Evitemos un nuevo
desembarco que agudizaría el desastre
12 de octubre de 2018
Por Marcelo Marchese (Rebelión)
El triunfo de Bolsonaro debe ser estudiado con atención y, cosa
evidente, conviene aquí despojarse de los harapos de un dogmatismo que se
incrusta como lepra sobre nuestra piel. Nada valen las excusas para explicar el
triunfo por la campaña de los grandes medios. Los grandes medios, alcanza con
recordar el caso Trump, no definen una elección, las que sí definen son otras
variables, como las crisis endémicas que viven nuestros países y las tareas que
llevan a cabo los partidos de gobierno.
Entre las falacias que se repiten sin demasiado esfuerzo neuronal,
se encuentra una tan extendida como ridícula que informa que una década de
gobierno desgasta a cualquier partido. Evidentemente, si ese partido aplica el
mismo plan de siempre, en suma, si se convierte en un vector de un modelo
macabro, es seguro que la gente, desesperada, buscará por otro lado, aunque su
elección no sea otra cosa que salir del fuego para caer en las brasas. Ahora,
si un partido aplica un mínimo de originalidad, si piensa al menos un plan y lo
lleva a cabo para reactivar nuestras economías y nuestras culturas, tiene
hartas posibilidades de aumentar su caudal social.
Una cosa es conquistar voluntades con la palabra y otra muy
distinta, mucho más eficiente, es conquistar voluntades mediante los hechos,
todo lo tergiversables que se quiera, pero bastante más contundentes que
cualquier discursito.
¿Qué hizo el PT durante esos años en que dispuso de considerables
dosis de poder como para auspiciar una profundización de la consciencia y
organización social de los brasileros? Agudizó la primarización de la economía,
permitió el avance del capital trasnacional sobre las riquezas del Brasil y
generó, justo cuando grandes segmentos de la población de todo el continente
miran de reojo a todo el sistema político, enormes dudas acerca de las ventajas
de la democracia republicana y el Estado de derecho.
Ante la ruina de la derecha tradicional hace una década, el
progresismo vino a cumplir el rol que ya no podía cumplir aquella derecha y
además, pudo hacerlo con poca, muy poca resistencia social. Los resultados de
este penoso modelo están a la vista: total desprestigio y preparación del
terreno para que la otra derecha asuma el gobierno.
De nada sirve decir que Lula fue injustamente apresado y demás
pamplinas. De nada sirve, a lo ñandú, meter la cabeza en un agujero. La verdad
hay que mirarla de frente pese a quien pese y sin cobardías intelectuales. Ha
llegado el momento en que debemos desconfiar de los discursos e instituciones
que atendíamos a causa de un prestigio originado en el pasado, para comenzar a
oír una voz interior que grita desesperada que algo no está cuadrando.
Queremos creer que el modelo adoptado por el gobierno, un modelo
que se impone desde afuera, es el único modelo posible: apostar a la inversión
del capital trasnacional para industrializar nuestros países. Pruebas al canto,
ese modelo se ha mostrado ineficiente: industrializar, no se ha industrializado
nada o se ha industrializado en rubros contraproducentes y nuestras economías
han acentuado su primarización y lo que es peor, las grandes trasnacionales son
ahora más dueñas de nuestras riquezas que el día previo al acceso al poder de
los progresismos.
Esos son los hechos, los porfiados hechos, los hechos que hay que estudiar si no se quiere construir la casa sobre el pantano, el pantano donde medran los Bolsonaros.
Esos son los hechos, los porfiados hechos, los hechos que hay que estudiar si no se quiere construir la casa sobre el pantano, el pantano donde medran los Bolsonaros.
Sin embargo, toda acción tiene su reacción, aunque sea tardía,
aunque no sea proporcional, aunque tenga su propio tiempo y dinámica. A fines
del año pasado dieron nacimiento movimientos ciudadanos que fueron resultado de
la atonía del sistema político, demasiado preocupado en discutir la mejor
manera de hacer mandados, demasiado preocupado en discutir cómo repartirse los
cargos para llevar a cabo esos mandados.
Aparecieron primero los cincuentones y luego los autoconvocados,
el movimiento contra la Ley de Riego, el movimiento en defensa de la Rambla Sur y el
movimiento en contra del monstruoso contrato ROU UPM.
Los cincuentones triunfaron, los de la Rambla Sur lograron una
primera victoria que ha venido al pelo para demostrar que la lucha paga, que la
fortuna ayuda a los audaces, que los ciudadanos tenemos un poder que debemos
explotar.
Quedan sólo veinte días para alcanzar la cantidad de firmas
necesarias para impedir que se privatice nuestra agua. Si no se imprime un
último esfuerzo, después no vale quejarse con el manido "No se puede hacer
nada. Está todo el pescado vendido". Vienen por nuestra agua, nada menos,
y harán un desastre.
Pero amén del último esfuerzo contra la Ley de Riego, este jueves
el movimiento contra UPM2 se juega su segunda parada pública, presentando en la Torre Ejecutiva
una nueva tanda de peticiones. En tres meses este movimiento viene tejiendo
lentamente, a partir de las Peticiones, una red que alcanza a toda la
República, ha generado multitud de artículos y videos, ha realizado
innumerables charlas, le ha dado una razón para luchar a mucha gente que no
sabía por dónde ni con quién encauzar sus fuerzas y ha generado una página de
facebook que ya supera los 10000 integrantes, llamada "Movimiento ciudadano
UPM2 NO", donde se genera un constante debate y se lanzan y publicitan las
diversas actividades.
El lector, por supuesto, puede seguir esperando que crezcan peras
de los olmos o que los cangrejos den a luz corvinas. Si se trata de esperar
milagros, se puede esperar cualquier cosa de cualquier cosa, pero lo más
prudente es observar los brutales hechos y trabajar a partir de allí. El
capital trasnacional se adueñó de la mitad de nuestro suelo y este proceso se
aceleró en los últimos años y lo que es peor, este acaparar de ellos y esta
pérdida nuestra, se agravará con la crisis que ineluctablemente se avecina.
Alcanza con imaginar que UPM, que ya cuenta con 200000 hectáreas ,
con los 800 millones anuales de ganancia que le reportará su segunda pastera,
comprará más tierra, desplazará más gente de nuestro campo, profundizará aún
más nuestra deteriorada cultura de trabajo rural y generará destrozos en todas
las áreas imaginables, para concluir que si los cangrejos no dan a luz corvinas
y que si las peras no crecen de los olmos, no tenemos más remedio que buscar
las peras y las corvinas por otro lado.
Sí, muchos de los lectores no se animan todavía a dar el salto.
Creen que esta campaña contra UPM es auspiciada por la más rancia derecha, pues
habría encontrado un cachón (¡Y qué cachón!) para defenestrar al Frente Amplio.
El lector también puede pensar que las denuncias de corrupción contra
funcionarios que deberían servir al pueblo, también son usadas por la más
rancia derecha para defenestrar al Frente Amplio. Pensar, se puede pensar lo
que se quiera, pero la pregunta es si nos haremos los otarios cuando se le
entregan nuestros principales rubros al capital trasnacional; si nos
dedicaremos a papar moscas cuando algunos atrevidos se meten plata ajena en el
bolsillo, no sea cosa de "desprestigiar a la herramienta que tanto
esfuerzo costó construir", o en su defecto, si comenzaremos a confiar en
nosotros mismos y a confiar en lo que sabemos: el proceso de la conquista
iniciado hace 500 años no ha concluido; todo lo contrario, se ha agudizado y
estamos sólo al principio de un nuevo tsunami que caerá sobre las riquezas y
cultura de nuestro continente.
El movimiento para impedir que se lleve a cabo el contrato más
indigno firmado en toda la Historia de nuestro país, ha entrado en una nueva y
auspiciosa fase. A los artículos de Hoenir Sarthou, Daniel Panario, Ofelia
Gutiérrez y tantos otros, ahora se le suman artículos y videos de ciudadanos
desconocidos en la previa.
Uno de ellos, llamado Miguel Arguello Cuello, asombrado por
la difusión que tuvo su artículo colgado en la página de UPM2 NO, contó que
hacía años que venía escribiendo, pero que sólo ahora empezaban a leerlo.
Miguel nos da una información fidedigna de cómo sube la línea roja del
termómetro.
Ayer, muy pocos lo leían, hoy, sus artículos se comparten por
centenares ¡Qué victoria para Miguel y sobre todo para nuestro movimiento! Al
parecer, ha encontrado a sus iguales, que no es poca cosa. Sus propias fuerzas
ayer desperdigadas, se suman a una vasta obra colectiva y lo que es más
importante, agrega una voz singular, la voz del hombre que vive el proceso
destructor del monocultivo de eucalipto en sangre propia y por eso habla con un
tono, desde una posición y con unas palabras que jamás conseguiría el más
lúcido de los publicistas.
No se crea que desestimamos la obra de los eruditos y publicitas,
todo lo contrario e incluso, en gran parte lo que nuestros nuevos amigos
escriben, aúna y propulsa lo que han leído en los eruditos. Ningún erudito ni
ningún artista ni nadie, dice algo exclusivamente suyo. Lo que hacen unos y
otros es reunir el saber social, concentrarlo y devolverlo renovado y con un
tono singular, al lugar de dónde se origina.
Mientras esto ocurre, negros nubarrones se ciernen sobre
Latinoamérica y de nada sirve pensar que la culpa es de los otros. Miremos
hacia adentro, pensemos cuál será nuestra responsabilidad al ceder tanto poder
ciudadano, al ceder tanta confianza en vez de pensar por nosotros mismos. Aún
estamos a tiempo, acaso siempre se esté a tiempo de tomar un camino nuevo.
Mientras haya vida, habrá esperanza. De eso precisamente estamos hablando. Ha
surgido una esperanza, una pequeña llama. O dejamos que fuerzas dudosas la
apaguen, o auspiciamos al viento que encienda la pradera.
Luego no servirá lamentarse. Se están gestando lenta y
laboriosamente, y ya los enjuiciamientos callejeros deberían ponernos en
alerta, las condiciones para entrar a un proceso particularmente oscuro. Lo que
se viene, si no miramos con coraje los hechos, es algo que la palabra
"fascismo" no alcanzará a describir, pues hablamos de una mucho más
eficiente y macabra forma de dominación.
Si no hallamos una estrategia para enfrentar ese nuevo modelo,
muchas conquistas sociales serán arrojadas al basurero de la historia. La burguesía,
para usar una palabra demodé pero sumamente eficiente para describir la
realidad, en su conquista del poder en los siglos XVIII y XIX, hubo de defender
la libertad de expresión y las democracias republicanas. Son conquistas más o
menos acrisoladas, pero conquistas al fin y al cabo. Ahora bien, nada asegura
el futuro de las democracias republicanas ni de la libertad de expresión y
menos aún, cuando pasan a ser contraproducentes para quienes pretenden
apoderarse de todo.
No se trata de avanzar. Ante el tsunami, se trata de resistir y
mantener lo que tanto esfuerzo costó construir, pero a su vez, se trata de
llevar a cabo lo nuevo, que significa reivindicar algo viejo y olvidado.
Asistimos a otro movimiento de tijeras: por un lado, se larva un
nuevo y tenebroso modelo en las sombras, por el cual el mercado impondrá su
dictadura en todos los terrenos. Por el otro, se gestan las condiciones para
dar nacimiento a movimientos que exploren la sabiduría y en particular, el
poder de los ciudadanos sin los cuales, ningún proyecto político puede llevar a
cabo ninguna tarea noble ni duradera. Cada día que pase, la contradicción se
mostrará de manera más evidente.
Normalmente, cuando se apela al lector, se lo trata de amable, de
amigo lector, se le acaricia el lomo y no está mal, pues el escritor confía en
la inteligencia del lector y por eso escribe, pero a fuer de sinceros, debemos
decir algo más. Es muy fácil ver la espiga en el ojo ajeno, pero guay con no
ver el tronco en el ojo propio. Los dados se han echado a rodar y no sabemos
aún el resultado del juego. Si hay chances de vencer para los hombres de buena
voluntad, esas chances radican en pensar la realidad con cabeza propia, al
tiempo que cada uno busque a sus iguales.
Esperamos al lector el jueves 11 a las 11 en la Torre Ejecutiva. No
es fácil movilizarse. Toda la cultura de la derrota que se pretende imponer
como una losa sobre nosotros, nos divide y atomiza, pero eso le da mayor
belleza al desafío.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=247653
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