El sur y este de África: las amenazas para los pueblos y sus
luchas de resistencia. Boletín N° 235 del WRM
15 de enero de 2018
Cada tanto, el boletín
del WRM resalta las historias, luchas y reflexiones desde una parte específica
del mundo. Este número se centra en las regiones del sur y este de África. Para
comprender mejor las luchas de los pueblos en esta vasta región, es crucial
reflexionar sobre su historia. Esto incluye a un sistema económico dominante,
basado en un modus operandi violento y racista, que tiene sus
raíces en muchas otras formas de violencia ejercida sobre las vidas y los medios de vida y sustento de los pueblos.
Violencia, apropiación
y resistencia: sur y este de África
Este editorial destaca
algunas partes de esta historia. Y esto, por supuesto, es solo la punta del
iceberg.
El dominio colonial en el sur y este de África, que se remonta al siglo XIX, no se estableció fácilmente. Necesitó expediciones punitivas y represivas, así como estrategias y tácticas destinadas a destruir aquello que no era útil para los colonizadores. También requirió guerras territoriales para establecer un “orden” colonial. Los sistemas agrícolas se vieron afectados, con impactos paralelos en los bosques y las poblaciones que dependen de los bosques. La mayoría de los gobernantes coloniales adoptaron políticas que implicaron la alienación de la tierra, reservando gran parte de ella - especialmente la más fértil - para concesiones empresariales, colonos europeos y como “Tierra de la Corona”. Los pueblos indígenas fueron expulsados en gran medida a tierras menos fértiles. Por ejemplo, la Ordenanza de Tierras de 1923 en Tanzania, aprobada por los británicos, declaraba que toda su superficie terrestre - ocupada o desocupada - se consideraba tierras públicas, con un sistema de títulos que tenía predominio sobre la tenencia consuetudinaria. En el este de Zambia, se destinaron unas 900 mil hectáreas de tierra a más de 150 mil indígenas, mientras que a 80 colonos europeos se les asignaron alrededor de un millón 700 mil hectáreas. En Zimbabue se le arrebató a la población local grandes extensiones de tierra fértil que fueron asignadas a la empresa británica British South Africa Company, la cual se benefició de las actividades mineras a gran escala en la región. (1)
El dominio colonial en el sur y este de África, que se remonta al siglo XIX, no se estableció fácilmente. Necesitó expediciones punitivas y represivas, así como estrategias y tácticas destinadas a destruir aquello que no era útil para los colonizadores. También requirió guerras territoriales para establecer un “orden” colonial. Los sistemas agrícolas se vieron afectados, con impactos paralelos en los bosques y las poblaciones que dependen de los bosques. La mayoría de los gobernantes coloniales adoptaron políticas que implicaron la alienación de la tierra, reservando gran parte de ella - especialmente la más fértil - para concesiones empresariales, colonos europeos y como “Tierra de la Corona”. Los pueblos indígenas fueron expulsados en gran medida a tierras menos fértiles. Por ejemplo, la Ordenanza de Tierras de 1923 en Tanzania, aprobada por los británicos, declaraba que toda su superficie terrestre - ocupada o desocupada - se consideraba tierras públicas, con un sistema de títulos que tenía predominio sobre la tenencia consuetudinaria. En el este de Zambia, se destinaron unas 900 mil hectáreas de tierra a más de 150 mil indígenas, mientras que a 80 colonos europeos se les asignaron alrededor de un millón 700 mil hectáreas. En Zimbabue se le arrebató a la población local grandes extensiones de tierra fértil que fueron asignadas a la empresa británica British South Africa Company, la cual se benefició de las actividades mineras a gran escala en la región. (1)
Estas reconfiguraciones impuestas y violentas
del acceso y el control de la tierra y los bosques también impusieron un cambio
en las prácticas, economías y culturas locales. La apropiación colonial redujo
drásticamente la tierra disponible para la población indígena y reubicó a las
comunidades. Se redujeron los períodos de barbecho, se alteraron las
tradiciones y la organización local, se destruyeron los lugares sagrados y las
plantas medicinales, se cambiaron los patrones de comercio y las pocas
hectáreas de tierra que se dejaron para el sustento local terminaron siendo en
su mayoría sobreexplotadas.
Las violentas apropiaciones de tierra también llevaron a una deforestación masiva que afectó directamente a las poblaciones indígenas. Como afirma un investigador de
El investigador explica además cómo
Una de las minas de oro más dañinas fue la de
A pesar de la violenta confiscación de las tierras, los
Este boletín incluye dos artículos sobre los graves impactos que resultan de los monocultivos de árboles que invaden
Notas
(1) Campbell B. (1996) The Miombo in Transition: Woodlands and
Welfare in Africa, página 83
(2) Ver aquí
(3) Potenza, E. (1946) All that glitters, South African History Online – towards a people’s history.
(4) Idem 2
(2) Ver aquí
(3) Potenza, E. (1946) All that glitters, South African History Online – towards a people’s history.
(4) Idem 2
DESCARGUE EL BOLETÍN
(PDF) A CONTINUACIÓN:
No hay comentarios:
Publicar un comentario