La operación puede
convertir a la farmacéutica alemana
en la líder mundial de la industria de
suministros agrícolas
Bayer-Monsanto, la fusión empresarial
más
grande de la historia
16 de septiembre de 2016
16 de septiembre de 2016
Por Alejandra Soifer (Diagonal)
Tras meses de rumores, la alemana Bayer y la estadounidense Monsanto
confirmaron que esta última aceptó la oferta por 66.000 millones de dólares
para fusionarse.
El laboratorio multinacional Bayer, líder de
la industria farmacéutica, decidió incrementar su línea de negocios en la
industria agrícola. A su ya desarrollada rama de agroquímicos –comercializados
por la firma
CropScience que le pertenece– se suman ahora más de 2.000
variedades de semillas cuya patente lleva la firma Monsanto.
Esta unión no se da en cualquier contexto.
Syngenta, competidor de origen suizo de Monsanto, fue recientemente adquirida
por la empresa estatal ChemChina. Los mercados occidentales más que nunca se
vuelven un terreno de disputa. Así, de las seis empresas
multinacionales dedicadas al agronegocio, la competencia se reduciría a cuatro
gigantes (ChemChina-Singenta/Bayer-Monsanto/Dow-DuPont/BASF).
Bayer cuenta hoy con alrededor de 117.000
empleados alrededor del globo, mientras que Monsanto tiene 23.000
aproximadamente. Con esta fusión, el negocio farmacéutico de la compañía
alemana a nivel global pasa a un segundo lugar, representando el 50% de su
actividad.
Dentro del mismo negocio farmacéutico la
empresa venía cambiando su intencionalidad comercial para el desarrollo de
medicamentos con exclusividad de patentes y alto costo, lo que venía provocando
despidos en las fuerzas de venta como sucedió en enero de este año. Esta nueva
compra puede incidir en el mismo sentido e implicar la pérdida de nuevos puestos de
trabajo, señalaron a Notas
trabajadores de la empresa, que ya han sufrido recortes de personal en
anteriores fusiones.
Alimentación sustentable
En el comunicado que la nueva corporación hizo
público señalaron que el objetivo “está en cómo alimentar a 3.000 millones de
personas más en el mundo en 2050 en una forma sostenible con el medio
ambiente”.
En este sentido, la Coalición contra los
Peligros de Bayer (CBG, por sus siglas en alemán) citó en un comunicado al
investigador de la compañía alemana, Hermann Stübler, quien indicó que “desde
hace más de 25 años, la industria fitosanitaria mundial no ha desarrollado y
puesto en el mercado ningún herbicida relevante para el cultivo con algún nuevo
mecanismo de acción; ésta es una de las consecuencias de la consolidación de la
industria, que ha ido acompañada de una considerable reducción de la inversión
en investigación de nuevos herbicidas”.
“En consecuencia, cada vez más plantas silvestres se adaptan a
esos productos y los
agricultores tienen que utilizar cada vez más agroquímicos, con efectos
devastadores sobre la biodiversidad”, añadió la CBG.
También denunció que no es la primera vez que Bayer y
Monsanto se unen. Entre 1954
y 1967 conformaron una empresa conjunta (joint venture) llamada Mobay
Chemical Corporation. Mobay proveyó al Departamento de Defensa de los Estados
Unidos de uno de los químicos fundamentales para la generación del agente
naranja utilizado durante la guerra de Vietnam como parte de la Guerra Química.
El uso del Agente Naranja tuvo como consecuencia –según la Cruz Roja de Vietnam– un
millón de personas discapacitadas o con problemas de salud y 400.000 muertos.
Sin embargo, el nombre de Bayer no quedó asociado a este hecho como sí lo ha
hecho Monsanto.
Si es Bayer, ¿es bueno?
Desde diversos medios internacionales se
especula que la histórica farmacéutica planea deshacerse de la firma de
Monsanto, ya que esta empresa“tiene mal nombre”, mientras que los alemanes gozan de
buena fama por haber inventado la aspirina.
Sin embargo, Bayer ha enfrentado juicios millonarios a lo largo de su historia. El más
reciente en Argentina tuvo que ver con la droga para el tratamiento del colesterol,
comercialmente conocida como Lipobay, que causó la muerte de un centenar de
personas.
En ese caso, decidieron no incluir los efectos
adversos en el prospecto del medicamento, haciendo caso omiso a
reglamentaciones locales e internacionales en materia de salud colectiva.
Personas físicamente saludables que fueron recetadas con este medicamento
quedaron inválidas de por vida. El laboratorio tuvo que retirar en 2001 este
medicamento del mercado en
todo el mundo.
Luego de este “traspié”, las acciones de Bayer empezaron a
descender en la bolsa. La
firma entonces recurrió a la compra del laboratorio Schering, adquiriendo la
línea de productos anticonceptivos y oncológicos probados, que le permitieron
levantar su decaída imagen y continuar con sus
exorbitantes ganancias.
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