Admite Cristina Kirchner el monitoreo
del Fondo Monetario Internacional
en el documento
del G20
9 de abril de 2009
"Apoyaremos ahora y en el futuro la supervisión sincera,
equilibrada e independiente por parte del FMI de nuestras economías", dice
el escrito firmado por la Presidenta; señales de acercamiento con el organismo.
Por: Francisco
Jueguen
A pesar del encendido discurso de la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner en contra el Fondo Monetario
Internacional (FMI) en diferentes atriles, el Gobierno se comprometió, durante
la reunión del G20 en Londres, a apoyar una supervisión "hoy y en el
futuro" de la economía local por parte del organismo multilateral de
crédito.
"Apoyaremos, ahora y en el
futuro, la supervisión sincera, equilibrada e independiente por parte del FMI
de nuestras economías y nuestros sistemas financieros, de las repercusiones de
nuestras políticas para los demás y de los riesgos a los que se enfrenta la
economía global", señala el punto número doce del documento firmado por Fernández de
Kirchner y 19 mandatarios de países desarrollados y emergentes.
La adhesión a este compromiso
llega en momentos en que la Argentina no logra financiación en los mercados
voluntarios debido a la crisis y por la falta de confianza que generan algunas
medidas del Gobierno -el fallido acuerdo con los holdouts, el Club de París y la estatización
de los fondos de las AFJP- y después de que el Fondo fuera recapitalizado con
hasta 750.000 millones de dólares durante la cumbre en Londres.
Pese a que esta cláusula fue
firmada por todos los países, la Argentina pudo oponerse. Por ejemplo, cuando
el documento impulsó un "mercado laboral flexible" la Presidenta dijo
que "hablar de flexibilidad remite a políticas que fracasaron. Hay que
centrarse en recuperar el empleo". En rigor, fue Luiz Inacio Lula da Silva
quien objetó esa frase. Fernández de Kirchner sólo apoyó la moción de su par
durante la sesión de los presidentes. En el texto final se cambió la palabra "flexible"
por "justo y sin discriminación de género".
Cuando lanacion.com preguntó en el Ministerio de
Economía si esta definición era signo de un acercamiento al FMI, sus voceros se
negaron a dar una interpretación y pidieron que este cronista verificara esa
información en Presidencia, ya que el documento había sido firmado por la
primera mandataria.
No obstante, en Presidencia
también se negaron a dar una interpretación sobre si lo rubricado por Fernández
de Kirchner es la aceptación explícita de la vuelta del país a las revisiones
del Fondo. Sin embargo, se comprometieron a enviar la versión taquigráfica
sobre los dichos de Fernández de Kirchner acerca de la relación entre el
organismo que dirige Strauss-Kahn y el Gobierno, pero nunca llegó.
A pesar del hermetismo oficial,
desde fines de febrero pasado el FMI y el Gobierno comenzaron a enviarse
señales. En ese entonces, David Hawley, uno de los voceros del Fondo señaló:
"Estamos interesados en profundizar nuestra relación con la
Argentina". Además aseguró que "las próximas consultas del artículo
IV se llevarán de forma normal en los próximos meses".
La Presidenta, y su esposo, Néstor
Kirchner, esperaban que en Londres se lograran reformas más profundas en el
FMI. Buscaban, en definitiva, contar con nuevas líneas de crédito sin
condicionamientos del organismo multilateral. Es que el artículo IV exige, por
ejemplo, estadísticas transparentes, hoy inexistentes en el país.
Pero tras la cumbre del 2 de
abril, y pese a una flexibilización aprobada a fines de marzo por el organismo,
la Argentina no califica ni siquiera para la llamada Línea de
Crédito Flexible (FCL, según sus siglas en inglés), esquema que reemplazó a un
programa aprobado en octubre último tildado de rígido. Estos créditos piden
también datos cristalinos y acceso estable a los mercados internacionales.
El acuerdo histórico alcanzado en
la capital británica le otorgará al Banco Central (BCRA) cerca de 3000 millones
de dólares que provendrán del aumento de los Derechos Especiales de Giro (DEG)
en el FMI, que son asignados a los países miembro en proporción a sus cuotas.
Los DEG son un activo de reserva internacional creados en 1969 para
complementar los activos de reserva existentes de los países miembro.
La necesidad del Gobierno por
fondos frescos se reflejó en la última asamblea anual del Banco Interamericano
de Desarrollo (BID) en Medellín, en la que el ministro de Economía, Carlos
Fernández, se encargó de reclamar al organismo una ampliación del fondeo para
nuevos préstamos. Además, la administración se encargó de asegurarse más de
10.000 millones de dólares en yuanes chinos a través de un swap financiero.
A mediados de diciembre de 2005, a pesar de las duras
críticas contra el Fondo, el entonces presidente Néstor Kirchner pagó al
contado unos US$ 10.000 millones de dólares con reservas del BCRA para saldar
la deuda con el organismo multilateral. Por eso, no sería sorprendente que, más
allá de los discursos en los atriles, el Gobierno haya comenzado a allanar el
camino de vuelta el FMI.
No a la devaluación
El mismo punto doce que forma parte del acuerdo al que
arribaron los 20 presidentes reunidos en Londres el último 2 de abril registra
otra curiosidad: exige a los países firmantes, entre ellos la Argentina, a
evitar devaluaciones competitivas. "Nos abstendremos de una devaluación
competitiva de nuestras monedas", señala el documento firmado por Cristina
Kirchner. No obstante, desde el Banco Central (BCRA) explicaron a lanacion.com que el encarecimiento de la moneda
norteamericana registrado en los últimos meses no responde a una devaluación
competitiva sino a un ajuste con respecto a las monedas de la región en el
marco de la crisis financiera que golpea al mundo.
https://www.lanacion.com.ar/1116532-admite-cristina-kirchner-el-monitoreo-del-fondo-monetario-internacional-en-el-documento-del-g20
https://www.lanacion.com.ar/1116532-admite-cristina-kirchner-el-monitoreo-del-fondo-monetario-internacional-en-el-documento-del-g20
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