Nuevos motivos para
oponerse a
los transgénicos
5 de junio de 2018
Por Silvia Ribeiro
La Jornada
La Jornada
Un equipo de científicos australianos comprobó recientemente la
existencia de estructuras del ADN que son diferentes a la doble hélice que
conocemos. La nuevaestructura se
había observado in vitro, pero nunca en células humanas vivas. Al mismo tiempo,
otro equipo de investigadores en Suiza reportó que al intentar crear
resistencia a un virus que afecta a la mandioca con la tecnología CRISPR-Cas 9
creó accidentalmente un nuevo virus patógeno. Es uno más de los posibles
efectos adversos que pueden tener esta y otras nuevas técnicas de ingeniería
genética, que contradicen la abundante propaganda seudocientífica que trata de
convencernos de que son rápidas,
seguras y baratas.
A 65 años del famoso descubrimiento de Watson
y Crick sobre la estructura de hélice del ADN, se siguen revelando aspectos
desconocidos sobre las estructuras e interacciones de los genes en los
organismos, con diversos factores epigéneticos y con el medio ambiente, que
muestran que manipular genéticamente el ADN es una pésima idea, por los muchos
efectos imprevistos que conlleva.
La nueva estructura del ADN fue identificada
por el equipo de Daniel Christ, del Instituto Garvan de Investigación Médica, y
la llamó estructura de motivo intercalada (i-motif). Los resultados del estudio
se publicaron el 28 de abril de este año en la revista Nature Chemistry
(https://www.nature.com/articles/s41557-018-0046-3).
El descubrimiento confirma que nuestro ADN
tiene una simetría más intrincada que la supuesta y que esas variantes
estructurales afectan cómo funciona nuestra biología. Cuando la mayoría de nosotros pensamos
en el ADN, pensamos en la doble hélice, dice el investigador de anticuerpos
Christ. Esta nueva investigación
nos recuerda que existen estructuras de ADN totalmente diferentes y que podrían
ser muy importantes para nuestras células(https://tinyurl.com/ybew7fkw).
Los motivos intercalados son descritos como un nudo retorcido de cuatro hebras, en el que los
elementos químicos que componen el ADN están asociados de una forma diferente a
la conocida: las bases o letras del ADN se unen entre sí con una igual, por
ejemplo la C (citosina) con otra C o la G (guanina) con otra G, algo que nunca
ocurre en la doble hélice.
Los i-motif fueron visualizados desde hace
años en laboratorio, pero nunca en células vivas, por lo que se cuestionaba que
realmente existieran. Según Mahdi Zeraati, el primer autor del estudio
australiano, ésta es sólo una de las estructuras diferentes a la doble hélice
que podrían existir en el organismo; se visualizaron también estructuras
cuádruples del ADN en 2013 y podrían existir más, incluso triples y
cruciformes.
En el estudio que confirmó la existencia de
los motivos intercalados, los investigadores insertaron un anticuerpo marcador
con fluorescencia, por lo que pudieron ver cómo aparecían y desaparecían estas
estructuras en tiempo real. Los i-motif están ubicados cerca de regiones del
ADN conocidas como promotoras, que activan
o desactivan las funciones de los
genes, así como en los telómeros, otra sección del ADN relacionada con el
envejecimiento celular.
Zeraati piensa que el hecho de que aparezcan y
desaparezcan es un indicador de su función: al parecer intervienen en la activación
o desactivación de genes, por lo que es altamente relevante entender mejor su
función. Esta característica es también lo que dificultaba a los investigadores
verlos en células vivas de nuestro cuerpo.
Separadamente, un estudio de Devag Mehta y colaboradores,
del instituto ETH en Zurich, publicado el 4 de mayo de 2018, reporta que al
intentar crear resistencia a un virus en mandioca por medio de ingeniería
genética con CRISPR-Cas9, de 33
a 48 por ciento de los virus editadosdesarrollaron una mutación de
un solo nucleótido (una sola letra), que creó un virus resistente. El estudio
advierte además sobre el riesgo de que estos nuevos virus resistentes se
diseminen en el ambiente (https://tinyurl.com/y879m7qk).
Los autores no cuestionan la tecnología para
otras aplicaciones, pero alertan sobre los riesgos en este caso particular.
Mehta, autor principal del estudio, menciona además en su cuenta de Twitter que
le asombra la presión que ha recibido para no difundir aspectos negativos del
uso de CRISPR-Cas9.
En efecto, hay gran movilización de la
industria biotecnológica –incluyendo a Monsanto-Bayer y DowDuPont, que tienen
sendas licencias para usar esa tecnología en agricultura y alimentos– para
desvincular a esta y otras nuevas biotecnologías de los transgénicos
anteriores, tratando de engañar al público de que ahora sí son tecnologías
seguras.
Las trasnacionales de transgénicos intentan
que nuevas biotecnologías como CRISPR-Cas9 no sean reguladas, ni siquiera bajo
las presentes leyes de bioseguridad, argumentando que el producto final no contiene nuevo material genético. El tema está
en fuerte debate en la
Unión Europea y Estados Unidos, pero ya se aprobaron normas
–en favor de las empresas– en Argentina y Brasil, aunque contestadas por
movimientos populares y científicos críticos (https://tinyurl.com/y8yuf5tb).
Justamente, la experiencia del equipo suizo
muestra que puede haber impactos negativos, haya o no material genético visible
en el producto modificado final.
Pero, sobre todo, el fascinante descubrimiento de estructuras del ADN que no se
conocían y sus posibles funciones confirman nuevamente que los organismos vivos
y sus interacciones en la evolución son de una enorme y maravillosa complejidad
que estamos lejos de comprender bien. Por ello, que unas cuantas empresas
trasnacionales y los científicos que les sirven manipulen organismos vivos es
un experimento perverso con la naturaleza, la salud y el medio ambiente.
Silvia Ribeiro, investigadora del Grupo
ETC
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=242446
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