¿Qué se esconde detrás de la represión
a los wichí en Formosa?
11 de enero de 2018
El
barrio 50 viviendas de Ingeniero Juárez, Formosa, sufrió dos represiones
durísimas en pocos días, que dejaron varios heridos, detenidos que ya están
libres y la zona militarizada. Hugo Torrico, integrante de las comunidades
wichí, habló con Fernando Tebele en el programa La Retaguardia y contó cómo
está la situación allí. Repasó la historia del barrio y el trasfondo real, que
es un posible desalojo.
Por
La Retaguardia/Imagen: Hugo Torrico
“Este conflicto con los pueblos originarios ya
venía sucediendo hace aproximadamente 10 años. Antes, tal vez porque nosotros
éramos poco expresivos, éramos manejados y nunca nos hacíamos escuchar sobre lo
que estamos atravesando, todo era tranquilo. Con el correr del tiempo, las
comunidades fueron tomando coraje. Se fue tratando de convivir como sociedad de
Ingeniero Juárez. Sabemos que todavía estamos lejanos a la gente criolla por
nuestras costumbres y nuestra manera de vivir. Nosotros sentimos más la vida cerca
del lago y cerca del monte. Nuestra riqueza es nuestro territorio. Aquí en
Formosa la situación de los pueblos indígenas es muy complicada. La gente va
tomando conciencia de la realidad que estamos viviendo. Por el hecho de pensar
diferente se han hecho notar las persecuciones que sufrimos a través de la
Justicia, las represiones y las discriminaciones. Se hace sentir la falta de
trabajo, la falta de integración y la falta de salud y de educación. Nos
propusimos enfrentar estas situaciones acompañados por quien comprenda más de
la realidad de los pueblos indígenas para que seamos escuchados” comenzó
relatando Hugo acerca de la problemática histórica de las comunidades
originarias en Formosa.
Torrico contó el
engaño que padecieron con la creación del Barrio 50 viviendas, donde la mitad
de las construcciones que se hicieran serían para las comunidades de Ingeniero
Juárez. Cuando cayeron en la cuenta de que serían habitadas en su totalidad por
criollos, ocuparon esas tierras: “Fue una decisión política y un engaño hacia
las comunidades. Lo que ha hecho del Ejecutivo municipal es llamar a una
asamblea a los referentes políticos y comisiones vecinales de caciques con el
propósito de solicitarles a las comunidades que cedan el terreno para construir
viviendas con intención de poner 50% de las viviendas para las comunidades y
50% para distribuirlo entre quienes ellos quieran. Cuando ya estaban totalmente
terminadas y con fecha especificada para la entrega de las viviendas,
averiguamos por todas las comunidades y resulta que a nadie se lo llamó para
decirle que le habían asignado vivienda. Nosotros no tenemos documentos de esos
terrenos, históricamente lo ocupaban nuestros ancestros. Esa tierra es nuestra,
de nuestros ancestros. Decidimos ir a tomar el 50 viviendas, porque es nuestro.
Éramos 600 familias que tomamos allá”, señaló Hugo, que advirtió de antemano
que el acuerdo parecía tramposo: “El modelo de estructura era para gente
blanca, no para nosotros. Cuando traen algún proyecto de vivienda ya viene
diseñado para las comunidades. Esto era algo especial y sabíamos que no era
para nosotros. Tomamos esas viviendas como pueblo indígena”, expresó.
Por ello, han sido
citados por la Justicia, pero pidieron que algún representante se acercara a
Juárez para tomarles declaración ya que no cuentan con los recursos para
trasladarse hasta el juzgado: “Nos han denunciado por usurpación. La empresa a
cargo de las viviendas nos hizo una denuncia penal a quienes tomamos las
viviendas. Tuvimos que ir a desfilar para declarar. Cuando la Justicia nos
llamó a nosotros, éramos como 180 que teníamos que ir. Nosotros tenemos la
voluntad de ir a declarar en la justicia por qué nosotros tomamos las
viviendas, pero por escasos recursos no tenemos para pagar el boleto. Hicimos
una nota al juez pidiendo que alguien de la Justicia se traslade a nuestra
localidad y vamos a tener la voluntad de ir a declarar”, aseguró Torrico en
conversación con Fernando Tebele en Radio La Retaguardia.
Cuando visitamos la
zona en julio de 2017, La Retaguadia pudo advertir que el barrio ya estaba
militarizado, aunque no al nivel de estos días. En cada esquina del 50
Viviendas, patrullas policiales acechaban a los y las vecinas. Incluso pudimos
advertir que una de las viviendas directamente estaba tomada por la policía.
La situación en Ingeniero Juárez respecto a la violencia policial empora cada vez más. Los wichí se ven envueltos en las mentiras de losmedios locales que difunden que son los originarios
quienes provocan a la policía, cuando en verdad es al revés: “Muchos se han
acercado a ver qué es lo que ha pasado. Hay gente que comunica la realidad que
vivimos nosotros como comunidad, pero muchas veces algunos medios quieren hacernos confrontar entre nosotros.
Digo esto porque la policía misma es la que agredió a un grupo de chicos que
iban pasando durante el reclamo en el 50 Viviendas. No es que la comunidad
insulta o que somos agresivos. No nos creemos dueños de todas las tierras.
Respetamos la Constitución y las leyes. Nosotros en ningún momento usurpamos. Lo
que hace el Estado provincial contra las comunidades es reprimir y provocar
muertes. Han muerto pastores; a veces por ir a cazar un animalito al monte de
ellos, porque ya dicen que es de ellos, te sacan a tiros y balazos. Si salís
vivo, salís, si no salís muerto. Eso es lo que está pasando aquí en Formosa”,
explicó Hugo y remarcó la participación del Gobernador de Formosa para acentuar
esta problemática: “El Gobernador Gildo Insfrán dijo: ’Si ustedes, los
dirigentes, no ponen buena voluntad para sacar a su gente, nosotros tampoco
vamos a hacer nada para ustedes’. Esa espina la lleva debajo del calzado el
Gobernador. Se siente muy molesto. Hace 30 años le estamos pidiendo el título
de propiedad y no nos lo da. Cuando vamos a tomar el territorio nos sacan a tiros.
Ya no estamos usurpando. Mucha gente nos dice que vayamos en forma pacífica.
Eso es lo que estamos aprendiendo, buscar el diálogo, pero no se encuentra
fácilmente.
La situación en Ingeniero Juárez respecto a la violencia policial empora cada vez más. Los wichí se ven envueltos en las mentiras de los
Primero está el
apriete y después la
amenaza. Cuesta llegar a la gente. Poca ayuda tenemos
ante esta situación”, denunció Torrico que además agregó que deben soportar las
provocaciones y los insultos discriminatorios de la policía de Formosa. “Ese
día, el lunes por la noche, la policía nos decía ‘vayan a dormir matacos de
mierda, sucios de mierda. Lo único para lo que sirven es para vagar nomás. Son
generadores de problemas’. Entonces los chicos reaccionan. Nadie dice esas
cosas. Nadie dice que la policía de Formosa trató a los originarios de forma
discriminatoria. Nosotros tenemos que decir la realidad, cómo nos tratan a
nosotros”, expresó.
Otro de los apuntados por Torrico fue el Ministro de Gobierno, Justicia, Seguridad y Trabajo de Formosa, Jorge Abel González, a quien señalan como responsable de muchos de los males de los wichí en la provincia: “Hay policía en distintos barrios de Ingeniero Juárez. Hace poco se creó en Formosa la policía antidisturbios. Dicen que los aborígenes son agresores y ladrones. Desbaratan a cualquier persona que se le cruce por el camino. Nosotros no somos eso, nos insultan de esa manera. El Ministro de Justicia que hoy tenemos en Formosa, Abel González, conoce bien la realidad, conoce senda por senda los pueblos indígenas. Él fue asesor de los indígenas. Gildo lo tomó a él porque conoce a la gente dela
comunidad. No nos representa a nosotros. Cuántas balas han
tirado a la gente de este Ministro. Se puso más pesado esta semana. El
conflicto no es con el criollo ni con el vecino, es con la policía. La agresión
viene de parte de la
policía. Ahí nace la impotencia de las comunidades.
Inventaron que los aborígenes fueron a saquear a un supermercado, pero acá no
hay supermercado. Lo que escriben esos medios
es lo que les dice la policía, recibiendo órdenes del Ministro para buscar
excusas. En ningún momento hemos ido a saquear un supermercado. La policía le
hizo perder un ojo a un integrante de la comunidad. A otro le
metió la bala por la
espalda. Nadie cuenta eso. Lo esconden todo. En un mes,
cuántas balas tienen hoy los chicos en su cuerpo y en su rostro. Por cuestiones
de miedo no quieren acercase al centro de salud porque se acerca la policía y
los quiere llevar. Ya fueron llevados 5 chicos. Los tuvieron detenidos una
semana. Es la misma policía la que insulta a los miembros de la comunidad. Los
corre con el caballo y los asusta. Estamos pidiendo que la policía actúe de
forma desarmada. Ellos van con balas de goma. Para ellos los originarios son
conejos”, denunció Hugo.
Otro de los apuntados por Torrico fue el Ministro de Gobierno, Justicia, Seguridad y Trabajo de Formosa, Jorge Abel González, a quien señalan como responsable de muchos de los males de los wichí en la provincia: “Hay policía en distintos barrios de Ingeniero Juárez. Hace poco se creó en Formosa la policía antidisturbios. Dicen que los aborígenes son agresores y ladrones. Desbaratan a cualquier persona que se le cruce por el camino. Nosotros no somos eso, nos insultan de esa manera. El Ministro de Justicia que hoy tenemos en Formosa, Abel González, conoce bien la realidad, conoce senda por senda los pueblos indígenas. Él fue asesor de los indígenas. Gildo lo tomó a él porque conoce a la gente de
Por último, Torrico
contó que los wichí y el resto de las comunidades han decidido en asamblea
negar cualquier tipo de obra de construcción de viviendas que quiera realizarse
en la zona a partir de ahora: “Acá en Juárez no se construye más viviendas para
nadie. Esperemos que esto mejore. Mientras esté este Gobierno en Formosa no
creo que mejore. Para ellos somos un estorbo, somos un conejo de caza. Vamos a
seguir reclamando y pidiendo justicia y que el derecho humano se respete. Sepan
que aquí hay indígenas que viven todavía, están de pie y van a seguir clamando
por el bien de una comunidad”, cerró.
Según pudo saber La
Retaguardia, el desalojo del 50 Viviendas ya estaría firmado por la justicia,
por lo que no es apresurado pensar que los dos episodios violentos tienen como
finalidad generar un desgaste, tanto para los originarios, como para los
criollos, y que quede instalado que la única solución para conseguir paz es el
desalojo. En realidad, la mejor manera de conseguir tranquilidad es que todas
las personas puedan acceder a sus viviendas, pero esa es otra historia.
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article15855
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