Los Estados siguen siendo víctimas
del
abuso corporativo: ¡No a Chevron!
25 de julio de 2016
"El caso Chevron – uno de
los más emblemáticos a nivel mundial- es una muestra patente de la forma en la
que los Estados son víctimas del sistema de justicia internacional; y, cómo
esas mismas corporaciones siguen gozando de impunidad en todo el planeta."
Las organizaciones abajo firmantes
consideramos evidente que el pueblo ecuatoriano ha sido víctima de Cehvron, del
sistema de arbitraje internacional y de los perniciosos tratados bilaterales de
inversión.
Recordemos los hechos de este juicio histórico
de más de dieciséis años:
El caso Chevron – uno de los más emblemáticos
a nivel mundial- es una muestra patente de la forma en la que los Estados son
víctimas del sistema de justicia internacional; y, cómo esas mismas
corporaciones siguen gozando de impunidad en todo el planeta.
Entre 1990 y 1993, la petrolera Texaco ,
actualmente Chevron, planteó siete juicios de carácter comercial en contra del
Estado ecuatoriano y de la empresa pública Petroecuador.
Bajo el sistema judicial ecuatoriano, la parte
denunciante o interesada en un proceso tiene la obligación de impulsar un
proceso judicial. Esos seis casos comerciales nunca fueron impulsados por la
petrolera.
Por otra parte, los afectados por el daño
ambiental causado por las operaciones de Texaco (hoy Chevron), en el año 1993,
plantearon un juicio en contra de la petrolera en las cortes del Estado de
Nueva York.
Como una estrategia de la petrolera, para
lograr que los jueces de los Estados Unidos desestimen la demanda de los
afectados ecuatorianos, entre los años 1994 y 1998, procedió a celebrar un
acuerdo de remediación ambiental con el Estado ecuatoriano y la petrolera
estatal Petroecuador, durante ese periodo Texaco realizó trabajos para la
supuesta remediación ambiental[1]. Con ese contrato y la posterior acta de
liberación de responsabilidades, Chevron pidió a los jueces de Estados Unidos
que desestimen la demanda realizada en Ecuador.
Para el año 2003, el caso se radicó en
Ecuador; y, una vez que se empezaron a generar pruebas contundentes que
inculpaban a la petrolera, ésta optó por plantear un arbitraje internacional en
contra del Ecuador, acusándolo de denegación de justicia. Según la petrolera,
hasta el año 2006, habían transcurrido 15 años, y esos juicios no se los había
concluido. En verdad la petrolera nunca impulsó esos procesos judiciales.
El Estado planteó distintos argumentos
jurídicos y técnicos ante los árbitros, ya que consideró que se estaba
desconociendo al sistema de justicia de un país soberano. Es más, se aplicaba
un convenio bilateral de protección de inversiones de forma inadecuada y retroactiva.
Finalmente, el panel de arbitrajes ordenó que el Estado ecuatoriano le pague a
Chevron la suma de NOVENTA Y SEIS MILLONES DE DÓLARES.
Por su parte los afectados, conformados por
más de 30.000 indígenas y campesinos, agrupados en la Unión de Afectados por
Texaco, UDAPT, lograron que la justicia ecuatoriana condene a Chevron a pagar
más de 9.500 millones de dólares para reparar, en lo que es posible, el daño
causado por la petrolera.
Es evidente que el sistema de justicia
internacional en éste caso, de arbitraje internacional, está construido para
proteger a las corporaciones, desconociendo en muchos casos a los sistemas de
justicia domésticos y soberanos de cada Estado.
Es real que tanto éste arbitraje, como los
otros dos casos, conocidos como Chevron I y Chevron III, fueron planteados por
la petrolera como represalias o retaliación en contra del Estado ecuatoriano,
por permitir el procesamiento del juicio ante el sistema de justicia
ecuatoriano.
Es injusto pero real, que hoy el Estado
ecuatoriano, le adeuda a la petrolera Chevron la suma de 96.355.369,17
dólares, más intereses. Pero al mismo tiempo es real y más que justo que la
petrolera le adeuda a los afectados la suma de 9.521.000.000,00 de dólares
americanos.
No puede por una parte exigirse al Estado a
cumplir con una deuda injusta y por otra parte negarse a cumplir con una deuda
legítima.
Por estas consideraciones, reclamamos:
Llamamos a las distintas organizaciones
sociales conformar un frente común de lucha ante este atropello a los derechos
humanos de los ciudadanos, para exhortar al Estado ecuatoriano a cumplir con la
orden judicial ecuatoriana, es decir, a pagar dichos recursos a los afectados
por las operaciones de Texaco, y no entregarle los recursos a la petrolera. Que los
recursos que Chevron intenta extirpar a los ecuatorianos, se pueden quedar
dentro del Ecuador, pagando a los afectados por Chevron.
Extendemos este llamado para exigir que se
respete la orden judicial ecuatoriana y la sentencia, respectivamente; y, que
el crédito que mantiene actualmente el Estado a favor de la petrolera, sea
inmediatamente transferido a los afectados para que éstos puedaniniciar lo
antes posible los planes y proyectos de reparación ambiental y social.
Rechazamos toda pretensión de someter la
justicia ecuatoriana a los dictámenes injerencistas de los tribunales
internacionales de inversión. Recordamos que la sentencia en contra de Chevron
ha sido ratificada por el sistema judicial ecuatoriano y bajo ninguna
circunstancia un tribunal extranjero puede constituirse en una cuarta
instancia. Ello derivaría en la supresión de la soberanía y el sometimiento de
nuestros países a intereses económicos y políticos extraños a las necesidades
de nuestros pueblos.
Exigimos a las instancias correspondientes que
actúen en derecho. Y nos unimos a las legítimas demandas de los más de 30 mil
afectados ecuatorianos, indígenas y campesinos, exigiendo que se respete la
sentencia y el embargo.
Centro de Derechos Económicos y Sociales –
CDES, Ecuador
Red Latinoamericana de Deuda, Desarrollo y Derechos -LATINDADD
Red de Justicia Fiscal de América Latina y el Caribe
Red Latinoamericana de Deuda, Desarrollo y Derechos -LATINDADD
Red de Justicia Fiscal de América Latina y el Caribe
ORGANIZACIONES
ADHERENTES:(...)
Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Los_Estados_siguen_siendo_victimas_del_abuso_corporativo_!No_a_Chevron
No hay comentarios:
Publicar un comentario