Golpe de Estado
en Honduras
Tegucigalpa
amaneció el domingo 28 de junio totalmente militarizada, después que la cúpula
militar secuestrara al filo de las seis de la mañana al presidente
constitucional de ese país, Manuel Zelaya, quien fuera trasladado a Costa Rica.
A partir de ese momento, los movimientos sociales hondureños y la comunidad
internacional en pleno condenó el golpe de Estado.
El Frente Nacional de Resistencia
Popular (FNRP)
Por qué Santos y Chávez nos quieren
“reconciliar” con el Lobo.
12 de abril de 2011
Por Tomás Andino Mencia
La población
resistente de Honduras aun no sale de su asombro del giro inesperado que ha
tomado la política internacional relacionada con el Golpe de Estado en nuestro
país, no tanto por el ya conocido cinismo de la oligarquía hondureña que hoy
bendice a quien ayer satanizaba como el peor demonio del mundo, sino por
el reconocimiento político y el apoyo que le ha brindado el Presidente Hugo
Chávez al régimen sucesor del golpismo, tanto para su retorno a la OEA como
para beneficiarse de las ventajas de PETROCARIBE.
En mayo 2010,
durante la
Cumbre Iberoamericana en Madrid, el Presidente Chávez anuncio
que no asistiría si participaba el Sr. Porfirio Lobo Sosa, por ser un gobierno
“ilegitimo”; once meses después el mismo Presidente Chávez expreso en
Cartagena de Indias, Colombia, "Con
mucho gusto he conocido al presidente Lobo (...) y los resultados son muy
positivos”, y explico que "nosotros
hemos hecho gestiones para tratar de ayudar a que Honduras se reintegre a todos
los organismos internacionales y a los programas de cooperación con nuestros
países"[1] ,en
una clara referencia a la reincorporación del Estado de Honduras a la OEA y a
normalizar las relaciones comerciales interrumpidas con el Golpe de Estado.
Acto seguido, aparece sonriente en una fotografía estrechando la mano del
verdugo del Pueblo hondureño.
Pero además del rol
del Presidente venezolano, llama la atención que un país como Colombia se
interese por la situación de Honduras. De hecho, el Presidente colombiano
confeso que le ha dedicado tiempo a este asunto: “Desde hace algún tiempo
hemos venido haciendo una diplomacia discreta para tratar de normalizar la
situación de Honduras en el hemisferio, para que vuelva a reintegrarse a la OEA
y para que su situación sea reconocida por todos los países como una situación
normal”[2]
¿De qué se trata el
juego? Según fue anunciado, en las próximas semanas los gobiernos de Colombia y
Venezuela facilitaran un proceso de “diálogo” y “reconciliación” en Honduras
que persigue “normalizar” la situación nacional y lograr que Honduras vuelva a
ser aceptada en el sistema interamericano de cara a la próxima cumbre de la OEA
a realizarse en junio en San Salvador, o de repente antes.
El Coordinador
General del FNRP, quien no fue invitado a la cita y a quien, según dijo, se le
llamo por teléfono en el momento, reacciono “con aprehensiones” (desconfianzas)
y anuncio estar “vigilante” del proceso, dando a entender que no participo en
el diseño de esta jugada de altos vuelos. Es difícil creer que Mel no supiera
nada de lo que se cocinaba desde hace ya bastante tiempo, pero si tomamos su
palabra, resulta inaceptable que dos gobiernos se pongan de acuerdo sin tomar
en cuenta la opinión de la Resistencia Hondureña pues no es el futuro de
Venezuela o Colombia el que está en juego, sino el futuro del pueblo de
Honduras. Esa actitud despreciativa hacia el FNRP podríamos esperarla de un
gobierno peón de Estados Unidos, como es el Gobierno colombiano, pero ha
resultado difícil de digerir proviniendo del gobierno de Hugo Chávez, quien se
suponía era nuestro aliado.
¿Ganaría algo la
Resistencia con esa jugada? En diferentes espacios, se nos vende la idea
de que, como consecuencia de esos acuerdos, la Resistencia tendría los
siguientes beneficios:
a) Que se
liquidarían los juicios que penden sobre el Ex Presidente Manuel Zelaya,
viabilizando su retorno como parte del acuerdo; no obstante, persistiría
siempre el riesgo de que, una vez en el país, le abran de nuevo los juicios
porque el golpismo seguirá vivo y coleando en el sistema de (in) justicia;
b) Que se podría
cambiar a los recalcitrantes funcionarios del Ministerio Publico y de la Corte Suprema de
Justicia, lo cual no significa necesariamente una ganancia pues con ello solo
se castigaría a “chivos expiatorios” y no a los verdaderos responsables del
Golpe de Estado; además, no podemos esperar de Juan Orlando y Pepe Lobo que los
sustituyan por gente progresista;
c) Que se podría
castigar a los responsables del Golpe de Estado, sin embargo Arturo Corrales
Alvares, uno de los artífices de esta maniobra en Honduras, desde ya aclara que
al igual que se promoverá la absolución de Manuel Zelaya, se haría lo
mismo con los demás implicados en aras de la “paz” y la “reconciliación”; y,
d) Que gracias a
ese acuerdo la Resistencia podrá participar en las próximas elecciones
generales y que entonces “tomaremos el poder”, algo ilusorio pues la oligarquía
no va a ceder ni un ápice en sus intereses, como lo demostró en la reciente
huelga magisterial, mucho menos para pensar que entregara el Poder a la
Resistencia popular.
En otras palabras,
los supuestos beneficios son más hojas que tamal.
En cambio, los
beneficios de la clase dominantes son más contundentes:
a) Tendría un
fuerte beneficio económico porque se estaría gestando un jugoso
negocio con PETROCARIBE que sacaría las castañas del fuego a la oligarquía y al
régimen golpista hondureño, dado que los altos precios de los combustibles
asfixian a sus negocios en medio de una difícil situación económica; no por
otra razón el empresario Adolfo Facusse se lame los bigotes de felicidad
soñando con esa oferta del gobierno venezolano y desde ahora se adelanta a
recomendarla;
b) Tendría un
triunfo diplomático al abrírsele las puertas al mundo a un
régimen heredero de un Golpe de estado, en un momento en que era despreciado
por la comunidad interamericana, lo cual mejoraría la confianza de organismos
de financiamiento internacionales y de las transnacionales para animarse a
invertir en el país; y,
c) Tendría un éxito político a lo interno del país porque saldría
en “caballo blanco”, fortaleciendo su desgastada imagen y su discurso
demagógico, mientras masacra a palos y a tiros a la heroica resistencia
popular.
Entonces, en el
fondo esta jugada no parece diseñada para beneficiar a la Resistencia sino a la
oligarquía golpista, en un ajedrez típico del Departamento de Estado de Estados
Unidos, muy similar a la que hizo en San José, Costa Rica, cuando su peón Oscar
Arias actuó de intermediario para hacer que Manuel Zelaya Rosales aceptara
sentarse a negociar con un dictador que acababa de derrocarlo del Gobierno.
¿Cómo se explican
estos hechos y hacia qué escenario conducen? Para contestar esa
pregunta indaguemos en las motivaciones que han tenido actores tan
disímiles como los Presidentes Santos y Chávez para coincidir en este
tamal.
1. Los motivos de Juan Manuel Santos
Sabemos que Juan
Manuel Santos, Presidente de Colombia, es un peón del ala dura de los militares
norteamericanos y del lobby Israelí. Siendo Ministro de Defensa de Álvaro
Uribe, Santos fue clave en la instalación de las bases militares
norteamericanas que se construyeron en territorio colombiano, con el propósito
de agredir a Venezuela; bases que Santos siguió construyendo a pesar de una
prohibición de la Corte
Suprema de Colombia. Fue, además, responsable de innumerables
violaciones a los derechos humanos. La siguiente cita, extractada de una larga
y macabra biografía del Presidente Santos, en los tiempos en que fue Ministro
de Defensa y después Presidente de Colombia, nos revela el tipo de funcionario
que está alentando la “reconciliación” en Honduras.
“En noviembre de
2005, el ministerio de defensa (Juan Manuel Santos) aprobó una directiva
secreta que ponía precio a la cabeza de los guerrilleros. Los militares se
dedicaron a asesinar civiles, haciéndolos pasar por "rebeldes caídos en
combate" que llamaron "falsos positivos". La Fiscalía General
investiga unos tres mil casos, entre los que se encuentran adolescentes,
retrasados mentales, indigentes, drogadictos. Cuando Santos llegó al
ministerio, en julio de 2006, se registraron 274 casos de “falsos positivos”.
Al año siguiente, se subió al tope: 505 asesinados... Aunque poco se menciona,
se estima que 250.000 personas han sido “desaparecidas” por las fuerzas de
seguridad y sus paramilitares. Tan sólo en los últimos cuatro años lo fueron
casi 40.000 personas. Algunas de ellas fueron enterradas en la mayor fosa común
de Latinoamérica, hallada detrás de un cuartel del Ejército a 200 kilómetros al
sur de Bogotá: más de 2.000 cadáveres... Hay que subrayar también la estrecha
relación de Santos con las autoridades de Israel y sus servicios de seguridad.
En octubre de 1997, Manuel Santos ya había demostrado su falta de escrúpulos.
Se reunió con los tres principales cabecillas paramilitares, para proponerles
de participar en un golpe de
Estado contra el presidente
liberal Ernesto Samper (propuesta que también hizo a las guerrillas FARC y
ELN)... En septiembre de 2008, el periodista venezolano José Vicente Rangel
dijo de Santos: “Es el hombre del Pentágono en la política
colombiana. Ha venido cobrando fuerza a la sombra de Uribe, y hoy es posible
decir que rebasa al propio Uribe” (“Juan Manuel Santos: de
Halcón a Paloma”, ALAINET. http://alainet.org/active/45049).
Sin embargo, el
Presidente Santos es un experto en camuflarse, como el camaleón. Hoy día ha
abandonado su discurso confrontativo y se ha convertido en una figura
latinoamericana que rivaliza con Lula y Chávez en América del Sur por su audacia diplomática y política.[3]
Pero ¿Qué mueve al
gobierno colombiano a preocuparse por Honduras?
Su interés tiene
que ver con cuatro cuestiones.
Primero, Colombia firmó en agosto de 2007 un Tratado de Libre Comercio
(TLC) con los países del Triángulo Norte centroamericano (Guatemala, El
Salvador y Honduras) y a partir de ese año forma parte también del Plan
Mesoamérica, un plan de masivas inversiones en hidroeléctricas, represas,
energía renovable, etc., lo que la involucra de manera directa en la vida
económica del istmo. En el caso de Honduras el TLC entró en vigor el 27 de
marzo de 2010. Como nunca antes, existe un gran interés de empresas colombianas
para invertir masivamente en Honduras, especialmente en los rubros de
generación eléctrica, ingeniería, prendas de vestir, metalmecánica, autopartes
y materiales de construcción.[4] Por ahora, ese mercado se ha
desarrollado en El Salvador donde las empresas colombianas han invertido más de
1 mil millones de dólares.[5] Pero la situación actual de Honduras,
de ser un estado ilegal, no favorece el clima de inversión que necesitan los
capitalistas colombianos.
Segundo. Colombia tiene una frontera común con Honduras y por otro lado
con Nicaragua (Isla de San Andrés) en el Caribe, por cierto en disputa
limítrofe desde 1999. Nicaragua siempre ha denunciado de la alianza entre
Honduras, Colombia y Costa Rica para atentar contra su soberanía. Ese conflicto
casi lleva a la confrontación armada a Colombia con Nicaragua en 2004. Una
ganancia para Santos con este trato puede ser contar con el apoyo de Honduras
en la disputa limítrofe contra Nicaragua, porque también Honduras disputa el
paralelo 17 con Nicaragua y sus límites con Colombia afectan a aquel país. Un
escenario perfecto de alianzas para crearle un conflicto internacional a los
sandinistas.
En ese sentido, es
de interés del gobierno ultraderechista colombiano contar con Honduras como
Estado aliado para fortalecer su posición en el triángulo norte
centroamericano, y un buen gesto en ese sentido es promover su retorno a
la OEA.
Tercero. Lo anterior coincide con el interés del gobierno norteamericano
de promover el retorno de Honduras a la OEA. Recuérdese
que Estados Unidos ha lanzado este año una ofensiva diplomática en
Latinoamérica, dirigida a moderar la recalentada América
Latina , al punto que el mismo Barack Obama hizo una histórica
gira en persona a tres países de la región: Brasil, Chile y El
Salvador. Pues en el marco de esas entrevistas oficiales, Obama se reunió
también con Juan Manuel Santos en territorio norteamericano a principios de
abril.
No dudo que con
todos ellos el mandatario gringo trato el caso de Honduras, a fin de lograr su
reingreso a la OEA en la próxima cumbre a realizarse en El Salvador. Para ello
ha debido convencer a sus homólogos de que Pepe Lobo ha hecho casi todo lo que
se le ha pedido para cumplir las condiciones de ser reintegrado, siendo el
retorno de Manuel Zelaya Rosales lo único que tiene pendiente de cumplir. Por
consiguiente su estrategia consiste en presionar diplomáticamente para
posibilitar un retorno controlado del ex Presidente.
Cuarto. Santos ya es parte del conflicto interno en Honduras y no
precisamente del lado pacifista. Recordamos que Colombia fue el primer país en
reconocer al régimen de Porfirio Lobo Sosa. Por otro lado, existen
evidencias de que el Presidente Santos tiene tiempo de hacer pactos con
Porfirio Lobo Sosa en materia de "seguridad", asesorando a la policía
hondureña, supuestamente en la lucha contra el narcotráfico, lo que la ha
convertido en la nueva meca de los esbirros de Oscar Álvarez y compañía.
Peor aún, el periodista Dick Emanuelsson ha revelado evidencias que
muestran la operación de miembros de Fuerzas especiales del ejército colombiano
en Honduras, denominadas “GAULAS” al servicio de Porfirio Lobo Sosa, tomando
como base la denuncia de la misma prensa colombiana.[6]
Es claro entonces que
los motivos de Santos no son nada pacíficos ni desinteresados.
2. Los Motivos de Hugo Chávez
En cuanto al
Presidente Hugo Chávez, queda descartada la hipótesis de que fue “sorprendido”
como ingenua paloma por el frío y calculador Presidente colombiano, pues en sus
declaraciones Chávez confirmo que viene haciendo esfuerzos hace algún tiempo y
que los seguirá haciendo para abogar por el retorno de Honduras a la OEA.
Si fue intencional
y de común acuerdo con el Presidente Santos, uno podría pensar que el paso dado
por el mandatario venezolano tiene motivos de corte progresista, en virtud de
la trayectoria de solidaridad mostrada por su gobierno con el gobierno del
Presidente Zelaya y, después del Golpe, con la Resistencia hondureña. Pero
aunque he buscado esos motivos progresistas, no los encuentro por ningún lado.
En cambio, la información disponible apunta en la dirección contraria:
1) Toda la intencionalidad del proceso es lograr el ingreso de
Honduras a la OEA, darle una salida electoral a la crisis y restablecer
negocios con la dictadura mediante PETROCARIBE, lo cual beneficia al régimen
golpista y a la estrategia norteamericana, como vimos párrafos atrás;
2) La orientación política que aplica el Presidente Chávez es
diametralmente opuesta a la decidida por la Asamblea Nacional
del FNRP del pasado 26 de febrero, que decidió apostar por un proceso de
Refundación del Estado hondureño mediante un proceso de Auto Convocatoria
Constituyente, a fin de construir Poder popular y sacar al golpismo del Estado;
y,
3) Ningún órgano directivo de la Resistencia hondureña fue informado
oficialmente de la maniobra con antelación y, en cambio, el régimen golpista
estaba bastante enterado y fue tomado en cuenta en la operación.
Si lo que quería el
Presidente Chávez era ayudar al pueblo hondureño y a la reconstrucción de la
democracia en Honduras, lo primero que debió hacer era consultar con la
Resistencia popular, a través de su Coordinador Nacional, y a su vez, este
consultar con los organismos de conducción internos para tomar una decisión colegiada sobre el proceso, y no imponerlo como un hecho consumado
desde afuera.
Duele decirlo pero
las evidencias disponibles, apuntan en el sentido de que el gobierno
bolivariano ha decidido entenderse con nuestro enemigo, el régimen golpista,
además de fortalecerlo económicamente, en base a intereses que no son los de
nuestro Pueblo. Aquí no veo cómo puede haber beneficio para la duda.
¿Cuál es la lógica
de esta conducta política del Presidente Chávez?¿Qué intereses hay de fondo en
esa conducta? La siguiente es una
hipótesis a partir del estudio del contexto y de algunos
antecedentes.
Las razones
económicas del giro venezolano hacia Colombia
Colombia y
Venezuela rompieron relaciones diplomáticas y comerciales en julio de 2010 tras
que el entonces Presidente de Colombia, Álvaro Uribe, acusara a Venezuela ante
la OEA de apoyar a la guerrilla de las FARC y el ELN, en momentos en que
desarrollaba una ofensiva para su desarticulación. Previo a eso ya existía un
ambiente tenso por la incursión militar colombiana que destruyó un campamento
de las FARC en Ecuador y por la firma en octubre de 2009 de un Convenio con Estados
Unidos por el cual se autoriza la construcción de siete bases militares en
territorio colombiano.
La ruptura de
relaciones produjo una difícil situación económica para las burguesías de ambos
países, pues las exportaciones de Colombia a Venezuela cayeron de 6 mil
millones de dólares en 2008 a
1.5 mil millones en 2010,[7]además de
problemas de no pago de las transacciones comerciales a colombianos por un
monto de casi 800 millones de dólares y la suspensión de importantes obras de
infraestructura petrolera y portuaria que resultan estratégicas para la
economía venezolana, como la construcción de varios oleoductos y un canal seco
con salida al océano pacifico, a ser usados para el comercio con los países
suramericanos y asiáticos. A su vez, proyectos similares planificaba Colombia
para beneficio de su oligarquía hacia el Caribe.
A lo anterior hay
que sumar que la economía en Venezuela tuvo serios problemas en 2010 por la
caída de los precios del petróleo, las consecuencias de la crisis financiera
internacional, una crisis energética causada por una aguda sequía, la
nacionalización de 12 instituciones bancarias y la corrupción.[8]
Asimismo, la ALBA
como proyecto de integración de países políticamente afines, parece haber
disminuido su perfil desde 2010 ante el surgimiento de UNASUR, un marco de
integración más amplio que involucra no solo a países con identidad ideológica
progresista (como el ALBA), sino una pluralidad de países entre los que se
encuentra regímenes de derecha, como Colombia, y regímenes de centro izquierda,
como Brasil, que lo lidera. A su vez, importantes eventos políticos influyeron
para que los gobiernos de países del ALBA volvieran más su mirada hacia sus
intereses políticos nacionales que hacia afuera, como venía sucediendo desde
2004. Estos acontecimientos políticos fueron, por un lado, las amenazas
constantes de golpes de Estado en Bolivia y Ecuador, así como el golpe
consumado en Honduras; el avance de la oposición derechista en Venezuela en
2010 así como una serie de desastres naturales en varios países.
En ese contexto se
produjeron importantes replanteamientos políticos en Colombia y Venezuela que
han llevado a ambos países a priorizar su integración económica por sobre otros
procesos.[9]
Sin embargo, si
bien con ese curso se han distendido las malas relaciones diplomáticas y
económicas con Colombia que afectan la estabilidad económica interna en
Venezuela, aun pende como amenaza la presencia militar norteamericana en aquel
país.
Giro en lo
político a colaborar con regímenes de derecha
Presionado por el
cerco militar que implican las bases norteamericanas en Colombia, la estrategia
internacional del gobierno bolivariano ha consistido en eliminar la imagen que
ha construido la derecha latino y norteamericana que lo hace percibir como
líder de procesos de desestabilización de “democracias” oligárquicas y promotor
de cambios revolucionarios en el continente. Para lograrlo se ha mostrado
dispuesto a tomar medidas que antes habrían sido impensables de su parte, sobre
todo a un año del próximo proceso electoral. Una expresión de esa voluntad
conciliadora con la derecha es su afán por demostrar a Colombia, a la OEA y al
mundo que apuesta por las elecciones y que no fomenta la lucha armada.
En esa línea el
gobierno de Hugo Chávez se ha mostrado dispuesto a colaborar cada vez más con
su homólogo colombiano en materia de represión política a la izquierda
insurgente. A partir del año 2010, ambos países firmaron un convenio de
“seguridad” por la cual se comprometieron a capturar militantes de izquierda, o
“subversivos”, en ambos lados de la frontera. De esa forma, combatientes de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejercito de Liberación
Nacional (ELN) también de ese país, son capturados en territorio venezolano y
luego se los entrega, nada más ni nada menos que al gobierno más represivo de
América (Colombia), donde les espera cárcel, tortura o muerte. [10]
Se puede estar de
acuerdo o estar en desacuerdo con la opción armada de estos movimientos, pero
no existe una justificación válida para capturar y entregar a un gobierno
fascista como el colombiano a activistas políticos de izquierda que no causan
daño en Venezuela.
No me cabe duda que
la incursión militar de la OTAN en Libia y recientemente en Costa de Marfil,
han potenciado los temores del gobierno venezolano a una potencial intervención
militar desde Colombia y desde otras bases en la región, lo que lo ha llevado a
profundizar su estrategia de limpiar su imagen apostando por un liderazgo
componedor a nivel internacional, como quedó evidenciado en su gestión como
mediador en el conflicto libio.
Esto explica lo
fácil que Chávez fue embarcado por el gobierno colombiano en esta estrategia
“normalizadora” en Honduras, lo cual es un lamentable resultado de la política
norteamericana de enseñar sus colmillos a través de sus bases, los Golpes de
Estado y la reactivación de su IV Flota.
Resumiendo, los
motivos del Presidente venezolano respecto al caso hondureño serian:
1. Modificar la imagen de promotor del conflicto hondureño que ha
propagado la derecha latinoamericana y el Departamento de Estado USA sobre su
gobierno, colaborando con su aliado estratégico colombiano, con la UNASUR y la
OEA en la pacificación (“normalización”) de Honduras para reincorporarla al
sistema interamericano, coincidiendo con la estrategia norteamericana en la región. En esa línea,
fomentará condiciones políticas en Honduras que permitan una salida electoral a
la crisis, evitando las posibilidades de una salida insurreccional y la auto
convocatoria a una Constituyente que han sido definidas por el FNRP.
2. Generar confianza en el régimen oligárquico hondureño para que
este acepte hacer negocio con empresas como PetroCaribe y de la ALBA, en
condiciones de competitividad, con vistas a reposicionarse económicamente en
Honduras y fortalecer su presencia en Centroamérica.
3. Los motivos del imperio USA
Colombia y
Venezuela, independientemente de sus propios motivos, contribuyen al juego que
ha sido diseñado por el Departamento de Estado Norteamericano. ¿Cuál es ese
juego?
En el contexto
latinoamericano, Honduras no es un país de mayor importancia económica; pero si
política e integracionista. Es el único país latinoamericano donde hubo un
Golpe de Estado que no pudo ser revertido y en donde existe un movimiento de
resistencia popular que ha definido como ruta un planteamiento de ruptura con
el régimen oligárquico existente y de refundación del Estado mediante un
proceso constituyente. Por eso, en un contexto regional en el que los Golpes de
Estado están en la agenda del Estado norteamericano, Honduras se convierte en
un referente peligroso porque sus niveles de movilización son fuente de
inspiración de otros movimientos sociales en el mundo.
En el plano
económico, Honduras tiene tres fronteras con países vecinos y a pesar de
nuestra debilidad económica, es poco viable hablar de integración centroamericana,
de un TLC y de un Plan Mesoamérica (antes Plan Puebla Panamá) exitosos sin
nuestro país.
Por tanto, para el
imperio norteamericano, es importante que:
1. El caso hondureño constituya un modelo de legitimación de un Golpe
de Estado y de reconversión de la resistencia popular en un movimiento
electoral por el cual se incorpora como oposición dentro del Estado
oligárquico, alejando el espectro de la Revolución.
2. Se incorpore a Honduras a la OEA, para consolidar los procesos de
integración capitalista del Plan Mesoamérica y del Tratado de Libre Comercio, y
anime la inversión capitalista en los enclaves transnacionales(Ciudades Modelo,
maquilas, minería, petróleo, biocombustibles, etc.)
Para lograr lo
anterior, el lobby del Departamento de Estado
norteamericano ha conjuntado un abanico de fuerzas que van desde la
ultraderecha colombiana (Santos) y la centroizquierda salvadoreña (Funes) para
lograr aquel propósito, sin necesidad de quemarse como ocurrió en las
negociaciones del Pacto de San José.
Pero esta
estrategia no puede funcionar si no se persuade a Manuel Zelaya Rosales y a la
Resistencia para colaborar, algo que solo se puede lograr con la intervención
del Presidente Hugo Chávez, dado su prestigio en estas esferas. Tal
intermediación se hace teniendo como “argumento” de peso una atractiva oferta
en PetroCaribe, la cual sacaría de apuros al régimen oligárquico en momentos en
que vive una dura crisis económica y cuando desata una furiosa ofensiva
neoliberal y represiva contra la Resistencia popular.
Una necesaria
rectificación
Mientras los hechos
no digan lo contrario, todo indica que el Presidente Chávez ha sido arrastrado
a este vergonzoso rol por el matrimonio que hoy lo une con uno de los regímenes
más reaccionarios y represivos de América.
Resulta
contradictorio que combatiendo a las fuerzas insurgentes o haciendo de bombero
de los procesos insurreccionales de América Latina, está debilitando al largo
plazo su propio proyecto bolivariano, pues su “mejor amigo” no es el fascista
gobierno colombiano, el cual en el momento menos esperado le asestara una
puñalada por la espalda, sino los movimientos de liberación de los pueblos
latinoamericanos, los únicos dispuestos a entregar su sangre por la defensa de
la revolución venezolana.
Es nuestro deseo
que el Presidente Chávez rectifique cuando todavía está a tiempo de hacerlo, en
consideración a la trayectoria que tuvo antes, la cual fue consecuente con los
intereses de la Resistencia popular. Pero de no suceder esa rectificación, es
nuestra potestad como Pueblo soberano no prestarnos a esa intención que solo
beneficia a los enemigos del cambio en Honduras, y continuar el curso definido
por nuestra Asamblea Nacional del FNRP “Campesinos Mártires del Aguan” por la
Refundación de nuestro país.
Dado en la ciudad
de Tegucigalpa, M.D.C. el 12 de abril de 2011
[1]“Colombia y
Venezuela extienden reglas comerciales. Ven a Honduras”, Reuters – sáb, 9
abr 2011, disponible en: http://es-us.noticias.yahoo.com/colombia-y-venezuela-extienden-reglas-co...
[2]Ídem.
[3]Diario El Tiempo
de Bogotá dice: “En menos de 8 días, Santos y Holguín se habrán sentado a
manteles con cuatro líderes internacionales, estratégicos para los intereses
nacionales: Barack Obama, presidente de Estados Unidos; Hugo Chávez, presidente
de Venezuela; José Luis Rodríguez Zapatero, jefe del gobierno español; y Ángela
Merkel, jefa del gobierno alemán. En el último mes, Colombia se hizo a la
presidencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y a la Secretaría General
de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Guillermo Fernández de Soto, ex
canciller y ex embajador en Europa, destacó que ya no hay una "política
exterior solo con Estados Unidos, sino de contenido universal". Y aseguró
que Santos "entendió que una política exterior de cooperación es más
rentable que una de confrontación”. Otro ex canciller, Camilo Reyes, subrayó la
"recuperación de las relaciones con la región, su consolidación con la Unión Europea , la
apertura de nuevos espacios con Asia, sin poner en peligro su trato con Estados
Unidos". (“Política Exterior, en un momento estelar”, El Tiempo, 10
de abril 2011, disponible en: http://m.eltiempo.com/politica/politica-exterior-en-un-momento-estelar/9...
[4] Centralamericadata, “Empresarios
hondureños visitan Colombia”, 25 de mayo 2010, disponible en:http://www.centralamericadata.com/es/article/home/Empresarios_hondurenos...
[5] Long Island al Día New York, “Colombia
está pisando fuerte en El Salvador; inversiones superan los 1 mil millones de dólares”, 7
de febrero 2011. Disponible en: http://lialdia.com/2011/02/colombia-esta-pisando-fuerte-en-el-salvador-i...
[6] Ver su reportaje “El ejército
Colombiano ya está en Honduras”, disponible en; ver reportaje de Dick Emmanuelson enhttp://www.albatv.org/El-ejercito-colombiano-ya-esta-en.html
[7] “El deterioro de las relaciones entre
los dos países impactó fuertemente la economía, sobre todo la colombiana, que
según el DANE, en el 2007 exportó al país vecino 5.000 millones de dólares y en
el 2008 la cifra estuvo por encima de los 6.000. Sin embargo, poco a poco el
gobierno venezolano tomó decisiones que afectaron la balanza comercial al punto
de que, según lo estiman los gremios, este año las exportaciones comerciales
probablemente no lleguen a los 1.500 millones de dólares.” (EFE, “Colombia y
Venezuela: El Lanzamiento de una nueva relación”, 11 de agosto 2010, disponible
en;http://www.google.com/#sclient=psy&hl=es&q=Colombia+y+Venezuela:+El+Lanz...)
[8]“Fue un año de
grandes dificultades. Comenzamos con una verdadera crisis eléctrica, que nos
obligó a tomar severas medidas. Incluso estuvimos a punto de un colapso
eléctrico. Gracias al pueblo y al Gobierno que dio la cara, nos sobrepusimos a
la crisis eléctrica, que ha podido ser hasta una catástrofe” (Hugo Chávez,
Mensaje a la nación del 1 de enero 2011. Ver:http://www.correodelorinoco.gob.ve
/economia/venezuela-supero-dificultades-2010-y-retoma-senda-crecimiento-economico)
[9]En el caso de
Colombia, la burguesía industrial y comercial desplazo del poder al sector
terrateniente representado por Uribe, caracterizado por una práctica y un
discurso confrontativo y militarista que volvía inviable la reapertura de
relaciones comerciales y la integración capitalista; por ello fue llevado a la presidencia Juan Manuel
Santos, un empresario derechista que, como fue dicho, fue ministro de defensa
aunque con un discurso “conciliador” y pragmático, proclive a la distensión con
Venezuela, según lo aconsejaban los nuevos tiempos. Desde entonces, Santos ha
desarrollado una agenda de ampliar relaciones con otros países que lo ha
llevado a una intensísima actividad diplomática internacional. Por su parte, el
gobierno venezolano decidió priorizar su relación integracionista con Colombia
incluso por encima del proceso de integración que venía gestándose en la ALBA. Al poco tiempo de
haber tomado posesión el Presidente Santos en agosto 2010, se produjo la
reapertura de relaciones diplomáticas y comerciales y el inicio de un proceso
de integración para retomar los proyectos paralizados e incluso constituir
inversiones mixtas colombo-venezolanas. Eso tendera a aliviar la difícil
situación económica y social que atravesó el país en 2010 y le permitirá contar
con mejores condiciones para su reelección en el año 2012.
[10] “El 25 de diciembre, pocos días para
cerrar el año 2010, NilsonAlbín Teran Ferreira (Tulio), un líder del Ejército
de Liberación Nacional (ELN) fue capturado por la policía de Venezuela y
entregado a las Fuerzas Armadas de Colombia. Casi en la misma fecha en otra
parte de Venezuela, el ejército capturo a Luis Ferney Saavedra Benavides (Oscar
Nobles) otro revolucionario colombiano. También fue entregado a la policía del
vecino país. Nilsson vivía en Venezuela, y en Colombia está condenado a 40 años
de prisión por sus actividades subversivas. .. En noviembre pasado del 2010
Venezuela capturo y deporto a Bogotá a otros dos integrantes del ELN y a un
alto dirigente de las FARC, Nilson Navarro (ELN), Priscila Ayala (ELN) y
Oswaldo Espinoza (FARC), fueron las primeras víctimas del acuerdo entre el
gobierno de Chávez y el régimen de Colombia firmado en agosto pasado para
colaborar en asuntos de seguridad y medias antisubversivas. Hay que recordar
también que el 28 de marzo de 2010, el gobierno de Chávez apreso en el
aeropuerto a Walter Wendelin, un activista político del movimiento Vasco. Este
fue impedido de ingresar a ese país, detenido en Maiquetia, fue trasladado a un
cuartel del Servicio de Inteligencia, y después fue expulsado a Francia.” (Arce
Borja, Luis. “Chávez: ¿Antiimperialista o el judas de los revolucionarios?”,
El Diario Internacional, tomado de La Haine del 4-1-2011).
No hay comentarios:
Publicar un comentario