Entrevista con Mons.
Roque Paloschi, presidente del Consejo Indigenista Misionero (CIMI)
“El primer gran problema es
la
indiferencia de la sociedad brasileña”
12 de septiembre de 2016
12 de septiembre de 2016
Por Paolo Moiola (Noticias Aliadas)
Tras 10 años como obispo de Boa Vista, capital del norteño estado de Roraima, Paloschi fue nombrado en diciembre pasado arzobispo de Porto Velho, capital de Rondônia, en el noroeste del país. A finales de julio, el CIMI obtuvo el estatus consultivo especial para la temática indígena en el Consejo Económico y Social (ECOSOC) de las Naciones Unidas. Según el CIMI, entre enero y julio de este año han ocurrido 33 asesinatos de indígenas, en su mayoría en el estado de Mato Grosso do Sul donde los indígenas guaraní kaiowá reclaman sus territorios ancestrales.
Paolo Moiola, colaborador de Noticias Aliadas, conversó con Mons. Paloschi sobre la situación de los pueblos indígenas en Brasil.
En el último año, usted ha pasado de la diócesis de Boa Vista a
Son dos retos nuevos que exigen mucho empeño. Sin embargo, no hay duda de que la cuestión indígena es hoy en día una temática crucial en Brasil. El CIMI se creó en los años 70 para acompañar a los pueblos indígenas. Hace un año yo asumí la presidencia tras ocho años de la gestión de Mons. Erwin Kräutler. Hoy en día, el organismo está viviendo un momento de grandes desafíos por causa de las difíciles condiciones de los indígenas. En Mato Grosso do Sul se ha creado incluso una comisión parlamentaria de investigación para indagar sobre sus actividades.
El CIMI hizo público recientemente, como lo hace todos los años, su informe sobre la violencia contra los pueblos indígenas en Brasil. ¿Qué revela?
En el curso del año 2015 los pueblos indígenas han sido víctima de numerosos casos de violencia. Este reporte es un trabajo reconocido a nivel internacional. Con eso, nosotros denunciamos la violencia de las empresas mineras, agroindustriales y madereras, pero también la del gobierno con su represión policial en los enfrentamientos contra las poblaciones indígenas.
¿Cuáles cree usted que son los principales problemas que enfrentan los pueblos indígenas en Brasil?
El primer gran problema es la indiferencia de la sociedad brasileña. Una indiferencia histórica, que parte de los colonizadores que vieron en los pueblos indígenas una cultura atrasada. Como si no fuesen personas con dignidad. El segundo problema es la agresión a los derechos que, a un altísimo costo, fueron introducidos en la Constitución de 1988. Hoy en día existe un intento de de-construir estos derechos a través de numerosas propuestas de enmiendas constitucionales. Luego está la invasión por parte de las compañías mineras, las empresas madereras y las grandes obras del gobierno, de las tierras indígenas demarcadas. Podemos recordar aquí las hidroeléctricas de Belo Monte, Balbina, Jirau y muchas otras. Finalmente, está el gran problema de la salud indígena, que es un caos generalizado: la perspectiva de que esto se revierta es muy difícil.
La destituida presidenta Dilma Rousseff (2011-2016) no hizo mucho por la cuestión indígena durante su gestión. Basta con pensar en la ministra de Agricultura Kátia Abreu, notoria defensora del latifundio y anti-indígena.
Para los pueblos indígenas, el gobierno de Michel Temer [que juramentó a la presidencia tras la destitución de
¿Considera, entonces, que el Congreso brasileño está dominado por partidos hostiles a los pueblos indígenas?
Así es. En el Congreso nacional tenemos tres bancadas anti-indígenas: la bancada de la Biblia, la de la bala y la del buey [conocidas como bancadas BBB, en referencia a los sectores religiosos ultraconservadores, militaristas y latifundistas]. El Poder Judicial también tiene una actitud completamente hostil. En resumidas cuentas, todos los poderes del Estado muestran una gran intolerancia hacia los pueblos indígenas.
Una de las objeciones que se hace a las políticas indigenistas puede resumirse en una frase: demasiada tierra para pocos indígenas.
Es una objeción infundada. Primero porque toda la tierra de Brasil era de ellos. Allí vivieron por mucho tiempo. Segundo, los indígenas tienen el usufructo de la tierra, pero no
Otra objeción se centra en la necesidad del desarrollo económico, sobre todo ahora que el país ha pasado del milagro económico a
El
Más de un 60% de la Amazonia pertenece a Brasil. Es un hecho que esta está siendo afectada por la extracción de sus recursos de manera legal e ilegal.
Siempre se ha visto a la Amazonia como el lugar de
La misión institucional de
Históricamente, Brasil no ha trabajado en la promoción indígena. La FUNAI fue fundada [en 1967] por los militares [que gobernaron entre 1964 y 1985] y guiada por mucho tiempo según la filosofía de la seguridad nacional. Hoy en día es un órgano totalmente desorganizado y limitado por las mismas leyes brasileñas.
Siempre se han considerado a los pueblos indígenas como
poblaciones atrasadas. Usted sostiene que su modo de vida puede enseñar mucho a
la sociedad occidental.
Desde hace 500 años los pueblos indígenas han denunciado el saqueo y la violencia contrala
Madre Tierra , impuestos por la sociedad occidental con su
modelo económico y de desarrollo altamente destructivo. Los pueblos indígenas
pueden enseñarnos una relación armoniosa con el medio ambiente y la naturaleza. Pueden
enseñarnos a vivir sin ser esclavos del dinero y de la acumulación. La
decisión está en nuestras manos: o acogemos el grito de los pueblos indígenas o
destruimos nuestra Casa Común en nombre del lucro y del bienestar de pocos.
http://www.noticiasaliadas.org/articles.asp?art=7350
Desde hace 500 años los pueblos indígenas han denunciado el saqueo y la violencia contra
http://www.noticiasaliadas.org/articles.asp?art=7350
Fuente:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216585
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