Flores en el desierto: Mujeres del
Concejo Indígena de Gobierno
29 de enero de 2018
Ellas son como
cualquiera de nosotras. Y no. Han vivido el racismo en su escala más infame.
Les han negado historia, lengua y vestimenta, al tiempo que les arrebatan territorios,
centros sagrados, ceremonias y recursos naturales. Empresas y gobiernos quieren
sus aguas, sus montañas y sus vientos. Y ellas, hijas y nietas de mujeres
guerreras, se atreven a vaticinar otro mañana para su pueblo y para el país
entero, pues no hay día en que no pongan alma y cuerpo para defender lo que es
de todos.
Gloria Muñoz Ramírez / Desinformémonos
No son víctimas. Ni de poderes ni de
costumbres. Pero sí están agraviadas. Desafían los destinos impuestos y han
roto con tradiciones locales y globales para construir su propia historia. Son
lo que son y lo que de ellas ha hecho la vida, dice Lupita, a quien los
paramilitares le asesinaron a nueve familiares. A Rocío, Magda, Sara y Bettina,
el gobierno las detuvo y encarceló por el delito de luchar y no dejarse,
mientras que Gabriela enfrenta a la delincuencia marina, Myrna y Osbelia a la
maquinaria que devora sus territorios, y Lucero a quienes les arrebatan sus
plantas medicinales. Marichuy, sanadora y defensora, es su vocera y, junto a
ellas y otras más, pone la vida para construir un mundo más bueno, uno donde,
como dicen los zapatistas, quepan muchos mundos, y donde el que mande, mande
obedeciendo.
Su corazón es comca’ac, yoreme, coca, binnizá,
nahua, tsotsil, mazahua, maya y kumiai, aunque no todas guarden la lengua. Padres y
abuelos aprendieron a no enseñar, como dice Myrna, para evitarles maltratos en
escuelas y ciudades. A Magda, el levantamiento zapatista la hizo recuperar sus
trenzas, su enagua y sus palabras. A Rocío la hizo saberse indígena, en un
pueblo que el gobierno dice que no lo es.
Todas son integrantes del Concejo Indígena de
Gobierno (CIG), estructura creada por el Congreso Nacional Indígena (CNI) para
visibilizar sus luchas y llamar a la organización de los pueblos, indígenas y
no, en una iniciativa respaldada por el EZLN que se inscribe en el proceso
electoral del 2018, pero que no compite en ese esquema. La toma del poder no es
lo suyo. Van por más. Van por todo. Es su tiempo.
El CIG está conformado por más de 200
indígenas de todo México, mitad hombres y mitad mujeres. Son producto de la
decisión colectiva del V Congreso Nacional Indígena anunciada en diciembre de
2016. Detener la destrucción y fortalecer resistencias y rebeldías es su
horizonte, la autonomía su aportación.
Este trabajo presenta sólo diez historias en
distintos formatos. Son ellas, sus pueblos y sus luchas en representación de
muchas más, incluidas las no indígenas.
Flores contra el mal
en tierra que se piensa infértil. Si su voz es nuestra voz, también nuestro es
su destino.
- Rocío
- Gabriela
- Osbelia
- Bettina
- Sara
- Myrna
- Lucero
- Magda
- Marichuy
Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Noticias/Flores_en_el_desierto_Mujeres_del_Concejo_Indigena_de_Gobierno
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