Entrevista al
ambientalista Antonio Elio Brailovsky en el Día Mundial del Medio Ambiente (5
de junio)
"Con el inventario nacional de
glaciares habría que cerrar una gran cantidad de proyectos mineros, empezando
por el de la Barrick Gold ".
16 de junio de 2018
Por Mario Hernández (Rebelión)
E.B.: Primero hay que hablar de la importancia de los glaciares. Los glaciares son la reserva de agua de la cordillera, es decir, nieva durante los inviernos, se acumula el hielo en la montaña y a medida que llega la primavera y el verano el hielo se va derritiendo. En los años en que nieva poco, hay un glaciar que es la reserva de agua que permite que Salta, Jujuy, La Rioja, Catamarca y Mendoza tengan agua potable, justamente porque tienen glaciares. De modo que hay que conocerlos y, obviamente, hay que establecer estrategias de protección de glaciares porque las empresas mineras tienen una actitud depredadora, no les importa nada si hacen minería sobre un glaciar, con lo cual el riesgo de que lo envenenen es altísimo.
Ya vimos la impunidad con la que
M.H.: Justamente leía la denuncia que hace Enrique Viale de la Asociación argentina de abogados ambientalistas y representante de la asamblea de Jáchal, quien destaca que el inventario actual advierte que hay glaciares y periglaciares en Veladero y Pascua Lama por lo que allí no deberían poder funcionar mineras.
E.B.: Exactamente. La Ley nacional de glaciares prohíbe explícitamente la minería sobre zonas de glaciares y periglaciares.
M.H.: No obstante, este relevamiento también ha recibido algunas críticas, algunas asociaciones ambientalistas, entre ellas Greenpeace, sostienen que es incompleto en el sentido de que no releva glaciares pequeños, de menos de una hectárea: “El gobierno no quiere avanzar sobre glaciares de menos de una hectárea porque pondría en juego inversiones mineras y hay 44 proyectos mineros que según la Ley de glaciares no podrían habilitarse de ninguna manera por esta razón”, afirman.
E.B.: Hay una discusión al respecto, digamos que en otros países el tamaño mínimo de un glaciar medido fueron
De todos modos, con este inventario ya hay para cerrar una gran cantidad de proyectos mineros, empezando por el de
De modo que yo creo que es una buena herramienta, que como tal tiene alcances y limitaciones pero prefiero quedarme con que es útil y que serviría si hubiera un gobierno sensible a estas cosas, para impedir algunos proyectos de muy alta peligrosidad.
Si no se avanza sobre el control de cómo se producen las cosas el tema de la basura no tiene solución
M.H.: Usted fue Defensor ambiental de la Ciudad de Buenos Aires. ¿Cómo hubiera actuado ante las modificaciones a la Ley de basura cero, que realizó la Legislatura de la Ciudad hace unas semanas?
E.B.: De la misma manera que ahora como ciudadano y como integrante de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad en el Observatorio ambiental, planteando todos los riesgos de una tecnología peligrosa que la Ciudad no puede controlar. Esto de incinerar basura en la Ciudad, acarrea riesgos de que se emitan gases muy peligrosos y la ideología dominante en este momento es confiar en que las empresas van a hacer las cosas bien, solamente porque son grandes empresas.
Yo tendría un poco menos de confianza en las grandes empresas, por lo menos un poco menos de la que tiene el Gobierno de
M.H.: Respecto de la basura, me quedé pensando en una frase que utilizan los ambientalistas “el mejor residuo es el que no se produce”.
E.B.: Por supuesto.
M.H.: Estamos hablando de toneladas y toneladas que se producen de basura diariamente, en el mundo y en nuestro país y va a llegar un momento que no va a haber dónde ponerla.
E.B.: El Papa Francisco dice que si seguimos así el mundo va a ser un depósito de porquerías. Yo creo que hay un engaño en la manera en que se conceptualiza el tema de la basura, porque se habla de generador de residuos al último usuario, a quien tira la basura, y realmente el responsable del residuo no es el que tira un objeto a la basura, sino el que lo fabricó. Cuando uno dice “tiramos plástico” no puede olvidar que alguien los fabricó, que no se pueden degradar, que hizo negocio con sustancias no degradables y que destruyen los océanos; lo mismo los aparatos electrónicos a través de los que nos estamos comunicando, están pensados para durar dos o tres años, pero el fabricante es el que decide que duren poco y que se transformen rápidamente en basura.
Si no se avanza sobre el control de cómo se producen las cosas y
se evita esta llamada obsolescencia programada, o sea, que los productos duren
lo menos posible, porque el negocio de las empresas es que uno tire las cosas y
las vuelva a comprar, si no se controla eso, realmente no tiene solución el
tema de la basura.
Yo agregaría que no hay interés en controlarlo porque en nuestra
Ciudad y en casi todas las ciudades del mundo, la basura financia la política. Los
contratos de basura son en todas las ciudades del mundo el ítem más grande del
presupuesto, y como a la gente no le gusta hablar de la basura, es el punto en
el cual siempre se filtra algo de dinero para pagar una campaña electoral. Y
esto es así en París, en Managua y en Buenos Aires. En todo el mundo.
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