Argentina - Verzeñassi:
la universidad que se vendió a
las corporaciones
13 de junio de 2018
Crudo análisis del médico sobre el rol de las
altas casas de estudio, con críticas al extractivismo y a los ministros de
Ciencia y Agroindustria. "La
cooptación de nuestras universidades es parte de la cooptación de nuestro
sistema educativo que entre otras cosas tuvo como objetivo el despojarnos no sólo
de los territorios ancestrales, no sólo de nuestras culturas sino de nuestros
propios cuerpos. Nuestros cuerpos son parte de los territorios en disputa que
estamos llamados a defender."
Por Daniel Tirso Fiorotto
Este 21 de junio
celebraremos los cien años del Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria
de 1918. A
propósito del aniversario recuperamos un discurso del médico paranaense Damián
Verzeñassi, al momento de recibir la distinción Conciencia
Abya yala en la sede de Agmer Paraná, junto a Rafael
Lajmanovich y Nora Cortiñas.
Verzeñassi tiene a su
cargo la Cátedra de Ambiente y Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional
de Rosario, es impulsor de los campamentos sanitarios, y fue el expositor
argentino ante el juicio simbólico a Monsanto.
En una charla
improvisada, al recibir una cerámica simbólica como reconocimiento a la labor
de su grupo, el joven profesional reunió temas de la historia, la salud, la educación, la
ecología, y abogó por la autonomía universitaria. "Algunos creemos que a
100 años tenemos que pensar con autocrítica lo que hemos hecho con esa
universidad que se alejó del pueblo, se alejó de sus raíces y en muchos casos
se vendió a las corporaciones y se vendió a las necesidad des de los gobiernos
de turno", manifestó.
Vamos a transcribir
fragmentos de su medulosa exposición, que en todo momento mostró advertencias
sobre la situación de la universidad del siglo XXI.
Pensamiento hegemónico
"Acepto esta
distinción no a título personal sino como parte del colectivo al que
pertenezco, un colectivo que se nuclea en la Facultad de Ciencias Médicas de
Rosario, en lo que hoy es el Instituto de Salud Socioambiental, pero que nos
permite encontrarnos a quienes trabajamos en la práctica final de la carrera de
Medicina en la
materia Salud Socioambiental ; entiendo que no hay logros que
no sean colectivos, los logros trascendentes son colectivos".
"Durante mucho
tiempo nos han invitado a creer que los logros son individuales, y estos
espacios nos ayudan a reforzar la idea de que no es posible ninguna
construcción verdadera, revolucionaria si no se hace desde un colectivo o desde
varios".
"En estos tiempos de crisis de
civilización (disculpen la utilización de herramientas de la profesión médica),
hay signos y síntomas que nos hacen advertir la gravedad de la situación que
vivimos como especie de este planeta y particularmente en Abya yala. Signos y
síntomas que están cada vez más a la vista. Quienes quieren ocultarlos, se ven
obligados a usar cada vez más energías y recursos para hacerlo y ya no
pueden".
"La desertificación de nuestros
territorios, la pérdida de vida de nuestros suelos... esto de estar atravesando
momentos en que no tenemos certeza de que nuestra comida sea alimento, y en
muchos casos con la certeza de que nos enferma".
"Signos claros como universidades enteras
al servicio de las necesidades de las corporaciones; cooptados nuestros
espacios de formación, de reproducción de conocimientos, por un pensamiento
hegemónico que se estructura a partir de la negación de lo que no es
exactamente igual a nosotros. Signos todos de una forma de dominación que,
entre otros, Raúl Zibechi ha denominado la dominación por despojo, que es el
extractivismo".
Negación del otro
"Un extractivismo
que nos viene atravesando y que para poder instalarse en nuestros territorios
sin dudas necesitó hace 42 años dar el inicio del golpe de gracia destruyendo
no la posibilidad de la continuidad democrática sino la posibilidad de...
encontrar la forma de caminar juntos en la construcción de un futuro en este
territorio para nosotros, para nuestros hijos, y como dice un hermano con el
que trabajamos en Rosario, para los nietos de nuestros nietos".
"Tengo 41 años, nací sobre el fin de 1976
y no he dejado de sentir en ningún momento el orgullo de ser parte de una
tierra de luchadores, una tierra de dignidades. Y en esto el rol que ha jugado
José Artigas, y no en vano ha sido ocultado y negado por la historia incluso
que reproducen nuestros maestros en las escuelas, creo que debe ser reconocido.
Y por qué digo recuperar la figura de Artigas como una de las estrategias que
necesitamos para avanzar en la deconstrucción de esta civilización del despojo,
de la negación del otro: porque como decía Artigas, 'cuando un pueblo es
esclavo de los intereses de las minorías empieza a sentir una certeza absoluta
y en su seguridad de victoria sale de la oscuridad emocional e intelectual para
enfrentar a las fuerzas que lo oprimen'. Esto que afirmaba Artigas lo sabían
muy bien los que hace más de 40 años empezaron un proceso de destrucción de los
espacios de formación de profesionales, de construcción y reproducción de
saberes científicos que en realidad no eran más que un tipo de saberes que
intentaba consolidarse como el saber, a partir de la negación del otro".
El mate es nuestro
"Vengo de la
universidad y el reconocimiento que hoy recibimos tiene que ver con nuestro
trabajo desde la universidad, y cuando comentaba a nuestros compañeros en
Rosario... decíamos 'qué mal que tenemos que estar, que tengamos que reconocer
a los que hacen lo que hay que hacer'. Nos están reconociendo por lo que
deberíamos hacer todos y cada uno de los universitarios de la universidad
pública argentina, que es poner nuestra vida, nuestro saber, nuestras fuerzas
al servicio de los pueblos y no de las corporaciones y los gobiernos".
"Pero, porque no creemos que esto sea
irreversible, porque somos conscientes de lo que somos capaces de hacer cuando
nos juntamos, vinimos a recibir y compartir con ustedes esta tarde... El mate es
nuestro. Es la forma tangible de demostrar lo que somos, hijos de esta Abya
yala. Somos este territorio y nos compartimos, nos combinamos, nos rehacemos en
cada mate ofrecido. Cada cebada es un gesto indiscutible de lo que este sistema
necesita que no hagamos más. Es compartir. Es uno de los símbolos del compartir
generoso, solidario, que hace nacer nuevas semillas; esa agua nos permite
seguir intercambiando ideas, no hay discusiones irreconciliables en una ronda
de mate. Y eso lo saben quienes nos han quitado hasta el mate. Parece una
broma, y no lo es. Entre Ríos es un ejemplo de que no pueden, Uruguay es otro.
Tenemos que rescatar este espíritu de los pueblos libres que tiene más de 200
años y que
nosotros hemos aprendido gracias a compañeros de la Junta Abya yala por los
Pueblos Libres que nos han permitido acceder a información y saberes que no
teníamos, saberes que la universidad ha negado".
Lejos de sus raíces
"Estamos
próximos a celebrar 100 años de la reforma universitaria, muchos de nosotros
nos sentimos hijos, o nietos de la reforma universitaria. Algunos creemos que
tenemos que poner en discusión qué es la reforma universitaria, 100 años
después. Creemos que ha llegado el momento de sentarnos a pensar qué significa
ser reformistas a 100 años del grito revolucionario de los jóvenes que en 1918
tomaron la universidad de Córdoba con la idea de desterrar el dogmatismo
religioso de las aulas y se transformaron en semillas como éstas, para que
florezca en América Latina y en el mundo una nueva manera de mirar el rol de
las universidades en las sociedades". (El homenajeado se refería a semillas de
ceibo y algarrobo que sembró junto a Nora Cortiñas y Rafael Lajmanovich en
Paraná).
"Algunos creemos que a 100 años tenemos
que pensar con autocrítica lo que hemos hecho con esa universidad que se alejó
del pueblo, se alejó de sus raíces y en muchos casos se vendió a las
corporaciones y se vendió a las necesidad des de los gobiernos de turno. Y por
eso quisiéramos echar a la ronda de mate algunas ideas sobre qué es la reforma
para nosotros hoy. Empezando por la autonomía".
"Es esencial que defendamos la autonomía
de la universidad, pero autonomía no puede ser 'yo hago lo que quiero, lo que a
mí se me antoja, no doy explicaciones de lo que hago'. Eso es lo que quieren
hacer creer que es la autonomía los dueños del poder. Nos han hecho creer que
no tenemos ninguna otra cosa más que reproducir lo que nos han mandado. Para nosotros
autonomía es poner la universidad al servicio del pueblo y que el pueblo defina
a partir de sus necesidades lo que tenemos que hacer los universitarios por
dentro porque solamente así tiene sentido nuestro accionar cotidiano".
"Decimos esto
porque entre otras cosas la cooptación de nuestras universidades es parte de la
cooptación de nuestro sistema educativo que entre otras cosas tuvo como
objetivo el despojarnos no sólo de los territorios ancestrales, no solo de
nuestras culturas sino de nuestros propios cuerpos. Nuestros cuerpos son parte
de los territorios en disputa que estamos llamados a defender. Para apropiarse
de nuestros cuerpos se apropiaron de nuestras cabezas, y para apropiarse de
nuestras cabezas el miedo fue parte de esa siembra nefasta que hicieron. Por eso tenemos que
salir, movernos y sacarnos de encima esos miedos, sacarnos de encima todavía
esas lógicas de miedo para con el otro. Necesitamos recuperar la capacidad de
encontrarnos como se encontraron aquellos primeros que alguna vez se dieron
cuenta que si no se juntaban no iban a poder sostener el fuego que les iba a
permitir vivir".
Mirar los paladares
"Vivimos tiempos
de terrible gravedad. Es tan grave lo que vivimos que necesitamos acciones que
puedan avanzar de cuajo sobre el problema. Que vayan a la raíz. Y para poder tener
acciones que vayan a la raíz tenemos la responsabilidad de quitarnos nuestros
prejuicios, quitarnos nuestros sinsabores, nuestros motivos para no confiar en
el que está al lado nuestro, y extender la mano como extendemos el mate para
animarnos a construir una realidad que nos contenga a todos. Salir de la
situación en la que estamos no es posible si seguimos mirándonos los paladares,
pasándonos por los resonadores magnéticos para ver cada una de nuestras celdas
y cómo vinimos hasta acá. Porque los que están enfrente a eso ya lo tienen
superado".
"Tenemos un ministro de Ciencia y Técnica
en nuestro país que no tiene empacho en decir que hay que maltratar a quienes
padecen una enfermedad: la comparación (que hizo) del ambientalista con el
borracho demuestra dos cosas: primero, el desprecio por el que no responde a
sus intereses, y segundo, más grave, que un ministro de ciencia desprecie a
quienes tienen un problema de salud".
"Tenemos un ministro de Agroindustria que
no tiene ningún problema en decirles a sus coterráneos apicultores aguántense y
adáptense porque esto no va a cambiar, en la incapacidad de ese ministro de
darse cuenta que sin polinizadores no hay vida tampoco para él. Y esto no es
expresión de un color, como decían antes: es expresión de una cultura y por eso
la convocatoria es que salgamos a transformarnos a nosotros mismos, a
encontrarnos con el otro, con el que hasta ahora quizá en las marchas, las
instituciones, nos enojábamos, discutíamos, nos peleábamos pero no son nuestros
enemigos. Pueden ser adversarios como dijo Balbín al despedirse de Perón".
Como las bacterias
"Es hora de que
recuperemos la alegría de poder encontrarnos y de sabernos capaces, como lo
hizo Norita y tantos como ella, de transformar el dolor en energía, de
transformar la angustia en fortaleza y salir adelante abrazándonos para
decirles ¡no con nosotros, no con nuestros territorios, no con nuestras vidas
ni con las vidas de los nietos de nuestros nietos!
Vamos a resistir como
lo han hecho las bacterias que durante miles de años han logrado sostenerse en
el tiempo y en los territorios a partir no de querer que todos seamos
bacterias, sino de entender los tiempos y los contextos para poder adaptarse
juntas, siempre juntas, en colonias capaces de soportar aún a nuestros peores
antibióticos".
9 de junio de 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario