“Quién tiene
alimentos
de calidad tiene poder”
19 de junio de 2018
Cada bocado de verdura que comemos en
la ciudad depende del trabajo de lxs quinterxs que cultivan
en los cordones hortícolas de las periferias. Son miles de familias que
producen en larguísimas jornadas sobre pequeñas parcelas de tierra, alquiladas
a precios exorbitantes y donde viven con enorme precariedad. A merced de
intermediarios que mal pagan. Expuestxs a los agrotóxicos que el modelo
agroindustrial impone. Marginadxs de las políticas oficiales y ninguneadxs cada
vez que alguien dice “campo”. En medio de tanta explotación la Unión de
Trabajadorxs de la Tierra (UTT) viene haciendo un trabajo enorme de
organización para soltar amarras de este sistema perverso: al tiempo que se
reclaman políticas públicas para el sector de la agricultura familiar, abren
nuevos canales de comercialización, presentan iniciativas legislativas para
acceder a la tierra, articulan con organizaciones de la ciudad, y también
avanzan en el cambio productivo de la mano de la agroecología. En
ese camino realizaron el 1er Encuentro Nacional de Agroecología de la UTT. Fueron 3 intensos
días de formación e intercambio junto a Jairo Restrepo; donde participaron
cerca de 100 compañerxs de distintas provincias y bases de la UTT. En un descanso de las
actividades nos hicimos un tiempo para conversar con Javier Scheibengraf que
coordina la parte técnica de la organización.
Huerquen: Bueno, para arrancar ¿querés
contarnos quién sos y qué es lo que estamos viviendo hoy? Bueno yo soy Javier
Scheibengraf, soy un compañero de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT).
Estoy coordinando la parte técnica de la organización. Una
organización muy diversa, que tiene horticultores pero también tenemos
productores de chanchos y pollos principalmente, y también campesinos
productores de monte. En Santiago del Estero, Tucumán y en Mendoza tenemos
productores con monte, el resto, la gran mayoría son horticultores. Soy un
cordobés que vino acá hace un tiempo y formo parte de la organización. Hoy
lo que estamos haciendo es el 1er Encuentro Nacional de UTT de agricultura
orgánica, agroecológica también le decimos. Nosotros también le damos un
contenido especial: para nosotros la agricultura orgánica es algo bien
complejo, que tiene que ver con entender los ciclos de la vida. Mientras que
la producción orgánica se conoce por estar certificada y que no tenga al menos
uso de pesticidas; para nosotros no es suficiente, ya que también tenemos que
ver como intercambiamos la producción y cómo hay un esquema de justicia en ese
intercambio. Nuestro objetivo es generar trabajo y mejora en la calidad de vida
de las familias. Hemos decidido mejorar nuestro lugar de producción, que sea
más sano, para nosotros y nuestros hijos. Hoy los compañeros trabajan incluso
cerca de las 20 horas por día, lo cual vuelve imposible la vida familiar.
Entonces cuando hablamos de agricultura orgánica o agroecología, para nosotros
significa un cambio social, no sólo un cambio agronómico.
Hqn: ¿Qué rol tiene la Agricultura Familiar ,
campesina, en la alimentación del pueblo argentino? JS: Es fundamental. Si
querés vas por rubros y uno se puede ir dando cuenta. La horticultura en la
Argentina es familiar, de base familiar, toda la producción. Hay
una horticultura también empresarial pero en Argentina aún, gracias a dios,
todavía es marginal. Pero la horticultura que desarrollan las familias genera
un lucro impresionante para las empresas que venden insumos. Básicamente las
familias son cuentapropistas pero que en la práctica son esclavos: ellos
financian todo el sistema de producción y son los que menos ganan. Los otros
que están en el sistema, no sólo que ganan sino que muchísimo. Eso hace que
quién pone la plata es el compañero. El productor pone trabajo, financia todo
el sistema y se lleva la peor parte. Hqn: Como organización ¿cómo se plantean
la transición entre el modo “convencional” fuertemente dependiente de insumos,
a otro “más libre”? JS: Nosotros creemos que la transición agroecológica dura
una hora... nos hemos ganado críticas con esto pero es lo que pensamos. O sea,
nosotros creemos que es tomar conciencia y tomar la decisión. Los
compañeros, cuando contamos los beneficios y hacemos las prácticas, de un 30 –
40% se pasan directamente a producir en forma agroecológica u orgánica. La
transición bueno… después hay todas unas definiciones agronómicas de “hasta qué
punto estás en transición”, en qué punto estás ya en una “agricultura sana”… El
día que dejaste de usar químicos, ese mismo día ya empezás una agricultura
sana; pero esta no es ya una agricultura sana por completo, sino que es un
camino que comienza el día que dejaste de usar químicos. Ahí empezás a
liberarte de la opresión que tenés con los insumos. Se empieza a ver otra
moneda en la casa, se empieza a gastar mucho menos en “cuidar” las plantas y
también se gasta mucho menos en la farmacia. Eso lo hemos comprobado nosotros:
después de que está en producción orgánica, la gente va menos a la farmacia, va
menos al médico. De hecho, los niños hasta los 5 años y las mujeres embarazadas
tiene una enorme absorción de los químicos en el campo, son las personas más
vulnerables que hay; sin tomar en cuenta que ya los adultos mayores, muchos
varones y mujeres no embarazadas, también están destruidos porque han ido
acumulando una cantidad de químicos en su cuerpo y les retumba la cabeza cuando
entran al lote. Aparte de pagar, tienen enormes problemas con eso. Entonces
para nosotros la sanidad de la familia es mucho más importante y es inmediato.
Tenemos ya que salvar a los compañeros que están en esta situación.
Hqn: ¿Podemos plantear la producción de
alimentos sanos para el conjunto de la población sin poner en discusión el
actual esquema de tenencia y propiedad de la tierra? JS: El tema de la tierra
es fundamental. Digamos, alquilar mensualmente a un costo de $5.000 por
hectárea por mes genera… $60.000 al año no? $60.000 al año que salen de tu
trabajo y que se van a un esquema de especulación. Acá las inmobiliarias
alquilan enormes cantidades de superficie a las familias y no les da nada más
que la posibilidad de producir: les dan el campo pelado. La familia tiene que
hacer la perforación, hacer una casa precaria porque no pueden construir, tiene
que hacer casas de madera, terminan viviendo acá a 50km de Capital como si
estuvieran en Formosa o en otros lugares mucho más alejados de todo. Y los
consumidores quieren “su verdurita” nada más… como que si la familia está en
pésima situación, bueno… sería conveniente que todos estuviéramos bien pero no
sé hasta qué punto los consumidores están dispuestos a apoyar una
trasformación. La tierra es importante, es muy importante porque si no se
alquilara la tierra, mismo si ese alquiler formara parte de un pago como cuota,
ya esa tierra queda para el mismo compañero, para la familia. Y entonces a
la tierra propia quizá la querés un poco más no? La puede querer más y cuidar
más porque por ahí queda para sus hijos. Digamos que entra en una dimensión
social la tierra y entonces tiene más sentido. Pero solucionando incluso el
problema de la tierra, hay que resolver otras cuestiones vinculadas a la comercialización. Esto
es vender pero también cómo compramos: no podemos seguir comprando cosas para
meter al campo, tenemos que hacer funcionar el campo por dentro y que esa sea
nuestra usina de riqueza. Lo podemos hacer, lo hemos hecho, está funcionando.
Nos parece ridículo que no se masifique en forma inmediata. Son ahorros de
entre $10.000 y $40.000 por hectárea por mes. Ahorros! Esos ahorros en una
familia se traducen directamente a ingreso. Lo que yo ahorro de gastar es lo
que termino ganando.
El tema de la tierra, como te digo, es
un tema muy importante pero en muchos países incluso después de repartir
tierra, vinieron las empresas y les ofrecieron cultivos y fertilizantes, y todo
el sistema se fue un poco a la mierda digamos, y había tierra repartida. O sea,
la tierra la habíamos solucionado, pero no solucionamos un montón de otras
cuestiones que tienen que ver y que son importantes: salud, comercialización,
vivienda, escolaridad… nueva escolaridad! nuevos contenidos: no puede ser que
muchos compañeros vean un envase y se enamoren de un envase que adentro tiene
veneno, pero que está tan bien presentado, los colores… nos terminamos
enamorando de eso no? Como si faltara seriedad en otros productos. Como si uno
llega con una bolsa de bocashi y te dicen que es eso, es bosta, qué traés, para
qué te sirve… y al final cuando lo prueban se dan cuenta que ahí, en esa bolsa,
hay una cantidad de microorganismos que nos habilitan los suelos, los
rehabilitan, los reviven, y a nosotros nos permite generar una cantidad de
producción. Y no sólo producción que después se traduzca en dinero, es
producción que es alimento y el alimento es poder. La posibilidad de generar a
través de la producción de alimentos organizaciones territoriales es muy
interesante. Porque imagínense que quién tiene alimentos de calidad tiene poder.
Tiene capacidad de desarrollar un montón de relaciones porque hay mucho
interés. Entonces el conjunto de las relaciones también es agricultura
orgánica: la cantidad de relaciones que nosotros generemos. Mientras más
capital social tengamos en relaciones más agroecología, más agricultura
orgánica estamos haciendo. Los que crean que agricultura orgánica o
agroecología solamente es “no usar venenos” se quedan con una parte de la
historia, y a la vez es una parte que es fácilmente trampeable. Hay que atacar en
varios puntos y lo estamos haciendo acá en la UTT.
Hqn: En medio de esta crisis que es
económica, ambiental, de valores, que nosotrxs decimos que es civilizatoria
¿qué sentís que tiene esta experiencia para aportarle al conjunto de la
sociedad? JS: Bueno, es la buena nueva no? En lo religioso sería la buena
nueva. Acá hay una buena noticia, que es que se puede vivir con abundancia, sin
por ello tener que recurrir al amontonadero de guita. Se puede vivir en
abundancia y se puede, en medio de las crisis, generar vida. Entonces, no
pretendo ser muy filosófico en esto pero es así. O sea nosotros podemos ir
generando, en medio de una crisis el restablecimiento de las relaciones, darle
vida a las relaciones humanas y esa vida se la damos con alimento. Nosotros hemos
podido armar por ejemplo ferias nuevas donde no había. Hemos podido llegar a
barrios acá en el conurbano que están en crisis desde hace 50 años, y en esos
barrios entró la vida: entraron verduras de calidad y a buen precio. Porque que
sea orgánica no significa que sea cara. Tiene acceso popular. Ahora, la clase
media, la clase más pudiente, clase alta pues que pongan un poco más porque
también hay que ayudar a financiar todo el sistema. A ellos se la podemos
cobrar un poco más caro, tienen para pagar, es más: no va a variar mucho el
precio con una verdulería de su barrio.
Entonces, a mí me parce que en este
marco de crisis tenemos todos mucho que perder mientras se pelean los grandes.
Esto que estamos viendo en Brasil… Cerca del 60% de la soja que producen la compra China. Estados
Unidos ahora está acá, en Argentina y Brasil… bueno, va a haber escenarios de
disputa muy fuertes por lo que va a ser la alimentación. Y
nosotros vamos a tener una herramienta real. A ver, a nosotros nos aumenta el
dólar al doble, se va hoy a $40. El dólar, y a nosotros no nos importa, no
tenemos prácticamente variación de los costos. Y todos los compañeros que usan
químicos, se va el dólar a $40, se le duplicaron o triplicaron los costos, y ya
no sirve la producción y se tienen que volver. Ellos entran en el proceso de
crisis, los arrastra. Siendo que si se pueden correr ahora quizás cuando venga
el aluvión de crisis tengamos qué comer y qué dar de comer: en una hectárea,
por lo menos, nosotros estamos generando comida para 300 familias. Por
hectárea! Tenemos cerca de 4.000 hectáreas… o sea que se puede generar una
economía muy interesante. Imagínense sólo por caso, que cada familia gasta
$30.000 por mes en químicos, multipliquen por 5.000 familias… son mil millones
de pesos que se nos van de las manos, de nuestra propia economía, de nuestros
esfuerzos… Los chasis todos doloridos, compañeros que cuando tiene 30 años ya
les duele la cintura. Hay
compañeros que con 40 años ya no pueden alzar una bolsa de cemento… y bueno…
¿quién le paga ese deterioro físico? ¿quién usufructuó? ¿quién ganó plata ahí?
Un montón, él no. Entonces me parece que sí, que es una buena nueva, es una
apuesta muy interesante. Nosotros que empezamos hace 4 años con 5 productores,
y hoy somos 65 más o menos en producción agroecológica. Para nosotros es un
logro enorme: hay instituciones que han estado 20 años para lograr pasar 10
productores a la agroecología… Indudablemente estamos con una muy buena
cantidad de herramientas en las manos.
Abasto de La Plata
14 de abril de 2018
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