NUESTRAS VIDAS VALEN MÁS QUE SUS
GANANCIAS
Natalia Bazán: “Bienvenidos a Gualeguaychú,
la ciudad del cáncer”
12 de enero de
2018
La mamá
de Antonella González dialogó con La Izquierda Diario. Cuenta
la experiencia durante el tiempo que su hija peleó contra la leucemia y sobre
lo que vino después de su muerte.
@Juana_Galarraga
Natalia Bazán es una
mujer que tuvo que aprender a la
fuerza. En un período menor a dos años, su hija de nueve se
enfermó de leucemia, murió y ahora es un símbolo. Ella la convirtió en una
imagen poderosa, una idea que desgarra. La cara de Antonella González sin pelo
por la quimioterapia, está en las redes, en las noticias de algunos medios , para recordar que en Gualeguaychú hay algo
que los está matando.
La cara de
Anto y el dolor de su mamá que la extraña desde el 6 de noviembre de 2017, es
algo que quizás muchos no quisieran ver. En el año y medio que Anto peleó por
vivir, Natalia entendió que a las cosas hay que decirlas y al dolor hay que
mostrarlo. Por eso sigue subiendo videos de su Antito escuchando música, fotos
de la internación en el Garrahan, de las condiciones en las que estaba cuando
recibió el trasplante de médula, después de cinco quimioterapias que le
destrozaron el cuerpo.
El dolor de
la familia de Anto es la contracara de la ambición de quienes hacen de la vida
de una población entera, una especie de ruleta rusa. Al que le toca, le toca el
duro costo de enfermar y hasta morir en "honor" a las ganancias de
los patrones ambiciosos. Fumigaciones con glifosato en campos sojeros, contaminación
en tierra y aire por las empresas del parque industrial, los desechos de Botnia
en el río Uruguay y la chimenea de aquella pastera, que a pesar de una inmensa
lucha, ahí sigue en pie y no para de humear. “Quiero que se dejen de llenar los
bolsillos a costa de la muerte de nuestros hijos”, afirma cada vez que puede
Natalia Bazán y he aquí la principal conclusión que sacó en este largo y
doloroso proceso: si la gente y los chicos se enferman en Gualeguaychú, alguien
es responsable. La muerte de Antonella no puede quedar impune.
El tramo
inicial de la pelea que impulsa la familia fue por encontrar un donante de
médula ósea. Sin embargo, con el paso de los meses comprendieron que la pelea
es otra. “Los chicos no se tienen que enfermar. Yo no hago más campaña por la
donación de médula. Ahora sé que no es ninguna solución”, se lamenta Natalia.
Anto soportó con fortaleza muchos meses hasta que apareció su donante, pero
luego del trasplante no sobrevivió.
Por medio
del intendente Natalia le envió una carta a Mauricio Macri con fotos de Anto,
pero nunca le respondió. “Yo le pedía que se hagan las cosas en el hospital de
Gualeguaychú. Y también le pedía que se ponga en Argentina un laboratorio de
alta complejidad, ya que hoy hay que mandar las muestras a Estados Unidos para
saber si alguien es compatible para donar médula ósea. Los chicos se mueren
esperando un donante”.
Natalia y
un sector de vecinos de la localidad entrerriana, exigen a las autoridades la
realización de estudios para determinar con exactitud, cuáles son los factores
que hacen que en Gualeguaychú, la cantidad de casos de cáncer por habitante
triplique la media nacional. “Quiero saber contra quién tengo que ir”, le dijo
Natalia al intendente de la ciudad, Esteban Martín Piaggio, un día en que el
funcionario se acercó a su casa después de la muerte de Anto. “Si no me ayudás
tendré que ir contra vos”, le aseguró, con plena conciencia de que la suya es
una pelea difícil, pero con la determinación de una madre a la que nadie puede
contarle nada sobre el dolor.
Natalia
aprendió que lo que pasa en Gualeguaychú es un crimen social y que ante
semejante injusticia no queda otra que pelear. Quiere que la foto de Antonella
despierte a la población presa del mismo aire, la misma comida y la misma agua
que pudo haberla enfermado. Tiene miedo por sus otros hijos. Quiere que ninguna
otra madre ni ningún otro padre vea morir a un hijo así. “Antonella lloraba
lágrimas de sangre por la quimio y eso es algo que yo tengo acá”. El puño en el
corazón de Natalia marca con fuerza donde le duele más.
Lamentable
“Es lo que
hay que hacer, es lamentable, pero es lo que hay que hacer para tratar de
paliar allá. Lo que nos pasaba a nosotros, era que necesitábamos para comer en
Buenos Aires y tener además para que coman los que estaban acá. Si necesitabas
algo ¿qué hacés? lo ponés en Facebook y siempre a alguien le va a llegar”.
Héctor Daniel González, papá de Antonella, también cuenta sobre sus
aprendizajes.
El 6 de
enero, familiares y amigos convocaron a una nueva marcha contra el cáncer y por
justicia para Anto. Ese día se cumplieron dos meses de su fallecimiento y
además, coincidió con el inicio del carnaval y la temporada turística en la
ciudad. “No me importa si tengo que estar sola. Yo voy a ir a pararme a la
costanera a gritarles a los turistas ‘bienvenidos a la ciudad del cáncer’”.
Natalia recuerda que desde que se desató la lucha contra las papeleras, el
carnaval de Gualeguaychú abría cada noche de desfile con una bandera de
arrastre con la consigna “Sí a la vida, no a las papeleras”. La temporada
pasada, los familiares de Antonella solicitaron a la comisión organizadora del
carnaval que les permitieran desfilar con una bandera por la lucha contra el
cáncer. “No nos dieron permiso, pedimos, insistimos, pero no nos dejaron
pasar”, explica.
El intento
de caminar por el corsódromo con su bandera, fue una de las tantas iniciativas
que impulsaron los familiares de Anto para visibilizar su historia. Si hay algo
que supieron hacer, fue aprovechar la potencia de las redes sociales. Así
obtuvieron que lo que pasaba con su hija, tuviera una amplia repercusión a
nivel nacional e internacional. Así fue que muchas personas se acercaron a
ellos para ayudarlos y porque querían conocer a Anto. Así fue que aprendieron
también, muchas cosas sobre el funcionamiento del Estado.
El papá y
la mamá de Anto tuvieron que pelear para conseguir un lugar apto para vivir,
dado que los hoteles que dispone el Estado para niños oncológicos están en
condiciones deplorables. Tuvieron que lidiar con la “burocracia de los
medicamentos”, con la casa de Entre Ríos en Capital Federal, con autoridades del
Garrahan, con el Hospital Centenario de Gualeguaychú y con la municipalidad.
“A ellos
les molesta que uno diga lo que pasa porque no les conviene. Siempre fueron
retos de parte del hospital o de la provincia”, cuenta Natalia. Cuando
necesitaban medicación, además de tratar de obtenerla a través de la Casa de
Ente Ríos, los papás de Anto apelaban a la solidaridad de sus seguidores en
Facebook.
“Una vez,
cuando publiqué que la casa de Entre Ríos no se hacía cargo de la medicación,
me llamaron para decirme por qué, si yo no había hecho el trámite. Y yo les
digo ‘pero si yo ya sé cómo es’. Y enseguida la medicación apareció, me la
mandaron del hospital de Gualeguaychú, siendo que es una quimioterapia de 85
mil pesos. Eso no estaba acá. La otra quimio que demoró cuatro meses a través
de la casa de Entre Ríos, salía 30 mil pesos y esa que salía 85 mil, apareció
como por arte de magia”.
“La gente
del municipio, la gobernación de Entre Ríos, el hospital Garrahan, estaban todo
el tiempo en contacto y viendo lo que nosotros hacíamos. Yo publicaba algo en
el Facebook en contra de ellos o quejándome y enseguida me llamaban y me decían
algo”, remata Natalia.
No puede ser un negocio
“Nosotros
tenemos información, pero no la obtuvimos de parte de los directivos del Garrahan,
porque ellos se negaron a hablar con nosotros, desde la jefa de trasplantes
hasta el director del sector donde se alojan los chicos. Ninguno quiso darnos
explicaciones sobre la cantidad de chicos con cáncer que hay y si es verdad que
la mayoría son de Entre Ríos”, denuncia Natalia y agrega que “durante todo el
tiempo que Anto estuvo en el hospital, tanto en el de Gualeguaychú como en el
Garrahan, el Municipio estuvo al tanto de todo lo que pasaba con ella. Tenían
contacto permanente con los directivos de cada hospital. Sabían todo sobre
Anto. Por eso ahora más que nunca deberían apoyarnos en serio y exigirle al
Garrahan que muestre las estadísticas”.
La falta de
información pública impide ver las dimensiones del crimen que se está
cometiendo. Los papás de Antonella conocieron, durante su estadía en el hotel
Carlos Calvo y en el Garrahan, a muchos pacientes oncológicos niños
provenientes de la provincia de Entre Ríos.
La
provincia sojera por excelencia, donde se encuentra Urdinarrain, uno de los
pueblos más fumigados con glifosato del mundo, es el lugar de donde proviene el
ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere.
Vos decís que nuestras vidas no pueden
ser un negocio. ¿Por qué decís eso?
Por lo que dijo Etchevehere, sobre que
el glifosato no hace mal y que hay que poner más papeleras – responde Natalia a La Izquierda Diario.
“Estuvimos un año y cinco meses con
Antonella en el Garrahan, vimos otra realidad. Estuvimos con muchas madres, de
Gualeguaychú y de otros lugares. La última que conocí es de Rosario del Tala,
la mamá de Lucas, un chiquito que falleció al otro día que murió Anto. A él le
pasó lo mismo que a mi hija, le diagnosticaron un problema respiratorio y
cuando lo trasladaron a Paraná terminó siendo leucemia”, recuerda Natalia.
El mundo y su risa
Cuando
sus papás hablan de ella, cualquiera pensaría que Antonella era más grande, de
más edad. Cuesta creer la fuerza que cabía en su cuerpito. Era solidaria.
Repartía donaciones en el hotel donde se hospedaba con los demás nenes y nenas
que estaban pasando por lo mismo. Su sueño era fundar una ONG para ayudar a
otros chicos. Eso es lo que hizo su mamá. Quería donar sus juguetes y eso es lo
que va a hacer su mamá. Porque ella lo deseaba y desde su corazón infante,
soñaba con un mundo en el que los niños no sufran. Amaba la música y para
cualquiera que no lo haya hecho, vale la pena ver los videos y fotos que
publica su mamá. En algunas escenas se la ve enferma, pero en muchas otras se
la ve jugando y disfrutando de cosas simples como un burbujero. Porque su risa
a pesar del dolor que padecía, la fuerza con la que se aferró a la vida y peleó
por ella, dice mucho del mundo donde se vive y de aquello por lo que
necesariamente hay que luchar.
Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Natalia-Bazan-Bienvenidos-a-Gualeguaychu-la-ciudad-del-cancer
Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Natalia-Bazan-Bienvenidos-a-Gualeguaychu-la-ciudad-del-cancer
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