Inédito desafío para
los organismos de derechos humanos de Nuestra América
No convertirse en “legitimadores”
por izquierda
de la operación continental de
recolonización imperial en curso.
29 de
junio de 2018
Por José
Ernesto Schulman (Rebelión)
Una especie de
Cóndor dos con máscara judicial y organizaciones internacionales de derechos
humanos como garrote.
El
largo ciclo de luchas populares democráticas antidictatoriales erosionó el
dominio imperial impuesto por la seguidilla de golpes de estado iniciado en
Guatemala y Paraguay en 1954, continuado en Brasil (1964), Argentina (1966),
Chile (1973), Uruguay (1974) y de nuevo Argentina (1976), para nombrar sólo
algunos porque de hecho, como señala el historiador venezolano Virgilio Beltrán,
para 1968 el 62% de los países de Latinoamérica, África, Medio Oriente y Asia
sudoccidental, estaban “gobernadas por dictaduras militares” impuestas por los
EE.UU. y consentidas desde la lógica de la lucha anticomunista que se conoció
como doctrina Kirkpatrick, por la representante ante la ONU de los EEUU desde
1980, que ella misma resumió brutalmente los
gobiernos autoritarios tradicionales son menos represivos que las autocracias
revolucionarias”. O lo que es lo mismo: sostendremos a todas las dictaduras
anticomunistas y combatiremos cualquier gobierno que pretenda el menor nivel de
autonomía de nuestro dominio.
Es
patético como algunos prefieren idealizar a Patrice Derian, funcionaria de la
misma época que aparentaba compasión con las victimas y prefieren olvidar a
Kirkpatrick, a Kissinger, la Junta Interamericana de Defensa generando la falsa
ilusión de “contradicciones al interior del bloque de poder imperial” y otras
pamplinas de ignorante.
Para
fines de la década del ochenta casi todos los gobernantes eran electos por
mecanismos de participación popular en un formato institucional que hasta el
final del siglo XX sería caracterizado por Eduardo Galeano como el de
“democraduras”, para escándalo del progresismo que ya dominaba ampliamente en el
movimiento popular de Argentina y América Latina (uno de los resultados
tangibles de la tortura y la derrota de los 70, que el posibilismo no triunfó
solo sino de la mano de los vencedores estratégicos).
En la
Argentina, a los que nos atrevimos a descalificar el gobierno de Alfonsín como
una “democracia restringida” (luego de la claudicación de Semana Santa de 1987
que clausuró por quince años el proceso de Memoria, Verdad y Justicia y clausuró
el discurso de “transición democrática”) fuimos estigmatizados como “gente que
subestima la democracia”, justamente nosotros que en aras de impedir el golpe de
Estado de 1976 dimos vidas y militancia sin límite antes y después del triunfo
de Videla.
Al ciclo de las “democracias restringidas”, tuteladas por los EE.UU. y monitoreadas por el FMI con el objetivo de reorganizar el capitalismo regional con el bastón financiero de la deuda externa y el consenso neoliberal de ajustes sin fin, con su crisis devastadora de pueblos y derechos, le siguió un ciclo de gobiernos populares (por su origen y basamento) distribucionistas (aunque no alteraron el patrón de producción ni de propiedad, se apropiaron de una parte de las rentas obtenidas de los commodityes para ampliar el consumo de millones) con opción por la integración latinoamericana no asimétrica y fuera del control absoluto que los yankee tenían desde los cincuenta del siglo pasado.Si el símbolo del ciclo militar había sido la picana y el de las democracias restringidas la urna, el ciclo progresista quedará en la memoria por la presencia del pueblo en plazas y calles de Nuestra América, presencia importante pero no decisiva para romper la lógica del posibilismo progresista que no pudo (ni tampoco quiso, ni quiere) enfrentar los desafíos de un bloque de poder oligárquico enfurecido por las acciones y la palabra de este ciclo: Integración, Patria Grande, fin de la impunidad, aumento de salarios, prestaciones y subsidios, autonomía.
Aunque
muchos creían en la existencia de una “derecha democrática” (como Verbitsky [1]
y Natanson [2] se encargaron de
estimular en Argentina) los gobiernos populares y/o progresistas (no entro en la
discusión semántica ni rigurosa de la calificación, la dejamos para otra
ocasión) sufrieron acoso e intentos de golpe de Estado desde el comienzo: en
Venezuela en el 2002 y desde el 2017 otro en curso sin cesar, en Ecuador en
2010, en Bolivia una intentona fascista en Santa Cruz de la Sierra en 2008 que
desembocaron en el nuevo ciclo de golpes de Estado en Honduras (2009), Paraguay
(2012) y Brasil (2017) y a un nuevo ciclo de dominación que bien podemos
simbolizar con la toga de los magistrados judiciales y la gorra del
penitenciario carcelero. Moro y el carcelero de Lula.
Una
verdadera operación continental de dominación colonial se lleva a cabo para
tumbar los gobiernos del ciclo progresista que resisten del mejor modo, o sea
del modo que pueden, con las fuerzas que cuentan y el respaldo popular y
latinoamericano que conquistan; para debilitar la fuerza popular organizada en
todos lados y cortar los lazos solidarios que vienen de Bolívar y San Martín, de
Fidel y el Che, de Unasur y todas las luchas antiimperialistas, democráticas y
de fortalecimiento de la causa única de Patria Grande Libre o colonias
divididas; y todo con el objetivo evidente de arrasar con las conquistas (no
solo de las logradas en la década sino en toda la historia) y que toda América,
desde México a la Patagonia, sea patio trasero, playa de maniobras y tierra
proveedora de riquezas para el imperio del Norte.
A esta
altura de los hechos solo los que no quieren ver pueden alegar ingenuidad
ignorante ante los pilares de esta operación colonial: el uso de los sistemas
judiciales locales para fabricar causas falsas de corrupción sobre la base de
“testigos arrepentidos” y la utilización de los espacios interestatales para
acusar a los gobiernos de Cuba, Bolivia, Venezuela, Nicaragua y todo aquel que
se atreva a desafiar su poder omnímodo de ser “violadores de los derechos
humanos”.
En una
reflexión sobre la relación entre los saberes populares, el sentido común y los
proyectos imperiales, Eduardo Rosenzvaig se preguntaba por qué pudo implantarse
la Ley Federal de Educación y la Reforma Educativa Neoliberal de los noventa en
la Argentina, y se contestaba: por la misma razón que los judíos entraban
desnudos a los falsos baños/cámaras de gases mortales; los judíos creían a los
nazis cuando les decían que llevasen consigo sus objetos queridos para no
perderlos y los intelectuales progresistas argentinos creyeron a Menem que iba a
considerar la Educación Popular de Paulo Freyre o las ideas de Vigotsky.
¿Ingenuos?
¿crédulos? ¿suicidas? Diga Vd.
El
imperio se aprovecha de nuestras conquistas, del periodo de vigencia de las
constituciones y de algunas acciones de justicia contra el terrorismo de Estado
del pasado. De ese modo “limpió” de culpas a un poder judicial heredero del
orden colonial diseñado y formateado por la preeminencia indiscutible de la
defensa del orden burgués y las relaciones de fuerzas nacionales e
internacionales. El capitalismo y el Imperialismo.
El
imperio hace un doble juego con la justicia y con las instituciones
internacionales como la ONU, la OEA y los Institutos Jurídicos resultantes de la
Segunda Guerra Mundial y los esfuerzos del siglo XXI por instalar un derecho
internacional de los derechos humanos que vele por la dignidad humana más allá
de los gobiernos nacionales: trata de destruirlo y de usarlo para su dominación
exigiendo respeto a sus autoritarias decisiones.
Para
ser concretos: el warfare no
solo es una causa armada contra Lula o Milagro; también es el accionar
internacional contra Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua. E igual que en los
casos particulares, poco le importa al imperio la pureza inmaculada de
dirigentes o procesos: lo que busca es estigmatizar, descalificar, enjuiciar,
encerrar, derrotar, destituir como ya hizo en Honduras, Paraguay y Brasil con el
mismo discurso.
Igual
que desde el 2001 en todo el mundo. Invasiones en Libia, Irak, Afganistán,
ocupación militar en Palestina, guerras en Siria, Yemen, etc. y en todos lados
en defensa de los derechos humanos.
No se
puede seguir alegando ingenuidad o ignorancia. Ya no.
No es
cierto que la opción es la defensa de los derechos humanos o su violación por
los regimenes corruptos, autoritarios, etc. de Maduro, Ortega o Assad, en todos
lados la opción es imperialismo o autodeterminación de los pueblos. Y sin no,
repasemos las acciones de la OEA, la ONU, la Corte Penal Internacional y los
infinitos altos comisionados, comisiones, tribunales internacionales de
garantías, etc. cuando los golpes de Estado en Honduras,en Paraguay, en Brasil,
y los intentos de Bolivia, Venezuela, Ecuador, o la masacre de niñas y niños en
Gaza por el Estado terrorista de Israel y su aliado el Estado terrorista mayor
de los EE.UU.
No se trata de exigir igualdad
de tratamiento en una absurda teoría de los dos demonios redimida, se trata de
dejar de reconocer a las organizaciones internacionales el respeto que no
merecen. Porque nunca lo merecieron puesto que
nunca superaron el equilibrio de fuerzas (en el mejor de los casos y por poco
tiempo) que se logró al fin de la Segunda Guerra Mundial por el esfuerzo de los
gobiernos de los países socialistas, la izquierda revolucionaria comunista y las
fuerzas democráticas de todo el mundo que conquistaron la declaración de los
derechos humanos de 1948, la de castigo al delito de genocidio en el mismo año y
el reconocimiento de los derechos económicos sociales en 1964. Pero nunca dejo
de ser un reconocimiento forzado para el capitalismo, un reconocimiento en la
forma y no en el acceso real a dichos derechos. De hecho luego de 1948 el mundo
asistió a los mayores genocidios de la historia y a la más grande violación de
derechos de las personas.
Nunca
antes tantas personas han carecido de cualquier derecho y son tratadas como
basura, literalmente, de verdad.
Pero
al implosionar la Unión Sovietica y demolerse el mundo socialista, los EE.UU .
empezaron un raíd que recorre las guerras de conquista en la década de los
noventa (Panamá, Granada, Irak, Iran, Afganistán y siempre Palestina) para
llegar al 11 de Setiembre del 2001, el Acta
Patriotica y la
demolición sistemática no solo de los principios de los derechos humanos sino
del derecho mismo, reemplazado por el “derecho del enemigo” que sencillamente
niega derechos a los que no comparten sus valores. Bullrich dixit.
Y todo
eso se expresa en la subordinación de los aparatos judiciales país por país
(salvo donde sobreviven gobiernos con alguna autonomía) y de los organismos
internacionales de derechos humanos de manera absoluta, incluyendo las grandes
federaciones, fundaciones y empresas de derechos humanos y/o ecológicos. Los
hechos y los datos son tantos que cualquiera los puede econtrar solo, pero en mi
texto La
verdadera historia de Patrice Derian y Jane Kirkpatrick, el “destino manifiesto”
de los EE.UU. y sus continuadores [3]
doy abundante información comprobada.
Pero
hagamos una última comparación, ¿qué hizo el sistema internacional de garantías
de los derechos humanos por Santiago Maldonado, por Nahuel o por Milagro,
Fernando y los otros presos políticos? ¿Alguien hablo de invadir Jujuy? ¿Los que
hoy piden derrocar a Maduro y a Ortega, siquirea dijeron dos palabras por
nuestros muertos? Son ellos los que ponen la doble vara, los que desprecian los
derechos de las mayorías de Brasil, Venezuela, Colombia, Argentina, de Cuba con
el bloqueo, de la América toda.
Aunque suene setentista, sigue siendo simple: patria o colonia.
Cada uno elige
Pero sólo los que elijan
patria, autodeterminación de los pueblos, antiimperialismo y rechazo a las
imposiciones imperiales que pretenden aislar y voltear a los gobiernos que no se
les someten podrán sostener la bandera de los derechos humanos.
La causa de los derechos
humanos no se mancha con la OEA y los cipayos de Trump, Macron o Santos.
Notas:
Blog del
autor: http://cronicasdelnuevosiglo.com/
---
México - REMA: 10 años en
la defensa de la vida y el territorio
27 de
junio de 2018
"Luchamos para contrarrestar, visibilizar y llevar a la
rendición de cuentas a quienes, de forma inhumana y violando todos los derechos
humanos, hacen pedazos el territorio nacional, depredan nuestros bienes
naturales, desmantelan la comunalidad, identidad y cultura de los pueblos,
dañan la salud, contaminan el medio ambiente y criminalizan o asesinan a las y
los opositores que luchan contra la falsa promesa de 'progreso y desarrollo' que
promueve, protege y legitima la clase política mexicana."
Nuestra lucha es simple; ¡FUERA MINERAS DE NUESTRO TERRITORIO!
Nuestras razones contundentes; ¡APOSTAMOS POR LA VIDA Y LA COMUNALIDAD!
Nuestra forma de hacerlo es; ¡ORGANIZARNOS CONTRA
Nuestras razones contundentes; ¡APOSTAMOS POR LA VIDA Y LA COMUNALIDAD!
Nuestra forma de hacerlo es; ¡ORGANIZARNOS CONTRA
EL DESPOJO Y EL DESPLAZAMIENTO FORZADO!
Hace
diez años, en junio de 2008, nació la Red
Mexicana de Afectados por la Minería (REMA), con el propósito de establecer
un frente nacional de lucha
organizada contra el Modelo Extractivo Minero en México. Desde
entonces, luchamos para contrarrestar, visibilizar y llevar a la rendición de
cuentas a quienes, de forma inhumana y violando todos los derechos humanos,
hacen pedazos el territorio nacional, depredan nuestros bienes naturales, desmantelan
la comunalidad, identidad y cultura de los pueblos, dañan la salud,
contaminan el medio ambiente y criminalizan o asesinan a las y los opositores
que luchan contra la falsa promesa de “progreso y desarrollo” que promueve,
protege y legitima la clase política mexicana.
Baja California Sur, Cd. de
México, Colima, Chiapas, Chihuahua, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco,
Morelos, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Veracruz y Zacatecas,
son los estados en los que REMA está integrado en alianza con comunidades y
grupos de base, ongs, académicos,
periodistas, ciudadanas y ciudadanos quienes hemos
asumido el reto de implementar una agenda común y un método de
trabajo que nos permite avanzar en nuestros propósitos, sobresaliendo entre
ellos, un rotundo NO a la Minería
a cielo abierto, de tumba y relleno y tóxica.
Derivado de nuestro presente, con por lo menos 2 mil localidades que han declarado su Territorio Libre de Minería, revalidamos nuestro compromiso de continuar luchando contra la simulación de la consulta y el consentimiento previo, libre e informado que pretende establecer el gobierno federal con procedimientos amañados y seudodemocráticos, en donde nuevamente son las empresas mineras, utilizando la sumisión de la clase política, sus principales promoventes. En ese contexto, REMA reivindica los procesos basados en la libre determinación, autonomía y autogestión comunitaria bajo el pleno ejercicio y defensa de los derechos colectivos, por lo tanto, son los pueblos quienes definen sus propios procesos y mecanismos de auto-consulta y consentimiento.
Asimismo, manifestamos nuestra oposición
contra los lineamientos que desde
instancias internacionales y nacionales pretenden imponer por medio de “Los
Principios Rectores Empresariales”, porque son principios cargados de
demagogia, con los cuales las empresas esconden y contrarrestan los daños que
ocasionan, y a cambio enaltecen la Responsabilidad Social Empresarial, la
minería verde o sustentable y otras incoherencias que social, ambiental y
científicamente es imposible puedan probarlo, al mismo tiempo que, a través de
la creación de instancias especiales como las/os “Ombudsperson”, abren
falsas ventanillas para la atención de conflictos que solamente sirven para
administrarlos, ante la falta de fuerza política y jurídica que tienen para
llevar a las empresas y a los empresarios a la rendición de cuentas.
Refrendamos
nuestro compromiso de acompañar de forma solidaria, gratuita y con lo que esté a
nuestro alcance, a todas aquellas comunidades quienes deseen y crean que podemos
aportar a su lucha contra el Modelo Extractivo Minero.
Como REMA también
asumimos la misma lucha en Latinoamérica, con
nuestros hermanos del Movimiento Mesoamericano en Contra del Modelo extractivo
Minero (M4), en donde convergen luchas
desde Perú hasta Canadá, porque estamos claros que vivimos la misma
problemática, ya que el Modelo Extractivo es uno de los segmentos impuestos por
el sistema capitalista, que hoy se pondera en el mundo como el principal eje
económico y político, a la vez que también es la principal
causal del empobrecimiento social y económico de los pueblos.
Celebramos estos primeros diez años y estamos
seguros que continuaremos creciendo de forma organizada.
Fraternalmente,
Red Mexicana de Afectados por la Minería
Red Mexicana de Afectados por la Minería
Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Mexico_-_REMA_10_anos_en_la_defensa_de_la_vida_y_el_territorio
No hay comentarios:
Publicar un comentario