Declaración de Guira
de Melena – I Encuentro Global de Escuelas y Procesos de Formación en
Agroecología de La Vía
Campesina.
31 de mayo de 2018
Guira de Melena,
Artemisa, Cuba 27 al 30 de Mayo de 2018
Centro Integral
“Niceto Pérez” de la
Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP)
Hermanados en este I Encuentro Global de
Escuelas y Procesos de Formación en Agroecología de La Vía Campesina ,
reiteramos que nosotras y nosotros desde la amplia diversidad de la agricultura
campesina que practicamos en el planeta, somos los pueblos del campo, quienes
producimos los alimentos y bienes necesarios para la humanidad. Estamos
reunidos en Cuba donde hemos podido conocer muchas fincas y cooperativas
campesinas de la
Asociación Nacional de Agricultores Pequeños de Cuba (ANAP),
nuestra organización anfitriona. De “organización campesina a organización
campesina” hemos aprendido mucho sobre la metodología “de campesino a
campesino,” que ha permitido al Movimiento Agroecológico de la ANAP alcanzar
uno de los más importantes éxitos mundiales de la masificación y escalamiento
de la agroecología campesina.
Somos campesinos y
campesinas, pequeños agricultores, pueblos indígenas, pueblos sin tierras,
mujeres del campo, juventud rural, pueblos pescadores, trabajadores agrícolas y
rurales que representan organizaciones miembros de La Vía Campesina de 41
países de África, Asia, América, Europa y Oriente Medio.
Reunidos en torno del
objetivo de potenciar el debate y la reflexión de la formación en agroecología
como dimensión estratégica de La Vía Campesina , y socializar, actualizar y apuntar
las líneas políticas y acciones comunes de formación política y técnica en
agroecología para el próximo período, reafirmamos los principios de la
agroecología de los pueblos del campo expresado en la Declaración de Nyéléni.
Reivindicamos nuestro derecho humano de seguir siendo pueblos campesinos,
consagrado en la Carta de Derechos Campesinos, y afirmamos que la humanidad
necesita de nosotras y nosotros, y nos recusamos a desaparecer a pesar de la
persecución y criminalización de nuestras luchas. Nosotras y nosotros luchamos,
perseveramos y nos afirmamos como sembradoras y sembradores de esperanza.
Desde nuestra
autonomía política nos organizamos y luchamos por garantizar nuestra existencia
como los pueblos que somos, y cumplir con dignidad con nuestra responsabilidad
histórica y social de avanzar en la construcción de la soberanía alimentaria
expresando la agroecología como materialización de nuestro modo de vida,
generando abundancia en la producción de alimentos sanos y adquiribles para
toda la humanidad – alimentos para la Vida! Denunciamos los intentos de cooptar
la agroecología para fines capitalistas, y el robo y privatización de nuestros
conocimientos y semillas mediante la “propiedad intelectual.”
Como creadoras y
creadores de las agriculturas campesinas, la agricultura campesina
agroecológica es expresión de nuestra ancestralidad, constituyente de nuestras
múltiples cosmovisiones resultantes de nuestros procesos endógenos de diálogo
de saberes en los encuentros de culturas que actualizamos en la dinámica
histórica.
Frente a los urgentes desafíos contemporáneos
venimos sembrando agroecología campesina por todos los continentes, en
relaciones directas de Campesinas y Campesinos a Campesinas y Campesinos en
nuestros territorios. Con amor por nuestro modo de vida, hemos creado decenas y
decenas de escuelas campesinas y procesos de formación en agroecología – tanto
en la educación formal como informal – en todos los continentes. Estas escuelas
y procesos, que siempre combinan la formación técnica con la política de manera
horizontal, basado en el diálogo de saberes e intercambio de experiencias, son
una fuerza en los territorios, dotando a nuestras bases las herramientas para
la transformación colectiva de nuestras realidades. Nos reunimos ahora para
estructurar un proceso de articulación horizontal entre ellos, para el
fortalecimiento mutuo, rompiendo las cercas del latifundio del conocimiento en
las ciencias agrarias. Realizamos el rescate de los saberes y formas de
conocimientos y realizamos procesos endógenos de educación y formación popular
y formal en diálogo con los sistemas públicos institucionales de investigación
y educación, proporcionando a jóvenes y adultos campesinas y campesinos las
habilidades políticas y técnicas necesarias para facilitar procesos colectivos
de producción, lucha, resistencia y transformación.
Trabajamos para la superación de todas las
formas de opresión patriarcal y de manifestación del machismo con la afirmación
del feminismo campesino y popular. Las mujeres han sido protagonistas centrales
de la agricultura campesina agroecológica, y la juventud tiene la capacidad,
creatividad y energía para su masificación. El patriarcado frena tanto a
mujeres como a jóvenes, así que el feminismo campesino abre el camino hacia
otro futuro mas igual, mas humano, y mas ecológico.
En nuestro devenir de
luchadoras y luchadores por la emancipación humana para mantener vivo al
campesinado, reafirmamos:
- la
conquista de la reforma agraria integral y popular y defensa radical de
nuestros territorios;
- la
superación de todas las formas de la explotación del trabajo humano y de
opresión étnica, racial, cultural, política, de género y generacional, de
espiritualidad y religiosa, y de clase;
- la
masificación la agricultura campesina agroecológica, llevándola a escala
territorial;
- las
semillas como patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad;
- la
lucha a favor de políticas públicas de apoyo a nuestros propios procesos
de formación y de producción, a través de la agricultura campesina
agroecológica;
- alianzas
con sectores populares del campo y de la ciudad, y con académicos y
investigadores, y consumidores;
En la actualidad,
enfrentamos una batalla global por el campo, entre el “modelo de la muerte” del
sistema capitalista con sus brazos financieros y de agronegocio y agricultura
industrial, minería, los negocios del agua y de las semillas, etc., y el
“modelo de la vida” de la agricultura campesina agroecológica. Frente a la
devastación capitalista, estamos conscientes de que no hay solución humana, y
consecuentemente ecológica, bajo el modelo de la muerte. El capital es
una forma social necesariamente violenta que se estructura bajo la explotación
del trabajo humano, la opresión de clase y el racismo, y la depredación de la naturaleza. El
objetivo primero y último del sistema es garantizar la reproducción ampliada
del capital, apropiándose privadamente de las fuerzas y capacidades humanas y
de la naturaleza como mercancías. La Vía Campesina lucha contra el capitalismo, por su
superación, y forja experiencias germinales emancipadoras donde seamos cada vez
más “socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres,”
productoras y productores de bienes para la satisfacción de las necesidades
humanas genuinas y universales, como seres humanos conscientes de nuestro
pertenecer cósmico y sujetos históricos, políticos, y agri-culturales.
La agricultura
campesina agroecológica es una herramienta fundamental en esta lucha y en la
construcción de otra sociedad. Es por eso que en este Encuentro hemos trabajado
y construido los elementos necesarios para el fortalecimiento mutuo y
horizontal entre nuestras escuelas y procesos de formación. Estamos
construyendo un proceso de articulación global de todas nuestras escuelas y
procesos de agroecología, en donde estamos trabajando líneas comunes de acción
y formación, intercambios de personas, métodos pedagógicos, planes y materiales
de estudio, el mapeo de nuestras experiencias formativas, una biblioteca
virtual y cursos de formación, entre otras herramientas. Todo con la finalidad
de construir territorios campesinos agroecológicos como nuestra alternativa de
la vida, en la batalla contra el modelo de la muerte.
Denunciamos el cruel e
injusto bloqueo económico que los Estados Unidos ha impuesto a esta hermosa
isla durante mas de medio siglo, y señalamos que Cuba con su Revolución es un
faro que ilumina el camino para el mundo entero, hacía sociedades mas humanas y
justas.
¡Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza!
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