¿Qué dicen los kurdos
sobre
el golpe de Estado en Turquía?
21 de julio de 2016
Por Leandro Albani (En Marcha)
Diferentes organizaciones kurdas se
pronunciaron ante el intento de golpe de Estado en Turquía. Criticaron por
igual a los militares sublevados como al presidente Erdogan, a los cuales
consideran enemigos del pueblo kurdo.
Cuando Estambul y Ankara se convulsionaban por
el intento de golpe de Estado del viernes pasado, en el Kurdistán turco, al
sureste del país, la vida continuaba arrastrando las mismas penas y dolores
cotidianos. Las aldeas y pueblos sitiados y bajo estado de sitio, las ciudades
bombardeadas hace semanas atrás por la aviación turca, los civiles muertos por
bandas paramilitares, y el asedio del gobierno de Recep Tayyip Erdogan,
conforman el ritmo diario en esa región, asolada desde hace décadas por la
represión estatal, pero forjada por una sostenida resistencia, ya sea en la
ciudades a través de grupos de autodefensas o en las montañas con la presencia
vigilante de la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Hasta ahora, el intento de golpe de Estado se
saldó con casi 300 muertos (algunos de ellos linchados por los seguidores de
Erdogan), 1400 heridos, el despido de 8000 policías acusados por el gobierno de
estar implicados en los planes de desestabilización, 6000 soldados y jueces
también detenidos, y un sinfín de acusaciones cruzadas y análisis que intentan
despejar la neblina que rodea lo que sucedió días atrás.
El golpismo es el AKP
En pleno proceso de golpe de Estado, cuando
los aviones zumbaban y dejaban caer sus bombas sobre el Parlamento turco, y las
calles de Estambul y Ankara ardían con las manifestaciones y tiroteos, desde el
Kurdistán turco comenzaron a llegar las opiniones de que lo que sucedía en el
país poco tenía que ver con un sector de las Fuerzas Armadas y mucho con otra
estrategia de Erdogan para acumular poder interno y externo.
Sofocado el intento golpista, al otro día se
conoció la posición de la Unión de Comunidades del Kurdistán (KCK), que agrupa
a buena parte de las organizaciones kurdas (entre ellas el PKK) de los cuatro
países en los que se asienta este pueblo. En el texto, manifestaron que el
intento desestabilizador es la “prueba de la falta de democracia en Turquía” y
“un poder autoritario lleva adelante un intento de golpe para derrocar otro
poder autoritario cuando las condiciones son las adecuadas. Esto es lo que ha
sucedido en Turquía”.
El KCK, organización dirigida por el
comandante guerrillero Cemil Bayik y Bese Hozat, denunció que el año pasado
también se dio un golpe, cuando el gobierno de Erdogan no reconoció las
elecciones del 7 de junio, en las cuales el Partido Democrático de los Pueblos
(HDP, conformado por kurdos y sectores de la izquierda turca), consiguió 80
diputadas y diputados. “Este fue un golpe de Estado en contra de la voluntad
democrática puesta de manifiesto por el pueblo”, denunciaron, y agregaron que
“el fascismo del AKP (partido de Erdogan) hizo una alianza con todos los
poderes fascistas y con una parte del ejército, incluido el Ministro de
Defensa, con el fin de eliminar el Movimiento de Liberación Kurdo y los poderes
de la democracia”.
El KCK dejó en claro que antes de lo ocurrido
la semana pasada, “ya existía una tutela militar” en el país, por lo cual el
intento de golpe fue de una “facción militar contra otra facción militar
existente. Esta es la razón por la cual aquellos que necesitaban al ejército
para dar un golpe, hasta ahora han aceptado la tutela militar existente y han
tomado partido por Tayyip Erdogan”. Para la Unión de Comunidades del Kurdistán,
los hechos del viernes pasado no son “un incidente de lucha entre los que están
del lado de la democracia y los que están en contra de ella”. Seguido a esto,
advirtieron que “describir la lucha por el poder entre fuerzas autoritarias,
despóticas y antidemocráticas como una lucha entre los que apoyan por un lado,
y los que son enemigos de la democracia por el otro, sólo serviría para
legitimar la existencia de un gobierno despótico y fascista”.
El KCK denunció de forma tajante “si hay un
golpe en contra de la democracia es el llevado a cabo por el fascismo del AKP”.
Y seguidamente enumeró que “el control del poder político sobre el poder
judicial, la aplicación de leyes y políticas fascistas mediante la mayoría
parlamentaria, la eliminación de las inmunidades parlamentarias, la remoción de
sus puestos y el arresto de los co-alcaldes (de ciudades kurdas) y el
encarcelamiento de miles de políticos” de las organizaciones kurdas “constituye
un golpe mayor al que fue dado en este intento de golpe”.
Por último, el KCK aseveró “este intento de
golpe hace que sea necesario que no nos detengamos en nuestra lucha contra el
fascismo del AKP, sino que la potenciemos para poner fin al caos y a los
enfrentamientos en el país y para que pueda emerger finalmente una nueva y
democrática Turquía”.
Golpe a los golpistas
Con los últimos estertores del intento
golpista cayendo en picada, el HDP emitió un breve comunicado en el que
advirtió que “Turquía está atravesando un período crítico y difícil, y
cualquiera que sea la razón, nada tiene que sustituir la voluntad del pueblo”.
Desde el HDP rechazaron “cualquier tipo de golpe” y convocaron de manera
urgente a construir en el país “una democracia pluralista y de completa
libertad”.
Veinticuatro horas después, Selahattin
Demirtas, co-presidente de HDP, brindó una conferencia de prensa explicó que
esperar que un golpe de Estado contribuyera a la democracia era algo ingenuo.
El dirigente también apuntó contra Erdogan y acusó a su administración de
efectuar un golpe civil desde el año pasado. Según Demirtas, el movimiento
golpista se efectuó “contra la facción golpista que gobierna”. Al mismo tiempo,
el actual diputado analizó que en el país existe “un bloque nacionalista,
guerrerista y racista que se encuentra dividido en dos”. Ante esta situación,
Demirtas propuso “una ruta sincera y valiente para poner fin a la polarización
en Turquía”, una medida que debe tomarse este año.
Por último, el dirigente del HDP criticó a
aquellos que señalaron a su partido como colaborador de los golpistas, y dijo
que el pueblo kurdo sólo quiere vivir en sus propias tierras libremente y en
igualdad de derechos.
Para muchos sectores del pueblo kurdo, el
intento de golpe es una nueva herramienta que Erdogan tendrá a mano para
expandir la represión que desde hace meses se profundiza en el sureste del
país. Y también preocupa que Estados Unidos, Rusia y la Organización del
Tratado para el Atlántico Norte (OTAN), ahora tengan que equilibrar sus tibias
críticas a la administración del AKP para, de esa forma, resguardar una
“democracia” que solo funciona en el Palacio Blanco, la fortaleza presidencial
en la cual Erdogan
sueña su historia como un nuevo sultán otomano.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=214719
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