La crisis del modelo
de civilización occidental
21 de julio de 2016
21 de julio de 2016
Por Homar Garcés (Rebelión)
Aminorar los efectos negativos de la pobreza, la violencia y el
deterioro de la naturaleza se ha convertido en un objetivo primordial que se
han trazado lograr por igual gobiernos y pueblos de todo el mundo. Unos porque
es parte de sus funciones, en el caso de los gobiernos, y otros por simple
instinto de supervivencia y deseos de preservar su cosmovisión y la vida en un
sentido amplio, en el caso de los pueblos (especialmente los de Nuestra
América). Los más conscientes de la situación crítica que asola al planeta,
evidenciada en los desplomes económicos que han condenado a la miseria y al
desempleo a millares de personas en muchas naciones, además del cambio
climático que afecta y amenaza destruir el delicado equilibrio ecológico en
todos los continentes, saben que todo ello es consecuencia directa del sistema
de explotación, de desigualdad social y de depredación salvaje de los recursos
naturales que define al capitalismo. Otros aún creen que sólo bastaría con que
los dueños del capital globalizado redujeran sus avideces de lucro y se
preocuparan algo más por “humanizar” este sistema.
El modelo de civilización occidental se halla
en crisis, ¿quiénes podrían refutar tal afirmación sin verse como alguien
tocado por la irracionalidad y la autocomplacencia, además de la tradición
positivista occidental impuesta desde Europa y secundada por Estados Unidos,
acostumbrados a pensar de una misma forma y en una misma orientación? Se hace
imprescindible, por consiguiente, el surgimiento inaplazable de nuevos
paradigmas culturales y económicos que tengan como rasgos destacados la
interculturalidad, una filosofía de vida alejada de la lógica del capitalismo y
un nuevo patrón de relaciones entre los seres humanos y con la naturaleza que
sirvan como muro de contención a las ambiciones hegemónicas de los grandes
centros de poder político y económico existentes.
El historiador de la Universidad de Harvard Niall Ferguson alega en el rotativo británico 'The Financial Times' que "el breve período de paz", tal como él describe al período entre 1991 y
Los estallidos de protesta popular en diversas
latitudes de la Tierra, enfrentando grupos variados la represión de los órganos
de seguridad del Estado, así como la inestabilidad en el marco económico
capitalista, son síntomas inequívocos de la crisis que sufre a nivel general el
modelo de civilización occidental, lo que da pie para plantearse, con la debida
seriedad y compromiso para lograrlo, el diseño de un amplio programa de
contenido revolucionario que haga suyas las visiones de los distintos sectores
sociales que confrontan, desde sus particulares trincheras de lucha, las
acometidas del capital globalizado. No podrá, por tanto, suponerse que el
Estado burgués liberal y, con él, el sistema capitalista resolverán los graves
problemas brotados bajo su hegemonía, por lo que será necesario que los
revolucionarios sepan asumir el nuevo desafío histórico que esto implica, dando
nacimiento a un nuevo modelo de civilización centrado en las personas y la
naturaleza antes que en la satisfacción de la voracidad de las grandes
corporaciones transnacionales del capitalismo neoliberal o globalizado.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=214720
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