluso desde el poder del estado, sin represión, sin condicionamientos de ningún tipo. Nunca ha sido producente la idea de movimientos sociales sujetados desde la conducción del estado, como lo demuestra con total claridad numerosos casos históricos en nuestro continente.

Por tanto desde este lugar que ocupamos en el campo popular, desde la dignidad y la entereza que nos brinda, más de dos décadas de  la lucha planteamos:
Que en una futura gestión deben ser consideradas determinadas políticas específicamente orientadas hacia nuestro sector, a saber:
  1. a) Creación significativa de puestos de trabajo a través de planes de construcción de viviendas populares y de urbanización de los barrios y asentamientos irregulares donde habitan inhumanamente millones de familias humildes en todo el país; plan específico para la erradicación de ranchos
  2. b) Debe ponerse en práctica una política extendida y proactiva desde el estado de compre social a las cooperativas populares, y a las empresas recuperadas, tanto de bienes manufacturados, como de obras y de servicios;
  3. c) Apoyamos el planteo de la necesidad del reparto de tierras a cooperativas, trabajadorxs rurales y a sus construcciones colectivas;
  4. d) Tarifa social en servicios públicos, y en transportes, para lxs trabajadorxs precarizadxs, y para que cooperativas autogestionadas y empresas recuperadas para que puedan seguir produciendo;
  5. e) Universalización de los programas de empleo y de capacitación de oficios, con contraprestaciones de trabajo promovidas desde el estado, y con el reconocimiento de los derechos laborales y sociales que nos corresponden como trabajadorxs; junto con ello es necesario la inmediata recomposición salarial, no es aceptable que miles y miles de trabajadores se nos mantenga por debajo de la línea de indigencia.
  6. f) Plan de fortalecimiento y subsidios para las actividades que desarrollamos en el marco de las economías regionales.
  7. g) Reconocimiento económico de las tareas de cuidado y del hogar para revertir la creciente feminización de la pobreza. Construcción de jardines maternales y espacios de géneros para atender la problemática de la violencia que sufren nuestras compañeras y disidencias
  8. h) Subsidios y apoyo en la generación de empleo por parte del estado para todas las mujeres y disidencias en situación de violencia, desde este lugar también nos manifestamos por el derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos
  9. i) Aumento inmediato de las jubilaciones
  10. j) Aumento de presupuesto destinado a la emergencia alimentaria y plan para combatir la desnutrición infantil
  11. k) Plan y presupuesto para revertir el flagelo de las adicciones en nuestros jóvenes
  12. l) reconocimiento pleno de las organizaciones sociales como representaciones gremiales legítimas de los trabajadores precarizados.
Junto a todo esto, sostenemos que es urgente la inmediata suspensión de despidos y  que la expulsión masiva de trabajadorxs de sus puestos de trabajo, producto de la tecnologización creciente de los procesos productivos de nuestra época, solo habrá de incrementarse en progresión geométrica en lo sucesivo. Frente a ello, propugnamos que no habrá salida más digna y sustentable para lxs trabajadorxs, para la humanidad entera en definitiva, que abrir seriamente la discusión, y considerar la implementación, del reparto de las horas de trabajo sin afectar los salarios, de ramas completas de la producción. En este camino será también central la recuperación de los bienes estratégicos del país, con la activa participación de los sectores populares.
Buena parte de esta agenda sectorial entendemos es compartida por el conjunto de las organizaciones sociales. Defendemos que la única manera de lograr su tratamiento de forma prioritaria, para que puedan darse avances sostenidos en su implementación, como ya hemos dicho, es a través de mantener en forma permanente la movilización en las calles del conjunto de las organizaciones sociales y sindicales.
Más impuestos para los ricos, más derechos para los de abajo
Por trabajo con todos los derechos
La deuda es con el pueblo, No con el FMI.
Atentamente

Más NoticiasFuente: https://www.anred.org/2019/10/29/alberto-fernandez-es-el-nuevo-presidente-pero-los-reclamos-continuaran-con-fuerza-en-las-calles/

"Asistimos a una gran rebelión ciudadana posmoderna en una sociedad profundamente neoliberal. Todos los ciudadanos protestantes cargamos en nuestras manos un aparato celular, dispuesto a utilizarlo para comunicar a los otros y otras que estamos presente en la movilización. Estamos protestando, estamos en la calle, en la concentración, pero sentimos la necesidad de comunicar que lo estamos haciendo, por eso nos fotografiamos y fotografiamos a los demás. Y, las fotos las subimos a la red para que todos nos vean que somos parte de la “protesta social y política”, o sea, estamos haciendo historia".

Desconectarse para reflexionar políticamente la rebelión popular y ciudadana 18-0
29 de octubre de 2019

Por Juan Carlos Gómez Leyton (Rebelión)

La profusión de informaciones que circula tanto por las redes sociales como por los medios de prensa y comunicación tradicionales sobre la rebelión popular y ciudadana, es abrumadora y agobiante. Especialmente, para las y los ciudadanos que buscan tener cierta claridad de lo que está aconteciendo. Poseer mucha información no implica estar mejor informado o tener una mejor comprensión del proceso social y político en desarrollo. Es vital distinguir lo sustantivo de lo superficial. De los análisis serios y profundos de aquellos que solo son “rellenos” en los espacios informativos de la televisión, de las radios o de la prensa escrita. Sobre todo, también, necesario depurar y refinar las redes sociales de la gigantesca y masiva circulación de noticias falsas, memes e información “basura”, que se reitera al infinito. Se hace inevitable, por algunas horas, apagar y desconectarse de todo. Para poder reflexionar. Se requiere silencio para poder pensar con tranquilidad y sin desazón.
Tengo la impresión que el torbellino de la acción histórica de millones de ciudadanos chilenos nos tiene confundidos, asombrados y, tal vez, desconcertados. Pues, todo lo sólidamente construido en las últimas décadas parece que se está desvaneciéndose. Los actores políticos, los comunicadores sociales, los analistas de todo tipo, los periodistas, y no pocos ciudadanos, etc., están consternados y angustiados. Todos están buscando las explicaciones psicológicas, sociológicas, económicas y políticas para este entender el gigantesco “reventón histórico” que desde hace una semana azota a la sociedad neoliberal chilena. Hurgan en el pasado inmediato y en el remoto en busca de las causas del masivo y contundente descontento ciudadano. Las diversas teorías, explicaciones y diagnósticos van y vienen. Se ha construido, para ponerlo jerga neoliberal, un gran supermercado de ideas y explicaciones, en donde el ciudadano puede elegir, escoger y seguir la que le parece más convincente y conveniente a su propia visión del proceso en desarrollo. Aunque, este supermercado, como todo lo neoliberal, muy acatado y nada pluralista, por lo menos, en aquel que es dominante y hegemónico.
Sin embargo, en la sociedad neoliberal no existe ese único supermercado de información, sino que es posible distinguir tres. Los cuales son ampliamente diferenciados entre sí. En primer lugar, está el supermercado televisivo, controlado por el poder empresarial y capitalista neoliberal nacional como internacional. Por este desfilan los actores institucionalizados y legitimados por el poder político y comunicacional hegemónico.
En segundo lugar, esta está el supermercado de los medios alternativos, especialmente, digitales en la red de internet, con un ejército de intelectuales y dirigentes sociales y políticos que buscan interpretar desde distintas ópticas y perspectivas teóricas y políticas contra hegemónicos. Son múltiples, plurales, democráticos y culturalmente diversos.
Y, por último, está el gran supermercado de las redes sociales: el twiter, el facebook, el Instagram, el whatsApp, etcétera. Este es de las y los ciudadanos que utilizan para dar a conocer su opinión, emitir mensajes, memes, noticias de todo tipo.
El supermercado de las redes sociales es vasto, extenso, diverso, plural y muy masivo, a diferencia de los dos anteriores, que son colectivos reducidos y tienen aún líneas editoriales centralizadas y que deciden que se publica o se edita o aparece al aire. El supermercado de las redes sociales es, fundamentalmente, individualista.
Cada ciudadano es un emisor de mensajes de todo tipo. Millones de ellos en este momento que escribo y usted que lee este texto, están enviando millones de datos a las redes y estas se multiplican por el universo digital y virtual de la red, diría, casi al infinito. Es imposible hunamente poder tener la capacidad de ver, leer y analizar esa avalancha de información entrado y saliendo del ordenador o del aparato telefónico. Se conforman cadenas de información integrada por miles y miles de personas que individualmente van replicando al infinito la información emitida por uno de sus integrantes.
Sin lugar a dudas esa información circulando día y noche, apesadumbra, abruma, recarga y turba, altera y, en cierta forma, perturba. Es un exceso. Ella atiborra no solo la memoria digital sino también el cerebro, anulando, al ciudadano la capacidad de razonar, de pensar, de reflexionar, la memoria se satura. Y, estos pasan a ser un engranaje más de una gran máquina virtual irreflexiva.
El ciudadano para estar al tanto de todo lo que circula por la red debe estacionarse las 24 hrs., del día. Las redes lo atrapan. La realidad social es lo que se lee y ve en la red. La red enajena. Los trastorna. Deja de ser. Se pierde. No piensa.
Por eso, creo que es necesario desconectarse de los celulares y para volver a ser un ser ciudadano reflexivo.
La tecnología no puede anular nuestra capacidad de razonar. Es lo que está pasando en este momento. No estamos reflexionando con tranquilidad. La velocidad de los acontecimientos nos obliga hacerlo. Tal vez, eso está bien, para el tiempo explosivo de los periodistas, para los analistas simbólicos de la política, de los decidores de escenarios de crisis, que buscan por la general informar o controlar lo que acontece. Pero, no para los cientistas sociales que intentan captar algo más que lo que acontece superficialmente. La ciencia social crítica debe esperar que el “humo explosivo” de los acontecimientos se disipe para analizar y comprender adecuadamente el proceso histórico en desarrollo. Muchas veces, y eso ha ocurrido, en otras coyunturas críticas que ha experimentado la sociedad neoliberal chilena en su pasado reciente, las reflexiones políticas que se realizaron estuvieron movidas por la urgencia o imperiosa necesidad de decir algo, de no quedarse fuera del espectáculo histórico que presenciamos y asistimos. La historia cercana enseña que una vez concluidas las grandes movilizaciones ciudadanas de 2006, 2011, 2013 u 2017, sobre las cuales se escribieron in situ numerosos análisis y se levantaron poderosas tesis, quedaron en nada. Fundamentalmente, porque se pensó y se reflexionó de manera apresurada. Escasamente meditada, sopesando, la acción cada uno de los actores involucrados en la contienda, poniendo más las intenciones de los que debía suceder que lo que estaba sucediendo. En fin, no hubo acción política reflexiva.
Asistimos a una gran rebelión ciudadana posmoderna en una sociedad profundamente neoliberal. Todos los ciudadanos protestantes cargamos en nuestras manos un aparato celular, dispuesto a utilizarlo para comunicar a los otros y otras que estamos presente en la movilización. Estamos protestando, estamos en la calle, en la concentración, pero sentimos la necesidad de comunicar que lo estamos haciendo, por eso nos fotografiamos y fotografiamos a los demás. Y, las fotos las subimos a la red para que todos nos vean que somos parte de la “protesta social y política”, o sea, estamos haciendo historia.
Son miles de aparatos encendidos. Cientos de planes vendidos por las compañías telefónicas que están recaudando millones de pesos, gracias al gran afán del ciudadano neoliberal posmoderno, de estar allí y de decir que están. Según los datos estadísticos, en Chile hay casi 27 millones de celulares. O sea, todas y todos los ciudadanos del país poseen uno. Sí, todos las y los ciudadanos apagaran los celulares: las compañías, colapsan. Pues, ellas son tan abusivas con los consumidores como lo son las tiendas del retail, las farmacias, las compañías de electricidad, de agua potable, las ISAPRES, del Metro, las AFPs, etcétera. Pero, no, las y los ciudadanos neoliberales no la hacen. No podrían vivir desconectados. El hacerlo sería su desaparecimiento virtual y comunicacional. Por cierto, sería un alivio. Y, un colapso para las transnacionales de la comunicación.
Una acción de esa naturaleza sería una acción tan directa y destructiva como la acción realizada contra el Metro. Y, un ataque directo al poder del kapital comunicacional.
Lo mismo pasaría si apagáramos por unas cuantas horas o tal vez un día o dos, la “caja idiota”, o sea, la televisión abierta. La “caja idiota” es extremadamente monopólica, autoritaria, segregadora y abusiva con la teleaudiencia. Impone de manera coercitiva que lo que pueden ver y oír las ciudadanías. Desde el 18-O han estado transmitiendo la rebelión casi las 24 horas del día. Lo que por cierto sería bueno, acertado y necesario si tuvieran la intencionalidad de informar oportuna, veraz y acertadamente, pero, lo menos que hacen es, justamente, hacer aquello. La “caja idiota”, busca idiotizar a la ciudadanía con mensajes y programas agotadores y manipuladores que cierta ciudadanía no ve ni escucha. Pero, hay mucha ciudadanía que los escucha y ve.
En este momento las televisoras nacionales, están transmitiendo en vivo y en directo la rebelión popular y ciudadana. Pero, lo hacen de manera selectiva y clasista. Apegados al oficialismo-gubernamental insisten una y otra vez en dar una interpretación amañada e interesada del proceso. Manipulan y tergiversan los argumentos de unos y otros. Los mismos rostros se pasean por las pantallas, diciendo, una y otra vez, lo mismo.
Sin percibir, que esos mismos “analistas”, son lo que sostenían hace unas semanas antes, que Chile, siguiendo al Presidente, que éramos un “oasis” de tranquilidad y paz. Y, que nuestros vecinos latinoamericanos eran sociedades “desordenadas”, “inestables” “corruptas”, etcétera. Y, refiriéndose a lo negativo que era la situación ecuatoriana, venezolana, peruana o argentina, todos ellos países que no tenían las virtudes de la sociedad neoliberal chilena. Hoy cambian el “chip” y descubren lo que muchas veces se dijo, pero ellos no oían ni querían ver, o solo escuchaban o veían lo que les podría servir a sus míseros intereses políticos partidistas.
Ahora, se pasean por la tribuna de la “caja idiota” dando recetas de cómo salir de la crisis. Con argumentos retóricos y demagógicos que encubren la intencionalidad profunda de no modificar, absolutamente, nada. O sea, no se tocan las estructuras que sostienen la sociedad neoliberal. De manera que las causas y factores que hicieron posible el estallido social y popular, se mantienen incólumes.
El discurso de los analistas es la conciliación y el dialogo. Y, sobre todo, la condena reiterada a la violencia política popular y la tibia y suave condena a la violencia política estatal, siempre justificada por la primera. La distinción permanente de los sujetos y actores de la rebelión popular y ciudadana. Estos son dos: los buenos, aquella que realizan los ciudadanos decentes, la gente decente, la gente de familia, la clase media, de la ciudad moderna y neoliberal de la plaza Italia hacia el Oriente. Que están molestos por los abusos de los agentes del mercado, pero no contra el capitalismo neoliberal. Distinción muy central en todos los discursos que aparecen en la” caja idiota”.
Y, los malos: el lumpen, los delincuentes, los rotos, todos ellos habitantes de los sectores populares periféricos de Santiago. Que son saqueadores, que destruyen aquello les sirve, que queman, que matan. Pero, que están enojados por los abusos de los actores de mercado, de las malas pensiones, por los precios de medicamentos, etcétera. Pero, no son las formas. Cómo fue posible que quemaran el Metro. Son malos, son malos chilenos y chilenas. No respetan la autoridad ni la propiedad privada ni pública. Están enfermos de odio. Así, presentan al pueblo trabajador, a los sectores populares carenciados, empobrecidos por la explotación capitalista neoliberal. Para ellos, bala.
Las diversas intervenciones de los panelistas de los funestos Matinales, con sus rostros millonarios, se encargan de sostener una y otra vez que, en los sectores populares, está el peligro para el orden social y económico neoliberal. Estos debieran aceptar lo que se les ofrece. La cantinela aquí es que no pueden solucionar los problemas de larga duración como son los de la salud y de las malas pensiones de la tercera edad. Que se harán gestos, los parlamentarios de bajarán la dieta y otras medidas, como aumentar 10.000 pesos las pensiones solidaras. Es repulsivo, la forma como panelistas como Francisco Vidal, presentan aquello como la gran solución. Da asco la “caja idiota” nacional. Una tarea de futuro es su democratización total y completa. Por ahora, bastaría con apagarla.
Este discurso clasista fomentado por la “caja idiota”, penetra y penetra fuerte. Es que lo que lleva a esos sectores poblaciones de asalariados de clase media, a suponer que los sectores populares en rebeldía los van atacar y saquear, y se organizan para defender sus propiedades y patrimonios. Pero, también se organizan para defender la propiedad del capital mercantil presente en sus barrios, por ejemplo, en los supermercados de la cadena Walmart, (supermercados Líder), esta una cadena mercantil de origen estadounidense con las mayores prácticas antisindicales del país. Ello explica el objetivo táctico de los grupos que luchan contra el kapital. También, asumen la defensa de las tiendas del retail, etcétera.
Sin comprender absolutamente, que los grupos que realizan esas acciones directas están en lucha en contra del kapital, no contra de ellos y precarias propiedades, que, en realidad, son propiedad real del kapital financiero bancario. Estos grupos clase medieros son entrevistados por estos medios de comunicación y elevados en iconos de la defensa del capitalismo neoliberal. Fomentando con ello lo que el sociólogo Javier Martínez, allá por los años ochenta del siglo pasado, sostuvo a raíz de las grandes movilizaciones contra el dictador Pinochet, durante la Jornadas Nacionales de Protesta, denomino: miedo a la sociedad.
Este es otro de los componentes presente en el discurso de la “caja idiota”: el miedo. Fomentar permanente y cotidianamente el miedo a los televidentes. Sobre todo, a las dueñas de casa, a los miembros de la tercera, a las y los medianos y pequeños propietarios de comercios, etc. Infundir miedo, a la población es la consigna. Sin embargo, el miedo es lo que mucha gente ha perdido hoy, ya no se le tiene miedo ni a la sociedad ni al Estado. No obstante, la televisión chilena continúa, manipulando la información para atrapar en él a muchos que aún sienten que todo lo que ocurre es, producto, de la “gente mala”, de seres anómicos, de gente perversa, tal como lo dijo la “primera dama” de seres extraños: una invasión alienígena.
Esto no es una estupidez sino una actitud, diría normal, de estos sectores. Ayer, durante la dictadura, el comandante de la Armada y miembro de la Junta Militar que derroco al gobierno popular de Salvador Allende, José Toribio Merino, nombro siempre a los opositores de la dictadura militar como “humanoides”. O sea, seres sin condición humana, por ende, sin derechos humanos, por lo tanto, un enemigo que había que eliminar y hacer desaparecer. La primera dama, sigue la misma senda.
Hay mucha estupidez en la “caja idiota”. Agotaríamos estas páginas para referirnos a cada una. Pero, hay algunas que son supinas. Tal como la señalada por la periodista Mónica Pérez, al decir, que al bajarse la dieta parlamentaria llegaría “al parlamento gente mala”. O aquella que dijo que era necesario tener “cultura política de toque queda”. O, aquel periodista que sostuvo “que sabíamos que existía desigualdad social, pero no sabíamos que les molestaba tanto”.
Un dato importante de resaltar: en la caja idiota como también entre sus panelistas, funcionarios de gobierno, miembros de la clase política, intelectuales orgánicos de la derecha como de la centro-izquierda neoliberal, es común que se refieren a la clase media, pero, nunca jamás, hablan o se refiere a los sectores populares, poblacionales, trabajadores, sino que nombran a un indefinido sector social: como los “sectores vulnerables”.En otras palabras, no nombran a la clase trabajadora o popular.
De manera que el clasismo de la “caja idiota” es total y completo. Pero también lo es el de la prensa escrita.
Fue el diario La Cuarta de la cadena periodística COPESA, uno de los dos grupos que controla la prensa escrita, partidaria del gobierno y defensora de la derecha empresarial y política, la que tituló “Se aleja el lumpen y llega la Familia” haciendo referencia a la movilización de ciudadanos de las comunas del sector Oriente de Santiago.
Este mensaje, sin duda carga toda una tradición política que divide a la ciudadanía entre la “gente decente” y los “rotos”. División que viene de antaño. Será muy posmoderna la rebelión, en el uso de los medios tecnológicos, pero, las concepciones ideológicas que tienen las y los actores sociales y políticos vinculados a los grupos dominantes como también de los infaustos sectores medios no se han modificado. Ellos siguen siendo la “gente de bien” y los “otros”, los de allá, el lumpen y rotos peligrosos.
Por eso y más que nunca es necesario y urgente apagar la “caja idiota”.
Las redes sociales: la irreflexión política conectada
La importancia de las redes sociales, para los movimientos sociales del siglo XXI, ha sido señalada ampliamente por la literatura especializada. Estamos en la época de las multitudes conectadas. Ciertamente con el auge de las plataformas de redes sociales digitales, la extensión de los celulares inteligentes y la conexión inalámbrica, el Internet se mueve de la computadora de escritorio o el cibercafé, a la calle.
De allí que se sostenga que la irrupción participativa de la ciudadana en movilizaciones y protestas políticas y sociales se vuelve más distribuida, sensible a la activación política de cualquiera, sin esperar mediación de organizaciones partidistas, de colectivos ni de activistas. Las que la vuelve masivas, pero espontaneas, efímeras y sin coherencia organizativa, sin conducción política que les permita obtener objetivos políticos profundos.
Las y los ciudadanos que utilizan las redes sociales, también, debieran reflexionar sobre el uso y abuso que están haciendo de este medio de comunicación y conexión. Es innegable su utilidad eso no se discute. Todo lo contrario, hoy día su presencia, permitiría sortear de manera muy inteligente cualquier intento de controlar políticamente la información. Es una garantía para la libertad de expresión, opinión y comunicación. Pero, debemos usarlo de manera reflexiva y, sobre todo, responsable.
Ésta debe ser instrumento para la lucha social y política semejante al rol que le cupo a la prensa escrita en la formación y educación de las ciudadanías rebeldes a inicios del siglo XX o de la forma como los rebeldes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN, han influido en las luchas emancipadoras latinoamericanas, a través de la internet. Diversos analistas, como la española-mexicana Guiomar Rovira, ha destacado que el EZLN el gran apoyo internacional lo obtuvo a través del uso políticamente inteligente y reflexivo de la red de Internet, el ciberespacio, fue un espacio conquistado para la lucha del EZLN.
El repertorio de acciones llevado a cabo por el zapatismo en el ciberespacio o en las redes sociales supuso un despliegue de creatividad e innovación en el campo de la protesta, combinando las redes cibernéticas y las acciones físicas. Y, sobre todo, es lo que quiero destacar aquí, es que el flujo de discursos, información y debate serios y profundos, reflexivamente duros, abrieron las puertas a la posibilidad de pensar en la acción política contra el neoliberalismo y a experimentar la potencia colectiva de la transformación.
Por eso, considero, que la reflexión política es urgente, más aún en los tiempos de la despolitización ciudadana neoliberal. Este es el camino para reinventar la política. Esta no se reinventa con memes. Sino con reflexión ciudadana dura. Para alcanzar esta es necesario parar. Desconectarse. Y, pensar.
Se hace necesario pasar de la acción comunicativa virtual y digital materializadas en escasos caracteres. A la reflexión larga y profunda. A reaprender a leer en largo. A escuchar audios de más de 3 minutos. Ante un audio reflexivo que hice circular a algunos colegas y amigos sobre los escenarios políticos posibles de lo que acontece, de tan solo 8 minutos. Una profesora-amiga me solicitó que lo redujera. Con el objeto de enviárselos a sus colegas, pues “los profes son flojos…. y no escuchan”. Quede pasmado. Pienso, sino escuchan 8 minutos difícilmente van a leer este texto. Esto me hace pensar en una película futurista protagonizada por Sandra Bullock y Sylvester Stallone, Demolition Man, en una sociedad altamente ordenada, computarizada y aséptica lo que era “in”, era recordar o cantar, jingles comerciales de menos de un minuto. Una sociedad sin ningún tipo de reflexión. Ni contacto físico. Hasta el sexo, era a través de máquinas computarizadas. Todo controlado por el ordenador. Todo lo hace la computadora. Hoy estamos en la misma senda.
Actualmente es muy alto el porcentaje de ciudadanía que no leer ni escucha. Pero que se alimenta de los memes y de los mensajes cortos, espontáneos, insulsos, muchas veces, idiotas, desechables, que no contribuyen en nada.
La nueva política que debe emerger de esta rebelión popular y ciudadana debe ser de mejor calidad que la actual. Para ellos se requiere ciudadanos reflexivos, informados y políticamente activos. Desgraciadamente, los medios tecnológicos que actualmente se disponen no ayudan mucho a esa tarea.
Por cierto, son de una gran utilidad para conectarse, coordinarse, para estar y sentirse unidos en una causa. En eso son fantásticos. Pero, hay que pasar de nivel, plantearse otras tareas. Para ello, pienso que las y las ciudadanas deberíamos replantearnos el uso que estamos haciendo de ellos.
Por eso, tal vez, sería bueno desconectarse, para reflexionar.
Por último, el segundo gran supermercado de ideas es el que se encuentra en los medios digitales y sitios de información alternativos. Estos son numerosos, diversos, plurales, abiertos y muchos ellos militantes. Pero, tengo la impresión que son ampliamente desconocidos por la ciudadanía. Llegan tan solo a los ciudadanos políticamente activos, y con cierta consciencia política e ideológica. Lo cual, por cierto, no está mal, pero requiere su ampliación. En estos sitios se encuentran artículos elaborados y preparados con cierta sofisticación y complejidad teórica. Muy útiles, para la discusión analítica de los acontecimientos. Sin embargo, esa necesaria discusión no se da. No hay polémicas. Nadie discute a nadie. La crítica es muy floja o inexistente. Y, cuando existe. Los polemistas se enojan o se retiran en silencio.
Ahora bien, en estos sitios se encuentran muy buenos artículos. Son muy necesarios como alternativas viables y saludables a los dos anteriores. Pero, son vistos y leídos por un pequeño porcentajes cibernautas. Pero, por lo menos, allí se piensa, se reflexiona, pero no se discute. También, tienden al individualismo intelectual. Hay que conformar grupos de discusión interconectados, para producir conocimiento útil para la lucha política e ideológica que supere la enorme fragmentación política de los sectores que se oponen al neoliberalismo y al capitalismo.
Cierro con la siguiente reflexión de mi colega Guiomar Rovira, especialmente, centrada en las redes sociales: “la participación política de las multitudes conectadas no genera continuidad en (protesta y en la movilización), sino que es esporádica, intensa y performativa”.
Ésta al basarse en la no delegación y al ser muy “individualista”, condición central y fundamental del ciudadano neoliberal, posee álgidos momentos de actividad, como los que estamos observando en estos días en Chile, pero que por lo general se disuelve, tengamos presente por ejemplos, los casos de las movilizaciones de los estudiantes secundarios de 2006 o de los estudiantes universitarios del 2011. Son formas de participación efímeras, que, diluido el movimiento real, las y los ciudadanos neoliberales conectados vuelven a sus rutinas diarias y cotidianas.
Para que esos ciudadanos no queden desconectados es necesario pensar políticamente. Pero, para hacerlo, paradojalmente, hay que a pagar la “caja idiota” y la desconectarse de las redes sociales. Para que vuelva aflorar el ciudadano políticamente reflexivo. Para reinventar la política y, sobre todo, transformar la sociedad capitalista neoliberal.
Bibliografía consultada.
· Guiomar Rovira: Activismo en red y multitudes conectadas. Comunicación y acción en la era de Internet. Icaria/UAM, México, 2017.
· Guiomar Rovira: Zapatistas sin fronteras. Las redes de solidaridad con Chiapas y el altermundismo. ERA, México, 2009.
· Manuel Castells: Redes de Indignación y Esperanza. Alianza Editorial, España, 2012.