Pronunciamiento de la segunda asamblea nacional del
Congreso Nacional
Indígena-
Concejo Indígena de Gobierno.
15 de octubre de 2018
Por
Rebelión
A las Redes de Apoyo al Concejo Indígena de
Gobierno
A la Sexta Nacional e Internacional
A los pueblos de México y el mundo
Hermanas, hermanos:
Desde la Segunda Asamblea Plenaria del Congreso
Nacional Indígena y el Concejo Indígena de Gobierno, llevada a cabo del
11 al 14 de octubre en el CIDECI-UNITIERRA, San Cristóbal de las Casas,
Chiapas, nos dirigimos respetuosamente a las y los compañer@s, que
conforman las Redes de Apoyo al CIG, a los pueblos de este país y del
mundo para vernos, consultarnos y emprender nuevos pasos para la
construcción del nuevo mundo que necesitamos.
Lo decimos con urgencia, porque los que somos
pueblos originarios, en nuestra lucha en contra de la profunda
enfermedad causada por el capitalismo, tejemos la vida, pues es la
encomienda que recibimos de nuestros antepasados. Eso, para nosotros es
construir la vida y hacerla crecer en cada rincón, con una esperanza que
apueste por la memoria y por los tiempos venideros. Nos tejemos en
colectivo como pueblo y en ese trabajo nos tejemos también como
personas.
Somos redes en nuestras localidades donde
buscamos en colectivo tener una sola palabra que sea espejo de nuestra
madre tierra, de su latido y de su vida. Somos redes de redes en
nuestras comunidades y regiones que son colectivos de colectivos, donde
encontramos una sola otra palabra, que entre los nuestros, escuchamos
con atención porque sigue siendo lo que decidimos libremente ser, eso es
nuestra lucha permanente y por eso la respetamos y honramos, haciéndola
nuestro gobierno, no ahorita sino siempre, porque de nuestras
diferencias surge el acuerdo colectivo. O sea, de nuestro ser diferentes
surgimos como uno solo, como los pueblos que somos y es por eso que
también honramos nuestras diferencias.
Así, cuando por acuerdo del Quinto Congreso
Nacional Indígena decidimos conformar un Concejo Indígena de Gobierno,
no fue vacilando, ni pretendiendo que todos sean como nosotros, ni
queriendo decir a nadie qué hacer, sino para decir al mundo que no es
cierto que el gobierno deba ser para destruir, sino para construir. No
es cierto que el gobierno deba ser para servirse, sino para servir. Debe
ser espejo de lo que somos cuando soñamos decidiendo nuestro destino, y
no la mentira que nos suplanta para decir en nuestro nombre que quiere
ver muerto todo a su alrededor.
A eso que tejemos, le llamamos organización y
es el territorio que defendemos, es la lengua que hablamos y nos negamos
a perder, es la identidad que no olvidamos y que engrandecemos con la
lucha. Pero resulta que es también lo que los dueños del dinero
necesitan para destruir y convertir en más dinero, para hacerlo
mercancías con la explotación, con la pobreza, la enfermedad y con la
muerte de muchos otros millones de personas que no son de nuestros
pueblos y que viven en las ciudades y en el campo. O sea, tampoco es
cierto que la muerte, la represión, el despojo y el desprecio sea sólo
para nosotras y nosotros los originarios.
Por eso, ejercer la autonomía con nuestras
formas ancestrales de caminar preguntándonos, es la única puerta para
poder seguir haciendo de la vida, nuestro camino irrenunciable, pues
afuera todo se acomodó para afianzar el terror y la ganancia de los
poderosos. En ese contexto, aunque nuestra libre determinación sea
reconocida en sus leyes viciadas, no hay forma de que se detenga, o
siquiera se frene la acumulación capitalista basada en nuestro
exterminio. Esto será posible hasta que se desmonte la finca, la
hacienda, la fábrica, el campo de concentración o el cementerio, en lo
que han convertido nuestro país y nuestro mundo.
El Concejo Indígena de Gobierno es la forma de
honrar nuestras diferencias, para encontrar ahí la palabra en la que nos
reflejemos, y que sea un verdadero gobierno. Lo otro, eso a lo que
arriba llaman Estado Mexicano, es sólo una mentira hecha para imponer,
reprimir y ocultar la muerte que ya se nos desborda haciendo evidente el
engaño. Es decir, no son más que una banda de rateros que fingen ser
institución de derecha o de izquierda. En cualquier caso, traen la
guerra consigo y por más que la maquillen también se les desborda,
porque el patrón es el patrón.
Pero abajo, no tenemos más que defender la vida
con o sin las mentiras del gobierno que sale, del gobierno que entra,
porque las palabras sobran cuando se amenaza a los pueblos Binniza,
Chontal, Ikoots, Mixe, Zoque, Nahua y Popoluca del Istmo de Tehuantepec
con sus proyectos trasístmicos y la expansión de las Zonas Económicas
Especiales, a los pueblos Mayas con su proyecto de tren capitalista que
despoja y destruye a su paso la tierra. Las palabras sobran ante la
anunciada siembra de un millón de hectáreas con árboles frutales y
maderables en el sur del país, ante la ilegal y amañada consulta para la
construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, o ante la
oferta para que sigan invirtiendo las empresas mineras que tienen
concesionadas grandes extensiones de los territorios indígenas. Las
palabras sobran cuando sin consultar a nuestros pueblos el futuro
gobierno impone la creación, al estilo del viejo indigenismo, del
Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, comandado por los desertores de
nuestra larga lucha de resistencia.
Las palabras sobran cuando vemos el cinismo con
que son entregados los pueblos de México a los intereses de Estados
Unidos a través del Tratado de Libre Comercio, mismo que promete
ratificar el futuro gobierno de López Obrador, quien en uno de sus
primeros discursos no dudó en ratificar la continuidad en la actual
política monetaria y fiscal, es decir, continuidad en la política
neoliberal, la cual será garantizada con el anuncio de que las
corporaciones militares seguirán en las calles y con la pretensión de
reclutar 50 mil jóvenes para las filas armadas que han servido para
reprimir, despojar y sembrar el terror en toda la nación.
Cuando nuestras demandas fueron parar esta guerra y que los
derechos de los pueblos indígenas se reconocieran en la constitución
mexicana, traducidos en los Acuerdos de San Andrés, fuimos traicionados
porque el patrón que no vemos y que es a quien sirven los que dicen
gobernar, ordenó tender sobre nosotros muchas leyes que hacen legal
robarnos con violencia la tierra, programas para dividirnos y hacernos
pelear entre nosotros, sembrar el desprecio y el racismo hacia todas las
direcciones. Entonces, las palabras sobran también cuando con cinismo
hablan de reconocer en sus leyes profundamente podridas los Acuerdos de
San Andrés o nuestra libre determinación, sin siquiera tocar el asesino
montaje capitalista que es el Estado Mexicano.
De aprobarse los Acuerdos de San Andrés en el actual contexto,
estando vigentes las sucesivas reformas al artículo 27 constitucional,
que han transformado la tierra en mercancía y han puesto las riquezas
del subsuelo en manos de las grandes empresas, sin acabar con los
regímenes de concesiones de aguas, minería, bienes nacionales e
hidrocarburos, sin imponer límites al poder imperial derogando el actual
Tratado de Libre Comercio y limitando severamente a las grandes
corporaciones trasnacionales, sin destruir el control que los grandes
cárteles de la delincuencia ejercen, apoyados en las corporaciones
militares, sobre nuestros territorios, estaremos viviendo, en el mejor
de los casos, una burda ilusión, que nos oculta la embestida del dinero
contra nuestros pueblos.
Nosotros, en el Congreso Nacional
Indígena-Concejo Indígena de Gobierno, no tenemos duda y no seremos
parte de ninguna transformación exponencial capitalista, que con sus
prácticas viciadas, tiene su mirada puesta en nuestros territorios. No
seremos parte de su mentira sedienta de nuestra sangre y nuestro
extermino.
Es por eso, que acordamos seguir construyendo
la organización que se convierta en un gobierno propio, autónomo y
rebelde, con compañeras y compañeros de otras geografías, para romper en
colectivo la inercia que nos imponen, para ver entre todos por donde
viene la tormenta y en medio de ella no dejar de tejer, hasta que
nuestro tejido se junte con los otros, que brotan por todos los rincones
de México y el mundo para que se hagan concejos, que juntos, seamos
concejo de gobierno con las redes del apoyo al CIG. Que se desdoblen con
sus propias formas y su propia identidad en el campo y la ciudad sin
importar las fronteras.
Acordamos consultar en nuestras comunidades,
pueblos, naciones, tribus y barrios las formas y modos de construir
junto con las redes de redes, chiquitas y grandes, una coordinación que
nos enriquezca en el apoyo y la solidaridad, que haga de nuestras
diferencias nuestra fuerza, en redes de resistencia y rebeldía con la
palabra que nos hace ser uno solo, de manera respetuosa y horizontal.
Y como es de por si nuestro modo, cada paso
depende de lo que mero abajo acordemos, por lo que llevaremos a nuestras
regiones estos resolutivos para ser consensuados, y que la palabra
colectiva que nos hace ser lo que somos, nos marque el ritmo, el modo y
la dirección.
Nuestros pasos dependerán también de lo que
mero abajo en colectivo decidan los otros y las otras, los maestros,
estudiantes, mujeres, trabajadores del campo y la ciudad, de todos lo
que en medio de la guerra capitalista también han decido tejer la
organización que eche abajo la muerte y la destrucción en la que los
capitalistas solo ven ganancias. Si es su decisión, de abajo y autónoma,
les llamamos a que consulten de manera seria y comprometida al interior
de sus organizaciones y colectivos si es o no necesario para ustedes
conformar su Concejo de Gobierno.
Si así lo deciden, en consecuencia a nuestro
llamado para hacer retemblar la tierra con la organización de abajo y a
la izquierda, siempre contarán con nuestra palabra compañera,
desinteresada y solidaria. Compañer@s no
serán pasos fáciles, ni rápidos, pero estamos convencidos de que se
nacerán profundas grietas para desmontar el poder de arriba.
En su momento y de acuerdo a la consulta que
realicemos en nuestras comunidades, el CNI-CIG discutiremos la
incorporación a algo más grande, que sea capaz de incorporar nuestras
luchas, pensamientos e identidades. Algo más grande que se haga fuerte
con las visiones, modos, formas y tiempos de cada quien.
Hermanas, hermanos es esta nuestra palabra
colectiva, que sigue llamando a la organización de abajo para defender
la vida, y sanarnos junto con nuestra madre la tierra.
Desde
CIDECI-UNITIERRA, San Cristóbal de las Casas, Chiapas
A 14 de
octubre de 2018
Por la
Reconstitución Integral de Nuestros Pueblos
Nunca Más
Un México Sin Nosotros
Congreso
Nacional Indígena
Concejo
Indígena de Gobierno
Ejército
Zapatista de Liberación Nacional
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=247771
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