Los nuevos versos perversos de
la
megaminería en Ecuador.
septiembre 2016, Nº 1
¿Minería
“Responsable”? Enami-Codelco contamina las cascadas de Junín
Un informe de campo sobre los impactos de las
actividades mineras en la Reserva Comunitaria de Junín
EL EQUIPO DE MONITOREO COMUNITARIO
DE AGUA DE JUNÍN Y WILLIAM SACHER
Emana un fuerte olor sulfuroso (a "huevo
podrido") y el agua ha manchado totalmente las rocas y la vegetación
aledaña. La contaminación de este contribuyente principal del río Junín implica
una contaminación de todo el río, fuente de agua de la comunidad de Junín y
otras comunidades aguas abajo. Las consecuencias de este tipo de contaminación
pueden ser catastróficas para los ecosistemas acuáticos, los comuneros que se
bañan en esta agua y el ganado que la bebe. Las mediciones realizadas durante nuestro
monitoreo de agua mostraron resultados que podrían llevarnos a concluir que hay
contaminación por materiales en suspensión (medimos un valor de conductividad
20 veces mayor a los valores usualmente encontrados en la zona). Contradiciendo
estos datos -según testimonios de varios moradores-, la dirección de relaciones
comunitarias de la Enami-Codelco ha afirmado en varias circunstancias que
realiza sus trabajos con los mejores estándares, para no interferir con el
turismo en la
zona... Destrucción y contaminación de la cuenca del Velo de La Novia Las fotos
siguientes (4,5 y 6) muestran otros horrores constatados en las últimas visitas
a la Reserva. En
la parte alta de la microcuenca de otra cascada famosa de la Reserva, la del Velo de la Novia, la
Enami-Codelco no cuidó la estabilidad de las vertientes en las cuales intervino
y provocó un derrumbe -probablemente de cientos de toneladas de roca y suelos-
que destruyó totalmente el lecho en esta parte de la microcuenca. La
foto 4 muestra el derrumbe en cuestión. Adicionalmente, el derrumbe tuvo lugar
en un sitio donde se encontraba un antiguo pozo de perforación de la empresa
japonesa Bishimetals, que realizó trabajos de exploración en la zona en los
años 1990s. La fuerza del derrumbe muy probablemente destapó este antiguo
pozo, de tal modo que ahora está
brotando agua contaminada, la cual se mezcla continuamente con los sedimentos
orgánicos desplazados.
Se puede
ver una serie de colores vivos, desde el amarrillo hasta el marrón,
probablemente provocados por la contaminación con sedimentos y aguas
contaminadas del antiguo pozo reabierto. En varios charcos contaminados,
pudimos constatar la presencia de burbujas, probablemente debidos a emanaciones
de vapor de azufre, lo que explicaría el fuerte olor que permanece en el sitio.
Estas fotos evidencian como la exploración minera (antes de la fase de
explotación) sí es una actividad contaminante, a pesar de lo afirmado a menudo
por las empresas mineras (y los gobiernos que las apoyan). Con este derrumbe,
las diversas formas de contaminación que éste ha provocado, la tala de árboles
y la apertura de caminos en la Reserva (como lo evidencia el diaporama
"Dragones en el Eden"4, tenemos una suerte de modelo a escala
reducida de lo que le espera la Reserva Comunitaria de Junín y a todos los sitios
ecológicamente sensibles del Ecuador (como la Cordillera del Cóndor), si se
logra poner en marcha la explotación megaminera.
Con estas
destrucciones, la Enami-Codelco impide a la comunidad de Junín y a otras
comunidades aledañas seguir con su proyecto ecoturistico, una alternativa
económica viable en un sitio que goza de tantas riquezas ecológicas.
Enami-Codelco: un
abismo entre el discurso y la práctica...
Como podemos
constatar, esta belleza y las oportunidades que ella representa para las
generaciones futuras se encuentran cruelmente amenazadas en la actualidad. Desde
noviembre del año 2011, el megaproyecto minero Llurimagua pasó a manos de un
consorcio formado por la Enami y la chilena Codelco. Desde
abril del año 2015, estas dos empresas reanudaron trabajos de exploración en la Reserva Comunitaria
de Junín. Se trata de perforaciones de 1000 a 1500 m de profundidad.
Hasta la
fecha, las empresas han realizado alrededor de una docena de estas
perforaciones, y tienen previsto un total de 90 nuevas perforaciones en la Reserva. La
destrucción de las cascadas, los ecosistemas acuáticos y la contaminación no
cuadran con el discurso de las empresas a cargo del proyecto. Tanto Enami como
Codelco declaran oficialmente practicar políticas de manejo ambiental de
cuidado de los ecosistemas de los territorios en donde intervienen. En su sitio
internet, por ejemplo, la Enami pretende operar con “los más altos parámetros
de calidad y criterios empresariales, económicos, sociales y ambientales”5 y
desarrollar una “estrategia de sustentabilidad la cual se enfoca principalmente
en controlar los impactos en las operaciones”6. Con esta “estrategia de
sustentabilidad”, la Enami pretende reducir los “impactos negativos”, y
mantener “la funcionalidad de los ecosistemas”7. En su sitio internet, la
Codelco, por su parte, afirma que quiere “una transformación virtuosa de los
territorios”, “generar un mejor país” al ser “líder en sustentabilidad y
cuidado medioambiental”8, apuntar a una “producción limpia”9 y una “gestion
sustentable del recurso hidrico actual y futuro”10. En Junín, la realidad, la
cruda realidad del terreno está en total contradicción con estas pretensiones.
Además de las diversas formas de contaminación evidenciadas por las fotos del
presente texto, recaudamos testimonios de varios empleados que se quejan de
condiciones de trabajo muy exigentes y precarias. Todo ello muestra una vez
más, cómo los discursos alrededor de la “sustentabilidad” y la “responsabilidad
social empresarial” son grandes cortinas de humo para esconder lo indecible: el
horror de la devastación de los territorios, las alternativas vivas, las
especies y ecosistemas únicos en el mundo.
Pensemos un poco:
¿es realmente lo que queremos para el Ecuador?
A nivel
mundial, el carácter destructor de la megaminería está ampliamente documentado
por numerosas publicaciones académicas, informes de parlamentos, organizaciones
gubernamentales y no gubernamentales, prensa nacional e internacional, libros,
documentales, testimonios, etc. La historia reciente muestra que no es una
cuestión de manejo de tecnología o de aplicación diferenciada de estándares:
tanto Brasil como Canadá han enfrentado desastres ecológicos con rupturas de
embalses conteniendo millones de metros cúbicos de contaminantes. En el
Ecuador, 40 años de explotación petrolera en la Amazonía nos deberían servir de
lección. Además, la megaminería se quiere instalar en las partes altas de las
cuencas hidrográficas, lo cual pone en serio riesgo las fuentes de agua de las
poblaciones de la sierra.
La falta de institucionalidad y de independencia del Estado
frente a los capitales mineros transnacionales presentes en el país, la
ausencia de datos hidrometeorológicos y sísmicos en las zonas de megaproyectos
mineros y el carácter frágil de los territorios donde se asientan estos
megaproyectos, lleva irremediablemente a una contaminación a gran escala de
nuestos recursos hídricos y la destrucción de nuestro patrimonio ecológico. Por
otra parte, la megaminería conlleva un grave riesgo de destrucción del
patrimonio cultural de nuestras nacionalidades y pueblos y sus respectivas
formas de economía. La contaminación que deploramos hoy en Junín es solo una
pequeña -y aterradoraidea de lo que sucedería con megaminas en nuestras
cordilleras. Si tomamos en cuenta que: - la instalación de la megaminería
también implica situaciones dramáticas como los despojos recientemente
perpetrados en la Cordillera del Cóndor (Tundayme y Nankintz), en contra de
decenas de familias de campesinos e indígenas, con el apoyo incondicional del
Estado ecuatoriano. - que además, a nivel económico, pocas son las ventajas de
profundizar la dependencia de la economía del país hacia las materias primas en
un modelo que asegura ganancias para el capital transnacional y migajas para
los pueblos. . . ¡¿Por qué seguir dudando?! Simplemente no es lo que queremos
para el Ecuador.
Todos los
sitios internet citados fueron consultados el 21 de agosto de 2016. Coordinación
de los Nuevos Versos Perversos de la Megaminería en el Ecuador: Carlos
Zorrilla, William Sacher, Pocho Alvarez, Alberto Acosta.
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