Analicemos qué país
ha
hecho gobernable
desde los 70 hasta hoy y
convirtiendo
la política en medio
para enriquecimiento
familiar e
individual.
Consideremos una de sus formas de
manipular la opinión pública o modelar consenso. Consiste en provocar una
actitud mayoritaria de falsa subversión. Ejemplifiquemos con
Santiago Cúneo: “Somos rehenes de un gobierno de
ocupación”
Aclaremos que la
década extractiva
-con imprescindibles cimientos
neoliberales y menemistas- implica ocupación económica
territorial de oligopolios y estados imperialistas en sociedad con los locales.
Recordemos la importancia para el
relato o la épica K tanto del ministerio de ciencia...como de Tecnópolis y
valoremos a:
Declaración Latinoamericana por una Ciencia Digna –
Por la prohibición de los transgénicos en Latinoamérica
18 de junio de 2014
(...)El modelo de agronegocios y el control territorial
La apropiación por despojo de tierras y territorios debe ser vista
en el marco de un diseño geopolítico extendido a lo largo y ancho de América
Latina y que forma parte de un Proyecto de dominación y control de la
producción de alimentos mediante la diseminación legal e ilegal, de semillas
genéticamente modificadas o transgénicas. Este diseño intenta imponer a los
países productores un modelo común de aprobación, comercialización y propiedad
intelectual de las semillas, modos de producción y tenencia y uso de la tierra,
modificación de las leyes de las naciones latinoamericanas, africanas y
asiáticas, derogando así la soberanía y seguridad alimentarias de nuestros
pueblos. Este modelo ha convertido en mercancía los alimentos y otros bienes
comunes, ocasionando un exterminio genocida de los pueblos saqueados. La
imposición de los modelos extractivistas impide, además, profundizar las
democracias de los pueblos, fragilizando así sus lazos comunitarios al forzarlos
a entregar sus riquezas a través de la apropiación por despojo del territorio,
de sus actividades productivas y de su cultura.
El modelo extractivista, es una pieza fundamental del modelo neocolonial de apropiación por despojo. Es imposible entenderlo sino a través de un fuerte protagonismo de una tecnología amañada y con fundamentos científicos frágiles en concepción. Este modelo es una construcción política que se pretende imponer desde algunos gobiernos corruptos asociados a las transnacionales, que se extiende a gran parte de Latinoamérica como un mecanismo de saqueo de los bienes comunes y de la identidad cultural. Lo anterior se ha constituido en una verdadera guerra sostenida con base en tecnologías de alto impacto y difícil reversión que devastan nuestros territorios utilizándolos como campos experimentales, concentrando y transnacionalizando de esta manera la propiedad.
¿Es la ciencia cada vez más autónoma?
En la coyuntura actual, el debate se ha extendido al rol y el
desarrollo de una ciencia cada vez más dependiente de los poderes hegemónicos,
violando el derecho a una ciencia autónoma para beneficio directo de la sociedad
que la produce.
En ese contexto los cultivos transgénicos, son vehículos diseñados, no para alimentar al mundo, sino para la apropiación sistemática e instrumental de la naturaleza; y sin duda un instrumento estratégico de control territorial, político y cultural, de una nueva etapa neocolonial que impone tecnologías que satisfagan la nueva fase de acumulación en la organización global del capitalismo que necesita la sustitución de los modos tradicionales de mejoramiento agrícola por métodos antinaturales.
Los resultados están a la vista a la hora de analizar la eficacia
resultante de la imposición de este sistema agrícola industrializado y nefasto
que incluye la deforestación y el fracaso en sus promesas sobre la inocuidad y
preservación de las semillas nativas. Como vemos, es el resultado de una
tecnología que nunca debió haber salido del ámbito experimental. Una
verdadera arma de guerra.
Seria de esperar que ninguna nación democrática y soberana
sometiera su desarrollo intelectual, tecnológico y científico a los intereses de
un sector particular y minoritario, sea este nacional o internacional. Los
pueblos latinoamericanos tienen el derecho irrenunciable a desarrollar una
ciencia transparente, autónoma y que sirva a sus intereses. Para ello esa
ciencia deberá comprometerse con honestidad, teniendo en cuenta que de no
hacerlo así, puede violar su compromiso con la verdad, para formar parte de
la legitimación que todo desarrollo tecnológico dominante requiere como
instrumento de control y colonialismo.
En esto existe desde hace ya largo tiempo, una dimensión de ciencia epistémica que interpela su autonomía absoluta, neutralidad y universalidad, desde donde se debe encarar la tarea científica como un servicio desde un “lugar situado” en la sociedad (no el “mercado”), teniendo en cuenta sus intereses y necesidades.
La fragilidad científica de la biotecnología “moderna”
No pocos biólogos moleculares y sus primos los biotecnólogos suelen
incurrir, con ímpetu, en gruesos errores conceptuales que hacen que la ciencia
no pase por su mejor momento de la percepción social. La relación entre la
industria y los medios de comunicación colectiva expresan descripciones
periodísticas sobre los avances “humanitarios” de los organismos genéticamente
modificados (OGM). En estos se proponen los cultivos transgénicos para erradicar
del continente africano “décadas de desesperación económica y social” (National
Post Canada). Artículos como éste aparecen dispersos en las secciones
científicas de una gran mayoría de medios escritos (New York Times, Time,
Toronto Globe, The Guardian, The Economist, Slate, New Scientist, Forbes y
cientos de otros). El manantial de las buenas noticias en biotecnología se
limita a un número muy limitado y cuestionado de proyectos con OGM: vacunas
comestibles, yuca biofortificada, arroz dorado, y una batata
resistente a un virus, como verdaderas ofensivas mediáticas. Las bases
científicas de estos anuncios son débiles o inexistentes y se sustentan
invariablemente en investigaciones preliminares o no publicadas, o que ya han
fracasado. Lo anterior exhibe el fracaso de una prensa científica por cumplir
con los requisitos de un periodismo riguroso y escéptico. La industria de los
OGM se ha aprovechado de esto para proyectar una imagen de sí misma como ética, innovadora y esencial para
un futuro sostenible, que en realidad no tiene relación alguna con la realidad.
Pero además, muestra que la agroindustria tampoco se somete a la evaluación
formal de los resultados que sustentan sus promesas.
De igual manera, otras imposturas y excesos más específicos, han
ido erosionando la percepción social de la ciencia como sistema explicativo del
mundo. Veamos:
1) Los transgénicos, desde sus inicios en el ojo de la tormenta,
nos vuelven a traer esa extraña y cada vez más transparente relación funcional
del pensamiento biológico reduccionista con la ideología que preside la
hegemonía neoliberal en esta etapa. Existe la necesidad de instalar un relato
legitimador desde la ciencia que desmienta sus efectos negativos en la
naturaleza, que sostenga la equivalencia entre alimentos naturales y los
transgénicos, que los defina como nuevas variedades, y descarte el acecho de sus
impactos negativos en la naturaleza y en los profundos cambios futuros de la
estructura geopolítica cultural de los pueblos. Para cerrar ese relato, los
defensores de los OGM denominan a todos aquellos que defienden el Principio
de Precaución del impacto tecnológico, como “ambientalistas
anticientíficos”. En realidad definir sin fundamentos y desde el podio
político quien tiene un pensamiento científico o anticientífico, es un signo de
dogmatismo cerril que paradójicamente interpela la propia seriedad del juicio de
quién lo emite. Decir que el “ambiente interactúa con el gen” es
insuficiente. No se desmarca del determinismo clásico y no incluye interpelación
alguna a la concepción reduccionista en biología. Sigue siendo una idea
mecanicista que ignora el concepto de fluidez del genoma en el cual los genes
pierden su definición ontológica y pasan a ser parte de una complejidad
relacional que desafía toda linealidad jerárquica para reemplazarla por una red
funcional compleja que recién empezamos a vislumbrar después de 20 años de
lanzada la idea del “genoma fluido”.
2) Este sector “científico” defiende la manipulación genética de
los organismos asumiendo que los OGM tienen los mismos comportamientos cuando
son liberados en la naturaleza a aquellos observados en el laboratorio. Las
afirmaciones infundadas de que los OGM “son naturales” y que “son
nuevas variedades”, parten de asumir que la técnica experimental empleada es
precisa, segura y predecible, lo que vuelve a ser un grueso error y un
desconocimiento de las teorías básicas y elementales de la biología moderna. En
esa concepción están ausentes el rol del tiempo en la génesis de la diversidad y
la valoración de los mecanismos naturales que la sostienen. Hay que reconocer
que, en el proceso evolutivo como mejoramiento de las especies, la reproducción
sexual y la recombinación del material genético son los mecanismos biológicos y
ambientales que regulan la fisiología del genoma, y por ende, los que generan la
diversidad. Por eso empeñarse en insistir que los procedimientos usuales de
domesticación y mejoramiento de especies alimentarias pueden equipararse con las
técnicas de alteración genética de organismos por diseño (OGM) planteadas por la
industria, es una idea reduccionista inaceptable. Decir que el mejoramiento
realizado por el hombre durante 10.000 años en la agricultura y la modificación
por diseño en un laboratorio son exactamente lo mismo expresa la pretensión de
olvidar que la cultura agrícola humana ha respetado esos mecanismos naturales,
que se basa en la selección de nuevas variedades de poblaciones originadas por
entrecruzamiento al encontrar el fenotipo adecuado. Este mejoramiento no es
consecuencia del simple cambio de la secuencia, incorporación o perdida de
genes, sino la consolidación de un ajuste del funcionamiento del genoma como
un todo y que hace a la variedad útil y predecible (por eso es una variedad
nueva). Este ajuste puede involucrar genes asociados a una o varias
características fenotípicas diferentes pero cada vez más acompañados por muchos
“ajuste fluidos” de carácter epigenético y que en su mayoría desconocemos. De lo
anterior se desprende que una nueva variedad representa una mejora integral
del fenotipo para una condición determinada donde seguramente todo el genoma
fue afectado con un ajuste fisiológico de su “fluidez”. En este marco conceptual
un gen o un conjunto de genes introducidos en un embrión vegetal o animal en un
laboratorio, no respetan, por definición, las condiciones naturales de los
procesos de mejoramiento o la evolución de los organismos; por el contrario, más
bien violan procesos biológicos con procedimientos rudimentarios,
peligrosos y de consecuencias inciertas que mezclan material genético de las
plantas con el de distintas especies (vegetales y animales).
La transgénesis altera directa o indirectamente el estado funcional de todo el genoma como lo demuestra la labilidad de respuesta fenotípica de un mismo genotipo frente al medio ambiente. En la ignorancia de la complejidad biológica (hoy hablamos de desarrollo embrionario, evolución y ecología como un sistema inseparable) se percibe la presencia de un insumo esencial: la dimensión ontológica del gen. No reconsiderar este concepto clásico del gen como unidad fundamental del genoma rígido concebido como un “mecano”, una máquina predecible a partir de la secuencia (clasificación) de los genes y sus productos que pueden ser manipulados sin consecuencias, expresa el fracaso y la crisis teórica del pensamiento reduccionista de 200 años, largamente interpelado por Steven Rose, Stephen Jay Gould, Richard Lewontin, Eva Jablonka, Mae Wan Hoo, y Terje Travick, entre otros. Lo anterior hace ver también la imposibilidad, en términos científicos y epistemológicos, de poder considerar a los OGM como variedades naturales, en tanto que son cuerpos extraños que intervienen en el mundo natural alterando la evolución biológica de manera impredecible. Para algunos, la capacidad de poder manipular el genoma se ha transformado en el deseo de la omnipotencia.Debería recordarse que la complejidad no es un capricho de la naturaleza, sino una configuración integral de ésta y que, en ese sentido, desarmar a la naturaleza “para su comprensión” es cada vez más insuficiente. Lo ilógico aquí es pretender hacer desde esta limitación un cierre virtuoso de una tecnología que nació para comprender limitados procesos a nivel molecular para poder expandirlos en la propia naturaleza sin criterios creíbles ni predecibles. El proceso de generación de organismos, repetimos, es inasible, pero podemos estudiarlo. Alterar un organismo con un pedazo de ADN propio o ajeno no es fisiológico. Lo único que detiene a la naturaleza de mayores desastres es no romper con la posibilidad de mecanismos que aminoren desastres para su reproducción y permanencia.
3) Los científicos defensores de los transgénicos atraviesan en
esta etapa, que los expone afuera del laboratorio, con la ansiedad de no perder
protagonismo. La necesidad de legitimar la tecnología se transforma en una
pulsión, anticientífica y dogmática.
Más aun, la afirmación de que el problema
no está en la técnica sino en su uso, es doblemente preocupante porque
además de no ver el pensamiento reduccionista que los preside, oculta la
creciente subordinación y fusión de la ciencia con el poder económico revalidando
las bases cientificistas productivistas y tecnocéntricas que emanan del
neoliberalismo en su versión actual.
La legitimación recurre a la simplista idea
de que la tecnología por ser neutra y universal representa siempre
progreso. Y que si algo falla es debido a la intromisión de un impredecible Dr.
No que la va usar mal y que cualquier posible daño derivado de ésta será
remediado en el futuro por otra “tecnología mejor”
o por el ingenuo argumento de
la regulación del Estado, aunque sepamos que éste es socio promotor de los
intereses que controlan el “desarrollo científico” en nuestros países.
Prefieren
desconocer que estas tecnologías son productos sociales no inocentes, diseñadas
para ser funcionales a cosmovisiones hegemónicas que le son demandadas por el
sistema capitalista. Decir que los problemas “no tienen que ver con la
tecnología transgénica” y que los que se oponen “están minando las bases
de la ciencia” es parte de la prédica, “divulgación” y diatriba contra
cualquiera que sostenga lo contrario.
No hay nada más anticientífico que recortar o ignorar la historia de la evidencia científica, y asignarse a sí mismos la función de ser la pata legitimadora que provee la “ciencia” actual a la apropiación por despojo de la acumulación precapitalista que sufren nuestros pueblos en estos tiempos. El círculo se cierra al ocultar el condicionamiento y cooptación de instituciones como las universidades públicas y el sistema científico por las fuerzas económicas y políticas que operan en la sociedad. Logran así el mérito de ser la parte dominada de la hegemonía dominante. Quienes así piensan y actúan nos quieren hacer creer que todo es técnico, disfrazando la ideología de ciencia, al suplantarla por una “ciencia” limitada y sin reflexión critica. De esta manera se abstraen de las relaciones de fuerza en el seno de la sociedad, poniendo ésta al servicio del poder dominante. Mientras tanto, en el colmo de su omnipotencia auguran catástrofes de todo tipo si la sociedad no asume con reverencia que este es el único camino posible para alcanzar el “progreso”. El planeta es para ellos infinito y los ecologistas unos retrógrados. Mientras tanto disfrutan del momento actual, aceptando “participar” del diseño del mundo y de la sociedad futura. Son parte del poder. ¿Qué se les puede pedir? ¿Honestidad en sus dichos? Son los expertos que burocráticamente diseñan, consciente o inconscientemente, el mal y banalizan la ciencia.
4) El alarde desmedido que muestra la actual falla epistemológica
del pensamiento científico crítico en el marco del análisis de las teorías
actuales, así como el “avance tecnológico”, incursionan en la naturaleza
aplicando procedimientos inciertos que simplifican la complejidad de los
fenómenos biológicos para “vender certeza” y proponer, por ejemplo, desde el
sector privado y acompañados por el entusiasmo de importante investigadores, la transformación
de la naturaleza en una “factoría” de productos, donde las plantas serían
sustitutas de procesos industriales. Una verdadera naturaleza artificial
adecuada y necesaria para los grandes negocios. Hay en todos estos discursos
mucha ambición, soberbia,
una pobre comprensión de la complejidad biológica y,
por supuesto, poca ciencia. Hay grandes negocios y un enorme relato
legitimador que los científicos honestos no podrán evitar interpelar, aunque
las empresas transnacionales compren todas las editoriales de revistas
científicas o bloqueen las publicaciones y voces que interpelan el sentido de la
ciencia neoliberal-productivista.
La ciencia, su sentido del para qué, para quién y
hacia dónde, están en crisis y nosotros en la patria grande no podemos fingir
demencia si queremos sobrevivir soberanamente.
(...)
La obediencia epistémica en la ciencia en la colonialidad
extractivista.
En el origen, el problema estuvo en el cientificismo positivista
como parte del modelo colonial europeo. Ni aquel, ni la actual tecnociencia
productivista del neoliberalismo, son alternativas válidas para los pueblos
proveedores de recursos. Ahí aparece claramente el desafío de lograr poner al conocimiento
científico al servicio de la armonía necesaria entre las necesidades -no
hablamos de demandas producidas por el consumo indiscriminado- de la sociedad y
la naturaleza, que encause la curiosidad y la búsqueda que dinamiza la ciencia,
hacia una verdadera función social.
El sometimiento científico se agrava cuando el fundamento científico que impulsan las empresas fabricantes y comercializadoras de organismos genéticamente modificados (OGM) es una ciencia anacrónica y con un valor de verdad cada vez más cuestionable y cuestionado entre y desde amplios sectores de la propia comunidad científica. Esta mirada anacrónica, todavía hegemónica, ha encontrado en el reduccionismo biológico y el absolutismo genocéntrico de los científicos, su principal sostén. Estos comienzan con la concepción de los mecanismos de herencia imperantes desde fines del siglo XIX, impuestos por la genética mendeliana, que promovieron -junto al neodarwinismo- en un gran relato, la llamada “síntesis moderna” (y que redujo la teoría de la evolución a la selección natural al buscar sus bases en la genética de Mendel). Esta síntesis, hija de la eugenesia galtoniana y de las escuelas de higiene racial anteriores a la 2da Guerra Mundial, tuvo su clímax y sentido epistémico cuando dio lugar al desarrollo de la biología molecular que comenzó con la estructura tridimensional de los ácidos nucleicos en 1953 por James Watson y Francis Crick y su interpretación plasmada en el concepto mecanicista del “Dogma Central de la Biología Molecular” postulado en 1970 por Francis Crick.
Esta mirada puso al gen en el centro del flujo de la información,
condicionando a la biología evolutiva y del desarrollo de los organismos e
ignorando la compleja interacción existente de la filogenia y ontogenia con el
medio ambiente. Esta es la visión que dominó la escena, no inocentemente, y que
desde hace años ha venido siendo interpelada cada vez con mayor fuerza. En
verdad esta visión es parte de una concepción en línea con el marco positivista
de origen europeo.
La complejidad es ignorada en la explicación biológica actual,
refleja la tendencia a la clasificación, al aislamiento, y a la manipulación de
los genes concebidos como unidades ontológicas. Esto no sólo es una teoría
biológica general errónea, sino que afecta a la comprensión de la naturaleza y
se convierten en un instrumento. Un instrumento alineado con la necesidad, cada
vez más imperiosa, de controlar y manipular la naturaleza habilitando
específicas aplicaciones en la tecnología que salen de los procesos fisiológicos
ontogénicos y filogénicos. En efecto, la falla de la teoría general no es una
equivocación, sino que se produce en una relación compleja con los intereses
industriales concentrados y hegemónicos que han encontrado en esa falla una
oportunidad de negocios para fortalecer el error por necesidad y sometiendo a la
propia ciencia. Si el reduccionismo es un instrumento de una mirada
civilizatoria -una manera de mirar la naturaleza no armoniosa y apropiante-, la
fijación de esa mirada y su deriva tecnológica estalla cuando ella abandona los
laboratorios y se convierte en un instrumento de los intereses propios de los
procesos industriales concentrados.
Es durante esta última etapa donde los movimientos tectónicos en el plano teórico-experimental interpelan al reduccionismo y comienzan a incorporar conceptos como complejidad, incertidumbre, plasticidad y especialmente considerar al organismo indivisible. Una historia en un medio ambiente dado. Así confronta con el determinismo eugenésico que inauguró esta saga en la segunda década del siglo XIX. Lo anterior produjo un acelerado conjunto de conocimientos que abrieron mundos complejos, poco comprendidos, conceptos de herencia no mendeliana y de la biología evolutiva que evocan mecanismos lamarckianos, la fluidez del genoma y el entrelazamiento de nuevos e impredecibles mecanismos regulatorios cuyas combinatorias determinan los fenotipos, entre otros, que sorpresivamente hicieron caer el mundo estructurado alrededor de la prevalencia ontológica del gen. Lejos de retirarse, el pensamiento reduccionista actual pretende descargar en los mecanismos moleculares de células, tejidos, sistemas y organismos para manipularlos y convertir el mundo de lo vivo en una fábrica de productos comerciales.
No sabemos si esta ciencia podrá, algún día, aun con su limitación
epistemológica, desarmar las partes de los organismos vivos y comprender el todo
complejo que ellos representan. Pero más allá de esta cuestión es necesario
notar que la discusión entre los enfoques biológicos “clásicos” y alternativos,
reduccionistas y no reduccionistas, no son ingenuos. Éstos imponen la necesidad
de abrir la discusión sobre lo que sabemos y no sabemos antes de desparramar OGM
en el planeta. La discusión sobre las bases de la incertidumbre, predictibilidad
de los fenómenos biológicos, es tan importante que los científicos deberían ser
guardianes de aquella sobre todo al momento de aplicar estos conocimientos en
“procesos industriales de escala” ya que habilita la manipulación de la
complejidad natural encerrada en el núcleo de una célula o en un organismo. Por
eso la manipulación genética es sólo una tecnología y
afirmamos que hoy no tiene una base científica sólida
por lo que constituye un peligro para el equilibrio natural y la diversidad
biológica y por lo tanto para el proceso evolutivo cuando ésta se aplica en la
naturaleza.
Por lo tanto, si somos honestos debemos admitir que
estamos
obligados a revisar los encuadres científicos tenidos por ciertos en el mundo
del agronegocio. Es indudable hoy que el mecanismo de transmisión de caracteres
hereditarios no puede ceñirse a la concepción de un flujo simple y
unidireccional de información que va de los ácidos nucleicos a las proteínas;
tampoco puede ser considerado como mecanismo universal y único. Es por lo tanto
insostenible, ya que existen complejidades en la transmisión de la información y
mecanismos de herencia no-genética que interpelan la predictibilidad y seguridad
biológica que tanto pregona la tecnología transgénica.
En verdad los genes concebidos como unidades únicas y fundamentales
de transmisión de herencia han servido, en manos de fuerzas obscurantistas y
retardatarias y en manos de comunidades científicas al servicio del status
quo, para la elaboración de teorías y planteamientos pseudocientíficos que
tienen sin duda un claro carácter racista, sexista y clasista. Esta misma
concepción reduccionista del funcionamiento biológico, hoy en día es usada como
parte del cuerpo teórico de los intereses de las grandes compañías
transnacionales fabricantes de OGM que sostienen que es inocuo y predecible el
comportamiento de la planta transgénica al insertársele genes de otros
organismos para inducir una característica fenotípica, como por ejemplo la
resistencia a un herbicida, o la producción de un insecticida, sin consecuencias
indeseables.
Esto supone que los organismos y los ecosistemas estuvieran
separados y no como en la realidad sucede, profundamente interpenetrados en
espacio-tiempo evolutivo. Por ejemplo, la “invención del maíz” por los pueblos
originarios a partir de la domesticación del teocintle necesitó el
tiempo que exigió la propia incertidumbre evolutiva de la naturaleza. Ese es el
tiempo que precisamente ha sido violado por la tecnología transgénica, creando
nuevas pero falsas variedades de las especies que introducidas en el medio
natural configuran cuerpos extraños. Los OGM controlan la evolución de las
especies comprimiendo el tiempo evolutivo con la manipulación de laboratorio a
imagen de las necesidades de las grandes empresas creando nuevas especies.
Lejos, muy lejos, supera la omnipotencia de Jurassic Park.
La transgénesis es un legítimo procedimiento experimental que nunca
debió salir del laboratorio para ser introducido en el medio natural. Afirmar
que el comportamiento de los OGM puede ser predecible en el medio natural es
ocultar el conocimiento biológico que alerta sobre la complejidad del
comportamiento de los sistemas. No se ha considerado que la inserción de transgenes en
organismos como el maíz, el trigo o el arroz puede disparar una dinámica
incontrolable de dispersión de éstos en poblaciones silvestres, algo no deseable
para ninguna especie por los efectos impredecibles que pueden tardar muchas
generaciones en manifestarse, debido a la existencia de genes silenciados y
regulaciones biológicas aún desconocidas. Cuando se desestabiliza una especie
siempre hay repercusiones sobre las otras especies, tanto vegetales como
animales, debido a los vasos comunicantes existentes en los ecosistemas.
Además, la posibilidad y el ritmo de la contaminación resultante de su implantación en la naturaleza aumenta con los años, décadas y aún siglos y puede llegar a crear una naturaleza diseñada en laboratorios que nada tiene que ver con el alimento que los pueblos necesitan. Todas con efectos irreversibles.
Los agrovenenos no se están yendo como prometieron las empresas.
El análisis de las evidencias experimentales dan cuenta de las
consecuencias de la contaminación genética entre los OGM y sus variedades
naturales (entre el 50 y 70% en Oaxaca, México), del efecto de los OGM sobre
otras especies, cambios en los ecosistemas y el riesgo evolutivo por el impacto
sobre la diversidad de especies usadas, muestran la perversión de un modelo que
apela a todos los mecanismos para forzar al agricultor a abandonar sus prácticas
tradicionales y ponerlo en indefensión y violación de sus derechos, en un acto
de violencia intencional inmoral e inaceptable. Además, la evidencia del alto
contenido de residuos acumulados de plaguicidas usados en el cultivo (como el
glifosato), son de consecuencias impredecibles respecto de trastornos
endocrinos, abortos, malformaciones y cáncer con evidencias crecientes y
abundantes en la bibliografía científica independiente disponible.
Ante la
demostración, cada vez más inquietante del impacto ambiental sobre el suelo,
la flora y la fauna de los agroquímicos ligados indisolublemente al paquete
tecnológico transgénico, se agregan los efectos indeseados sobre la salud de la
población, a la creciente evidencia que desafía fuertemente el concepto de la
equivalencia de los alimentos OGM (“equivalencia substancial”) y más
recientemente, la creciente percepción de las limitaciones del propio
procedimiento tecnológico. Como si fuera poco, ahora se asoma una sombra aún más
ominosa, a saber, el potencial agravamiento de la situación en los países
productores de maíz, con la llegada
al mercado de las nuevas semillas, donde se «apilan» modificaciones
genéticas que suman nuevos tipos de herbicidas para compensar el progresivo
fracaso de los transgénicos resistentes al glifosato, por la aparición de
tolerancias en plantas adventicias y el descenso del rendimiento por agotamiento
de los suelos, entre otros; además de aumentar los riesgos por el crecimiento
exponencial del uso de agroquímicos sintéticos necesarios para lograr la
“efectividad” de esta tecnología.
Lo rudimentario de sus procedimientos ya señalados, la baja seguridad y estabilidad biológica de los transgénicos, la imposibilidad de controlar la transmisión horizontal espontánea de genes que se observan con las variedades originarias previstas por las empresas o planificadas como forma de penetración de los OGM, demuestran que el pregonado “progreso” voceado por la biotecnología que soporta el modelo de producción de alimentos a escala industrial, no es más que una falacia. Otra falacia habitual que usa es el slogan “con esta tecnología vamos a solucionar el hambre mundo”. Las Naciones Unidas calcularon que invirtiendo US$ 50 millardos por año hasta el 2015 se podrían alimentar y aliviar las zonas más calientes del planeta. En el salvataje de los bancos durante la crisis europea se gastaron 100 veces más. Sin palabras.Estas tensiones modelan un mercado internacional cuyos rumbos futuros son inciertos, pero al mismo tiempo reclaman, ante el peligro de esta embestida neocolonial, un urgente y postergado debate sobre la autonomía en los países periféricos ante la prepotencia de las corporaciones y sus gobiernos en América Latina.(...)Fuente: http://renace.net/?p=4828
Volvamos a "somos rehenes de un gobierno de ocupación" no sólo
silencia e invisibiliza la de la alianza de capitales y estados
imperialistas con los locales en los extractivismos sino también la reduce
al gobierno actual, a la práctica en el futuro y al ejercicio desde el
exterior. Lo dice en el marco de "la patria está en peligro" de todas
las cúpulas políticas y sociales que menosprecian los envenenamientos y
destrucción de las condiciones tanto de vida como de trabajo que se
extienden en todo el país-continente.
Pero si aceptamos su
referencia al FMI en el presente contrastándolo con más de una deKada,
hallamos otra falacia que es la independencia K respecto al FMI y a los otros
oficializados como acreedores. Antes de leer la nota siguiente tengamos
en cuenta a Héctor Giuliano aclarar en 2012:
"el
denominado Superávit Fiscal Primario que exhibe y pondera el Ministerio de
Economía por 4.900 M$ resulta de los Ingresos por 434.800 M$ contra Gastos
por 429.900 M$ (producto de no tomar en cuenta los intereses pagados de la
Deuda Pública por 35.600 M$, que están dentro del Gasto; o sea 465.500 –
35.600 = 429.900 M$). En cambio se toman en cuenta estos gastos por pago de
intereses de la deuda en el Resultado Financiero que es el de los 30.700 M$
negativo citado. Esta grosera maniobra de anunciar públicamente hoy un
supuesto superávit fiscal cuando, por el contrario, existe déficit fiscal no
sólo reviste gravedad en sí misma por la forma de comportamiento oficial
sino, además, por el disimulo de este Resultado Financiero negativo, ya que
su magnitud tendría que haber sido advertida al momento de enviar el
proyecto de Presupuesto 2012 al Congreso (poco antes de las Elecciones de
Octubre) con las previsiones de ejecución del 2011". (...)Leer
Con el superávit fiscal del 2003,
el Fondo no tendrá de qué quejarse.
21 de enero de 2004
Durante el 2003 el superávit fiscal primario fue de 8676,9 millones de pesos,
casi 900 más que los 7790 millones pactados con el FMI. Con este antecedente, la
Argentina empieza el trimestre en óptimas condiciones para cumplir el ahorro
pactado para el período. En este marco, el FMI anunció que el 28 de enero el
directorio del organismo tratará la primera revisión del acuerdo con la
Argentina, aprobación que será recomendada por el titular del organismo, Horst
Köhler. Por su parte, el secretario de Política Económica, Oscar Tangelson,
defendió el mantenimiento del actual nivel de ahorro fiscal y destacó que la
capacidad de pago del país crecerá con la expansión del producto.
“No es lo mismo un producto bruto de 100 mil millones de dólares que otro de 400 mil millones de pesos, como el que el país puede tener, en cuyo caso el 3 por ciento de superávit fiscal comprometido es significativamente mayor”, señaló Tangelson. Según el funcionario, el porcentaje de superávit fiscal comprometido “es un gran esfuerzo de la sociedad argentina”. “Durante 20 años hemos tenido déficit. Lo que ha habido ahora es un proceso de incremento de nuestra responsabilidad y, por lo tanto, de creación de superávit, en parte para hacer frente a los compromisos externos”, explicó.
En tanto, el secretario de Hacienda, Carlos Mosse, explicó que el superávit alcanzado en 2003 representó 886,9 millones de pesos más de la pauta anual de 7790 millones pactada con el FMI. El funcionario agregó que el Gobierno ya está en condiciones de cumplir con el superávit primario de 1100 millones de pesos acordado para el primer trimestre.
“Gran parte del superávit de 1100 millones lo vamos a cubrir en enero, y a quedar cerca del cumplimiento total para el primer trimestre”, pronosticó. Ello se debería, según explicó, a que muchos gastos de enero fueron hechos en diciembre. Por ejemplo, el pago del aguinaldo a los trabajadores del Estado, situación que motivó un déficit de 179,8 millones de pesos el pasado mes.
Mosse sostuvo que durante 2003 hubo un aumento de gastos, algunos por decisión política y otros “inesperados”, como el pago de 50 pesos extra a los beneficiarios de subsidios a desocupados o la devolución de un descuento de 13 por ciento aplicado a los salarios estatales.
En otro orden el vocero del FMI, Thomas Dawson, informó que el 28 de enero el directorio del organismo tratará la aprobación de la revisión de las metas. La aprobación se esperaba para mediados de diciembre, pero se demoró un mes y medio ante la intención del FMI de forzar al Gobierno a aumentar el margen de superávit para destinarlo a mejorar la oferta de reestructuración de deuda a los acreedores privados. La auditoría corresponde a las metas fijadas a octubre de 2003, las que fueron cumplidas tanto en las pautas cualitativas como cuantitativas, según se desprende del informe técnico que elaboró la misión evaluadora que trabajó en Buenos Aires durante noviembre.
“No es lo mismo un producto bruto de 100 mil millones de dólares que otro de 400 mil millones de pesos, como el que el país puede tener, en cuyo caso el 3 por ciento de superávit fiscal comprometido es significativamente mayor”, señaló Tangelson. Según el funcionario, el porcentaje de superávit fiscal comprometido “es un gran esfuerzo de la sociedad argentina”. “Durante 20 años hemos tenido déficit. Lo que ha habido ahora es un proceso de incremento de nuestra responsabilidad y, por lo tanto, de creación de superávit, en parte para hacer frente a los compromisos externos”, explicó.
En tanto, el secretario de Hacienda, Carlos Mosse, explicó que el superávit alcanzado en 2003 representó 886,9 millones de pesos más de la pauta anual de 7790 millones pactada con el FMI. El funcionario agregó que el Gobierno ya está en condiciones de cumplir con el superávit primario de 1100 millones de pesos acordado para el primer trimestre.
“Gran parte del superávit de 1100 millones lo vamos a cubrir en enero, y a quedar cerca del cumplimiento total para el primer trimestre”, pronosticó. Ello se debería, según explicó, a que muchos gastos de enero fueron hechos en diciembre. Por ejemplo, el pago del aguinaldo a los trabajadores del Estado, situación que motivó un déficit de 179,8 millones de pesos el pasado mes.
Mosse sostuvo que durante 2003 hubo un aumento de gastos, algunos por decisión política y otros “inesperados”, como el pago de 50 pesos extra a los beneficiarios de subsidios a desocupados o la devolución de un descuento de 13 por ciento aplicado a los salarios estatales.
En otro orden el vocero del FMI, Thomas Dawson, informó que el 28 de enero el directorio del organismo tratará la aprobación de la revisión de las metas. La aprobación se esperaba para mediados de diciembre, pero se demoró un mes y medio ante la intención del FMI de forzar al Gobierno a aumentar el margen de superávit para destinarlo a mejorar la oferta de reestructuración de deuda a los acreedores privados. La auditoría corresponde a las metas fijadas a octubre de 2003, las que fueron cumplidas tanto en las pautas cualitativas como cuantitativas, según se desprende del informe técnico que elaboró la misión evaluadora que trabajó en Buenos Aires durante noviembre.
Insistamos en descubrir
continuidades desde la dictadura genocida y esclarecernos sobre:
Deuda pública y déficit
fiscal
18 de febrero de 2013
18 de febrero de 2013
Por
Héctor Giuliano
Este
trabajo tiene por objeto explicar cómo y por qué la deuda pública es el
principal factor determinante del déficit fiscal argentino. En el marco de la
nueva crisis de deuda que atraviesa hoy nuestro país este tema adquiere especial
importancia y es también el que explica las medidas extraordinarias que está
tomando la actual administración frente a la emergencia financiera - derivada de
la deuda - en materia monetaria, cambiaria y bancaria. La presente nota se
demoró a la espera de los resultados presupuestarios del año 2012 pero los
mismos no han sido informados hasta la fecha por el gobierno Kirchner.
LA TRAMPA METODOLÓGICA
ientras
por lógica y por técnica financiero-contable (válida para cualquier entidad
económica) las deudas con vencimiento en el ejercicio aparecen como parte del
Pasivo a ser atendido durante el año, en el presupuesto operativo del Estado
tales vencimientos no figuran integrando los Gastos Totales sino que se omiten.
Es decir, que esos importes por vencimientos de capital no se computan como
gasto del ejercicio fiscal: sólo se toman en cuenta para ello los intereses a
pagar, que están dentro del Gasto Corriente, pero no el principal o capital de
la deuda. Ejemplo: este año – 2013 – el resultado previsto del ejercicio es de
unos 600 M$1 , producto de 629.200 M$ de Recursos menos 628.600 M$ de Gastos
(totales en ambos casos). Dentro de los gastos están los Intereses de la Deuda
(55.600 M$ ≡
11.000 MD)2 pero no los 186.100 M$ (≡ 36.500 MD) de vencimientos de Capital. Este procedimiento
genera una poco clara y muy discutible forma de presentación de la deuda pública
en la Ley de Presupuesto anual que vota el Congreso.
El origen formal
de este problema – que se mantiene invariable hasta la fecha - deriva del
importante cambio producido en la metodología presupuestaria argentina a partir
de 1980 (Ministro de Economía Dr. José Martínez de Hoy y Secretario de Hacienda
Dr. Juan Alemann), que modificó sustancialmente la forma de presentación de los
datos inherentes al endeudamiento público.3 Estos cambios fueron luego
formalizados con la Ley 24.156 de Administración Financiera del Estado (1992) y
las modificaciones consiguientes a la Ley 11.672 de Presupuesto, así como sus
normas complementarias y reglamentarias.
Uno de los primeros artículos de la Ley de Presupuesto – el
numero 4 - refleja siempre parte de esta forma de presentación de los datos, que
es el ABC de todo el desarrollo financiero del ejercicio fiscal del Estado
Central. Allí siempre se expone el cuadro de Resultado Financiero del ejercicio,
donde residen dos datos-clave del Presupuesto: el monto de los vencimientos de
capital del año (Aplicaciones por concepto de Amortización de Deuda) y los
montos de deuda nueva que se prevé asumir para cubrir el grueso de esos
vencimientos y para tomar deuda adicional (Fuentes Financieras por Endeudamiento
Público). Para el corriente año – 2013 – está previsto así amortizaciones sobre
vencimientos de deuda por 186.100 M$ (36.500 MD) y toma de nuevo endeudamiento
por 247.700 M$ (48.600 MD), es decir, 61.600 M$ (12.100 MD) más. Esto significa
que la totalidad de los vencimientos de capital que se producen en el ejercicio
van a ser refinanciados con nuevas deudas y que también se van a tomar
obligaciones adicionales. En el primer caso – refinanciaciones – se trata de
operaciones de Administración de Pasivos, que suponen novación de deuda con el
mismo acreedor o refinanciación vía pagos a un acreedor con fondos tomados de
otro acreedor.
Como regla general el gobierno está pagando a su vencimiento toda la deuda que cae correspondiente a acreedores privados y organismos multilaterales de crédito (Banco Mundial, BID y CAF); y lo hace fundamentalmente con fondos del Estado tomados del propio Sector Público y con refinanciamiento continuo de préstamos de organismos internacionales. Es decir, que se privilegia el pago de la deuda de terceros aumentando la Deuda intra-Estado. Esto se expresa – como hemos dicho - en el Cuadro de Resultado Financiero dentro del articulado del Presupuesto y se desagrega en la cuenta AhorroInversión-Financiamiento (AIF), que figura dentro de las planillas anexas al mismo. En el Presupuesto 2012 estaba previsto el vencimiento de deudas por capital de 40.100 MD y la contracción de nueva deuda por 51.800 MD, con lo que el stock de deuda aumenta 11.700 MD. El año anterior – 2011 – se preveía por presupuesto que la deuda aumentaría unos 9.500 MD, como producto de vencimientos de capital por 27.400 MD y toma de nueva deuda por 36.900; pero el aumento real de la deuda pública – según datos oficiales – fue al final bastante mayor: de 14.600 MD. Todavía no se conocen los resultados fiscales del 2012 pero el presupuesto contemplaba el aumento de los 11.700 MD citados. Y para el 2013 – también según presupuesto – la deuda aumentaría otros 12.100 MD. En consecuencia, no es cierto que la Argentina se esté des-endeudando: por el contrario, el ritmo de aumento de la deuda es superior a los 10.000 MD por año.
PRESUPUESTO VERSUS REALIDAD
El gobierno Kirchner confunde a la
opinión pública diciendo que tiene Superávit Fiscal Primario y soslayando que
tiene Resultado Financiero negativo, es decir, Déficit Fiscal. El
superávit primario es el resultado de las cuentas públicas producto de restar
Ingresos menos Gastos pero sin contar dentro de éstos últimos los gastos
corrientes por el pago de los intereses de la deuda. Esto es, que el resultado
primario es un subtotal o total incompleto de las cuentas fiscales del
ejercicio. Ejemplo: según la Ley de Presupuesto 2013 el Resultado Primario sería
de 56.200 M$, producto de Recursos Totales por 629.200 M$ menos 573.000 M$ de
Gastos (628.600 M$ de gastos totales menos 55.600 M$ a pagar por intereses de la
deuda pública)4 ; mientras que el Resultado Financiero es de sólo 600 M$
(exactamente 587 M$), producto de restar a los ingresos los gastos totales de
628.600 M$. En el año 2011, bajo este mismo cuadro de exposición de los datos (que
sigue la Metodología Internacional del FMI, lo mismo que en la forma de mostrar
los servicios de la deuda pública) el Resultado Financiero estaba
previsto positivo por unos 1.600 M$ pero en la práctica resultó deficitario de
30.700 M$.
Para el
año pasado (2012) – cuyos datos finales, como hemos advertido al inicio, todavía
no se disponen al momento de redactar el presente trabajo – se prevé que, contra
un resultado financiero también originalmente positivo, de 1.500 M$, el déficit
real sea en cambio entre 55 y 60.000 M$. Al momento de elevar el Mensaje del
Poder Ejecutivo al Congreso para el Presupuesto 2013 el gobierno ya había
ajustado las expectativas del ejercicio a un déficit de 34.200 M$, que ahora
pudiera ascender casi al doble de esa cifra. Las dudas sobre los resultados
financieros finales se extienden también a los números del ejercicio 2013, en
curso.
En función de estas realidades cabe entonces observar tres
cosas: 1. Que los desvíos entre Presupuesto y Ejecución son relevantes en
materia de rubros de Ingresos y Gastos pero especialmente en materia de
Resultados Financieros, que hoy muestran un fuerte déficit fiscal. 2. Que tales
desvíos son crecientes y lo hacen en mayor proporción cada año, de modo que la
brecha contra las estimaciones se va ampliando. 3. Que los servicios de la Deuda
Pública son factores determinantes en el aumento de estos déficits fiscales y,
en consecuencia, a mayor deuda mayor déficit. Este último punto está avalado por
los propios datos presupuestarios oficiales, que muestran cómo el ritmo de
aumento de los servicios de la deuda es superior al ritmo de aumento del gasto
público general. Ejemplo: para el año 2013 está previsto un aumento general del
Gasto Público del orden del 16 %, pero para el rubro de Intereses de la Deuda –
que están incluidos dentro de ese total – el aumento es del 23.4 %. El peso de
las cifras es lo suficientemente relevante en sí mismo. En valores absolutos –
tomando para conversión el tipo de cambio previsto en cada ejercicio – el peso
de estos servicios es el siguiente: - Los vencimientos de capital eran 27.400 MD
en 2011, pasan a 40.100 MD en 2012 y se proyectan en 36.500 MD para 2013, 42.100
MD para 2014 y 49.100 MD para 2015. - Los pagos de intereses eran 8.900 MD en
2011, pasan a 10.200 MD en 2012 y se proyectan en 10.800 MD para 2013, 15.500 MD
para 2014 y 18.600 MD para 2015. El perfil de vencimientos de estos servicios
por capital e intereses de la deuda pública (más del 60 % está en moneda
extranjera) presenta así hoy una peligrosa concentración de vencimientos a corto
y mediano plazo. Los medios de prensa del establishment insisten en destacar el
incremento del Gasto Público y su incidencia como factor causal de Inflación y
Déficit Fiscal pero omiten decir que la deuda es el principal motivo de aumento
de ese gasto.
EL DÉFICIT COMO DEUDA
El déficit presupuestario se cubre con deuda pública, de
modo que al ocultar o presentar de forma engañosa el verdadero resultado fiscal
se está enmascarando, en realidad, el nivel real de aumento del endeudamiento
del Estado. La administración Kirchner – como es público y notorio, y
como el mismo gobierno lo proclama – está batiendo récords de pago de servicios
de la deuda aunque, cabe reiterarlo, el stock de la deuda sigue creciendo y el
objetivo de las autoridades sigue siendo volver al mercado internacional de
capitales para tomar más deuda, según la Hoja de Ruta del ex ministro de
economía y hoy vicepresidente Boudou. Como una suerte de mecanismo de transición
– hasta normalizar la deuda todavía en default con los bonistas que no entraron
en el Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010 (holdouts) y arreglar la deuda con
los países del Club de París - el gobierno está utilizando como fuente de
financiamiento la Deuda intra-Estado, esto es, la toma de fondos que están a
cargo del Estado para poder pagar servicios de la deuda con terceros, entregando
a cambio títulos públicos a los principales entes oficiales, que devienen así
sus prestamistas y que reciben, en la práctica, títulos oficiales como “vales de
caja” por el retiro de ese dinero, aunque los mismos no tienen capacidad
demostrada de devolución o repago. De este modo, la Tesorería está “empapelando”
a las agencias del propio Estado que asumen el rol de prestamistas
institucionales o estructurales del Fisco. Con el agravante que la mayor parte
de esos fondos de la Deuda intra-Estado no son propios del Fisco sino son
dineros administrados por el Estado y que tienen otros fines específicos, como
el caso de los fondos previsionales de la ANSES, que es plata de los jubilados y
aportantes, o las reservas internacionales del BCRA, que son las divisas
necesarias para afrontar las necesidades de la Balanza de Pagos.
El uso en gran
escala de estos fondos está provocando una grave distorsión en las Finanzas
Públicas como resultado de haber convertido agencias oficiales en prestamistas
del Estado. Dentro de la larga lista de organismos estatales que se encuentran
hoy en esta condición – AFIP, Lotería, FFRE, FFRH, SRT, INDER, AGP, IAF, PAMI –
hay tres que cubren las necesidades de financiamiento en forma determinante: el
Banco Central (BCRA), la ANSES (a través del FGS-Fondo de Garantía de
Sustentabilidad) y el Banco Nación Argentina (BNA).
a) El
BCRA tiene actualmente prestados al Tesoro – al 31.1.2013 - unos 64.600 MD:
38.900 MD, por títulos públicos en cartera dados a cambio de la entrega de
reservas internacionales para el pago de deuda externa, y 127.800 M$ (≡ 25.700 MD) por Adelantos Transitorios (AT), dados para cubrir gasto
público en general, que incluye el pago de deuda pública. Tanto para comprar las
divisas que se usan como reservas – y que luego se prestan al gobierno – como
para girarle los AT,
el BCRA imprime dinero sin respaldo, que termina
presionando sobre la inflación.
La mayor
parte de estos fondos el BCRA los rescata a continuación o retrae del mercado
colocando títulos de corto y mediano plazo – Lebac/Nobac – para contraer
parcialmente la Base Monetaria; y lo hace pagando en promedio el 15 % anual de
interés.De este modo, las reservas del BCRA que se usan
para pagar deuda del gobierno en la práctica se están comprando con deuda. El
gobierno paga así con esos fondos deuda con terceros y le queda debiendo al
Banco (vía Letras Intransferibles a 10 años de plazo, que rinden bajo interés y
no tienen capacidad probada de repago), por lo que el stock de deuda total no
varía aunque sí cambia su composición o estructura. Pero el BCRA se queda con el
aumento de su deuda cuasi-fiscal por letras y notas colocadas en los principales
bancos locales.De este modo el saldo de la deuda pública del Tesoro no cambia
pero crece la del BCRA.
b)
El FGS de la ANSES sumaba al 30.9.2012 – última información disponible – 227.500
M$, de los que un 62 % está prestado al Estado. Se trata de obligaciones sin
demostrada capacidad de repago por parte del Tesoro y que se restan a los fondos
prestables para proyectos productivos por parte de la ANSES y/o para destinos
más rentables del Sistema Previsional. La administración Kirchner
privilegia así el uso de los fondos jubilatorios para el sostenimiento de la
deuda pública mientras dilata las actualizaciones de la población pasiva y
difiere sistemáticamente el cumplimiento de las sentencias por juicios contra la
ANSES. c) El BNA, según cifras de Balance a Octubre 2012 – última información
disponible – tiene prestado al Estado unos 86.600 M$: 56.600 M$ por títulos y
30.000 M$ por créditos al Sector Público no Financiero (Tesorería y/o Entes
Oficiales). Es aproximadamente el 60 % de su cartera de créditos, que totaliza
unos 142.400 M$: 85.800 M$ del total de préstamos del banco – dentro de los que
están los 30.000 M$ al sector público – más los 56.600 M$ de títulos. Esta
altísima proporción de dinero del BNA prestado al Estado desvirtúa en gran
medida la finalidad del banco, cuya Carta Orgánica fue modificada para
privilegiar el crédito productivo a PYMEs.
Hasta aquí el
panorama financiero primario de cómo se cubre el déficit fiscal provocado por el
desequilibrio de la deuda pública a través de la Deuda intra-Estado.
CONCLUSIÓN
El
Estado tiene tres fuentes básicas de financiamiento: 1. La recaudación
tributaria, 2. La emisión monetaria y 3. La deuda pública Esta última conlleva
el costo financiero de la amortización del capital más el pago de los intereses.
Cuando los niveles de endeudamiento fiscal llevan a cifras impagables la deuda
nacional, como en el caso del Estado Argentino, se da la paradoja que las
fuentes 1 y 2 – Recaudación y Emisión – tienen que ser aumentadas para poder
sufragar los costos de la fuente 3, que es la Deuda.
Lic.
Héctor L. GIULIANO Buenos Aires, 18.2.2013. Archivo: GIULIANO ARTICULO 2013 02
18 DP DEFICIT
NOTAS:
1 Las
abreviaturas M$/MD significan Millones de Pesos/Dólares respectivamente y se
muestran siempre con redondeo, de modo que pueden darse mínimas diferencias
entre totales y sumatoria de términos. (…)
---
El no-convenio con el Club de París
9 de junio de 2014
Francisco Javier Llorens
(...)La vuelta a la solución “clásica” de la deuda: patearla para el que viene después
Queda patente así que el gobierno se olvidó enteramente del discurso épico del arreglo de la deuda del 2005, en el que esgrimió dos años de gracia en el pago de intereses, y una supuesta quita de capital, que en realidad fue compensada generosamente con los cupones Ligados al PBI. En este caso por contrario se trata de un suculento ponga, con el aumento del capital de la deuda, y el aumento de sus intereses.
Cuya dimensión se puede
visualizar en el gráfico adjunto, con la aparición de un
inusitado frente de pagos, que pondrá en serios apuros
al futuro gobierno. Al tener que desembolsar alrededor
de u$s. 3.000 millones a anuales solo para hacer frente
a la indemnización a REPSOL y los pagos al Club de
Paris, que como presentes griegos les dejará el gobierno
actual. No entendiéndose por lo tanto los cálidos
aplausos lindantes con el panfilismo, que brindaron a
ambos arreglos los políticos de la oposición que aspiran
a reemplazarlo.
Con el agravante de que las deudas del Club de Paris no solo correspondían al gobierno militar, sino que además corresponden a la Rondas IV y V de los años 1991 y 19912. En las que Argentina se vio obligada a aceptar deudas que antes había rechazado por anómalas o fraudulentas, para poder ingresar al Plan Brady. Que era diligenciado por entonces por el subsecretario del Tesoro de Estados Unidos David Mulford, quién casualmente acaba de ser sobreseído por prescripción por la justicia argentina, en la causa por el megacanje del año 2001. Por eso figuran en esas rondas deudas como la de Cogasco y la de Siemens Atucha II, que 30 años después sigue sin funcionar, pese la enormidad de dineros hundidos en ella, razón por la que Alemania y Holanda encabezan la nómina de la última ronda.
Los acuerdos clásicos con el Club de Paris reportan generalmente quita de punitorios, y refinanciaciones de deuda de hasta 15 años, con cinco de gracia, como se obtuvo en las rondas mencionadas. Que en este caso el gobierno no parece ni haber intentado conseguir, al haberse allanado ante la cuenta extendida por los acreedores, como lo hace un comerciante a punto de quebrar. Prometiendo un pronto pago de ella, que patea para adelante para que los abaraje como pueda el próximo gobierno.
¿Evitar las condicionalidades del FMI, o la auditoria del FMI?
La excusa para esa absurda postura, impropia de un buen administrador, es que no acepta las condicionalidades del FMI, y por lo tanto ese soberano mal arreglo, sería un mal arreglo soberano. Prima facies eso parecería ser consecuencia de una administración zaparrastrosa e improvisada, desesperada por la penuria de divisas. Que parece estar atrapada por la tensión existente entre la dura realidad que la golpea, y el relato que hace para la tribuna. Y de esa manera se quedaría a mitad de camino en las soluciones, con estos parches que son pan para hoy y hambre para mañana, y empeoran aún más la realidad que aqueja.
Pero eso es sólo pura apariencia, en la cual el gobierno capciosamente confunde el rol del FMI como prestamista de última instancia, que impone regresivas condicionalidades, como ya las ha soportado Argentina demasiadas veces. Con su rol de auditor de la economía de los países miembros, a la que Argentina está obligada conforme el artículo IV de sus estatutos.
Siendo esta en definitiva, la razón de esa barrabasada de seudo acuerdo. Porque lo concreto es que Argentina no resiste una auditoría del FMI, porque tanto sus estadísticas como los “fundamentals” de su economía están destruidos. Las primeras no son creíbles, y los segundos están desquiciados por la inflación; el atraso cambiario; un enorme desbarajuste en los precios relativos; insuficiencia de reservas tras la fuga de u$S 90 mil millones y deuda por importaciones atrasadas; déficit fiscal; y déficit energético, que ha hecho colapsar el superávit de la balanza de pagos. A lo que se agrega que la gestión de la deuda pública pende de un hilo, por la demanda de los fondos buitres radicada en la Corte Suprema de Estados Unidos.
Al no poder obtener el certificado del auditor de la capacidad de cumplimiento de sus obligaciones, el actual gobierno como es su costumbre, hace del vicio virtud. Y dice para la tribuna que no acepta las condicionalidades del FMI, cuando en realidad lo que no resiste es una auditoría del FMI, ni de ningún otro auditor que ande suelto por ahí. Si contara con el dictamen de un auditor respecto la capacidad de pago de Argentina, podría haber obtenido como mínimo rebaja de tasas, quita de punitorios, y largas refinanciaciones como acostumbra el Club. Máxime en estos momentos en que imperan bajísimas tasas de interés, y los países europeos están desesperados para concretar exportaciones para enfrentar la recesión que en ellos reina.
Ante la ausencia de un dictamen de auditoría, el Club de Paris se refirió al respecto en su comunicado, diciendo con un dejo de ironía que “durante la reunión, la delegación de la República Argentina proporcionó una descripción de la situación económica y financiera de país, y presentó las medidas aplicadas por el Gobierno argentino destinadas a mejorar el crecimiento inclusivo y el fortalecimiento a la resistencia a los choques externos.” Debiendo interpretarse esta última frase como “muchachos no se hagan rogar, necesitamos urgente unos verdes”.
De la épica del pago cash al Club de Paris, al pagá como puedas
Incluso Argentina podría haber obtenido mucho más, si prudentemente hubiese planteado años atrás, después de la declaración del default, la reestructuración de la deuda con el Club de Paris. En lugar de hacer balandronadas de que la iba a pagar cash, con las reservas del Banco Central. Tal como ordenó ilegalmente la actual Presidenta con un decreto ordinario en el año 2008, que lleva también la firma de Sergio Massa (1394/08) quién hoy se propone para reemplazarla en su puesto.
El que seguidamente se perdió en un vergonzoso olvido, tras una denuncia penal que hicimos contra sus firmantes junto con el diputado Mario Cafiero Mandato (bien) Cumplido, con el patrocinio del abogado Ricardo Monner Sanz. Al haber desconocido ambos que el Club de Paris, no es un “organismo multilateral de crédito”, sino sólo “un grupo informal de acreedores oficiales”, según se describe a sí mismo. Siendo a los primeros los únicos que la ley vigente entonces, permitía efectuar el pago con reservas. Y ello sin tener en cuenta el despilfarro de divisas que ello reportaba, a las que el gobierno dejó ir a la marchanta, y ahora pena desesperado por obtenerlas.
Esta improvisación y desaliño, lindante con el infantilismo por parte del actual gobierno, y de alguien que se propone para reemplazarlo, parece ser la tónica que prima no sólo con la cuestión del Club de Paris, sino lamentablemente como gestión de gobierno por parte de nuestra elite política. Que lamentablemente cada vez parece tener menos de ambas cosas, según la acepción genuina de esos términos, y así hoy estamos como estamos.
En el principio era la deuda, y al final aparece nuevamente ella
El des-arreglo arribado con el Club de Paris y el actual descalabro económico, tiene como su principal causa el mal arreglo de la deuda que el presidente Néstor Kirchner junto el ministro Roberto Lavagna hicieron en el 2005, cabiendo por ello parafrasear el dicho bíblico “en el principio era el Verbo”. En la que se simuló una quita, compensada subrepticiamente con los cupones ligados al PBI, que seguidamente tuvieron un pago acelerado, como consecuencia del crecimiento del PBI deliberadamente inflado por el relato oficial. Y donde se preveía la vuelta al mercado internacional, para poder sustentar sus pagos. Lógica en función del relato K, que parte de los acreedores no entendió, o rechazó, como hicieron los fondos buitres, y por eso Argentina aun prosigue en default parcial, lo que impidió su vuelta al mercado internacional.
En consecuencia, para poder ir atendiendo los pagos con recursos propios, el gobierno primero intervino el INDEC, para dibujar sus estadísticas y moderar el ajuste por CER. Simulando a la par colocaciones de deuda mediante triangular las reservas, y a través de Venezuela. Hasta que esta variante se agotó por sus altísimas tasas de interés, semejantes a las del megacanje del 2001. Entonces en el 2008 a pedido de las exportadoras de granos, que lucraron ese año descontando retenciones nuevas y pagando retenciones viejas, tal como lo reconoció luego él gobierno, emitió la famosa resolución 125. Con la que procuró quedarse con la renta de la soja para poder afrontar los pagos de la deuda, y lo llevó a su gran derrota política.
Ante ese fracaso, como variante propuesta por Amado Boudou y Massa, el gobierno se abalanzó sobre las AFJP, para quedarse con los cupones ligados al PBI, que estas en gran parte detentaban. Y convertir a la ANSES en una cueva financiera, para simular cumplir con las obligaciones de recompra de deuda pactadas en el arreglo de la deuda. Estatización que fue sugerida por el banquero Jorge Brito, que veía venir abajo el negocio de las AFJP, al tener que hacer frente a las falsas jubilaciones que habían prometido, después de haberse quedado con un tercio de los aportes. Y gracias a esa escapatoria, Boudou se ganó los galones primero de ministro, y luego de vicepresidente. Y esta captura de las AFJP para fines indirectos, tiene mucho de parecido con la captura de Ciccone, que aqueja judicialmente al vicepresidente.
Parte de la deuda externa se convirtió así en deuda interna con los jubilados, cuyos juicios se ventilan hoy a mansalva en los tribunales. Seguidamente el gobierno se abalanzó sobre el Banco Nación y cuanta caja oficial encontró a mano, comenzando con las ferroviarias, contribuyendo así a la decrepitud de estos. Y finalmente optó desesperadamente por meter la mano en las reservas del Banco Central, para poder cumplir religiosamente como “pagador serial de la deuda”, descalabrando así el valor de nuestra moneda.
Se habla ahora de un fin de ciclo o fin de una época, que poco va a cambiar si no se erradica la impostura a la que los políticos argentinos se han acostumbrado, transformando la realidad en un relato. Donde los que se cuchichea y hace en los despachos del poder, nada tiene que ver con lo que le dicen a la gente por si, o a través de sus agencias de marketing. Y que prefieren lo estentóreo y espectacular, a lo eficaz y solvente. Actitud que no abandonan ni ante la dura realidad que los golpea, hasta que esta se encarga de demoler el relato, como parece suceder actualmente.
Fuente:https://www.alainet.org/es/active/74456
Con el agravante de que las deudas del Club de Paris no solo correspondían al gobierno militar, sino que además corresponden a la Rondas IV y V de los años 1991 y 19912. En las que Argentina se vio obligada a aceptar deudas que antes había rechazado por anómalas o fraudulentas, para poder ingresar al Plan Brady. Que era diligenciado por entonces por el subsecretario del Tesoro de Estados Unidos David Mulford, quién casualmente acaba de ser sobreseído por prescripción por la justicia argentina, en la causa por el megacanje del año 2001. Por eso figuran en esas rondas deudas como la de Cogasco y la de Siemens Atucha II, que 30 años después sigue sin funcionar, pese la enormidad de dineros hundidos en ella, razón por la que Alemania y Holanda encabezan la nómina de la última ronda.
Los acuerdos clásicos con el Club de Paris reportan generalmente quita de punitorios, y refinanciaciones de deuda de hasta 15 años, con cinco de gracia, como se obtuvo en las rondas mencionadas. Que en este caso el gobierno no parece ni haber intentado conseguir, al haberse allanado ante la cuenta extendida por los acreedores, como lo hace un comerciante a punto de quebrar. Prometiendo un pronto pago de ella, que patea para adelante para que los abaraje como pueda el próximo gobierno.
¿Evitar las condicionalidades del FMI, o la auditoria del FMI?
La excusa para esa absurda postura, impropia de un buen administrador, es que no acepta las condicionalidades del FMI, y por lo tanto ese soberano mal arreglo, sería un mal arreglo soberano. Prima facies eso parecería ser consecuencia de una administración zaparrastrosa e improvisada, desesperada por la penuria de divisas. Que parece estar atrapada por la tensión existente entre la dura realidad que la golpea, y el relato que hace para la tribuna. Y de esa manera se quedaría a mitad de camino en las soluciones, con estos parches que son pan para hoy y hambre para mañana, y empeoran aún más la realidad que aqueja.
Pero eso es sólo pura apariencia, en la cual el gobierno capciosamente confunde el rol del FMI como prestamista de última instancia, que impone regresivas condicionalidades, como ya las ha soportado Argentina demasiadas veces. Con su rol de auditor de la economía de los países miembros, a la que Argentina está obligada conforme el artículo IV de sus estatutos.
Siendo esta en definitiva, la razón de esa barrabasada de seudo acuerdo. Porque lo concreto es que Argentina no resiste una auditoría del FMI, porque tanto sus estadísticas como los “fundamentals” de su economía están destruidos. Las primeras no son creíbles, y los segundos están desquiciados por la inflación; el atraso cambiario; un enorme desbarajuste en los precios relativos; insuficiencia de reservas tras la fuga de u$S 90 mil millones y deuda por importaciones atrasadas; déficit fiscal; y déficit energético, que ha hecho colapsar el superávit de la balanza de pagos. A lo que se agrega que la gestión de la deuda pública pende de un hilo, por la demanda de los fondos buitres radicada en la Corte Suprema de Estados Unidos.
Al no poder obtener el certificado del auditor de la capacidad de cumplimiento de sus obligaciones, el actual gobierno como es su costumbre, hace del vicio virtud. Y dice para la tribuna que no acepta las condicionalidades del FMI, cuando en realidad lo que no resiste es una auditoría del FMI, ni de ningún otro auditor que ande suelto por ahí. Si contara con el dictamen de un auditor respecto la capacidad de pago de Argentina, podría haber obtenido como mínimo rebaja de tasas, quita de punitorios, y largas refinanciaciones como acostumbra el Club. Máxime en estos momentos en que imperan bajísimas tasas de interés, y los países europeos están desesperados para concretar exportaciones para enfrentar la recesión que en ellos reina.
Ante la ausencia de un dictamen de auditoría, el Club de Paris se refirió al respecto en su comunicado, diciendo con un dejo de ironía que “durante la reunión, la delegación de la República Argentina proporcionó una descripción de la situación económica y financiera de país, y presentó las medidas aplicadas por el Gobierno argentino destinadas a mejorar el crecimiento inclusivo y el fortalecimiento a la resistencia a los choques externos.” Debiendo interpretarse esta última frase como “muchachos no se hagan rogar, necesitamos urgente unos verdes”.
De la épica del pago cash al Club de Paris, al pagá como puedas
Incluso Argentina podría haber obtenido mucho más, si prudentemente hubiese planteado años atrás, después de la declaración del default, la reestructuración de la deuda con el Club de Paris. En lugar de hacer balandronadas de que la iba a pagar cash, con las reservas del Banco Central. Tal como ordenó ilegalmente la actual Presidenta con un decreto ordinario en el año 2008, que lleva también la firma de Sergio Massa (1394/08) quién hoy se propone para reemplazarla en su puesto.
El que seguidamente se perdió en un vergonzoso olvido, tras una denuncia penal que hicimos contra sus firmantes junto con el diputado Mario Cafiero Mandato (bien) Cumplido, con el patrocinio del abogado Ricardo Monner Sanz. Al haber desconocido ambos que el Club de Paris, no es un “organismo multilateral de crédito”, sino sólo “un grupo informal de acreedores oficiales”, según se describe a sí mismo. Siendo a los primeros los únicos que la ley vigente entonces, permitía efectuar el pago con reservas. Y ello sin tener en cuenta el despilfarro de divisas que ello reportaba, a las que el gobierno dejó ir a la marchanta, y ahora pena desesperado por obtenerlas.
Esta improvisación y desaliño, lindante con el infantilismo por parte del actual gobierno, y de alguien que se propone para reemplazarlo, parece ser la tónica que prima no sólo con la cuestión del Club de Paris, sino lamentablemente como gestión de gobierno por parte de nuestra elite política. Que lamentablemente cada vez parece tener menos de ambas cosas, según la acepción genuina de esos términos, y así hoy estamos como estamos.
En el principio era la deuda, y al final aparece nuevamente ella
El des-arreglo arribado con el Club de Paris y el actual descalabro económico, tiene como su principal causa el mal arreglo de la deuda que el presidente Néstor Kirchner junto el ministro Roberto Lavagna hicieron en el 2005, cabiendo por ello parafrasear el dicho bíblico “en el principio era el Verbo”. En la que se simuló una quita, compensada subrepticiamente con los cupones ligados al PBI, que seguidamente tuvieron un pago acelerado, como consecuencia del crecimiento del PBI deliberadamente inflado por el relato oficial. Y donde se preveía la vuelta al mercado internacional, para poder sustentar sus pagos. Lógica en función del relato K, que parte de los acreedores no entendió, o rechazó, como hicieron los fondos buitres, y por eso Argentina aun prosigue en default parcial, lo que impidió su vuelta al mercado internacional.
En consecuencia, para poder ir atendiendo los pagos con recursos propios, el gobierno primero intervino el INDEC, para dibujar sus estadísticas y moderar el ajuste por CER. Simulando a la par colocaciones de deuda mediante triangular las reservas, y a través de Venezuela. Hasta que esta variante se agotó por sus altísimas tasas de interés, semejantes a las del megacanje del 2001. Entonces en el 2008 a pedido de las exportadoras de granos, que lucraron ese año descontando retenciones nuevas y pagando retenciones viejas, tal como lo reconoció luego él gobierno, emitió la famosa resolución 125. Con la que procuró quedarse con la renta de la soja para poder afrontar los pagos de la deuda, y lo llevó a su gran derrota política.
Ante ese fracaso, como variante propuesta por Amado Boudou y Massa, el gobierno se abalanzó sobre las AFJP, para quedarse con los cupones ligados al PBI, que estas en gran parte detentaban. Y convertir a la ANSES en una cueva financiera, para simular cumplir con las obligaciones de recompra de deuda pactadas en el arreglo de la deuda. Estatización que fue sugerida por el banquero Jorge Brito, que veía venir abajo el negocio de las AFJP, al tener que hacer frente a las falsas jubilaciones que habían prometido, después de haberse quedado con un tercio de los aportes. Y gracias a esa escapatoria, Boudou se ganó los galones primero de ministro, y luego de vicepresidente. Y esta captura de las AFJP para fines indirectos, tiene mucho de parecido con la captura de Ciccone, que aqueja judicialmente al vicepresidente.
Parte de la deuda externa se convirtió así en deuda interna con los jubilados, cuyos juicios se ventilan hoy a mansalva en los tribunales. Seguidamente el gobierno se abalanzó sobre el Banco Nación y cuanta caja oficial encontró a mano, comenzando con las ferroviarias, contribuyendo así a la decrepitud de estos. Y finalmente optó desesperadamente por meter la mano en las reservas del Banco Central, para poder cumplir religiosamente como “pagador serial de la deuda”, descalabrando así el valor de nuestra moneda.
Y ahora ante el agotamiento de ellas, olvidando enteramente le épica del desendeudamiento, la salida desesperada que intenta es volver desprolijamente a los empujones al mercado de la deuda. Entregando a cambio lo que sea, incluyendo Vaca Muerta, el pago de las sentencias del CIADI, indemnizando a REPSOL de cualquier manera, e incluso dando marcha atrás con el tratado con Irán. Por ello el FMI en su comunicado expresa que “acogen con beneplácito los progresos realizados por Argentina hacia la normalización de las relaciones con los acreedores, la comunidad internacional y las instituciones financieras, consecuencia de la crisis de 2001”. A la par que el periodista de CLARIN Marcelo Bonelli se mofa en sus columnas de que el gobierno está siguiendo puntillosamente la hoja de ruta, no marcada por Boudou ni por el FMI, sino por Estados Unidos. Mientras que la Presidenta y su ministro Kicillof declaman en las tribunas que no aceptan las condicionalidades del Fondo, pero siguen a fondo las de Estados Unidos.
Se habla ahora de un fin de ciclo o fin de una época, que poco va a cambiar si no se erradica la impostura a la que los políticos argentinos se han acostumbrado, transformando la realidad en un relato. Donde los que se cuchichea y hace en los despachos del poder, nada tiene que ver con lo que le dicen a la gente por si, o a través de sus agencias de marketing. Y que prefieren lo estentóreo y espectacular, a lo eficaz y solvente. Actitud que no abandonan ni ante la dura realidad que los golpea, hasta que esta se encarga de demoler el relato, como parece suceder actualmente.
Fuente:https://www.alainet.org/es/active/74456
Reparemos
que:
Admite Cristina Kirchner el monitoreo del FMI
en el documento del G20
9 de
abril de 2009
"Apoyaremos ahora y en el futuro la supervisión sincera, equilibrada e
independiente por parte del FMI de nuestras economías", dice el escrito firmado
por la Presidenta; señales de acercamiento con el organismo
Por: Francisco Jueguen
A pesar del encendido
discurso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en contra el Fondo
Monetario Internacional (FMI) en diferentes atriles, el Gobierno se comprometió,
durante la reunión del G20 en Londres, a apoyar una supervisión "hoy y en el
futuro" de la economía local por parte del organismo multilateral de crédito.
"Apoyaremos, ahora y en el
futuro, la supervisión sincera, equilibrada e independiente por parte del FMI de
nuestras economías y nuestros sistemas financieros, de las repercusiones de
nuestras políticas para los demás y de los riesgos a los que se enfrenta la
economía global", señala el punto número doce del documento
firmado por Fernández de Kirchner y 19 mandatarios de países desarrollados y
emergentes.
La adhesión a este compromiso
llega en momentos en que la Argentina no logra financiación en los mercados
voluntarios debido a la crisis y por la falta de confianza que generan algunas
medidas del Gobierno -el fallido acuerdo con los holdouts, el
Club de París y la estatización de los fondos de las AFJP- y después de que el
Fondo fuera recapitalizado con hasta 750.000 millones de dólares durante la
cumbre en Londres.
Pese a que esta cláusula fue
firmada por todos los países, la Argentina pudo oponerse. Por ejemplo, cuando el
documento impulsó un "mercado laboral flexible" la Presidenta dijo que "hablar
de flexibilidad remite a políticas que fracasaron. Hay que centrarse en
recuperar el empleo". En rigor, fue Luiz Inacio Lula da Silva quien objetó esa
frase. Fernández de Kirchner sólo apoyó la moción de su par durante la sesión de
los presidentes. En el texto final se cambió la palabra "flexible" por "justo y
sin discriminación de género".
Cuando lanacion.com preguntó
en el Ministerio de Economía si esta definición era signo de un acercamiento al
FMI, sus voceros se negaron a dar una interpretación y pidieron que este
cronista verificara esa información en Presidencia, ya que el documento había
sido firmado por la primera mandataria.
No obstante, en Presidencia
también se negaron a dar una interpretación sobre si lo rubricado por Fernández
de Kirchner es la aceptación explícita de la vuelta del país a las revisiones
del Fondo. Sin embargo, se comprometieron a enviar la versión taquigráfica sobre
los dichos de Fernández de Kirchner acerca de la relación entre el organismo que
dirige Strauss-Kahn y el Gobierno, pero nunca llegó.
A pesar del hermetismo
oficial, desde fines de febrero pasado el FMI y el Gobierno comenzaron a
enviarse señales. En ese entonces, David Hawley, uno de los voceros del Fondo
señaló: "Estamos interesados en profundizar nuestra relación con la Argentina".
Además aseguró que "las próximas consultas del artículo IV se llevarán de forma
normal en los próximos meses".
La Presidenta, y su esposo,
Néstor Kirchner, esperaban que en Londres se lograran reformas más profundas en
el FMI. Buscaban, en definitiva, contar con nuevas líneas de crédito sin
condicionamientos del organismo multilateral. Es que el artículo IV exige, por
ejemplo, estadísticas transparentes, hoy inexistentes en el país.
Pero tras la cumbre del 2 de
abril, y pese a una flexibilización aprobada a fines de marzo por el organismo,
la Argentina no califica ni siquiera para la llamada Línea de Crédito Flexible (FCL,
según sus siglas en inglés), esquema que reemplazó a un programa aprobado en
octubre último tildado de rígido. Estos créditos piden también datos cristalinos
y acceso estable a los mercados internacionales.
El acuerdo histórico
alcanzado en la capital británica le otorgará al Banco Central (BCRA) cerca de
3000 millones de dólares que provendrán del aumento de los Derechos Especiales
de Giro (DEG) en el FMI, que son asignados a los países miembro en proporción a
sus cuotas. Los DEG son un activo de reserva internacional creados en 1969 para
complementar los activos de reserva existentes de los países miembro.
La necesidad del Gobierno por
fondos frescos se reflejó en la última asamblea anual del Banco Interamericano
de Desarrollo (BID) en Medellín, en la que el ministro de Economía, Carlos
Fernández, se encargó de reclamar al organismo una ampliación del fondeo para
nuevos préstamos. Además, la administración se encargó de asegurarse más de
10.000 millones de dólares en yuanes chinos a través de un swap financiero.
A mediados de diciembre de
2005, a pesar de las duras críticas contra el Fondo, el entonces presidente
Néstor Kirchner pagó al contado unos US$ 10.000 millones de dólares con reservas
del BCRA para saldar la deuda con el organismo multilateral. Por eso, no sería
sorprendente que, más allá de los discursos en los atriles, el Gobierno haya
comenzado a allanar el camino de vuelta el FMI.
No a la devaluación
El mismo punto doce que forma parte del acuerdo al que
arribaron los 20 presidentes reunidos en Londres el último 2 de abril registra
otra curiosidad: exige a los países firmantes, entre ellos la Argentina, a
evitar devaluaciones competitivas. "Nos abstendremos de una devaluación
competitiva de nuestras monedas", señala el documento firmado por Cristina
Kirchner. No obstante, desde el Banco Central (BCRA) explicaron a lanacion.com que
el encarecimiento de la moneda norteamericana registrado en los últimos meses no
responde a una devaluación competitiva sino a un ajuste con respecto a las
monedas de la región en el marco de la crisis financiera que golpea al mundo.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/1116532-admite-cristina-kirchner-el-monitoreo-del-fondo-monetario-internacional-en-el-documento-del-g20
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/1116532-admite-cristina-kirchner-el-monitoreo-del-fondo-monetario-internacional-en-el-documento-del-g20
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LOS DESAFÍOS Y LAS CONCLUSIONES
Los logros de la cumbre del G-20 en Londres
3 de abril de 2009
·
Un billón de
dólares común contra la recesión y el fin del secreto bancario
·
EEUU y Europa
dejan para otra cumbre la necesidad de más planes propios
El presidente de
EEUU, Barack Obama, explica las conclusiones de la cumbre. | Efe
Javier González
Madrid.-
La cita decisiva de Londres ha
llegado a su fin. Se esperase mucho o poco de ella, los líderes
del G-20 e invitados sabían que debían anunciar medidas más concretas que las de Washington para
frenar la recesión mundial. Lo logre o no, el
paquete de medidas existe.
El mercado ha
aplaudido los pactos de
Londres. No obstante, la reunión no ha tratado algunos temas tan importantes
como la necesidad de preparar nuevos
(y costosos) planes nacionales contra
la crisis.
Las claves de
Londres, más allá de los compromisos de intenciones anunciados con asuntos como
la Ronda de Doha o el medio ambiente, son dos: la aportación de un fondo común
de un
billón de dólares para
estimular el comercio y la persecución del secreto
bancario.
Punto por
punto, estos han sido los desafíos abordados por el G-20:
Fondo Monetario Internacional
Uno de los
protagonistas de la cumbre de Londres ha sido el FMI, que este año cumple 65
años y su relevancia mundial está en entredicho por el control que ejercen sobre
él Estados Unidos y Europa, dejando sin margen de decisión a las potencias
emergentes y los países en desarrollo.
El G-20 ha
decidido dotarle con medio billón de dólares adicional para reforzar su papel
como prestamista internacional.
Así, sus fondos pasan de
250.000 a 750.000 millones de dólares, dinero con el que podrá
auxiliar a numerosos países ahogados por la crisis, como
por ejemplo México, que ya ha recurrido a su nueva Línea de Crédito
Flexible, o Europa
del Este.
Además, el G-20
ha pactado dar más relevancia dentro del organismo a los países en desarrollo.
Así, ha establecido enero
de 2011 como
plazo para cambiar sus cuotas de poder, igual que ha ocurrido en el caso del Banco
Mundial, cuyo plazo es 2010.
Comercio y proteccionismo
La Organización
Mundial del Comercio advirtió que 2008
fue el primer año en un cuarto de siglo en el que el comercio mundial se
contrajo. La clave para salir de la crisis es que éste se
reactive, por lo que el G-20 ha decidido poner toda la carne en el asador.
Así, del billón
de dólares presupuestado en la cumbre, 250.000 millones de dólares irán
destinados a reactivar el comercio global y 100.000 millones para los bancos
internacionales de desarrollo.
Por otra parte,
la lucha
contra el proteccionismo ha
estructurado también el discurso de las grandes potencias. "En
Estados Unidos rechazamos el proteccionismo. La historia
demuestra que [el proteccionismo] lleva de la recesión a la depresión", advirtió
el presidente Obama.
Las iniciativas
proteccionistas surgidas hasta ahora han disparado las alarmas de la comunidad
internacional. Entre ellas el 'Buy
American'; las ayudas
al motor en España,
Alemania y Francia, o la descoordinada
ampliación de la garantía
de los depósitos de Europa.
El G-20 ha
pactado no incurrir en medidas proteccionistas para hacer frente a la crisis a
escala local. Dos de los compromisos pactados más importantes son el de no
devaluar las divisas nacionales para
competir de forma desleal y "minimizar" que los planes
de rescate de la banca nacional supongan
competencia desleal con las operaciones extranjeras. Por otra parte, Estados
Unidos y China han
aprovechado la cumbre para estrechar sus relaciones. Tanto Obama como el
presidente chino, Hu Jintao, han expresaron su decisión de luchar contra el
proteccionismo.
Regulación financiera y paraísos fiscales
"La época del
secreto bancario ha llegado a su fin", ha anunciado el presidente francés,
Nicolas Sarkozy. El 'nudo gordiano' de la crisis financiera es el
desconocimiento de hasta qué punto se elevan las pérdidas de las entidades. Las
entidades no sólo no conceden préstamos a los ciudadanos, sino también entre
ellas a causa de la opacidad sobre hasta qué punto están 'enfermos' los bancos.
Por ejemplo, las pérdidas del 'caso
Madoff', más de 50.000 millones de dólares, aún son estimaciones.
La reforma del
sistema bancario tiene objetivo acabar con las "sombras" del sistema financiero,
según el primer ministro británico, Gordon Brown. Así, el G-20 ha decidido
acabar con los paraísos
fiscales que figuren en la
'lista negra' de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE).
El debate era
espinoso porque muchos paraísos fiscales han estado hasta ahora bajo el 'paraguas'
de algunas naciones que forman parte del G-20. El objetivo es acabar con el
secreto bancario con la colaboración de estos países, aunque falta por comprobar
hasta qué punto se llegará en esta iniciativa con los paraísos propios, como denunció el
primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker.
Por otra parte,
la nueva regulación será más
estricta con las entidades financieras no bancarias, como es el
caso de los fondos de inversión riesgo ('hedge funds'), ajenos al estricto marco
legal de los bancos. Para ello se unificarán criterios bajo la supervisión del
FMI y la creación de un consejo de estabilidad financiera en cada país.
Promesas sin concreción
Además de
abordar cómo hacer frente a la actual recesión, los líderes reunidos en Londres
han pronunciado un compromiso conjunto en materias como reactivar la Ronda de
Doha, los Objetivos del Milenio o el cambio climático.
De los 29 puntos
en que se divide el documento final de la cumbre de Londres, sólo el 28 recoge
el compromiso contra la "amenaza del
cambio climático irreversible". Los países, con sus "diferentes
responsabilidades", buscarán un acuerdo común en la Conferencia sobre el Cambio
Climático de la ONU de Copenhague, diciembre de 2009.
Respecto a la Ronda
de Doha, organizada por la Organización Mundial del Comercio
desde 1999 para intentar liberalizar el comercio internacional, el G-20 reitera
que no se olvida de su "compromiso" para alcanzar un acuerdo. Ello aumentaría en
150.000 millones de dólares el volumen del comercio mundial, según el comunicado
de Londres.
Por su parte,
las ayudas
al Tercer Mundo para
cumplir con los Objetivos del Milenio han sido canalizadas a través del Banco
Mundial, el FMI y el resto de instituciones internacionales que velan por
aquellos países que no participaron en la cumbre.
Responsabilicemos al Estado y no sólo a los gobiernos de turno. En efecto la ocupación económica territorial por el sistema (imperialista asociado a poderes locales) de la soja transgénica se inicia con: "Felipe Solá que la autorizó en sólo 81 días del verano de 1996. De 136 folios del expediente, 108 son de Monsanto, en inglés y sin traducción. Solá invocó un dictamen jurídico que aún no se había firmado". Leer
Hoy la instalación de
una base militar de Estados Unidos tiene historia que impuso Aníbal
Fernández en el año 2006 como
ministro del gobierno de Néstor Kirchner. Destaquemos cómo funciona la
democracia vigente para que no sea invasión.
Argentina:
El Comando Sur en Neuquén
31 de mayo de 2018
Por
Elsa Bruzzone, Resumen Latinoamericano
Hace
unos días nos enteramos de la infausta nueva: El Comando Sur de los EE UU
lograba imponer, luego de un primer intento abortado en el año 2012, su
objetivo de hacer pié en nuestro país para disponer una base militar en la
Provincia de Neuquén. Durante el año 2017 el entonces embajador norteamericano
interino Tom Cooney había recorrido la Provincia y ratificado la intención
de reactivar la construcción de la base. Al mismo tiempo destacó las
inversiones que Chevron y Exxon Mobil realizaban en Vaca Muerta.
Los
medios de comunicación provinciales informaron, en la semana del 7 de mayo, que
un grupo de “técnicos” norteamericanos habían arribado la Provincia para
construir las instalaciones, donadas por el Comando Sur bajo la figura de “Ayuda
Humanitaria”, donde funcionará la Defensa Civil Provincial. El costo de la
obra asciende a 2.000.000 dólares y consta de una sede y un galpón de 600 metros
cuadrados que podría funcionar como centro de evacuación ante catástrofes
eventuales ya que contará con dormitorios, baños, cocina, una sala de cuidados
médicos, otra para conferencias y un helipuerto. Se ubica sobre la Autovía Norte
y a escasa distancia del Aeropuerto Internacional de Neuquén.
“No se trata de una base militar, sino del Programa de Ayuda Humanitaria para
retomar la marcha de la obra que se suspendió en 2.012 y que consiste en un
depósito y un edificio de oficinas para la coordinación de Defensa Civil y otros
organismos ante una emergencia”, afirmó Leonel Dacharry, Secretario General de la
Gobernación Provincial. Agregó “Comenzamos los contactos en 2009 y a través
del programa conseguimos un campamento para evacuados para 250 personas, que nos
vino muy bien cuando se produjo la erupción del volcán Puyehue, en 2011”.
El año pasado llegó la segunda etapa del campamento, que
ahora puede albergar hasta 500 personas”.
Informó además que la ayuda incluyó vehículos todo
terreno que integran el Plan de Manejo del Fuego, se encuentran en Junín de los
Andes y pueden ser utilizados para búsqueda y rescate. Señaló que
“el lugar elegido está junto a la autovía
Norte y cerca de un centro de distribución estratégica como es el aeropuerto
(Internacional Juan D. Perón) para el traslado de elementos a zonas que lo
ameriten y que no es una base porque los edificios quedan bajo el registro
dominial de la Provincia.” Añadió que las obras
habían comenzado en 2012, se habían detenido y que recientemente habían
llegado de EE UU “tres ingenieros y un arquitecto del programa de ayuda
humanitaria para supervisar la continuidad de las tareas”. Agregó
que “se trata de una estructura “muy
liviana, con posibilidad de expansión, estará dotada de un grupo electrógeno por
posibles cortes de energía eléctrica y servirá para el acopio de víveres, los
campamentos móviles y, eventualmente, para alojar personas ante alguna
emergencia”.
Reiteramos para Neuquén lo que sostuvimos en
nuestro documento “EL COMANDO SUR EN EL CHACO”. Presentamos un análisis de la
forma como se ha aplicado y se aplica la estrategia para el control militar y de
los recursos naturales estratégicos de la Región por parte del llamado “Comando
Sur” de EE.UU..
Todo se inició cuando el Comando Sur y la embajada norteamericana impulsaron un “Programa
de Fortalecimiento del Sistema Provincial de Emergencias,” que fue
aprobado en 2006 por el ex Ministro Aníbal Fernández, como un aporte a los
programas sociales que desarrollaba el gobierno. De esta manera y enmascarando
las reales intenciones se posibilitaba la entrada de dicho Comando en territorio
argentino por la puerta de servicio. Ello implicó realizar inicialmente
campañas de “concientización humanitaria” y de instrucción a la población con el
objetivo de establecer, en un futuro que manifestaron cercano, personal
para colaborar con la “ayuda humanitaria”, tal como había ocurrido con
anterioridad en Ecuador, Honduras, Costa Rica, Paraguay y Colombia.
Lo que el representante del Comando Sur para Argentina no
ha explicado ahora, como tampoco lo hizo en el año 2012 el Coronel Edwin Pastor
cuando hacía las gestiones en la Provincia del Chaco, es como un programa con
apariencia civil es realizado por un COMANDO MILITAR DE EE UU, EL CUAL NO
GUARDA RELACION DE DEPENDENCIA CON LA EMBAJADA DE ESE PAIS, que es la que
debería tener a su cargo o patrocinar programas realmente solidarios y
exclusivamente civiles.
Existiendo múltiples organismos no militares nacionales e
internacionales cuya actividad se orienta hacia una misión social y humanitaria
no queda claro por qué estas tareas se encomendaron al Comando Sur en forma
altamente sospechosa ya que es conocida la doble misión de las embajadas y los
organismos militares de EE.UU. en los diversos programas civiles y militares de
ese país para ayuda, capacitación, intercambio, cooperación, trabajo bilateral y
que culminan con la realización de ejercicios militares “combinados” con los
efectivos de los países involucrados .
Además todo ello constituye el fundamento del funcionamiento del
llamado SIAD (Sistema Interamericano de Defensa) creado por EE.UU. dentro del
cual el COMANDO SUR es el principal órgano operador para Latinoamérica y El
Caribe, independientemente de las atribuciones políticas de las embajadas
norteamericanas en el Continente.
Por un lado, Washington presenta un componente humanitario visible al
público, estructurado sobre actividades que la sociedad visualiza como ‘justas’
y en su beneficio, de modo tal que pueda justificarse una interacción
bilateral. Causas como ayuda humanitaria, sanidad y salud pública, emergencias
y desastres naturales, derechos humanos, seguridad, lucha contra el narcotráfico
y el narcoterrorismo. Pero por otro lado existe una componente no visible que
se encuadra en los objetivos estratégicos afines a los intereses de EE UU y
muchas veces contrapuestos a los del país asistido conducidos por un comando
militar.
Además se suman a esta operatoria los
”Acuerdos de Cooperación” que el Gobierno Nacional
Argentino ya viene manteniendo con EE.UU. en el plano militar y civil; sea por
ejemplo para capacitación de civiles y militares con instructores
estadounidenses, como son los Programas Internacionales para Educación y
Entrenamiento Militar, de Seguridad de Fronteras y Control de Exportaciones y de
Asistencia Antiterrorista. También Washington envía fondos para educación y
entrenamiento policial.
Como expresa el Comando Sur estas estructuras de cooperación facilitan la interacción militar con militares de la zona la cual es necesaria para “mantener un contacto regular que construya confianza e intercambio de información relevante para la seguridad regional.” Permite conocer cómo trabajan otros militares (sus procedimientos y capacidades de comando y control) considerados importantes para una futura cooperación. Los militares estadounidenses buscan a través de estos programas, construir relaciones interpersonales con oficiales de otros países, amistad y camaradería con los altos jefes y aumentar el acceso a los militares de la región, para convertirlos en potenciales aliados en futuros conflictos.
Cuando
ha sido alcanzada cierta aceptación de su accionar por la sociedad y se ha
logrado un nivel de organización aceptable, surgirá naturalmente la necesidad de
instalar, por ejemplo, un Centro de Coordinación Antidrogas en la localidad, con
ello las bases militares serían entonces Centros de Seguridad Cooperativa.
Ellas podrán materializarse como instalaciones inocuas que podrían traer
progreso a la zona. Para ello bastará con que el Comando Sur
logre disponer de estructuras, terrenos, almacenes, rutas, aeródromos, puertos
que podrán ser concesionados, alquilados y/o mantenidos por la nación
anfitriona, y en servicio con poco personal permanente o temporario. Estas bases
encubiertas, listas para ser completamente activadas,
podrán tener facilidades y equipamiento predeterminado para albergar rotación de
fuerzas y actuar como centros de entrenamiento regionales en operaciones
combinadas con EE.UU.. Pueden
presentarse como no militares para que sean aprobadas por los Congresos de los
países involucrados y mostrarse necesarias para el control del contrabando,
migraciones ilegales y narcotráfico, un ejemplo cercano lo constituye el predio
“Mariscal
Estigarribia” en el Paraguay.
Estas instalaciones operacionales extraterritoriales de
EE.UU., por una especie de metamorfosis, se transforman con el devenir de la
“amenaza” de un enemigo común en lo que ellos denominan Base de Operaciones
Principales (MOB), fortificaciones militares para comando, control y
comunicaciones con fuerzas operativas permanentes; Base de Operaciones de
Avanzada (FOB), extensión de la anterior para operaciones especiales y que
incluye aeródromo, fondeadero o muelle; Centro Operativo de Avanzada (FOL),
similar al anterior pero sin toda su infraestructura y primariamente utilizada
para operaciones antidrogas; Centro de Seguridad Cooperativa (CSL), con poca o
nula presencia permanente de los estadounidenses, mantenida por concesión o
por el país anfitrión, funciona como centro para actividades de cooperación con
éste, rotación de fuerzas, apoyo logístico y acceso ante contingencias. Pruebas
de su existencia las encontramos en distintos países latinoamericanos y
caribeños. Es el caso de las bases de Comalapa, Aruba y Curazao, por ejemplo,
que se clasificaban como FOL, es decir para lucha antidrogas, y luego fueron
redefinidas como CSL (de Cooperación). Curiosamente las tres están en lugares
geográficos privilegiados con pistas de aterrizaje de 2,4 kilómetros de
largo para aviones pesados, con capacidad para operación nocturna de
aeronaves, control de tráfico aéreo, equipos de abastecimiento de combustible,
bomberos, hangares, oficinas y almacenes. En ellas se registra la presencia
continuada de aeronaves de combate, como los cazas supersónicos a reacción F-16
y F-15, aviones de reconocimiento y patrulla Orión P-3, aviones de Inteligencia
de señales E-2 AEW, E-3 AWACS, aviones de rescate y tanqueros para
reabastecimiento de combustible en vuelo como el Hércules HC-130, de transporte
táctico como el Hércules C-130 y helicópteros de distinto porte.
Hay abundante evidencia de que en estas instalaciones de EE
UU y en otras de mucho menor perfil se realizan en los hechos, operaciones
militares encubiertas de la más diversa índole y que cumplen múltiples funciones
estratégicas; entre ellas apoyar ataques militares contra organizaciones
rebeldes locales que estorben los intereses de EE UU y sus aliados, y guerra de
Inteligencia de señales electrónica y de comunicaciones que permite detectar la
posición de los blancos, identificarlos e implementar el ataque con bombas
inteligentes. Claro ejemplo de esto fue el bombardeo al campamento ecuatoriano
en el que murió Raúl Reyes.
Las instalaciones estadounidenses cumplen además misiones
de vigilancia y espionaje de los sistemas de armas y fuerzas militares del país
anfitrión y sus vecinos, realizan acciones de infiltración, relevamiento,
influencia y control sobre las Fuerzas Armadas y poblaciones de los países con
el engaño que le traerán progreso local, bienestar económico, empleos y
seguridad. La presencia militar latente de EEUU en la región facilitará planes
de despliegue rápido regional y global de sus fuerzas de tareas ante conflictos.
También pueden actuar como elemento político
disuasivo afín a los intereses de Washington. Es impresionante la transformación
sufrida por estas organizaciones que, iniciándose como ”CENTROS DE AYUDA
HUMANITARIA” a las necesidades de las comunidades civiles, se transformaron en
formidables elementos castrenses, casi imposibles de eliminar. Si quedan dudas
he aquí algunos ejemplos: a) Brasil:
Los norteamericanos habían logrado establecer una base en San Pedro de
Alcántara, cerca de Manaos y se vieron obligados a abandonarla en agosto de
2003, cuando el gobierno brasileño no les renovó la concesión. Este hecho
coincidió con la explosión del tercer prototipo del VLS – 1 (Vehículo
Lanzador de Satélites) en la Plataforma del Centro de Lanzamiento de
Alcántara, donde murieron 21 trabajadores del Centro Técnico Aeroespacial de
San José dos Campos. b) Honduras:
El Presidente Mel Zelaya quiso cerrar la base de Soto Cano o Palmerola. Fue
derrocado por un golpe cívico – militar orquestado por EE UU en 2009. Fue
secuestrado, subido a un avión militar y dejado en el Aeropuerto de San José de
Costa Rica. c) Ecuador:
En 2009 el Presidente Rafael Correa informó que no renovaría la concesión de
la base aeronaval de Manta. La Constitución ecuatoriana prohíbe la existencia de
bases militares extranjeras en su territorio. La base fue entregada en
diciembre de ese año; pero nueve meses más tarde, el 30 de septiembre de 2010,
se produjo en Ecuador un golpe de estado orquestado por las Fuerzas de Seguridad
infiltradas por la CIA; la DEA y la USAID. El Presidente fue secuestrado y casi
asesinado. Por suerte el golpe fracasó.
d) Colombia: El país se ha encaminado hacia la paz por el
Acuerdo FARC – EP – Gobierno Colombiano. Ya no hay motivos para bases. Sin
embargo el Comando Sur ha determinado que el Acuerdo “no
implica el final de los cambios en seguridad”.
Una de las metas de las operaciones de
Inteligencia de EE UU en Argentina parece ser materializar, poco a poco, una
progresiva presencia en el país que no necesariamente significa permanencia
desde el inicio, ya que normalmente es un nivel cooperativo y humanitario con
bajo perfil; pero luego y en el momento oportuno, se transforma en una
intervención militar negociada.
Más aún en la actualidad donde Argentina ha regresado a las relaciones carnales
con EE UU y Gran Bretaña (Ver en
www.cemida.com.ar “Desarmando la Soberanía” ) a los cuales se ha agregado el
Estado Israel. Dice un refrán popular “
Dime con quién andas y te diré quién eres”
El Diputado del PTS – Frente de Izquierda RAUL GODOY
denunció que “mientras Macri entrega el
país al Fondo Monetario Internacional y se prepara para descargar la crisis
nacional que se está gestando sobre las espaldas del pueblo trabajador, en la
Provincia el MPN profundiza el intento de militarizar la región, primero
autorizando la instalación de 400 gendarmes y ahora permitiendo la construcción
de una base norteamericana”.
Presentó un
Proyecto de Resolución donde insta
al
“Poder Ejecutivo Provincial a prohibir la ejecución de obras de la
Embajada de Estados Unidos en la meseta de la ciudad de Neuquén, para la
construcción del Comité de Emergencias de Neuquén (COE), con fondos donados por
el US. Southern Command, bajo la figura de ayuda “humanitaria”, por implicar una
avanzada sobre la soberanía nacional” y a
“prohibir cualquier intento de instalar bases militares estadounidenses, en
territorio de la provincia de Neuquén”. He aquí los fundamentos:
“La Embajada de Estados Unidos decidió dar continuidad a la ejecución de una
obra para la construcción de la sede del comité de Emergencias en Neuquén (COE).
Esta obra había sido autorizada por el ex gobernador Jorge Sapag en el año 2012
y frenada por la polémica desatada en Chaco, donde obras similares fueron
denunciadas ya que se trataban de bases militares. La ejecución de dicha obra se
realizaría con fondos donados por el US. Southern Command, de la Embajada de
Estados Unidos, bajo la figura de un programa de ayuda “humanitaria”.
Por un organismo militar que en su propia página web describe que “el
Comando Sur de EE.UU. aprovecha las capacidades de respuesta rápida, la
colaboración de naciones socias y la cooperación regional dentro de nuestra área
de responsabilidad para apoyar los objetivos de seguridad nacional de los EE.UU.,
defender los acercamientos sureños de Estados Unidos y promover la seguridad y
la estabilidad regional”.
Luego de la Guerra Fría Estados Unidos estableció la delimitación territorial del planeta en cinco regiones que en ese momento se reafirmaban bajo la supervisión de diferentes Comandos de las fuerzas armadas. Actualmente los Comandos de Combate son nueve: African Command, Central Command, European Command, Northern Command, Pacific Command, Southern Command, Special Operations Command, Strategic Command y Transportations Command. Argentina ingresa bajo la órbita del United States Southern Command (Comando Sur de los Estados Unidos). A través de diferentes programas, la Guardia Nacional de Estados Unidos (Ver nuestro documento “CONVENIO CON EE UU PERMITIRÁ QUE SUS MILITARES CONDUZCAN NUESTRA SEGURIDAD INTERIOR”), conduce acciones y desarrolla soporte de objetivos militares, además de facilitar entrenamiento en cuanto a seguridad de fronteras, desastres ecológicos y humanitarios, logística y situaciones críticas de emergencia. En mayo del año 2016, el presidente Mauricio Macri autorizó a Estados Unidos a instalar bases militares en territorio nacional. Washington siempre ha usado distintas excusas para instalar sus bases militares; “ayuda humanitaria y apoyo ante las catástrofes naturales” es una de ellas, los mismos argumentos esgrimidos en esta oportunidad para permitir la intervención de Estados Unidos en cuestiones militares internas. Por lo expuesto y por significar una avanzada sobre la soberanía nacional es que solicito a los Diputados y Diputadas acompañen este Proyecto de Resolución.”Como cierre comparto la siguiente reflexión del pedagogo argentino DR. GUSTAVO CIRIGLIANO “Cuando un Imperio proclama la paz trae la guerra, cuando exalta la solidaridad esconde un ataque, cuando reclama adhesión trama entrega y cuando ofrece amistad distribuye hipocresía.”
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