Arco Minero del
Orinoco y
fin de ciclo en Venezuela
19 de agosto de 2016
Por Emiliano Teran Mantovani (Rebelión)
Mientras en Venezuela los defensores de la macondiana “minería
ecológica ecosocialista” escriben artículos planteándonos que podríamos salir
ganando con el proyecto del Arco Minero del Orinoco (AMO), el gobierno
venezolano habría firmado un acuerdo
caníbal con la transnacional
canadiense Gold Reserve que, de confirmarse oficialmente, contiene algunas
cláusulas que podríamos considerar hasta cínicas, donde el Estado termina
asumiendo todos los costos y consecuencias del proyecto (véase el reciente
análisis de Edgardo Lander sobre el anunci o público realizado por esta minera
el 8/08 acerca de su acuerdo con el gobierno venezolano: https://www.aporrea.org/contraloria/a232524.html).
Como un
síntoma de estos tiempos, el presidente de Uno de los principales argumentos propuestos para defender el relanzamiento de este proyecto es que es una decisión soberana que nos permitiría recuperarnos y nos podría fortalecer políticamente. Parece que es todo lo contrario: no es que el Petro-estado venezolano va debilitado a negociar en el Arco Minero del Orinoco, sino que el Arco Minero del Orinoco es relanzado a raíz del debilitamiento del Petro-estado. El AMO es la clara expresión de este debilitamiento interno y geopolítico; es una expresión de poder del capital transnacional y se configura a partir del agotamiento y capitulación del progresismo gubernamental. Por tanto supone un nuevo esquema de poder en el país. A esto podríamos adjudicarle algunos claros rasgos de fin de ciclo.
No necesariamente hace falta que se produzca un cambio de gobierno para que se desarrolle un cambio de régimen. Esto parece notarlo cada vez más personas, militantes y organizaciones sociales en Venezuela y América Latina. Pero como no hay tabula rasa en estos complejos procesos históricos, importantes preguntas surgen: si estamos en un nuevo ciclo, ¿Cuándo comenzó a operar? ¿O cuándo ha terminado el anterior?
Sin pretender responder con precisión esta pregunta, y
reconociendo que desde hace varios años un proceso de flexibilización económica
progresiva se ha venido desarrollando en el país –desde tasas de cambio preferenciales
a las transnacionales en la Faja del Orinoco, agresivos endeudamientos externos
desde 2010, cesiones parciales de participación accionaria en las empresas
mixtas a favor estas compañías foráneas, hasta llegar al decreto de las zonas
económicas especiales–, planteamos que el AMO, más que sólo un proyecto minero
de grandes proporciones, representa un punto de inflexión histórico en el país.
El desarrollo del AMO se va conectar con el polo de desarrollo que configura con
Toda esta red de proyectos representa una red de impactos socio-ambientales y económicos que tendrá devastadoras consecuencias. Tengo la impresión que los críticos del AMO en realidad somos también en el fondo los críticos de esta geografía del saqueo en Venezuela.
Pero hay algo más. Ante una crisis hegemónica, el AMO es
probablemente una parte muy importante de la base material, del sostén
económico de una nueva configuración de poder, de una nueva estructura de
gobernanza. Su impacto es no sólo social, ambiental y económico, sino también
político: de concretarse una alianza entre el sector militar y las
corporaciones transnacionales basado en el extractivismo, como se hace evidente
en los decretos y leyes promulgados en los últimos meses, pero también en los
acuerdos firmados con mineras como la Gold Reserve , se terminaría de potenciar
materialmente este pacto de gobernanza. Estaríamos, para interpretarlo en clave
histórica, ante una especie de fase superior del Gomecismo.
Esto, a decir verdad, hay que tomárselo muy en serio. En las
nuevas fronteras de las commodities se juega el futuro de la sociedad
venezolana.
*Emiliano Teran Mantovani es sociólogo, investigador y ecologista
político. Mención honorífica al Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2015.
Hace parte de la
Red Oilwatch Latinoamerica.
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