La gran huelga del
salitre y las luchas populares del siglo XXI
4 de enero de 2018
Por Víctor Iturrieta (Rebelión)
Estando a unos pocos días de conmemorar los 110 años de la Lucha
de los Obreros de las Salitreras del Norte Grande , que lamentablemente paso a la
historia como la matanza de la Escuela Santa Maria
de Iquique , hemos visto como
los distintos grupos de izquierda buscan referencias en este hecho o lo
destacan como ejemplo. Más aún, el gobierno de la Nueva Mayoría ,
representante actual del Estado que asesinó brutalmente a miles de obreros en
1907, se une a los actos recordatorios, pretendiendo mostrar que existe una
distancia abismante entre las características que poseía el Estado en aquel
entonces con el actual.
Nosotros los que aún tenemos la convicción
clasista de que sólo los
cambios revolucionarios de la sociedad serán los que otorguen mejores
condiciones de vida y mayor dignidad al pueblo trabajador, detenemos nuestra
mirada en los hechos de 1907, con un gesto de respeto, hacia aquellos
compañeros que entregaron su vida a la causa de los trabajadores. Sin embargo,
se nos hace urgente dotarnos de una visión global sobre el contexto en que se
desarrollaron estos acontecimientos, cual fue su real carácter y de que manera
encontró una proyección en elmovimiento popular . No con el afán de tener más
conocimientos sobre historia, sino por la necesidad de aprender de los
episodios más destacados de la lucha
de clases en nuestro país,
realizando nuestra crítica mirando hacia el futuro.
El contexto socio-histórico:
Es posible definir tres periodos de fuertes
movilizaciones obreras y del mundo popular, dentro de cuyas “etapas”se expresa la
movilización de las Salitreras en 1907 [1] :
Primer Periodo (1890-1915): Caracterizado por la movilización de
una masa aislada espontaneísta, recoge una de las características más
específicas del desarrollo industrial, esto es, su concentración casi exclusiva
en el enclave minero, y el carácter mas notable de la protesta es su alto grado de espontaneísmo.
Segundo Periodo (1916-1931): Presenta una declinación en el carácter
espontáneo y una expansión del movimiento sindical a distintas ramas
industriales. Su rasgo mas distintivo se relaciona con la creciente influencia
que tuvo sobre el movimiento sindical el Partido Obrero Socialista (POS).
Además, durante los primeros años de la década del veinte también se organizo
el PC, agrupación que asumió una permanente y significativa influencia sobre el
Movimiento Obrero. Esta etapa puede ser denominada como de sindicalismo en proceso de politización.
Tercer Periodo (1932-1945): la actuación de los partidos obreros
siguió siendo un fenómeno importante, aunque el rasgo cualitativamente distinto
y sin precedentes es la incorporación del movimiento sindical al gobierno, en
este caso el Frente Popular, la que se mantuvo hasta 1945. Así es posible
distinguir este periodo como de sindicalismo
paraestatal.
Es necesario que tengamos presentes, a grandes
rasgos, como es el marco histórico en que surge esta movilización y de que
forma evolucionará, para comprender con mayor exactitud el comportamiento de
los obreros en la movilización de las salitreras en Iquique.
Crisis en la industria salitrera:
La huelga comprendida entre el 13 y el 21 de
diciembre fue un movimiento de los trabajadores, concentrados en elenclave que constituía el polo mas dinámico
del desarrollo económico nacional de la época. La forma característica de la empresa
salitral era la oficina de
propiedad , por lo general
extranjera y con administradores nacionales. La situación existente a fines del
año 1907 reflejaba las características propias de una de las tantas crisis que
atravesaba la industria salitrera. El Congreso y los periódicos de la capital
debatían esta situación ampliamente afirmando en forma reiterada la existencia
de una crisis. La crisis financiera había provocado una serie de focos de
conflicto dentro de los cuales la huelga salitrera era solo uno, aunque el más
destacado.
La huelga en el salitre:
El 11 de diciembre comienzan a confundirse los
pequeños conflictos aislados con la gran huelga que pronto estallará. El 14 de
diciembre se constata la huelga en las salitreras de Cantón Alto y San
Antonio , con 8 oficinas
paralizadas y alrededor de 2.400 trabajadores comprometidos. En la oficina San Lorenzo ya se había iniciado la huelga, al
negárseles a los trabajadores el aumento de salarios solicitado. Al día
siguiente paralizo Santa Lucia y ya el 14 se sabía en la Intendencia
que los trabajadores pretendían bajar en masa a Iquique.
A partir del 15 de diciembre las autoridades
intentan impedir el traslado de los trabajadores hacia Iquique, con medidas
como la inutilización de las vías férreas. Sin embargo, los trabajadores
lograron llegar a Iquique por distintos medios .
Algunos lo hicieron a pie y otros, en definitiva, tomaron los trenes. De este
modo, 1.500 trabajadores de las oficinas de Lagunas que protegieron el tren durante toda
la noche llegaron a la
ciudad. Los trabajadores en gran parte, se vieron obligados a
bajar a Iquique, ya que junto a la paralización de los trenes se ordeno el
cierre de las pulperías y despachos, si los trabajadores se quedaban en las
oficinas, no habrían tenido alimentos.
Magnitud y carácter del movimiento:
Es necesario aclarar la participación en el
movimiento huelguístico fue superior a la cantidad de obreros concentrados en
la ciudad de Iquique. En rasgos generales la participación efectiva en la
huelga de la Provincia de Tarapacá fue de 37.141 trabajadores de un total de
43.440, según los datos de los Censos de población de 1907 y las estadísticas de
las propias salitreras [2] .
Estos datos nos permiten afirmar que se trataba de una Huelga General de las Salitreras de la provincia de Tarapacá. La
magnitud que también es posible apreciar en la concentración producida en
Iquique que paso súbitamente de cerca de 40.000 habitantes a 60.000, produjo
una fuerte alteración de la rutina de la ciudad. Los comerciantes subieron los precios de
los artículos de consumo (comidas en general) y de los alojamientos. Esto
motivo la solidaridad de otras sociedades obreras, (como los veteranos del 79, la Gran Unión Marítima )
que otorgaron víveres y alojamiento. Aquí podemos apreciar elementos destacados
con respecto a los altos niveles de organización que presentaban los obreros: “los trabajadores controlaban la
ciudad, regulando el transito de carros, entregando permisos y ordenes
escritas. Esta situación llevaba a que gremios como el del transporte se
subordinaron al Comité de Huelga, circulando solo cuando tenían instrucciones
para ello. Por supuesto que
el acceso a la Escuela, donde la directiva sesionaba en “asamblea permanente”,
estaba también restringido. Podemos
decir que toda la ciudad estaba ordenada en función de la huelga, algunos por
solidaridad y otros por temor.
En lo que se refiere al carácter de esta movilización, debemos
apuntar con claridad que esta tuvo una definiciónmarcadamente pacifica, se trató de un movimiento
primordialmente pacifico, todas las informaciones que apuntan a los contrario
solo pueden ser reconocidas como justificación de la represión. No
obstante, en los últimos días hubo un cambio de actitud, estos fueron días de
enfrentamiento con la autoridad política, pero ello en la medida en que la
solución se alejaba y el Intendente se ponía de parte de los salitreros.
En estos momentos, se puede hallar en el
carácter de la huelga un trasfondo que trasciende al petitorio puramente
económico. Los trabajadores empezaron a asumir actitudes francamente heroicas.
Por ejemplo nadie, ni siquiera los trabajadores peruanos, bolivianos y
argentinos que luego serán reprimidos por la tropa chilena, abandono el sector
de la escuela, aún sabiendo que se pretendía dispararles.
Objetivos del movimiento:
Los objetivos de la movilización podían
resumirse en dos tipos: económicos
y sindicales . Los primeros
hacían referencia a medidas tales como la eliminación del sistema de fichas,
pago según el tipo fijo de cambio, comercio libre en las pulperías, etc. Entre
los objetivos sindicales destaca la defensa de los
organizadores del movimiento, exigiendo el establecimiento de medidas de
indemnización en caso de remover a los huelguistas de sus labores. Cabe
destacar que en esta movilización, que a pesar de poseer una gran magnitud y
una potente capacidad de maniobra, carecía totalmente de objetivos políticos , lo que fue determinante a la hora de
enfrentar la represión o de capitalizar sus resultados.
Política laboral del Estado:
En este periodo, la política laboral del
Estado partía de una incorrecta comprensión de la realidad, al considerar como
anormal la existencia de conflictos sociales. Para el gobierno de la época, los
conflictos no podían existir porque no había grupos contrapuestos en la
estructura social, y si surgían, solo lo hacían como producto de la predica
subversiva, decía el Ministro del Interior: “lo
único que persiguen nuestros trabajadores es obtener el mayor salario
trabajando lo menos posible” .
La negociación:
Los trabajadores y las autoridades locales y
los salitreros esperaban desde el 15 la llegada del Intendente que venia desde
Santiago con instrucciones del Gobierno. Desde ya el movimiento obrero veía en
el Estado un mediador capaz de poner fin al conflicto. Es notable que, a su
llegada a Iquique, los trabajadores hayan comenzado a dialogar inmediatamente
con las autoridades políticas que les servirían de intermediarios. A medida que
trascurrían los primeros días de conflicto y no se lograban acuerdos, los
huelguistas reforzaban su confianza en que iba a ser la autoridad política quien lograría la solución. Para el
gobierno, el problema principal residía en mantener el orden , para lo cual se valió de su fuerza
militar.
Tras largas jornadas de negociación sin llegar
a ningún acuerdo, el día 21 de diciembre Iquique amanecía bajo Estado de
Sitio . Junto con implantarse
el Estado de Sitio se censuró el telégrafo y se prohibió la aparición,
impresión y venta de todo diario u hoja impresa. Pasado el mediodía del 21, el
ministro Eastman ordena al general Silva Renard trasladar a los huelguistas
desde la Escuela
Santa Maria al Club Sport.
Se desata la represión:
Silva Renard ordeno traer dos ametralladoras
del Esmeralda y un piquete del regimiento O’Higgins, y los ubico apuntando
hacia la Escuela. Las
fuerzas militares se acercaron nuevamente a pedir que abandonasen la zona
diversas personas, entre ellas los cónsules de Perú y Bolivia que trataban
infructuosamente de marginar a sus connacionales. Estos respondieron que
estaban allí voluntariamente y que “Seria
cobardía y traición abandonar
a los chilenos en la hora del sacrificio” . Los cónsules abandonaron la zona, en
esos instantes aparecieron 400 trabajadores de los gremios de Iquique que
avivaron a los huelguistas, concentrándose en la plaza.
El general evalúo militarmente la situación y,
descartando un ataque de caballería o con bayonetas a las 15:45 ordeno que el
piquete disparara a la azotea de la escuela, lugar donde se hallaba el Consejo
Directivo; este no había imaginado la posibilidad de que se les disparara,
pensando mas bien que se les sitiaría hasta rendirlos de hambre. Luego
disparando dos ametralladoras de 600 tiros cada una, entrando a la Escuela con
caballería y granaderos se produce el desalojo.
Seis o siete mil obreros fueron llevados al
Hipódromo, Silva se dirigió a ellos diciendo: “¿Así
que eran ustedes los guapitos que no querían salir de la Escuela? Sepan que soy
yo el que mando”. Los obligó a rendirse y ponerse de rodillas, y los allanó
personalmente, encontrando solo algunas cortaplumas y 4 revólveres, de ellos
tres cargados“y ninguno con señales de haber sido usado”.
Conducción de la huelga:
La huelga fue dirigida por un Comité de Huelga formado por representantes de la Unión
Pampina ,
un delegado por oficina y por los presidentes de las Sociedades Obreras de Iquique , que se desempeñaron como vocales. El
Comité sesionaba en forma permanente en la Escuela Santa Maria ,
con prohibición de abandonar el recinto. Ligados al Comité se encuentra tres
grupos: una organización de Ayudantes
de Orden dependiente de un
delegado, una organización que recaudaba fondos y cambiaba fichas, a cargo del
tesorero, y una comisión destinada a recibir y albergar a nuevos huelguistas.
Se dieron casos minoritarios de obreros como
el dirigente Jorge Brig. Que tenia una orden de arresto por vinculaciones al
movimiento anarquista, sin embargo, esta influencia era menor y provenía
principalmente desde Buenos Aires. Las divisiones internas que presenta la
movilización se hacen visibles después de la matanza, al declarar por ejemplo El Pueblo Obrero [3] : que la acción huelguística no
tenia ninguna eficacia y que era mucho mayor el valor de la lucha electoral.
Una reflexión final:
Los obreros y trabajadores del Norte Grande
produjeron una gigantesca movilización, poniendo en jaque a las autoridades,
pero principalmente al aparato productivo del gran capital. Sin embargo, los
resultados de corto y largo plazo fueron dramáticamente negativos para el
conjunto del movimiento obrero y para la clase trabajadora en general. Por una
parte, producto de la dura represión, se instaló en los trabajadores un temor
profundamente arraigado hacia la acción directa en contra del capital, la cual
fue acentuada gracias a las divisiones existentes al interior de las
organizaciones obreras.
Con la mirada amplia que entrega el paso de
más de un siglo, es posible apreciar que la capacidad del pueblo para combatir
por una sociedad mejor se construye con autonomía. No se puede esperar que
desde el Estado se entregue una solución o que este actué de mediador entre el Pueblo y el Gran
Capital , ya que en el
momento decisivo actuará de acuerdo a sus intereses de clase. Si el pueblo no
se prepara para combatir de forma amplia, es decir si no esta en condiciones de
dar batalla en todos los escenarios de la lucha
de clases , incluyendo el
enfrentamiento armado, el enemigo utilizará toda su capacidad y su fuerza para
desmovilizar a la clase trabajadora, no lo pensará dos veces a la hora de
apuntar sus ametralladoras hacia los pechos descubiertos de los salitreros de
ayer o de hoy.
“Hoy los trabajadores en la Lucha no estamos
solos: sino que centenares de
almas mineras caídas en la Escuela Santa María , se levantaran con toda su
furia y se reencarnaran en los trabajadores de hoy, estremecerán a la fuerza
policial, se escucharan gritos de furia que ensordecerán al maldito opresor y
no dejaran que maten a ninguno de nosotros, ellos darán nuevamente su lucha,
pero esta vez, Si Ganarán, y al fin liberarán a su Pueblo”
[1] La siguiente
clasificación fue tomada del libro de Crisóstomo Pizarro: La Huelga Obrera
en Chile.
[2] Datos obtenidos del
libro La Huelga Obrera
en Chile.
[3] Uno de los principales medios
de propaganda durante la huelga. Víctor
Iturrieta, miembro de Unión Patriótica.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=236037
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