Agroindustria y Monsanto,
una novela con final esperado.
22 de junio de 2016
Luego de varios enfrentamientos entre el
actual gobierno y la empresa de agroquímicos Monsanto, el conflicto parece
estar llegando a su fin. Hace unos días, corrió la voz que representantes del
Ministerio de Agroindustria y de Monsanto, dieron indicios de acuerdo tras las
disputas por el pago de regalías que exigía la multinacional. El
acuerdo implicaría un paso más hacia la posible modificación de la actual Ley de Semillas.
Por Federico Caggiano
para ANRed
El conflicto entre el actual gobierno y la empresa multinacional
de agroquímicos gira en torno a la cláusula Monsanto , vigente ya desde 2015. A partir de esta
cláusula, Monsanto lleva a cabo controles sobre los granos de soja de la última
campaña que llegan a los puertos, con el fin de detectar en ellos el uso de la
semilla transgénica Intacta,
resistente a insectos y al glifosato. En caso de que se compruebe el uso de
esta semilla y que el productor no tenga comprobante de pago de la misma, la
empresa cobra regalías de hasta quince dólares por tonelada, obteniendo
ganancias millonarias no solo a través de la venta de semilla transgénica sino
también sobre la producción final.
La medida fue repudiada por varias entidades y federaciones que
representan a productores agrícolas, entre ellas la Federación Agraria
Argentina. Ya el año pasado, Omar Príncipe, presidente de la
FAA, había manifestado que Monsanto pretendía adueñarse del uso de la semilla,
la cual también es responsabilidad del productor considerando su laboriosa
tarea.
A través de una resolución publicada en el boletín oficial el 14
de abril de 2016, el Ministerio de Agroindustria aseguraba la necesidad de
previa autorización frente a “todo
sistema, procedimiento o método de control, muestreo y/o análisis que se
utilice en el comercio de granos para pesar, medir, mejorar, conservar y
analizar los mismos”. Ante el nuevo panorama, en un principio Monsanto
ratificó su sistema de cobro de regalías siendo este arbitrario e ilegítimo, y
a comienzos de mayo emitió un estratégico
comunicado en el que se mostraba decepcionado por el accionar del gobierno,
teniendo en cuenta que se encuentra en el proceso de atracción de inversiones
extranjeras. Y
por si esto fuera poco, frenó la salida al
mercado de su última soja tecnológica y amenazó con retirarse del país.
El Ministro de Agroindustria Ricardo Buryaile no dio marcha atrás
con la resolución que frenaba el sistema de controles de Monsanto en los
puertos, y se le “plantó” fuerte a la multinacional, aunque la resistencia no duró mucho.Si
bien todavía no está confirmado, se espera que en los próximos días se confirme
finalmente un acuerdo entre ambas partes. Este implicaría que la fiscalización
de los granos pase a manos del Instituto Nacional de Semillas, a cambio de que
se cancele la polémica cláusula.
El sistema de control y cobro impulsivo que impuso Monsanto no
sólo tuvo el afán de cobrar un canon por sobre las producciones agrícolas, sino
que a su vez representa una presión hacia el Estado para la modificación de la
Ley de Semillas, en donde se reconozca la propiedad
intelectual de la multinacional estadounidense, para asegurarse el dominio de
la comercialización de semillas. Mientras que Buryaile anunció que pronto enviará un
anteproyecto de la nueva Ley
de Semillas, a fines de mayo el massismo se adelantó presentando su propio
proyecto a Diputados. Este se encuentra en comisión y se adaptaría a los
intereses de Monsanto.
Link del proyecto:(http://www1.hcdn.gov.ar/proyxml/expediente.asp?fundamentos=si&numexp=3077-D-2016)
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article12286
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