“Me parece
un genocidio programado
contra los pueblos originarios”
29 de marzo de 2014
29 de marzo de 2014
El gobierno de la
provincia de Formosa impidió la atención médica de “unas mil personas”, miembros
del pueblo originario Wichí, en los últimos días. Así lo cuenta José Antonio
“Tano” Boggiano, fundador y líder del grupo Enfermeros para la Asistencia Humanitaria
(ENASHU) de Buenos Aires en una entrevista para ANRed, con graves acusaciones
hacia las autoridades del Estado. Es el relato de un horror: desnutrición
generalizada, epidemias de enfermedades letales y amenazas del Estado contra
voluntarios brindando ayuda médica. Una campaña humanitaria en el territorio
Wichí de Formosa se convirtió, según Boggiano, en “una expedición en una zona de
conflicto. Es descabellado pero allá la realidad supera la imaginación”.
Por Stefan Biskamp,
corresponsal alemán para América Latina, para ANRed / Fotos: Franco Velazquez y
Stefan Biskamp.
Veintisiete voluntarios enfermeros, médicos y bomberos estuvieron presentes, desde el 19 hasta el 24 de marzo, en la
ciudad de Ingeniero Juárez,
en el pueblo Pozo de Masa y unas comunidades casi abandonadas, para atender a
los Wichí.
Fue la segunda intervención de José Antonio “Tano”
Boggiano allá; él
tiene larga experiencia en campañas de este tipo y fue integrante de Médicos
sin Fronteras en muchos países de África y de América Latina. Sin embargo califica como “única en lo peor” la situación de
los pueblos originarios en Formosa.
Stefan Biskamp: El gobierno de la Provincia de Formosa trato de
parar la campaña humanitaria de tu grupo en las comunidades Wichí. Pero siguió.
¿Con qué resultado?
José Antonio “Tano” Boggiano: Los logros
sanitarios fueron 972 personas registradas
que se atendieron en dos días, de esas más de la mitad
recibieron medicación. Creemos que se nos escaparon
doscientas o trescientas fuera de los registros porque la enfermedad que tenían
era el hambre. Dolores abdominales, acidez, mareo, malestar y
cuando les dábamos turrones o alfajores se les iba. Igual manifestación
teníamos con el tema del agua. No es que necesitaban
medicamentos sino que lo que necesitaban era agua. Estas
personas se fueron sin ser registradas. Por eso perdimos esa parte de la estadística. Pero
bueno no podemos cumplir el
rol del Estado. También es duro curar a personas y saber que las enfermedades van a volver porque la gente tiene
que tomar el mismo agua podrido que antes.
S.B: Sin embargo parece un éxito con solo 27 voluntarios.
T.B: Depende del punto de vista. El
segundo día planificamos nuestra atención médica con base en el Barrio Obrero de Ingeniero Juárez. La última ayuda que recibió la gente Wichí allá fue
en el 2004 y lo hizo UNICEF, después no ha recibido ayuda de
ningún tipo. Hoy en día, el centro de salud allá no tiene nada prácticamente
pero lo que sí tienen es este espacio físico, que es lo que necesitábamos para
trabajar cómodos. Pero por la intervención del gobierno provincial,
que nos obligó a armar el centro de salud lejos de este barrio, perdimos la oportunidad de atender unas mil
personas. Mucha gente no se enteró o se enteró tarde. Este
segundo día de nuestra campaña empezó cinco horas más tarde por todas las
negociaciones con los funcionarios del Gobierno de la provincia y bueno, no
lograron todo su objetivo, pero en parte lo lograron.
S.B: Tratar de parar la asistencia médica, ¿no te parece que tiene
un elemento psicópata?
T.B: No sé cómo calificarlo
psicológicamente pero parece un genocidio
programado: no permitir la atención médica, la atención de
salud, ver chicos que se desesperan por un caramelo y que ni siquiera tienen
ropa para ponerse, sacan agua podrida de un pozo de tierra.
S.B: ¿Y ahora cómo va a seguir la atención médica en estas
condiciones después de la intervención?
T.B: Logramos traer 18.000
medicamentos los cuales se usaron en las comunidades. Por el hecho de que
perdimos unas mil personas como pacientes nos sobró medicación
para donar al hospital de
Ingeniero Juárez. Además de eso se dejaron equipos para
nebulizar y varios equipos para la medición de glucemia.
Tenemos el registro de gente que
necesita medicación, que se les va a enviar. Y desde Ingeniero
Juárez el director del Hospital se haría cargo de repartirlo. En eso quedé con
él. Y, cuando volvamos en julio,
me darían el hospital como base y del gobierno me darían dos o tres comunidades donde ellos no llegan o lo
tienen como área roja, o sea donde hay mucha sífilis, tuberculosis y Chagas vinculadas a otras manifestaciones
clínicas como el colon que se agranda e insuficiencias cardíacas. Así que
bueno, si se da eso, sería un logro muy importante; hay que ver si el gobierno
cumple, si el gobierno nos permite trabajar.
S.B: ¿Cuáles eran los problemas sanitarios más graves, hubo alguna
sorpresa?
T.B: No hubo sorpresa porque volvimos a ver lo mismo que en nuestra primera
visita en enero. Sí hubo casos más graves que lamentablemente
van a generar casos aún más graves y en eso no tuve respuesta de las
autoridades sanitarias en
Ingeniero Juárez. Había dos o tres pacientes que se atendieron en la escuela de
Pozo de Maza que estaban con tuberculosis activa y tenían toda la sintomatología de
estar en el medio de la enfermedad, esto significa que en contacto con toda la
gente que estuvieron los iban a contagiar. Yo informé estos casos en medio de
todos los problemas que tuvimos con las autoridades. Me dijeron que les
informara de dónde era, pero no les interesó ni el
nombre ni cómo ni cuándo, así que no creo que lo hayan ido a
buscar. Esos pacientes están en aislamiento respiratorio y con una medicación
que nosotros teníamos. Entoncestenemos tuberculosis, parasitosis y cánceres de mama no tratados y de piel.
S.B: ¿De dónde vienen esos casos de cánceres?
T.B: El cáncer de piel puede estar
sujeto a la alta exposición al sol, los de mama no sé si es debido a una
predisposición genética normal. Lo que sí sé es que no están tratados. Los pacientes que hemos visto no tienen muchas
chances porque no fueron tratados en su momento. Y algunos
tienen el diagnóstico porque tienen los estudios hechos pero después no se les
dio tratamiento.
S.B: Pero entonces es grave porque el sistema de salud los detecta
pero no les da seguimiento.
T.B: Bueno ahí es delicado porque
entramos en contradicción entre lo que dicen unos y otros. Los servicios
sanitarios dicen que les ofrecieron el tratamiento y que la gente no fue, y la
gente dice que nunca les dieron tratamiento y que les dijeron que no era tan
grave lo que tenían. Entonces quedó una línea media
donde él que se muere es el paciente y el Estado se salva de pagar el
tratamiento oncológico.
S.B: Parece desesperante cambiar esto en unos días.
T.B: Cambiar todo esto sería la tarea del Estado.
Y en total más que mil personas atendidas son razón de esperanza. Lo cierto es
que no conozco otro grupo en Latinoamérica que haya hecho esto. Sí hay grupos
en catástrofe que han atendido la misma cantidad de gente pero no hay ninguno
que haya hecho atención primaria de la salud en dos días con semejante cantidad
de gente. Obviamente, si una ONG o un grupo humanitario
están en el lugar es porque el Estado no cumple con su función,
en muchas partes del mundo ocurre esto.
S.B: ¿Cómo comparar la situación con otros países?
T.B: Una diferencia es que
normalmente no se ataca a los grupos de ayuda humanitaria. En nuestro caso el equipo de ayuda humanitaria estaba intervenido,
vigilado, intimidado, custodiado. A mí me han llevado al hospital para pedir datos para pedir datos, me han llevado con
diferentes autoridades de la provincia, cosa inédita.Mandaron farmacéuticos
para revisar y embargar medicación, mandaron abogados, y
nosotros no tenemos abogado ni defensa legal como para responder frente a un
abogado. Según me manifestaron en su momento tenían la orden para que yo vaya a
hablar con un juez sobre lo que estamos haciendo y me llegaron a decir que yo no podía ejercer en la
provincia, sin embargo es Argentina y yo puedo ejercer en
Argentina porque mi matrícula es nacional. De hecho nuestras matrículas ahora
son del Mercosur. Lo que te quiero decir es que estos grupos de ayuda humanitaria sólo en zonas de
conflicto son hostigados. Acá oficialmente no hay un conflicto
armado y sin embargo fuimos sistemáticamente vapuleados y la gente Wichí está expuesta, repito,
a un genocidio programado.
S.B: Viajando por la provincia de Formosa se pueden ver nuevas
escuelas, nuevos hospitales, unas nuevas viviendas cada tanto kilómetros.
T.B: Los edificios nuevos, por
ejemplo las escuelas que han hecho y arreglado para esas comunidades
originarias, lo llamativo es que tienen ventiladores, pero nosotros estuvimos sin luz, no se entregaba
electricidad al lugar mientras nosotros estuvimos deliberadamente. En un
momento determinado y por pedido mío al director de la escuela y al intendente
de Pozo de Masa nos dieron dos horas de
luz. En la primera campaña que hicimos este año en otra
comunidad, ellos solamente tienen luz dos horas o tres en el día y lo llamativo
es que no tenían agua, la cual sacaban del arroyo contaminado. Además de las
casas de abobe y paja tenían puesta por el gobierno una antena de DirecTV, aunque no tenían
televisor donde ver y tampoco electricidad para que funcione. Visto desde afuera
ypara la
foto en un periódico es una casa nueva, muy linda, con antena, pero adentro no
hay nada.
S.B: Un habitante de Pozo de Masa contó que en las nuevas casitas
que les construyeron también hay vinchucas, que el peligro de Mal de Chagas no
terminó. Entonces ¿es verdad que las vinchucas pueden sobrevivir en casa de
material?
T.B: Las vinchucas, los vectores del
Mal de Chagas, pueden transitar. Si vos no fumigas en los alrededores y la
gente no tiene agua ni tampoco elementos para limpiar, lo que les estás dando
es un refugio de material y nada más que eso. El Mal de Chagas sigue.
S.B: Cuenta más de los problemas con las autoridades.
T.B: Tuvimos una primera señal de intimidación cuando una médica del grupo recibió en
su habitación dos panes con moho y una
nota debajo que decía “bienvenidos al hotel”. A esa nota al principio no le dimos
importancia pero después empezamos a notarpresencia policial excesiva;
en un pueblo como Juárez que debe de haber cuatro o cinco policías de guardia
nosotros teníamos dos o tres custodiando el hotel. Y esta movilización de funcionarios de alto rango provincial también intimida para
alguien que no está acostumbrado. Encontrarme a las siete de la mañana con
cinco funcionarios de alto rango que venían a preguntarme qué estaba haciendo
allí, cuando de entrada lo sabían. Porque yo un mes antes que me había
comunicado para decirles que yo venía a colaborar con las autoridades de la
provincia de Formosa. El decirme que no podía estar donde estaba porque no
tenía permiso, me hace dudar si estoy en la Argentina y de si la constitución
nacional existe o no. Me parece entonces que hay un montón de
elementos y mecanismos de la seguridad jurídica que no funcionan o que no
existen. De repente encontrarme “gentilmente acompañado” a que
me tomaran los datos, a controlar las fichas de todos los voluntarios, me parece algo más de la época de la represión en
la Argentina que de un estado de democracia.
S.B: Pero no a punta de pistola.
T.B: Pero en todo caso no teníamos
más remedio. Nos hicieron llevar
todas las fichas que teníamos de los voluntarios e hicieron fotocopia.
En mi caso me pidieron mi DU, mi matrícula y mi ficha. Si esto no es un hecho
intimidatorio, cuál es. Y más si uno piensa qué es lo que hice, un ilícito no.
Vine a ayudar a gente que no tiene nada y que la propia provincia no la ayuda. Una camioneta de la policía provincial con las
puertas abiertas con los efectivos vestidos como si fueran a una guerra y
disparando contra la pared donde estábamos nosotros es también un acto
intimidatorio. Las comunidades a través de sus representantes
también nos metieron presión porque ellos pedían nuestra ayuda, pero el Estado
no nos dejaba y ellos amenazaban con cortes de ruta y la toma del centro de
salud. Y creo que si eso no se resolvía hubiese terminado en una batalla
campal.
S.B: Parece, que la idea fue provocar exactamente eso.
T.B: Obvio, todo fue una
provocación. Es descabellado pero en Formosa la realidad
supera la
imaginación. Como estar con 27 personas a cargo con las que vinimos a
ayudar y terminamos en medio de un conflicto. Pero no tenemos que olvidar por
qué estuvimos en el lugar. Te cuento esto: teníamos una chiquita que se atendió y la señora
que la traía le dijo a la pediatra que si quería se la regalaba, para que
comiera todos los días, para que tuviera una oportunidad.
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Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article7481
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