El conflicto
siderúrgico: salarios a la baja, despidos y movilización sindical
12 de julio de 2016
12 de julio de 2016
Este año, el
acuerdo salarial en el sector siderúrgico se demoró prácticamente un mes
respecto del que acordó la UOM y alcanzó inusitados niveles de conflictividad y
movilización. El “plan de lucha” sindical es el punto culminante de meses de
conflictividad en las fábricas. Algunas claves sobre la dinámica de este sector
estratégico de la estructura industrial argentina.
Por Julia Soul para ANRed
La crisis del sector
La situación del sector siderúrgico a escala mundial es de
sobreproducción y hay una guerra disparada por la competencia de la producción
china en el mercado mundial. Desde 2013 se acumula una sobreproducción mundial
de más de 500 millones de toneladas. En 2014 y 2015, los empresarios del sector
denunciaron el aumento de los productos chinos a precios subsidiados y
exigieron medidas proteccionistas a los gobiernos, para defender sus posiciones
en los mercados.
En particular en Argentina, la caída en los precios del petróleo,
el parate en la industria de la construcción y la obra pública y en la industria
automotriz y de línea blanca están presionando negativamente la demanda de
productos siderúrgicos tanto en el mercado interno como en la exportación. Es
así que las tres empresas que controlan el mercado en Argentina (Acindar, de
Arcelor-Mittal, Ternium y Tenaris, del grupo Techint) anuncian la baja de sus
ganancias y le solicitan al gobierno medidas anti-dumping (para impedir la
competencia de acero producido en el exterior) y se suman al reclamo empresario
para la “baja de los costos laborales”. Actualmente, las tres plantas
productoras de acero, redujeron la utilización de sus instalaciones y
disminuyeron la producción.
La solución empresaria: “bajar los costos laborales”
Es claro que la repetida “baja de los costos laborales” implica el
deterioro de las condiciones de trabajo y de las condiciones salariales de los
trabajadores. Las empresas siderúrgicas no esperaron medidas gubernamentales
para avanzar con despidos, suspensiones y baja salarial.
Desde el último trimestre del 2015 se abrieron retiros voluntarios
y “jubilaciones anticipadas” y se anunció el despido de más de 700 trabajadores
de las empresas contratistas en la planta Ternium de San Nicolás. El sector emplea
aproximadamente entre 15 y 17000 trabajadores, la mitad de los cuales trabaja
para empresas tercerizadas y subcontratistas. Este conjunto de trabajadores
cobran salarios menores y sus condiciones de trabajo son más precarias. Son las
principales víctimas de los accidentes laborales y, ante las crisis, son los
primeros en ser despedidos. En diciembre, despidieron a 200 trabajadores de
Tenaris-Siderca (Campana) que fueron reincorporados con peores salarios y
condiciones de trabajo.
Actualmente, los trabajadores de las plantas de Tenaris y de
Acindar están bajo planes de suspensiones con disminución de salarios y
continúan los despidos en las contratistas de las plantas de Ternium Siderar.
Las empresas están realizando inversiones en las líneas de producción para
reducir puestos de trabajo.
Las respuestas de los trabajadores
Desde diciembre de 2015, los cuerpos de delegados y las comisiones
internas de la UOM promovieron distintas medidas de protesta, como quites de
colaboración, paros parciales y distintos actos de protesta en las puertas de
las fábricas. El malestar y la bronca, combinados con el miedo, generaron un
estado de inquietud y movilización en el gremio que se evidenció en la
movilización en diciembre ante los despidos de trabajadores efectivos en
Campana. Los despidos de trabajadores efectivos se repitieron en abril en la
planta de SIAT (Valentín Alsina) y allí también la movilización y la
organización lograron la reincorporación de la totalidad de los despedidos.
En este marco se abren las negociaciones paritarias nacionales. La
UOM organizó dos movilizaciones de delegados antes de llegar a un acuerdo que,
sin embargo, no compensó la caída salarial por la inflación. Las
empresas agrupadas en la
Cámara Argentina del Acero se negaron a aplicar
automáticamente el aumento acordado por la UOM y anunciaron su intención de
posponer la discusión salarial para octubre
Ante esa situación, el conjunto de las seccionales siderúrgicas,
articularon un conjunto de medidas de protesta que comenzaron a mediados de
junio con la instalación de una carpa en la puerta de la sede corporativa del
grupo Techint. Los días subsiguientes, los siderúrgicos realizaron bloqueos
sucesivos a las plantas, sumándose a las carpas que mantenían los trabajadores
y delegados en cada lugar.
Un paro nacional anunciado para el 28 de junio fue suspendido por
una nueva instancia de negociación. Finalmente se acordó un incremento salarial
que alcanza el 29% - 4 puntos porcentuales menos que lo pautado en el acuerdo
nacional. El acuerdo de los siderúrgicos consolida la tendencia a la baja de
los salarios reales que marcan los acuerdos salariales firmados en este año
(excepto los de aceiteros y bancarios) según el Observatorio de Derecho Social
de la CTA-autónoma.
El conflicto movilizó a cientos de delegados y activistas
sindicales durante semanas y las acciones en las fábricas mostraron que había
disposición a la movilización por parte de los trabajadores. Sin embargo, la
mayor parte de las medidas fue convocada y llevada adelante sólo por los
cuerpos de delegados y comisiones internas, lo que erosiona una parte
importante de la fuerza que pueden alcanzar las medidas de protesta. Por otro
lado, se están viendo reacciones importantes para rechazar los despidos:
muestras de solidaridad, movilizaciones, actividades y medidas en las plantas y
los sectores. Sin embargo, el mayor impacto de los despidos sobre los
tercerizados y el hecho de que la movilización haya tenido un contenido
fundamentalmente salarial, pone en evidencia que esta diferencia atenta contra
la capacidad de resistencia del conjunto.
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article12384
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