No se discute el
capitalismo,
como mucho sus efectos
22 de enero de 2018
Por Julio C. Gambina (Rebelión)
En el debate cotidiano aparecen ciertos asuntos que motivan discusiones interesantes, aun cuando no siempre
van al fondo de la cuestión.
Desde un punto de vista conceptual solo se
quedan en el fenómeno y no avanzan sobre la esencia.
El fenómeno apunta a las consecuencias sociales
y ambientales del orden contemporáneo, pero la esencia es el régimen
capitalista.
Veamos el tema referido a tres asuntos: a)
Trump, sus actitudes, comentarios, políticas y consideraciones sobre el mismo;
b) los dichos del Papa Francisco y los apoyos y críticas que arrastra; c) el
capitalismo en la Argentina y su financiamiento.
Un ejemplo es Donald Trump y el gobierno de
EEUU. Hace un año que gobierna Trump y el gobierno cerró ante la negativa
parlamentaria para aprobar el Presupuesto 2018 en tiempo y forma (el viernes
19/01). Eso significa que varios trabajadores estatales sean licenciados en sus
tareas y se cierren funciones estatales que afectan a usuarios y a esos
trabajadores. Ni siquiera pudo Trump disciplinar a la mayoría republicana en el
Congreso de EEUU.
Trump gobierna a EEUU y es la mejor expresión
de la anarquía del capitalismo, con base en la anarquía de la producción para
sostener el régimen de la ganancia, de lo que se jacta Trump. Él se considera
el mejor intérprete del capitalismo y de EEUU, y quizá tenga razón.
La racionalidad del capitalismo es la
irracionalidad de la explotación de los seres humanos y la depredación de la Naturaleza. Quién
mejor que Donald Trump para expresar esos "valores". “Primero EEUU”
sostiene Trump y eso lleva implícito "primero el capitalismo
estadounidense" y los negocios Trump.
EEUU es la potencia hegemónica del capitalismo
mundial, más allá de cualquier disputa por la dominación global y por eso
preocupa Trump y su gobierno de especulación y militarización.
La sociedad necesita discutir el molde
capitalista y desafiar el orden "normal, natural" y aspirar a otro
mundo posible.
El Papa en Chile y Perú
Mucho se escribe sobre las visitas de
Francisco a Chile y Perú. Se destacan las críticas del Papa a los efectos del
capitalismo de época y a los gobiernos que aplican políticas hegemónicas
llamadas neo-liberales.
Algunos lo dicen en tono crítico a Francisco,
porque acuerdan con las políticas hegemónicas, incluso hablan de convergencia
entre los gobiernos regionales (de derecha).
Otros acuerdan con Jorge Bergoglio y reclaman
cambiar políticas "neo-liberales" por otras, como si hubiera otras
dentro del capitalismo actual. Las otras, esas "otras", keynesianas,
o neo-keyesianas, corresponden a otra época del capitalismo, que no son los
años recientes, sino las que se aplicaron entre los 30 y los 80 en el marco de
la bipolaridad entre capitalismo y socialismo, que además, eran hegemónicas en
el capitalismo mundial, incluso en el socialismo (para el debate)....
Si se quiere ser crítico con el orden
contemporáneo no alcanza con la critica a los efectos del capitalismo, sino que
hay que criticar y superar al propio régimen del capital. Ese es el debate, lo
demás es entretenimiento.
Por casa afecta el acecho del fantasma de la
deuda
La economía capitalista de la Argentina
funciona con base en la deuda
pública , lo que da aire a las clases dominantes locales y en contra
de la mayoría de la población, principalmente trabajadores y trabajadores,
activos y pasivos.
El capitalismo funciona si hay inversor en
origen y poco importa si es productivo o financiero, ya que la lógica del
capital es mundial y el más valor o plusvalor obtenido es mundial y se apropia
en la circulación mundial.
Argentina es parte de esa lógica mundial entre
producción y circulación, por lo que no alcanza con condenar la valorización
financiera o la especulación, al neo-liberalismo o las modas teóricas, sino
condenar al capitalismo.
Claro que para eso hay que animarse, ya que si
se critica al capitalismo, al real, al que existe, al que define nuestra
cotidianidad, hay que animarse a proponer alternativas no capitalistas, y no
cualquiera se anima ante la condena socio intelectual de que es posible.
Conclusión
En los tres casos se analiza el fenómeno, sin
avanzar en la esencia que supone el debate contra y más allá del capitalismo.
Trump no es un accidente de la historia
política de EEUU, como no lo fue Bush, hijo o padre, ni Reagan u otros de los
presidentes de la potencia imperialista, sino lógica consecuencia de la crisis
política y el funcionamiento anárquico del orden capitalista para sostener la
razón de ser del orden: la ganancia y la acumulación.
Francisco no discute la explotación del hombre
por el hombre, sino que aboga contra las consecuencias más negativas del orden
vigente y concentrado en la miseria y la pobreza de millones, abrigando
expectativas por modificaciones en el margen del sistema.
En Argentina como en otros países se apuesta a
la atracción de inversiones, con la secuela de producción y generación de
excedentes que reproducen una lógica de la desposesión y la depredación.
Para todos los casos, se escamotea lo
esencial, el orden capitalista y con ello la posibilidad de discutir un orden
en contra y más allá de la lógica del capital.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=236887
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