Argumentos sobre
el Brexit
29 de junio de 2016
Por Rolando
Astarita
La nota que escribí sobre el Brexit (aquí) contradice a la izquierda que ha saludado el
triunfo del Leave como un avance de la clase trabajadora y de la lucha contra
el capital. Para sostener este balance se adelantan tres argumentos
centrales. El primero afirma que el Leave es una victoria de la clase
obrera porque Gran Bretaña se libera del yugo de la UE, en forma similar a como
un país sometido se libera de la opresión colonial. El segundo dice que es una
victoria dada la base social que apoyó el Leave; este, se sostiene, tuvo apoyo
en los trabajadores y entre los más desfavorecidos de la población, los más
explotados y los más amenazados. El tercero afirma que es una victoria de
la clase obrera porque la salida de Gran Bretaña de la UE agudiza las
contradicciones intercapitalistas y tambalean la UE y la unión monetaria.
Además, Escocia amenaza con separarse del Reino Unido y aumentan las
probabilidades de una nueva crisis económica mundial. En lo que sigue
respondo brevemente a estos tres argumentos.
El más débil, por
supuesto, es el primero. Gran Bretaña es una gran potencia, y de ninguna manera
puede ser comparada con la situación en que se encuentran pueblos oprimidos por
potencias imperialistas, como es Palestina, o como fueron en su momento las
nacionalidades que estaban bajo el yugo de la Rusia zarista. Ni siquiera se
puede sostener que Gran Bretaña esté en situación de subordinación económica, o
dependencia, como sucede con la mayoría de los países del tercer mundo.
En cuanto al segundo
argumento, es equivocado caracterizar un movimiento político por la base social
que lo apoya. Aquí hay que aplicar criterios similares a los que se utilizan
para la caracterización de un partido político. El Laborismo inglés, el PT de
Brasil o el Partido Justicialista de Argentina, por ejemplo, tienen una base
social obrera y en los sectores más oprimidos y marginados de la sociedad, pero
esta no es razón para sostener que su naturaleza de clase sea obrera, o
“popular”. El carácter de clase de los partidos está determinado por el
programa, la estrategia y la política que defienden sus direcciones. Estas
últimas son las que imponen la orientación general, y esto no cambia por el
hecho de que las bases sean obreras, ni porque existan fracciones de izquierda
más o menos radical en sus filas. La orientación que establece la dirección
prevalece sobre las partes y determina el carácter de clase de la totalidad. Por eso,
un partido que promueve o defiende las relaciones de producción capitalistas
–esté o no al frente del Estado- es un partido burgués, aunque tenga base
obrera.
Este criterio se aplica a un movimiento político más laxo como fue
el Brexit. Su carácter de clase está determinado por el discurso y la
orientación que se impusieron desde la dirección, conformada por conservadores
y la extrema derecha nacionalista. El discurso hegemónico del Leave no pasó por
las tarifas aduaneras, o cosa por el estilo, sino por el rechazo a los
inmigrantes y la exaltación nacionalista. Que esos
dirigentes hayan tenido el apoyo de sectores importantes de la clase obrera no
modifica la naturaleza del asunto. Tampoco lo cambia el que una
franja de la izquierda anticapitalista haya militado por un “Brexit por la
izquierda” (de la misma manera que el carácter de clase del Laborismo inglés no
se modificó cuando en su seno militó una fracción trotskista relativamente
importante). Para imponer un “Brexit por la izquierda” -alternativamente, un
“Remain por la izquierda”- habría que tener poder, y hoy el poder está en manos
de la clase capitalista.
Pero además, el
análisis materialista debe partir de lo real, no de lo que nos gustaría que
sucediera. Y lo real fue que la campaña estuvo dominada por el discurso
xenófobo. Por eso, no hay que engañar a la gente con palabrería de izquierda.
Antes de dejar este punto, es preciso aclarar también que los trabajadores
inmigrantes se encuentran entre los sectores más postergados, marginados y
amenazados de la sociedad británica. Por eso no se sostiene la afirmación de
que fueron los sectores más oprimidos de la sociedad británica los que apoyaron
el Brexit, ya que los inmigrantes claramente no estuvieron por esta opción. En esa
afirmación subyace un lamentable (por provenir de la izquierda) criterio
discriminatorio hacia los inmigrantes; muchos de los cuales, para colmo,
estaban impedidos de votar.
Por último, el
agravamiento de las contradicciones intercapitalistas en sí mismo no representa
un avance de la clase obrera, ni de la lucha anticapitalista. Por supuesto, el
ascenso de partidos y dirigentes de la extrema derecha enemigos de la UE, junto
al aumento de las tendencias proteccionistas, agudiza los problemas y las
dificultades para el capital en general (aunque puede haber fracciones
favorecidas), y en primer lugar para el gran capital europeo. La posibilidad de
que termine estallando el euro ahora es real y concreta. Pero la oposición a la
unión monetaria, a la UE, o a la internacionalización del capital, puede
hacerse tanto desde una perspectiva superadora, en un sentido internacionalista
y socialista, como desde una burguesa (o pequeño burguesa) reaccionaria y
xenófoba. Y hoy la voz cantante la tiene la derecha. ¿Qué se ve de progresivo
en esto? ¿Qué hay de progresivo en que Francia, por caso, se retire mañana de
la UE de la mano de Le Pen y gente de esta calaña?
Para ilustrarlo con un
ejemplo histórico: en 1931, durante la Gran Depresión ,
estalló en Austria una crisis financiera que obligó a Gran Bretaña a acabar con
la convertibilidad de la
libra. A partir de entonces el mercado mundial se fracturó en
áreas monetarias (de la libra, el franco, el yen, el dólar) y aumentaron las
medidas proteccionistas en casi todos los países. En consecuencia, el mercado
mundial se hundió, agravando la crisis en Europa y Norteamérica. Las
contradicciones del capital se agudizaron al extremo. Sin embargo, se
fortalecieron o consolidaron movimientos de derecha, desde el nazismo y el
fascismo hasta la derecha conservadora nacionalista, en gran cantidad de
países. Y dado que el capital nunca puede vivir restringido a las fronteras
nacionales, esa situación llevó a la Segunda Guerra. ¿Cómo se puede afirmar que este
proceso haya sido progresista en el sentido de fortalecer la conciencia de
clase y el socialismo?
En conclusión, frente a
los argumentos que están circulando, sostengo que es necesario decir la verdad,
por más dura y amarga que sea. Hay que acabar con la costumbre de un sector de
la izquierda que siempre está caracterizando la situación como de “ascenso de
las masas, y crisis y descomposición del capitalismo”. La realidad es que el
voto de un trabajador británico por el Leave en la creencia de que “el problema
son los inmigrantes” no tiene nada de progresista, por más que sea el voto de
un explotado. Y el nacionalismo, apoyado en la xenofobia, el racismo y el
“primero Gran Bretaña”, es absoluta y totalmente reaccionario.
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Fuente: https://rolandoastarita.wordpress.com/2016/06/29/argumentos-sobre-el-brexit/#more-6797
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