ENDEUDAMIENTO
Argentina
y FMI: nuevo préstamo “stand by” de “alto acceso” para ajustar.
10 de mayo de
2018
El Gobierno anunció
que pedirá al organismo un acuerdo SBA. Un tipo de crédito habitual para el
país (1984, 1996, 2001, 2003), pero que siempre trajo mayor injerencia del
Fondo. Más saqueo.
Mónica Arancibia
@monidi12
El Ministerio de Hacienda informó ayer que la Argentina le
pedirá al Fondo Monetario Internacional (FMI) un acuerdo financiero "stand
by (SBA) de alto acceso". La firma del acuerdo durará cerca de seis
semanas.
Es un pacto que viene
de la mano de más controles y condiciones. No es nuevo para Argentina ya en
1984, 1996, 2001 o 2003 por nombrar algunos años se solicitó el mismo acuerdo.
Todos los gobiernos pagaron la deuda, en total, más de U$S 500.000 millones,
desde la dictadura militar. El mecanismo de saqueo sigue vigente.
¿Qué es un acuerdo Stand By?
Según explica el FMI en su página web, el préstamo stand by
es para los países miembros que enfrenten necesidades de financiamiento
externo, donde el organismo presta hasta el 435 % del aporte de cada país
(en el caso de Argentina sería U$S 19.780 millones) por un período de 12 a 24 meses, pero no más de
36 meses.
Los países deben
cumplir “metas cuantitativas” y “los desembolsos del FMI están supeditados” al
desempeño de esas metas, que pueden estar orientadas a las reservas
internacionales, el nivel de déficit o el endeudamiento público, entre otras
variables.
Si bien el Gobierno no
confirmó aún los montos, se difundió que rondarían los U$S 30.000 millones.
Pero el organismo aclara que “puede prestar fondos por encima de los límites
normales según cada caso en el marco de su política de acceso excepcional, que
implica un análisis más riguroso por parte del Directorio Ejecutivo del
organismo”.
El Fondo en su página
aclara (por si quedan dudas) “cuando un país solicita un préstamo al FMI,
acuerda ajustar sus políticas económicas para superar los problemas que lo
llevaron a tener que pedir financiamiento en primer lugar”. Los puntos a
cumplir tiene que presentarlos Argentina en una carta de intención, que luego
es el que aprobará el organismo.
En la actualidad,
Irak, Jamaica y Kenia tienen acuerdos stand by.
Una historia de deuda
“Stand By” no es una
palabra nueva en Argentina (al menos para los no millennials), ya que es un
crédito que históricamente pidió el país. Por este motivo, ante el anuncio del
Gobierno del martes se hicieron muchas asociaciones al 2001, un año catastrófico
para Argentina.
Las recetas ortodoxas
de ajuste, privatizaciones, despidos rondan en la memoria aún. De ahí, el alto
rechazo al acuerdo con más del 75 %.
A fines de 1984,
Alfonsín acordó un préstamo Stand By con la gestión ministerial de Bernardo
Grinspun y Enrique García Vázquez al frente del BCRA con Jacques de Laroisiere
como interlocutor en el FMI.
En 1987 también bajo
el gobierno de Alfonsín, la Argentina pactó otro préstamo Stand By negociado
por el ministro de Economía Juan Vital Sourrouille y el titular del BCRA José
Luis Machinea.
Durante el menemismo, hubo Stand By en 1989
(primeros meses de la gestión) en 1991, 1992, 1996 y en 1998. La nefasta década
noventista vino con una ola de privatizaciones y despidos.
Con De la Rúa, el 10
de marzo de 2000, se pactó un acuerdo Stand By con José Luis Machinea como
ministro de Economía.
Entre el 21 de
diciembre de 2000 y el 7 de septiembre de 2001 intervino Cavallo a cargo del
Ministerio de Economía. El famoso blindaje y megacanje. Es conocido como
terminó la historia. Una
crisis que dejó a más de la mitad de la población bajo la pobreza.
En 2003 hubo un nuevo
acuerdo Stand By durante la presidencia de Eduardo Duhalde, mientras era
ministro de Economía, Roberto Lavagna y la negociación la realizó el entonces
presidente del BCRA, Alfonso Prat Gay con Köhler.
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la dictadura hasta hoy?
El verso K de “FMI go home”
Desde que se conoció
la noticia del préstamo con el Fondo el kirchnerismo denunció el nuevo préstamo
por “volver” a la injerencia del organismo. Pero ¿nos fuimos del FMI en la
“década ganada”?
Néstor Kirchner
anunció en 2005 que cancelaba los acuerdos con el FMI, una “patriada” que costó
U$S 10.000 millones. El pago millonario al organismo no se podría haber hecho
sin la abundancia de dólares comerciales que hubo en esos años.
El kirchnerismo buscó
así limitar la injerencia del FMI sobre la política económica a través de sus
revisiones anuales. La razón de fondo fue que ante los desequilibrios de la
economía que comenzaron a emerger necesitaban tomar políticas económicas
adicionales.
Como explica Esteban
Mercatante en La Economía Argentina en su
laberinto, en ese entonces, el Gobierno necesitaba ganar grados
de libertad para hacer una política pro capitalista más intervencionista. Ante
los primeros síntomas de que la economía ya no marchaba como antes tuvo que
tomar medidas (subsidios, acuerdos de precios, primeras restricciones al
comercio exterior) que distanciaron los lineamientos de las prescripciones
imperantes en el consenso internacional. Medidas que fueron cuestionadas por el
organismo.
Pero Argentina durante el kichnerismo siguió
siendo miembro del Fondo, no rompió con la institución, que es líder en imponer
los intereses del capital financiero internacional y las multinacionales
saqueadoras con el aval de los países imperialistas y sus socios locales.
Cristina Kirchner,
además hizo uso de privilegios de ser miembro del Fondo, como contar los
Derechos Especiales de Giro (activo de reserva internacional creado por el FMI
para complementar los activos de reserva de sus países miembros) como parte de
las reservas.
La “menor” injerencia
del FMI no implicó cuestionar el ordenamiento internacional en su conjunto ni
apuntó a modificar las condiciones de integración internacional del capitalismo
dependiente argentino.
Honrar la deuda
implicó una salida de dólares que complicó la situación económica cuando se
evaporó el superávit comercial.
Ser “pagadores seriales” fue una transferencia de riqueza
enorme a los centros financieros y los bonistas.
Durante el kirchnerismo se pagaron U$S 200.000
millones de deuda pública. ¿Y la soberanía? Como dijo Cristina, “la vocación de
la Argentina es pagar sus deudas” y así, lo hicieron durante la década pasada.
Las penas son de nosotros…
Hoy el ministro de
Hacienda, Nicolás Dujovne, se reunirá con Christine Lagarde, la titular del
FMI. Un nuevo acuerdo de saqueo será pactado.
Las recetas del
organismo ya están presentes en el modelo macrista, como los tarifazos por la
reducción de subsidios, recorte del gasto público y la reforma jubilatoria. La
agenda del Fondo, por el momento, no es muy distinta a las medidas del
macrismo. Pero por la historia del FMI en Argentina y en otros países no pueden
descartarse mayores ajustes.
Habrá que ver si los
fondos verdes calman a los especuladores, o exigen más. Aunque Macri les hable
con el corazón, volverán a responder con el bolsillo. Las turbulencias pueden
seguir.
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Mientras las
negociaciones se cierran, lo cierto es que habrá más endeudamiento. Deuda que
crece, a pesar de los millones que se pagaron en todos los Gobiernos. Recursos
a manos de los especuladores y muy lejos de los bolsillos de los trabajadores
que ven deteriorar día a día su poder adquisitivo con la suba del dólar y los
tarifazos.
Ni un peso más para
los especuladores. No hay que pagar una deuda ilegítima, fraudulenta e ilegal,
que ya se pagó con creces a expensas de las mayorías populares.
Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Argentina-y-FMI-nuevo-prestamo-stand-by-de-alto-acceso-para-ajustar
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