Miguel Ángel Beltrán en libertad: “Estoy convencido de
luchar porque se consolide la paz en Colombia”
Publicado el Viernes, 02 Septiembre 2016 18:08
Escrito por RNMA
Condenado a más de ocho años de prisión a través de un burdo
montaje judicial, el profesor e
investigador universitario Miguel Angel Beltrán fue finalmente declarado inocente por la Corte Suprema de
Colombia. A pesar de padecer el encierro como preso político por ejercer el
pensamiento crítico y la investigación comprometida, no dejó de escribir y
producir entre rejas durante este tiempo, ni de denunciar las pésimas condiciones
que sufren la totalidad de los reclusos por parte del sistema penitenciario. A
pocas horas de haber sido liberado de la cárcel de máxima seguridad de La
Picota, conversó en exclusiva con el programa Enredando Las Mañanas de la Red Nacional de Medios Alternativos de Argentina.
-¿Cómo te sentís en estos primeros momentos luego de salir de la
cárcel, después de este injusto encarcelamiento, de esta ignominia como la denominaste
en un escrito hace pocos días cuando se cumplió un año de tu segundo encierro?
Son sentimientos encontrados. Con una gran alegría de volverme a
encontrar con mis estudiantes, con mis amigos, con mis colegas, con mi familia,
con mi compañera, con mis hijos, que hemos estado separados por culpa de esta
persecución. Pero a la vez con mucho dolor de lo que queda atrás en cuanto a lo
que siguen siendo las cárceles en Colombia: la ignominia, la persecución que
hay allí por parte de las autoridades del INPEC (Instituto Nacional
Penitenciario y Carcelario) y la violación a la dignidad humana.
-Fue muy emotivo y también generó mucha bronca el leer el texto en
el que denunciaste esta situación, muy similar a la que se padece en las
cárceles de Argentina. ¿Cómo fue esa vivencia cotidiana, tanto de los presos
políticos como de los presos comunes en La Picota y en las otras cárceles en
las que has estado?
Realmente la situación de salud cada vez se hace más critica
en las cárceles colombianas, y afecta no solo a presos políticos, sino a toda
la población privada de la libertad. Nosotros llevamos mucho tiempo
denunciando esto y exigiendo atención médica. En este año han fallecido nueve
presos por falta de atención médica. En el tema de salud prácticamente lo que
se está aplicando es una pena de muerte lenta, ya que al enfermar en la cárcel,
realmente las posibilidades de salir con vida son muy pocas. Porque no existe
una jeringa, agua oxigenada, cosas elementales para darle una atención médica a
los presos. Eso solamente en temas de salud. Hay otras condiciones que tienen
que ver con el hacinamiento, epidemias generadas por ese mismo hacinamiento,
por una política contrainsurgente que todavía mantiene el INPEC, donde es
frecuente que los guardias golpeen a los presos sociales, porque los políticos
tienen una conciencia mayor de que no se puede hacer eso, y de enfrentar esas
situaciones, pero una gran violencia tanto física como simbólica. También me
parece importante decir que la cárcel la padecemos no
solamente quienes estamos allí, sino nuestras familias, que son víctimas
directas del maltrato cuando van a las visitas, de padecer las
discriminaciones, los insultos y las requisas inhumanas, violatorias de todos
los derechos. Yo ahora que salgo, salgo con ese dolor, pero también con la gran
convicción de cambiar las políticas penitenciaras basadas en la venganza y en
la represión.
-¿Cómo lees el proceso de paz y los acuerdos que terminaron
sellándose el 24 de agosto entre las FARC-EP y el gobierno? ¿Qué papel puede
jugar el pensamiento crítico y la militancia comprometida en él?
En primer lugar yo saludo estos acuerdos, porque es parte de la
lucha que hemos venido librando desde el movimiento social. Siempre hemos
insistido en la búsqueda de una salida política al conflicto colombiano. Eso
abre una esperanza, un horizonte en que hay posibilidades de que esto cambie y
que haya transformaciones. Pero también somos conscientes de las dificultades
que van a implicar toda la implementación de estos acuerdos, y la necesidad de
que el ELN se vincule a estos diálogos, para que realmente este proceso pueda
consolidarse. Estoy convencido de que el papel del pensamiento crítico es
fundamental en muchos sentidos. Uno de ellos es la recuperación de la memoria,
de la historia, ya que se nos ha vendido a nosotros una historia oficial que ha
desconocido las luchas de resistencia de los movimientos sociales, de los
diferentes sujetos sociales, y el pensamiento juega un papel muy importante en
ese sentido. Pero también en la necesidad de confrontar en el plano de las
ideas, frente a una academia que hoy se plantea acrítica, una academia que está
encerrada en sí misma, por lo menos en el caso colombiano, en nuestras
universidades públicas, una academia que se dice apolítica, pero que es
profundamente política porque respalda y legitima el statu quo. Y también la necesidad
de rescatar, de reivindicar, de enriquecer ese conocimiento desde lo social. La
universidad colombiana hoy está enclaustrada, ha reducido el conocimiento a lo
que se produce en las universidades, pero ha dejado de lado todo el contacto
con las poblaciones, con la
comunidad. Es fundamental para el pensamiento crítico volver
sobre esto, para que los estudiantes que hoy están cursando en las
universidades se sensibilicen y se aproximen a este conocimiento que nos
aportan los movimientos sociales. A su vez, quisiera dejar en claro la
situación que se ha vivido a través del proceso mío, que es un proceso
colectivo, no ha sido solamente de Miguel Angel el proceso de la lucha por el
pensamiento crítico y por la libertad de cátedra. Y para exigir también la
libertad de muchas otras y muchos otros que permanecen privados de la libertad,
simplemente por ejercer un pensamiento diferente, un pensamiento crítico. Creo
que esto es el comienzo de algo que nosotros tenemos que profundizar y buscar
que se haga efectiva esa libertad, que vuelva la libertad. No que los
indulten, sino que se le restituyan todos sus derechos. Eso es básicamente lo
que nosotros queremos comunicar y transmitir a quienes nos escuchan.
-Va todo nuestro apoyo, nuestro internacionalismo y solidaridad
activa desde la Red
Nacional de Medios Alternativos, que viene cubriendo y
tratando de visibilizar esa lucha digna que está dando el pueblo colombiano
desde hace tanto tiempo, y que hoy vive momentos gratos como el de tu
liberación. Te mandamos un abrazo para ti, para toda tu familia, para todo el
activismo de derechos humanos, de movimientos y organizaciones populares, que
han venido dando batalla por lograr tu libertad. La lucha sigue, por la
liberación del resto de los presos y presas políticas, y por conquistar esa paz
con justicia social que tanto anhelamos.
De mi parte tal vez sea la oportunidad para agradecer a ustedes y
a todos los medios alternativos de difusión, y a las organizaciones sociales,
por todo el apoyo y la solidaridad que me han brindado y que realmente ha
permitido que desarrollemos este proceso con mucha dignidad y con mucha
resistencia. También quiero hacerles llegar un abrazo latinoamericano desde
Colombia, muy convencidos de luchar porque se consolide realmente la paz. Hay un escenario,
hay unas posibilidades, y creo que con nuestro esfuerzo, con resistencia, con
nuestra lucha, podemos llevar a conclusión estos acuerdos que recientemente se
han firmado. Muchas gracias por brindarme este espacio para expresar este
sentir.
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