Argentina: Lino Barañao el lobista
12 de
mayo de 2016
"Lino
Barañao fue siempre un acérrimo defensor de Monsanto pero además un freno para
todas las denuncias de los daños que las corporaciones provocan a la salud
socioambiental en nuestro país... Ahora Lino Barañao vuelve a la carga para
defender los intereses de la multinacional intentando esta vez torcer el brazo
del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) que ya rechazó el
intento de Monsanto de patentar la soja transgénica."
Por Carlos
A. Vicente / GRAIN y Acción por la
Biodiversidad
Lino
Barañao sigue defendiendo los intereses de Monsanto desde el Ministerio de
Ciencia y Tecnología. Ahora presiona para que el INPI, que rechazó patentar la
soja transgénica, acepte la patente y así Monsanto pueda cobrar sus regalías sin
problemas.
La
continuidad del único Ministro entre la gestión de Cristina Fernández de
Kirchner y la de Mauricio Macri no fue sorpresiva para quienes seguimos el
desarrollo del avance de las corporaciones biotecnológicas en Argentina. Lino Barañao fue siempre un acérrimo defensor
de Monsanto pero además, y esto es mucho más grave, un freno para todas las
denuncias de los daños que las corporaciones provocan a la salud socioambiental
en nuestro país. Por lo tanto su continuidad expresaba claramente la continuidad
y profundización del modelo inaugurado en el año 1996 con la introducción de la
soja transgénica.
Ahora Lino
Barañao vuelve a la carga para defender los intereses de la multinacional
intentando esta vez torcer el brazo del Instituto Nacional de la Propiedad
Industrial (INPI) que ya rechazó el intento de Monsanto de patentar la soja
transgénica.
La función del INPI está claramente expresada
en su Sitio Web y es “Otorgar títulos de propiedad sobre Patentes de Invención,
Modelos de Utilidad, Marcas, Modelos y/o Diseños Industriales, a todas las
personas que lo soliciten y cumplan con los requisitos exigidos por la normativa
vigente”. A partir de estos principios el INPI rechazó el pedido de patente a
Monsanto tal como hace unos meses lo comunicó la misma Sociedad Rural Argentina
(3) que consultó al INPI y recibió un pormenorizado informe exponiendo que
Monsanto no tiene la patente.
Pero para que no quepan dudas la ONG Naturaleza
de Derechos difundió hace pocas semanas los detalles de un proceso judicial
iniciado a partir de que el INPI rechazó la solicitud de Monsanto del año 1995
para patentar la soja rr. El INPI planteó en sus considerandos que la misma era
improcedente dado que la molécula de ADN recombinante y las células modificadas
no constituyen una invención porque son materia viva y preexistente en la
naturaleza, o bien, "material biológico y genético o su réplica".
Ante la decisión administrativa del INPI,
Monsanto recurrió a la justicia en el año 2007 solicitando la nulidad de esta
resolución administrativa. En primera instancia la justicia fallo a favor de
Monsanto, pero esa decisión judicial fue apelada por el INPI que motivó el fallo
de la Cámara Federal en lo Civil y Comercial revocándola. La Cámara fue
contundente en el rechazo, señalando que la molécula de ADN recombinante, las
células vegetales transformadas por ella y las plantas generadas a partir de
estas últimas incluidas en la solicitud, es materia no incluida en el amparo que
brinda el sistema de patentes, por no cumplir las previsiones establecidas en la
ley (4). Claramente: los transgénicos no pueden ser patentados en Argentina.
Pese a ello, nuevamente comenzó a operar el Ministro Barañao cuando se profundizó el conflicto entre Monsanto y los productores de soja por la intención de la corporación de cobrar regalías por la soja cosechada haciendo análisis en los puertos. En una entrevista a la Agencia Bloomberg días pasados Barañao afirmó que: "La cuestión de Monsanto es muy particular dado que la Argentina todavía no ha otorgado a la compañía la patente para Intacta….La decisión final debe salir pronto, pero no estoy seguro de que esto vaya a ocurrir para la cosecha 2015-16. Hemos pedido al Registro de Propiedad Intelectual que acelere el proceso pero podría demorar meses" (5).
También en ese reportaje afirmó que "La postura
de la Argentina es que el productor debe pagar por el uso de una semilla
patentada y el uso repetido; se debe pagar una suma lógica"; yendo contra la Ley
de Semillas que habilita a guardar semilla para el uso propio.
O sea un Ministro que aboga porque en el país no se cumpla la Ley vigente.
Este “pedido” al INPI es absolutamente
improcedente y
muestra nuevamente al Ministro operando descaradamente a favor de Monsanto
cuando no es esta su función ni son los intereses corporativos los que debe
defender.
Por otro lado esta presión sienta un precedente
grave pues abre las puertas, en el contexto de un gobierno dispuesto a
entregarle todo al poder corporativo, para que se autoricen en Argentina
patentes sobre la vida, cuestión de extrema gravedad que iría contra la propia
Ley de Patentes que expresa que “no serán patentables ...la totalidad del
material biológico y genético existente en la naturaleza o su réplica, en los
procesos biológicos implícitos en la reproducción animal, vegetal y humana,
incluidos los procesos genéticos relativos al material capaz de conducir su
propia duplicación en condiciones normales y libres...”.
Cuando se cumplen dos años del fallecimiento del Dr. Andrés Carrasco es imposible que no venga a la memoria el accionar de Lino Barañao en favor de Monsanto cuando en el año 2009 el Dr. Carrasco dio a conocer sus investigaciones sobre la toxicidad del glifosato y su efecto embriotóxico, ligándolo sin lugar a dudas al posible efecto teratogénico en humanos (es decir su papel como inductor de malformaciones, de alteraciones en el desarrollo embrionario).
En
ese momento y en un tristemente célebre reportaje realizado por el principal
lobbista de Monsanto en el multimedios Clarín, Héctor Huergo, Barañao “le quitó toda legitimidad al trabajo del
subsecretario de Defensa, Andrés Carrasco, que alertaba sobre perjuicios para la
salud en el herbicida glifosato, que se utiliza en el cultivo de soja” (1). Allí
Huergo afirmaba que “creo que lo que determinaba era algún problema en el
desarrollo de embriones anfibios” y la respuesta del Ministro fue “Él (por el
Dr. Andrés Carrasco) comunicó sus hallazgos preliminares a la prensa, esto no es
parte de un estudio encargado por el CONICET, ni es parte de una comisión
institucional. En otras oportunidades se ha pedido al CONICET que se expidiera
sobre un tema particular, en ese caso se convoca a un panel de expertos que
emiten opinión. Esto es simplemente la comunicación de un investigador
particular y no ha sido sometido a juicio por un panel de expertos ni nada por
el estilo”.
La investigación fue publicada un año después
en la prestigiosa revista Chemical Research in Toxicology con la conclusión de
que “El efecto directo del glifosato en los primeros mecanismos de morfogénesis
en embriones de vertebrados abre las preocupaciones sobre los resultados
clínicos en la descendencia humana en poblaciones expuestas a herbicidas basados
en glifosato en los campos agrícolas” (2). No hubo ningún comentario desde el
Ministerio, ni desde el CONICET sobre esta publicación.
Y el Dr. Carrasco explicó claramente su
posición al dar a conocer su investigación antes de estar publicada en una
revista científica: “No
existe razón de Estado ni intereses económicos de las corporaciones que
justifiquen el silencio cuando se trata de la salud pública. Hay que dejarlo
claro, cuando se tiene un dato que sólo le interesa a un círculo pequeño, se lo
pueden guardar hasta tener ajustado hasta el más mínimo detalle y, luego, se lo
canaliza por medios que sólo llegan a ese pequeño círculo. Pero cuando uno
demuestra hechos que pueden tener impacto en la salud pública, es obligación
darle una difusión urgente y masiva”.
Hoy
se hace urgente seguir honrando al Dr. Carrasco frenando el avance corporativo
en la apropiación de la vida y rechazando toda forma de patentamiento sobre la
misma. Como así también es urgente denunciar y expulsar a los mercenarios que
desde los gobiernos no hacen más que profundizar y favorecer la entrega y el
saqueo de
nuestros territorios.
Notas
1- Barañao
desmiente estudio contra el glifosato: "No es del Conicet", aquí
2- Glyphosate-Based Herbicides Produce Teratogenic Effects on Vertebrates by
Impairing Retinoic Acid Signaling, aquí,
2010
3- "Monsanto no
tiene la patente de la soja Intacta RR2 PRO",aquí,
6-10-2015
4- Trascendental
fallo de la Justicia Argentina rechaza a Monsanto el pedido de patentamiento de
semillas transgénicas, aquí,
29-3-2016
5- La soja
transgénica de Monsanto deberá esperar meses para recibir la patente en
Argentina, aquí,
10-5-2016
Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Noticias/Argentina_Lino_Baranao_el_lobbista
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