El paisaje agrario en Ecuador y
la
resistencia de los campesinos
26 de julio de 2016
"La
Escuela de Agroecología “Julio Saltos Bravo” intentó replicar el modelo de la
escuela de agroecología del MST y de otras experiencias de América Latina. Ésta
se basa en los principios de la educación popular y de la economía política
para acercarse a la realidad agraria. Así que durante tres días al mes los
campesinos son convocados en una finca de algún compañero que lleva varios años
trabajando la
agroecología. Ahí se “imparten” clases teóricas sobre
economía política, agroecología política, ecología política y poder popular por
parte de educadores populares de diferentes lugares del Ecuador y de Latinoamérica."
Por Mariana
Blanco Puente
Bajando por los Andes
Ecuatorianos hacia el Pacífico, se encuentra la Costa del Ecuador, una zona
tropical llena de contrastes. Es la región más poblada del país donde se ubica
la ciudad de Guayaquil, un puerto con una fuerte dinámica económica y comercial
que sirvió como uno de los primeros enlaces comerciales para la exportación de
materia prima. Esta región fue de las primeras zonas que entró en la dinámica
económica mundial a través de las haciendas cafetaleras y cacaoteras que
instalaron en estos territorios una dinámica de acumulación de tierras para la
exportación de productos agrícolas.
Pasada la fiebre del
café y del cacao llegó la fiebre del banano, que modificó miles de hectáreas
del paisaje agrario costeño en cientos de miles de kilómetros de haciendas
bananeras, instalándose como el primer productor y exportador de América
Latina. Hoy en día la Costa del Ecuador es la región del país con mayor
extensión de monocultivos para la exportación y para el consumo interno;
banano, palma africana, cacao, arroz y maíz amarillo, lo que hace que también
sea la región con mayor consumo de agroquímicos a nivel nacional. Por todo el
territorio predominan las casas comerciales de químicos para la agricultura de
empresas como Agripac y Fertisa que promocionan sus productos a través de
ingenieros agrónomos.
A esta dinámica se suman los agronegocios para
el consumo interno, grandes empresas que hacen el papel de intermediarios en la
producción, como las piladoras de arroz o la empresa Pronaca. Ambas
proporcionan las semillas, los créditos para la producción y los insumos, para
posteriormente comprar la producción a los campesinos, es decir, mantienen el
control de toda la cadena productiva, dejando al campesino como un jornalero en
su propia tierra.
Este paisaje agrario se combina con las fincas
de los campesinos costeños que se identifican como montubios, y que mantienen
en sus fincas cultivos para el autosustento como el plátano, la yuca, el
camote, el maní, la papaya, la guanábana y otros frutales. Son estos campesinos
los que menos beneficios obtienen de este modelo agrario en la Costa y sin
embargo son los que más contribuyen a la producción de alimentos para el
consumo interno y la soberanía alimentaria.
Organizándose hacia la
agroecología
En este contexto de
dominación y de agronegocios surge la Federación de Centros Agrícolas y
Organizaciones Campesinas del Litoral (FECAOL), a raíz de la ruptura con una
organización de terrratenientes que controlaban las políticas agrícolas de la zona. A partir de este
punto los campesinos montubios cambiaron su esquema de producción y se fueron
adentrando hacia la agricultura orgánica en primera instancia y posteriormente
hacia la
agroecología. Varios proyectos comenzaron a gestarse desde
ahí, por ejemplo mercados agroecológicos donde los campesinos pueden vender sus
productos directo a los consumidores evitando a los intermediarios; el Festival
por la Soberanía
Alimentaria que se realiza el 16 de octubre en la ciudad de
Guayaquil; una caja comunitaria que da pequeños créditos para la producción
campesina; una cooperativa de insumos orgánicos que sirve para financiar los
proyectos de la organización.
Entre estos uno de los
proyectos que se impulsó fue a la Escuela de Agroecología. Después de varios
años de realizar capacitaciones en agricultura orgánica y agroecología, y bajo
el ejemplo de la
Escuela Latinoamericana de Agroecología del MST, las escuelas
de formación en Cuba y la
Escuela Nacional de Agroecología de Ecuador, la FECAOL decidió
abrir la Escuela de Formación Agroecológica “Julio Saltos Bravo” para dar
solución al tema de educación política y técnica entre sus mismos campesinos.
La primera promoción de
la escuela estaba formada por mujeres y hombres campesinos de la organización que
ya participaban en las diferentes actividades y que tenían una necesidad de
seguirse formando en temas de agroecología. Para la segunda promoción, la
FECAOL hizo una estrategia política con miras a la difusión de la agroecología
en todas las provincias de la región, lo que logró que esta vez se involucraran
campesinos de organizaciones de la provincia del Guayas, Los Ríos, El Oro,
Manabí y Santa Elena, casi todas las provincias de esta región. Así, se
incluyeron en las discusiones las problemáticas particulares de cada una de las
provincias, por ejemplo las fumigaciones por parte de las bananeras en Los Ríos
y El Oro, la dinámica de la siembra entre los maiceros de Manabí; el despojo de
tierras y agua en Santa Elena; y los problemas productivos de los arroceros en
el Guayas.
De igual forma estas discusiones permitieron encontrar problemáticas
generales entre todas las provincias, por ejemplo el endeudamiento de los
campesinos por los créditos para la producción que da el gobierno; el abuso de
los intermediarios y las dificultades en la comercialización campesina; el robo
y despojo de tierras por parte de los hacendados; y la escasez de agua para los
pequeños campesinos por el acaparamiento de los caudales por las grandes
haciendas.
Así, se fue generando
un enlace entre campesinos de toda la región que ha derivado en otras
actividades a largo plazo como las Cumbres Agrarias de la Costa, la Cumbre Nacional Agraria
y escuelas de agroecología en cada de una de las provincias de la Costa.
Los
campesinos como educadores
La Escuela de
Agroecología “Julio Saltos Bravo” intentó replicar el modelo de la escuela de
agroecología del MST y de otras experiencias de América Latina. Ésta se basa en
los principios de la educación popular y de la economía política para acercarse
a la realidad agraria. Así que durante tres días al mes los campesinos son
convocados en una finca de algún compañero que lleva varios años trabajando la agroecología. Ahí
se “imparten” clases teóricas sobre economía política, agroecología política, ecología
política y poder popular por parte de educadores populares de diferentes
lugares del Ecuador y de Latinoamérica.
Pero estas sesiones no
son una clase tradicional en donde el educador brinda conocimiento y los
campesinos lo reciben, por el contrario, este conocimiento se va construyendo a
partir de la discusión con ellos, del contexto específico de cada uno y de las
problemáticas concretas en cada uno de sus territorios. Esto obliga a cambiar
el esquema de la educación e impulsa a que los campesinos reflexionen sobre sus
realidades, sus problemas y las posibles soluciones que pueden tener estos a
través de la agroecología y los proyectos que se plantean desde la misma.
Después de las
discusiones más teóricas, otros compañeros campesinos con experiencia práctica
en agroecología, normalmente los anfitriones de las fincas, comparten sus
conocimientos prácticos con los nuevos educandos. Ahí se muestra cómo se puede
sembrar sin utilizar agroquímicos, cómo preparar fertilizantes y pesticidas
naturales, aprovechar las fases de la luna, reciclar semillas, recuperar
conocimientos sobre plantas medicinales, cómo hacer apicultura y cómo diseñar
fincas agroecológicas para aprovechar de mejor manera las condiciones de cada
terreno y territorio.
Aquí el educador es el
propio campesino con experiencia práctica de años de cultivar y experimentar en
su propia tierra, hablándole al campesino en sus propios términos y viendo los
resultados de esas prácticas en la realidad. Esta metodología de Campesino a Campesino tiene una gran resonancia en este
contexto, ya que quienes suelen monopolizar el conocimiento sobre la producción
agrícola son los ingenieros agrónomos que trabajan para el Magap –Ministerio de
Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca- y para las empresas de agroquímicos
instaladas en la región.
Otro elemento que
completa la educación y las actividades en la escuela es la parte cultural
basada en las “místicas”. Es una manera de recuperar la cultura de cada una de
las provincias de la Costa y de los pueblos campesinos que forman la escuela. En esta
ocasión los pueblos Montubios y los Huancavilcas tenían la posibilidad de
intercambiar conocimientos sobre sus tradiciones, sus alimentos, sus fiestas y
su cultura en general. Muchas de estas situaciones eran teatralizadas por los
campesinos para mostrar situaciones de la vida cotidiana mezcladas con
problemáticas del campo.
Un aspecto que hay que
resaltar y que le otorga mucha fuerza a la Escuela es su autonomía. Esta
escuela de agroecología es gestionada en su totalidad por los propios
campesinos que la forman, es decir ellos mismos se transportan hacia los
lugares y llevan comida o dinero para comprar los alimentos de los tres días
del módulo. Dentro del módulo son ellos mismos quienes se organizan en
comisiones de trabajo para organizar los espacios, hacer la comida, organizar
las actividades, asegurarse que los horarios se cumplan y limpiar los espacios
una vez que se acaba el módulo. Este proyecto es completamente autónomo y eso
le da un sentido de pertenencia hacia los campesinos, es pues una escuela de
campesinos para campesinos.
Y ¿para qué sirve una
escuela de agroecología?
La segunda promoción de
la Escuela de Agroeocología de la FECAOL dio un paso más en la organización de
los campesinos en la Costa del Ecuador, permitiendo alianzas entre 5 provincias
y encendiendo pequeñas llamas de resistencia y lucha contra el sistema
agroalimentario en la
región. Los educandos de estas escuelas ahora serán los
encargos de replicar esta escuela en cada una de sus provincias, además de que
se están planteando ya mercados agroecológicos donde los productores pueden
vender directamente a los consumidores en diferentes ciudades.
Varios proyectos se
están pensando, pero de las cosas más importantes que se lograron en la Escuela
fue generar una conciencia en los campesinos sobre el modelo agrario en el que
están insertos y cómo la agroecología puede ser una alternativa viable para
solucionar los problemas de los campesinos ecuatorianos.
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