Entrevista con
Claudio Katz y Eduardo Lucita
“Hay que hacer converger las distintas
tradiciones de
la izquierda anticapitalista argentina”
10
de julio de 2017
Por Franck Gaudichaud (Rebelión)
Debates en la izquierda frente a las próximas elecciones
En el
tenso escenario político y social de Argentina se perfila una campaña electoral
muy conflictiva y de gran impacto en toda la región. Hoy en día,
con el gobierno Macri, el país aparece como uno de los bastiones de la derecha
neoliberal, después de 12 años de kirchnerismo en el poder (2003-2015). Las
elecciones que vienen representan un desafío central para los tres conjuntos
que configuran – de manera desigual y no homogénea - actualmente el espacio
político argentino: las derechas y el “macrismo”, los peronismos y el
kirchnerismo, los trotskysmos y los movimientos anticapitalistas. Sobre el rol de las fuerzas de
izquierda en ese proceso, consultamos a Claudio Katz y Eduardo Lucita, dos
conocidos pensadores y militantes de esa corriente e integrantes del colectivo
Economistas de Izquierda (EDI).
¿Cuál es el significado de las próximas elecciones primarias de
agosto y legislativas de octubre?
CK : Son comicios en dos turnos.
Hasta ahora las internas han sido un filtro que dirime quiénes quedan en la
disputa por el voto útil. Numerosos analistas coinciden en destacar, que en esa
segunda instancia la elección de la provincia de Buenos Aires podría definir el
escenario de los próximos años y especialmente las presidenciales del 2019. Si
Macri pierde quedaría muy debilitado su proyecto reeleccionista.
EL : El contexto económico es muy
distinto al imaginado cuando el PRO llegó al gobierno con Macri. Todos los
datos son negativos. El consumo se ha desplomado, el alza de las tarifas
carcome los ingresos, la inflación es persistente, especialmente en
alimentos, crecen el desempleo y la pobreza mientras la indigencia se
profundiza. Por si fuera poco el país ha retomado una senda de endeudamiento a
un ritmo que asusta, coronado por la reciente emisión de un bono a 100 años.
Ahora, son elecciones de renovación parlamentaria y todos los analistas
coinciden en que cualquiera fuera el resultado la relación de fuerzas en el
parlamento no cambiaría. El gobierno seguiría siendo una minoría obligada a
negociar con las otras fuerzas. La importancia de estas elecciones solo
adquiere significación mirando a las presidenciales del 2019.
CK : Se trata de un ajuste mayúsculo
sin contrapartida en materia de inversión, creo que el gobierno está intentando
alguna ingeniería electoral para ocultar ese desastre.
¿Una ingeniería electoral de qué tipo? Si puedes desarrollar un poco esta idea…
CK: Trata de reforzar la prédica de
los medios de comunicación “contra
el populismo¨ y apuntalar la base político-social derechista que se forjó a
partir de los cacerolazos en tiempos del kirchnerismo. Ese sector es muy
propenso al revanchismo y al odio de clase en la tradición del viejo
‘gorilismo’. Despotrican contra Venezuela y Cuba, insultan a los docentes,
exigen represión de los piquetes y prohibición de las huelgas repitiendo
libreto conservador predominante en la televisión. Ese
sustento explica cómo el gobierno se mantiene en carrera a pesar del desastre
económico.
EL: En mi opinión lo que está
pesando, y tal vez tanto o más que la economía, es la batalla cultural en la
que desde hace años el neoliberalismo viene ganando posiciones.
¿Es tan fuerte ese sostén derechista en la actual sociedad argentina?
CK: Es importante aunque limitado,
como lo demuestra la fuerza opuesta que salió a flote en las marchas del 24 de
marzo pasado, en la impresionante irrupción de las mujeres o la gran reacción
que suscitó el intento de liberar genocidas mediante el llamado ‘2 por
1’ |1| .
EL: El gobierno también se apoya en
el colaboracionismo de la burocracia sindical. Aunque todos los días se
registra alguna nueva movilización, predomina un significativo repliegue en
comparación a las multitudinarias movilizaciones de marzo. Los jerarcas de la
CGT están repitiendo la misma entrega que hicieron los ‘gordos’ |2| en la época de Menem. Ya no participan en
el fraude de las privatizaciones, sino que se contentan con la tajada obtenida
con el manejo de las obras sociales y el flujo de dinero que perciben aquellos
sindicatos que firman convenios colectivos. Han impuesto una desmovilización
total por temor a los desbordes. Quedaron especialmente preocupados y temerosos
por las críticas en la calle a sus capitulaciones y, especialmente, porque en
la última gran movilización a que llamó la CGT, que convocó a cientos de miles
de trabajadores, les tomaron el palco y tuvieron que abandonarlo a las
corridas, en forma más que vergonzosa.
¿Cómo influye en este marco el renovado protagonismo de
EL: Hay una vertiginosa
reconstitución de ese liderazgo que desconcierta al establishment. Suponían que
estaba fuera de juego y que la conducción del peronismo se dirimiría entre los
sectores más confiables.
CK: Su reaparición perturba a las
élites que están perdiendo la certeza en la restauración conservadora. Si
Cristina gana la provincia de Buenos Aires, los grupos dominantes empezarán a
buscar un sustituto de Macri. Algunos comunicadores piensan que el año pasado
se perdió la oportunidad para asegurar un prolongado gobierno del PRO mediante
una limpieza judicial fulminante del kirchnerismo. Otros estiman que se cometió
el error inverso al potenciar la confrontación con CFK. Los banqueros, por las
dudas, mantienen una baja calificación de los bonos argentinos a la espera del
desenlace electoral. Ya hay paralelos con el escenario político de Brasil. No
en la comparación con Temer que pende de un hilo, sino en las dudas del
establishment frente un retorno del gobierno anterior. Allí no saben si
proscribir, asimilar o confrontar con Lula y aquí exhiben las mismas dudas
frente a Cristina.
Pero en cualquiera de estas opciones políticas parecen aprestarse a profundizar el ajuste y la austeridad: ¿qué opinan?
EL: De eso no cabe duda. El
gobierno está subiendo la apuesta para asegurarse el respaldo de los grandes
capitalistas. Por eso aplica medidas duras cuando ya se está largando la
campaña electoral. Siguen los ‘tarifasos’, quitan pensiones a los
discapacitados, toleran los despidos y propician abiertamente la flexibilidad
laboral. Para después de octubre tienen planteado reducir el déficit fiscal
bajando el gasto público. Conviene tener en cuenta para ver por dónde pueden
venir los recortes, que el 56% del gasto público es social y otro 17% es gasto
en salarios públicos y AUH |3|
. Tienen planteada las reformas previsional, laboral y tributaria, que uno
puede intuir cuál será su orientación. Los sectores más lúcidos del
neoliberalismo sostienen que esto solo puede hacerse con consenso político,
algún tipo de acuerdo con sectores de la oposición y con los gobernadores. No
en vano hace unos días estuvo por aquí el español Ramón Tamames, uno de los
ideólogos del Pacto de la Moncloa (1977)…
CK: Yo creo que además tantean un
giro represivo y jugarán la carta del miedo retomando el fantasma del 2001.
Buscan la polarización electoral, anunciando que una derrota del PRO conduce al
desgobierno y al colapso de la economía.
¿En los sectores populares, Cristina es vista como una alternativa frente a semejante agresión neoliberal?
EL: Cristina concluyó su mandato
con una buena imagen en esa franja. Perdió las elecciones preservando un gran
predicamento. No se retiró como Alfonsín, Isabel o Menem, sino como Perón o
Cámpora. Por esa razón es la primera vez que un liderazgo se mantiene en el
peronismo, a pesar de resultados adversos en los comicios.
CK: Pienso que con el “Frente
Ciudadano” |4| , el kirchnerismo vuelve a intentar la
transversalidad y cierto distanciamiento del aparato justicialista. Es la
tónica que ha impuesto a las candidaturas. Al mismo tiempo, adopta un programa
de mayor confrontación verbal con el ajuste que incluye frenar el alza de
tarifas, declarar la emergencia alimentaria y sanitaria, volver a los precios
cuidados y sobre todo revisar la deuda.
No olvidemos que el kirchnerismo mantuvo serios conflictos con el establishment
en varios terrenos, como las retenciones o la ley de medios .
EL: Pero Cristina igualmente omite
que muchos legisladores llegaron al Congreso en sus listas y después votaron
las leyes del macrismo. Además en la provincia de Santa Cruz gobiernan implementando
el mismo ajuste que, a escala nacional, le objetan a Macri.
LUCES Y SOMBRAS
¿Cómo caracteriza la izquierda este nuevo escenario?
CK: La reaparición de Cristina es
vista con dos miradas opuestas. Algunos piensan que resurge con un liderazgo
insoslayable para derrotar a Macri. Otros, en cambio, consideran que retorna
con posturas más conciliatorias hacia el poder real. Me parece que las dos
visiones son equivocadas.
EL: Coincido. La primera postura
repite a la disolución en el kirchnerismo que ya transitó una amplia franja del
progresismo. Se subordinaron al verticalismo que impone CFK, aceptando la
represión de Berni, la designación de Milani o el pago de las deudas
fraudulentas a Repsol, el CIADI |5| o el Club de Paris.
La segunda postura comete el error opuesto. No registra los virajes del
kirchnerismo y sus conflictos con los poderosos.
CK: En estos momentos, el mensaje
de Cristina es de protesta e indignación social. No repite la estética
‘marketinera’ del PRO, ni la despolitización republicana. Hay que registrar la
enorme distancia que la separa de Macri y entender que la grieta no es solo una
simple construcción artificial de los medios ,
hay que incorporar también la comparación de la situación social en el 2015 y
la actual.
Ustedes han votado en las últimas elecciones al Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) ¿Mantienen esa decisión?
EL: El FIT ha consolidado una
fisonomía de izquierda muy presente en el espacio político, le ha dado
identidad de alcance nacional, presenta listas en 22 de las 24 provincias y en
100 distritos de la
decisiva Prov. de Buenos Aires. Es una novedad y un mérito
innegable. A lo largo de varios años, mantiene un lugar en las legislaturas,
los medios y la calle con emblemas
anticapitalistas explícitos. Con esa identidad emite un mensaje de politización
socialista al alcance de toda la población.
CK: Yo añadiría que afianzó un
segmento militante numeroso con gran presencia en la lucha. Es un canal de
organización de sectores combativos en todo el universo sindical. Pero el
principal argumento para un voto a la izquierda es más sencillo: sus
legisladores siempre estarán ubicados en la primera fila contra el ajuste y los
conflictos sociales. En cambio dentro del espacio kirchnerista siempre hay
lugar para las deserciones que vimos en los últimos años. Partiendo de estos
reconocimientos, tengo muchas objeciones al FIT.
¿Cuáles?
CK: Con el paso del tiempo, han
afianzado un encierro que genera un infranqueable techo al despegue cualitativo
de la izquierda. Se
negaron a aceptar el ingreso de fuerzas tan afines como son el Movimiento
Socialista de los Trabajadores ( MST -Nueva Izquierda) y el Movimiento al
Socialismo (Nuevo MAS ) , que se vieron empujadas a formar otro frente para
competir por el mismo voto. No existe ningún argumento político, menos aún
ideológico, que justifique esa marginación. Son tres fuerzas trotskistas que
rechazan a otros partidos del mismo signo...La única explicación de ese dislate
es un cálculo de aparato. Apuestan a que sus rivales no logren sortear las PASO
y terminen votándolos. La misma disputa por cargos -sin ningún basamento
político- dominó toda la negociación dentro del FIT, para evitar la interna. No hubo
discusión de ideas. El frente se ha cerrado a otras tradiciones de la izquierda
y, por eso, no aprovecha la posibilidad de elecciones internas para incorporar
nuevas fuerzas.
EL: Este sectarismo, que me
apresuro a aclarar no es solo propiedad del FIT, también está en otras fuerzas
de izquierda, tiene dos fuentes. Por un lado, la lógica de autoconstrucción
partidaria, lo que Gramsci llamaba el “patriotismo de partido” que termina en
disputa de aparatos. Por el otro, en general este tipo de partidos abrevan en
las concepciones de “clase contra clase” que limita la política de alianzas y
que, incluso, lleva a confundir frentes electorales con alianzas estratégicas.
Puede que estas concepciones estén también en la base de su incomprensión de la
complejidad de los procesos latinoamericanos.
A propósito entiendo que también disienten con el FIT en la actitud frente a Venezuela.
CK: Si. Es otra área de discordia,
aunque ellos han evitado pronunciamientos conjuntos sobre el tema. Ninguno de
los tres partidos denuncia categóricamente la existencia de un golpe de la
derecha y el imperialismo. Al igual que los medios
se limitan a describir una situación caótica sin señalar a los culpables.
Incluso equiparan las responsabilidades del gobierno con la oposición, como si
la CIA y Maduro fueran equivalentes.
EL: Yo considero que lo más grave
es la actitud de una las fuerzas del FIT que directamente ha hecho campaña,
aquí en el país, por la caída del gobierno Maduro. Yo creo que nunca hay que
escatimar las críticas, ni ocultarlas, la “verdad es siempre revolucionaria”
nos enseñó Trotsky, pero no hay que confundirse en que campo están la reacción
y el imperialismo. Repiten el alineamiento con la derecha que ya vimos aquí
durante el conflicto del kirchnerismo con la Sociedad Rural.
De lo que exponen parecería deducirse para la izquierda un escenario de oportunidades y complejas encrucijadas...
CK: Sí, es así. Las posibilidades
derivan de la enorme capacidad de
resistencia popular, de la acumulación de experiencias y de la gran militancia
que existe en el país. Los problemas radican en la dificultad para interpretar
los cambios que se avecinan superando el sectarismo. Es un desafío de todos y
con resultados muy abiertos.
EL: La situación es compleja y
contradictoria pero encierra una oportunidad para las fuerzas anticapitalistas.
Es una nueva oportunidad para señalar que las trabas para resolver los
problemas que el capital causa en nuestra sociedad, y que ninguna fracción
burguesa en el gobierno ha resuelto, se encuentra en el propio régimen del
capital. De cara al 2019 coincido con Claudio que es una tarea de todos vencer
el sectarismo. En estas elecciones, el FIT ha llegado a un acuerdo electoral
con una corriente de inspiración guevarista, ‘Poder Popular’, que pondrá
candidatos en sus listas. Es un avance, pequeño y experimental, pero avance al
fin. Yo mantengo la esperanza, tal vez por aquello del “optimismo de la
voluntad” que en algún momento la presión social obligue a que el FIT, o el
frente de que se trate, se transforme en una canal en el que converjan las
distintas tradiciones de la izquierda anticapitalista.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=228904
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