Argentina: La cuenca del Paraná está
contaminada con glifosato
21 de julio de 2016
21 de julio de 2016
Una investigación concretada por
científicos del CONICET detectó altas concentraciones del herbicida sobre todo
en los afluentes que proliferan en la zona sojera. El río Luján, el más
contaminado. La OMS estableció un vínculo directo entre el cáncer y el
herbicida que inventó Monsanto. La cuenca del río Paraná, considerada la
segunda más importante de Sudamérica detrás de la que comprende al Amazonas,
está altamente contaminada con el herbicida glifosato o AMPA, su degradación. A
esa conclusión arribaron científicos argentinos en un estudio al que Adelanto
24 accedió en exclusiva, y que acaba de ser publicado por la revista
internacional Environmental Monitoring and Assessment. El trabajo, que lleva la
firma de, entre otros, Alicia Ronco y Damián Marino, investigadores del
CONICET, expone que el Paraná recibe una carga contaminante de sus afluentes
sobre todo en las zonas donde se realiza agricultura intensiva mediante la
fórmula que combina semillas transgénicas, agroquímicos y siembra directa.
La investigación, llevada a cabo
entre los años 2011 y 2012, destaca que el herbicida y su metabolito se
concentran mayormente en los sedimentos de los cursos de agua que alimentan
precisamente al Paraná.
Mediante testeos concretados en
23 puntos específicos del río en cuestión, el Paraguay y sus afluentes, los
científicos ubicaron altas concentraciones del plaguicida sobre todo en el
lecho de estas corrientes.
El monitoreo arrojó, contundente, que la
contaminación más alta de glifosato corresponde al río Luján. También los
resultados fueron alarmantes en los tramos del Paraná que comprenden a las
provincias de Santa Fe y Entre Ríos. Para el equipo que llevó a cabo la
experiencia, esto es consecuencia directa de las actividades agrícolas que se
realizan en toda esa área del país.
En diálogo con Adelanto 24,
Marino explicó que el estudio “comenzó en el Pilcomayo y fue realizado en
colaboración con Prefectura Naval. Se midieron todas las desembocaduras de los
ríos que alimentan al Paraná”.
“La carga de glifosato aumentó a partir de la zona
centro de la provincia de Santa Fe, con concentraciones muy elevadas en
afluentes como el arroyo Saladillo. Los niveles que medimos en muchos casos
dieron más elevados que los cotejados directamente en campos de soja”,
enfatizó.
El estudio también detectó fuerte carga de
glifosato y AMPA en canales y arroyos del sureste de la provincia de Buenos
Aires.
De acuerdo al trabajo, el 66 por
ciento de las muestras de sedimentos registró una pauta elevada del plaguicida
en esa área, mientras que ya en la medición aplicada al agua el 35 y 33 por ciento
de las tomas dieron positivo en glifosato y AMPA, respectivamente. “El
sedimento del arroyo Saladillo exhibe una alta y letal toxicidad”, precisa el
documento.
El área monitoreada:
La investigación citada es la
primera que se realiza en la cuenca del Paraná y, precisa el monitoreo, “los
resultados revelaron una mayor concentración de estos compuestos en los tramos
medio e inferior del río, por afluentes de regiones donde se hace agricultura
intensiva”.
Según Marino, el inconveniente
que origina esta concentración en el lecho del río y sus afluentes radica en el
carácter anaeróbico del punto donde se acumula el glifosato.
“Se detectó sulfuro, y el
problema es que opera como un agente que no permite la degradación normal a
través de microorganismos. La falta de oxígeno que origina el vínculo entre el
glifosato y el sulfuro hace que el herbicida perdure en el tiempo. La falta de
organismos que oxiden, derivada de esta combinación que hallamos en los lechos,
origina que el glifosato siga acumulándose”, argumentó.
El científico sostuvo que buena
parte de la incorporación del plaguicida a las aguas surge del escurrido de las
lluvias que caen sobre los campos productivos.
“El glifosato es poco afín a
permanecer en el agua, por eso lo detectamos muy poco en el centro del río.
Pero sí se adhiere en el fondo, se acumula en el barro. En tanto los materiales
tienden a movilizarse hacia las costas, entonces tenemos un lodo en tránsito
que luego se acumula en las playas”, indicó.
En marzo de 2015, la Agencia Internacional
para la Investigación del Cáncer (IARC), vinculada a la Organización Mundial
de la Salud (OMS), declaró que existe evidencia suficiente para vincular al
glifosato con, precisamente, la proliferación del cáncer.
En la Argentina el herbicida
representa, por lejos, el pesticida más utilizado en la producción agrícola: de
acuerdo a números de la industria, de los casi 300 millones de litros de
agroquímicos que se fumigan por año, más de la mitad corresponden al herbicida
creado por la
multinacional Monsanto.
enviado
por contacto@agenciaparalalibertad.org
Fuente: https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2016/07/21/argentina-la-cuenca-del-parana-esta-contaminada-con-glifosato/
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