Visita
del Papa en Chile: Represión policial y detenidos en Marcha de los Pobres en
Santiago
16 de enero de 2018
Como ya es habitual en el Estado policial chileno, en el
marco de la misa que el Papa Francisco realizó por la mañana en el Parque
O’Higgins de Santiago el 16 de enero, la Marcha de los Pobres fue duramente
reprimida por Fuerzas Especiales de Carabineros. Por lo menos 30 personas
fueron detenidas.
Por Andrés Figueroa Cornejo.
La
Marcha de los Pobres fue convocada por un conjunto de organizaciones sociales y
políticas con el fin de expresarle al Papa que "han pasado 30 años desde
que Juan Pablo II visitó nuestro país, en plena dictadura cívico-militar, donde
el pueblo chileno protestó para manifestarle al sumo pontífice que la
democracia había sido pisoteada por la bota militar, asesinando, torturando y
haciendo desparecer a cientos de chilenos y chilenas. Hoy, con la venida de
Francisco I, nuevamente protestaremos para evidenciar que nada ha cambiado en
estos 30 años, que continúa la pobreza en las calles, nuestros ancianos y
ancianas viven con pensiones indignantes, producto del sistema de AFP impuesto
por la dictadura, con la complicidad del gobierno electo y que día a día los
mata lentamente".
Los
manifestantes de la Marcha de los Pobres indicaron que "los movimientos
sociales de clase y en lucha no somos parte del show de estos grupos de poder
que se unen para demostrar su poder, no seremos partícipe de esta mentira que
quieren hacerle ver al mundo entero, no queremos ser cómplices de estas falsas
décadas que algunos le colocan como avances democráticos desde sus oficinas de
gobiernos, centros de estudios y sus partidos políticos".
La
concentración de la Marcha de los Pobres, tal como lo informaron los
convocantes, se agrupó en Avenida Vicuña Mackenna y Avenida Grecia, a unas 15
calles del Parque O´Higgins donde el Papa efectuó su liturgia en la capital del
país andino. El objetivo de la Marcha de los Pobres era llegar hasta la misa. Sin embargo, una
vez más, las Fuerzas Especiales de Carabineros reprimieron con brutalidad
repetida a los manifestantes. Mientras eran golpeados, recibieron el baño
químico de los gases lacrimógenos y los carros lanza-aguas, que lo menos que
contienen es agua, toda vez que su composición porta elementos nocivos jamás
informados a la opinión pública. Cuando los manifestantes recién lograron
iniciar la marcha, alrededor de 30 personas fueron detenidas.
Perdón, pero no tanto
Durante
la mañana en La Moneda, el Papa se refirió a los innumerables casos de
pedofilia clerical, indicando que "no puedo dejar de manifestar dolor y
vergüenza por el daño a los niños por parte de los miembros de la
Iglesia". No obstante, un rato después, en la misa que ofreció en el Parque
O’Higgins, Francisco I estuvo acompañado del mismísimo obispo de Osorno, Juan
Barros, acusado probadamente de ser testigo directo de los abusos sexuales del
sacerdote Fernando Karadima. De hecho, a la llegada del Papa a Santiago de
Chile, el 15 de enero, el movimiento de laicos católicos de Osorno que luchan
por la remoción del obispo Barros, junto al cura obrero Mariano Puga y
comunidades de base de cristian os
por la liberación, también fueron reprimidos en el centro de la metrópolis del
país andino.
Lo de fondo
El Papa
Francisco, con el objeto de mantener los equilibrios dentro del laberinto y
pugnas intestinas de los grupos de interés en la Iglesia, y a contrapelo de la
comunidad católica de la sureña región de Osorno, nombró como obispo de esa
ciudad al sacerdote Juan Barros, quien ha recibido hasta golpizas de los
feligreses por su complicidad en los abusos sexuales cometidos por el cura
Fernando Karadima. Al saber de su designación, uno de los principales
denunciantes de los crímenes pedófilos de Karadima, Juan Carlos Cruz, señaló a
la BBC que "Juan Barros estaba parado ahí, mirando, cuando me abusaban a
mí. No me lo contaron, me pasó".
En
esa misma línea, el ex arzobispo de Santiago, el archiconservador y derechista
acérrimo, Francisco Javier Errázuriz Ossa, fue nominado por el Papa Francisco
como uno de los poderosos miembros del Consejo de Cardenales, colaboradores
directos en el gobierno del Vaticano. La situación privilegiada de Errázuriz
Ossa respaldó la designación del antipopular obispo de Osorno en Chile y la
garantía política requerida por el número uno de la Iglesia Católica
en Chile, Ricardo Ezzati, para presentar sus querellas contra los sacerdotes
jesuitas del país andino José Aldunate, Mariano Puga y Felipe Berríos, por su
condición de ardientes militantes de la Iglesia de la opción por los pobres y
del Cristo de los condenados/as de la Tierra.
Todavía
el Papa debe visitar Temuco, en la región de La Araucanía. Allí ,
como en la región del Biobío, se encuentran las expresiones más intensas y
orgánicas resistencias anticapitalistas del Pueblo Mapuche. La visita de
Francisco a Chile aún no termina.
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article15882
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