Feminismo campesino
y popular
24 de julio de 2017
24 de julio de 2017
Silvia Ribeiro*
De más de setenta
países y 164 organizaciones llegaron mujeres campesinas a la Asamblea de
Mujeres de La Vía
Campesina (LVC) en el País Vasco, este 17 y 18 de julio. Con
perspectivas y propuestas que sacuden lo establecido, no sólo en el injusto
mundo que vivimos, también dentro de su propio movimiento. Feminismo campesino
y popular llaman a esta identidad en construcción, que desafía al capitalismo y
al patriarcado al mismo tiempo, rechaza todos los racismos, violencias,
discriminaciones y xenofobias.
Es la quinta vez que
se reúnen como mujeres de este movimiento –la articulación campesina global más
extensa que haya existido– que del 19 al 22 de julio sostiene también su
séptima conferencia mundial. Tanto jóvenes como mujeres han ido construyendo su
espacio propio, convocándose en asamblea los días anteriores a la Conferencia
de todo el movimiento. Desde allí discuten colectivamente sus aportes
específicos, antes de integrarse como delegadas y delegados a la Conferencia
general.
Muchas llegaron a esta
V Asamblea de Mujeres por primera vez. La expectación y el entusiasmo se siente
a flor de piel. La dedicación, casi magia, del colectivo autogestionario de
intérpretes coatí, hizo posible la traducción simultánea en 11 idiomas: árabe,
bahasa indonesia, castellano, coreano, euskera, francés, inglés, japonés,
portugués, ruso y tailandés. Entre muchas otras cosas, esta arquitectura que
hace posible tender puentes solidarios de comunicación entre tantas lenguas,
permite una diversidad de miradas y experiencias que nutre y fortalece no sólo
a las mujeres, sino a toda la
Vía Campesina.
Son mujeres de todas
las edades, campesinas, indígenas, trabajadoras del campo, pescadoras,
pastoras, artesanas, migrantes. Todas trabajan por la soberanía alimentaria,
todas tienen que luchar contra la discriminación y la violencia, que se
manifiesta de muchas maneras. Desde los salvajes feminicidios y ataques a las
campesinas que resisten en Honduras –ocho muertas en la lucha y mil 800
criminalizadas, detenidas, violentadas en años recientes– a la discriminación
laboral y política en Europa, el silencio impuesto a muchas mujeres en regiones
enteras, la persecución y desposesión de tierras, cultivos y casas a las
mujeres en Palestina; el arco de injusticias se expande globalmente. Es una
situación que afecta a las mujeres, no sólo campesinas.
Pero aquí la
particularidad es la construcción de un feminismo campesino y popular, que por
primera vez plantean asumir como tal en toda LVC. Un feminismo desde las
mujeres del campo, con identidad campesina y desde la identidad y luchas de los
pueblos.
Varias de las
fundadoras de la Vía
Campesina recuerdan que al origen, hace poco más de 20 años,
había una sola mujer en el comité coordinador internacional (CCI). Era Nettie
Wiebe, de la National Farmers
Union de Canadá, con la
energía de las muchas que la
apoyaban. Llegó a la V Asamblea , a compartir su experiencia y también
lo que considera los mayores desafíos. Recuerda que comenzaron pidiendo mayor
participación para las mujeres en todas las instancias de La Vía Campesina. Los
compañeros se fueron más allá y acordaron que las mujeres debían ocupar el 50
por ciento de los lugares en las instancias de coordinación y decisión (porque
en LVC el cuerpo colectivo y pensante es mucho más que la suma de sus partes,
muchas de las cuáles aún siguen en proceso de entender y asumir las
reivindicaciones de género). La regla de paridad se hizo rutina en toda la organización. Sin
embargo, debaten en esta Asamblea, la paridad no era una meta, apenas un
camino. A muchas aún les cuesta ocupar los espacios que reclamaron, porque para
poder hacerlo se requiere que todo el trabajo, tanto productivo como
reproductivo y las tareas militantes sean compartidas, algo que muchas
organizaciones locales y nacionales campesinas necesitan entender, integrar y
apoyar. Entre los grandes desafíos, plantea Nettie Wiebe, está definir posiciones
comunes frente al poder, definir más profundamente entre todas las regiones y
diversidades de LVC qué es el feminismo campesino y qué tipo de lucha eligen
como mujeres. Perla Álvarez, de la organización de mujeres campesinas e
indígenas Conamuri de Paraguay, agrega: el patriarcado repliega nuestro trabajo
al ámbito privado, el capitalismo no lo reconoce, el racismo niega todas
nuestras identidades. Por eso, continúa, no es posible separar la lucha contra
el capitalismo de la lucha contra el patriarcado y el racismo.
Una lucha que parte de
reconocer las diversidades, geográficas, culturales, de género, por eso ya hay
también sectores LGBTI en varias organizaciones campesinas, como el MST de
Brasil y organizaciones de Vía Campesina en Europa. La diversidad sexual y de
género también tuvo su espacio en el programa de la VII conferencia de LVC.
Las asambleas
anteriores de mujeres de la
Vía Campesina establecieron campañas globales por las
semillas y contra la violencia, campañas que siguen y donde los ataques en
éstos y otros temas recrudecen todo el tiempo. La V Asamblea de Mujeres
decidió llamar a la primera conferencia internacional de mujeres del campo, no
sólo para organizaciones de la
Vía Campesina sino para establecer lazos de análisis,
alianzas y caminos de lucha con muchas más mujeres rurales. Será todo un reto,
que desde ya asumen con la misma energía, cariño y rebeldía que cultivan en este espacio.
*Investigadora del Grupo ETC
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