La Multisectorial No a la Ley Monsanto a las y
los Legisladores Nacionales:
NO A LA MODIFICACIÓN DE LA
LEY DE SEMILLAS
29 de septiembre de 2016
29 de septiembre de 2016
"Este proyecto nace de las negociaciones
cerradas entre el gobierno de Macri, las corporaciones transnacionales y los
grandes productores. El nuevo intento de modificación de la vigente Ley 20247, al
igual que los anteriores, contiene elementos que nos alarman y que nos hacen
expresar nuevamente nuestro rechazo contundente a cualquier modificación más
regresiva de la ley vigente."
Finalmente se hizo público el Proyecto de Ley de Semillas que el
Poder Ejecutivo elaboró y se apresta a enviar al Congreso de la Nación.
Este proyecto nace de las negociaciones cerradas entre el gobierno
de Macri, las corporaciones transnacionales y los grandes productores.
Negociaciones que, tal y como ocurrió en los intentos de reforma que, desde el
2012, llevó adelante el gobierno kirchnerista, dejan afuera las necesidades e
intereses de agricultores familiares, comunidades campesino-indígenas,
consumidores, y afectados directos por el agronegocio.
Es por esto que el nuevo intento de modificación de la vigente Ley 20247, al
igual que los anteriores, contiene elementos que nos alarman y que nos hacen
expresar nuevamente nuestro rechazo contundente a cualquier modificación más
regresiva de la ley vigente.
Para comenzar, la estrategia parece ser ir introduciendo cambios
menores pero regresivos con los que se avance paso a paso en la imposición de
UPOV 91 ante los rechazos que existen para la modificación de la ley.
En primer lugar, y tal como se venía anunciando, el proyecto busca
limitar el “uso propio” de las semillas planteando que deberá pagar regalías
todo aquel que haya comprado semillas “protegidas” (art 4°) “durante las dos
(2) multiplicaciones posteriores a la adquisición de la semilla, por toda la
semilla reservada para uso propio”. Además agrega “A partir de la tercera
multiplicación inclusive sólo por el uso incremental”; o sea que en el caso de
que se amplíe la superficie de cultivo el pago deberá ser permanente (ya que no
se aclara la duración que tendría en ese caso). La limitación del derecho básico a
guardar semilla para cultivar, inherente a la misma existencia de la
agricultura, es inaceptable y la rechazamos de plano. Porque la diversidad y
riqueza de nuestra alimentación depende de la posibilidad que los agricultores
familiares han tenido durante siglos para guardar, mejorar y crear nuevos
alimentos, nutritivos y sanos. No podemos permitir que se impida el libre
acceso a la semilla, sustento fundamental de la cultura y el trabajo de
nuestros/ as pequeños/as agricultores/as.
En segundo lugar la
“excepción” al pago de regalías planteada en el artículo 4° para quienes tienen
una facturación menor a “tres (3) veces el monto correspondiente a la categoría
más alta de monotributista” es otra burla que solo busca legitimar la
limitación del uso propio tratando de que los agricultores familiares pequeños
acepten la modificación. En
términos prácticos los controles recaerán sobre todos los agricultores. Pero
además el proyecto señala que “En cada compra de semilla deberá establecerse el
valor que el titular del derecho o su licenciatario podrá requerir por el uso
de su tecnología incorporada a la variedad vegetal” con lo cual deja en
libertad al titular para establecer el monto de la regalía pudiendo la misma
ser exagerada o abusiva.
En tercer lugar lo planteado en el artículo 1° “El INSTITUTO
NACIONAL DE SEMILLAS tendrá acceso a cualquier cultivo o producto de la cosecha
en cualquier lugar que se encuentre, a los fines de verificar la legalidad de
la semilla que le dio origen, en cumplimiento de la presente ley” implica la instalación de un
sistema policial de persecución de los agricultores en la cual el Estado asume
la tarea de trabajar para las corporaciones vigilando y controlando toda la cadena
productiva. La reglamentación
de este artículo podría empeorar mucho más las cosas, introduciendo por ejemplo
la posibilidad de que se intervenga con fuerzas de seguridad privadas y sin
intervención judicial. Esto se ve fortalecido por el artículo 6° que plantea
que quien “no permita tomar muestras sobre el cultivo o producto de la cosecha,
no proporcione o falsee una información que por esta ley este obligado, será
sancionado con apercibimiento o multa de un mil pesos ($ 1.000) a sesenta mil
pesos ($ 60.000).”
En cuarto lugar el artículo 3° plantea que: “Cuando se emplee una
variedad protegida o sin protección que contenga un elemento patentado, el
titular de la patente no podrá impedir el uso de dicha variedad que contenga o
no la tecnología protegida a los fines de experimentación u obtención de una
nueva creación fitogenética”. De esta manera se acepta la posibilidad del
patentamiento de semillas y plantas, cuestión que en Argentina está
terminantemente prohibida por la legislación vigente (comprendiendo tanto a sus
componentes físicos como los brotes, semillas, tallos, células, frutos, bulbos,
como así también a los componentes celulares como las organelas, membranas,
moléculas de adn, secuencia genética, etc.). Esto significa la no patentabilidad
y en estos momentos está en disputa la posibilidad de patentamiento de genes en
la Corte Suprema
de Justicia.Rechazamos de manera absoluta la posibilidad de cualquier tipo
de patentes sobre la vida. Permitir
que el marco normativo admita estas patentes es profundizar aún más el modelo
del agronegocio, aceptando que las grandes empresas se apropien de los
múltiples conocimientos que los campesinos y campesinas han acumulado de manera
milenaria en la semilla, a través de su cuidado y mejoramiento. A su vez, este
artículo cierra planteando que: “No obstante, a los fines de la explotación
comercial se requerirá el consentimiento del titular del derecho de patentes o
su licenciatario.” Con lo cual
se establece que quien realice la investigación deberá finalmente pagar
regalías para poder tener “el consentimiento” del titular de la patente.
Finalmente la administración y dirección del INSTITUTO NACIONAL DE
SEMILLAS (INASE) queda conformada por un directorio integrado por 12 personas
de las cuales 6 son representantes del Sector privado. Considerando que muchas
de las otras partes (INTA, Ministerio de agroindustria) tienen intereses
cercanos a los del sector privado, consideramos que esta estructura para el
INASE es inadmisible ya que de ninguna manera puede representar los intereses
de nuestro pueblo frente a un tema tan fundamental. Este organismo así
constituido consolida la complicidad ya hace años construida entre las
corporaciones, el Estado y el sistema de investigación hegemónico, que
garantizan la apropiación de la semilla y el conocimiento para la ganancia de
unos pocos y la miseria de las mayorías.
Las más de 50 organizaciones sociales que integramos la Multisectorial No
a la Ley Monsanto
de Semillas entendemos que este nuevo intento de modificación de la ley de
semillas se encuentra enmarcado en un sistema capitalista que, desde hace
décadas busca convertir nuestros bienes comunes (naturaleza, conocimiento) en
mercancías para el lucro y crecimiento del poder de unos pocos. A lo largo y
ancho de nuestro continente se han llevado adelante, de manera constante,
reformas para que las grandes corporaciones obtengan ganancias que los pueblos
pagamos con la contaminación de nuestros lugares de vida, con la pérdida de
nuestros recursos para la subsistencia, incluso, con nuestra propia salud. Los
Tratados de Libre Comercio, que han avanzado en las últimas décadas en nuestro
continente, intentan extender y consolidar estas reformas a pesar de nuestras
resistencias y múltiples luchas. Por eso sabemos que la semilla se ha vuelto
hoy el corazón de las ganancias de las grandes transnacionales. Pero también
sabemos que es el principio de nuestra nutrición y nuestra vida. (…)Leer
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