México: Y, mientras tanto, Volkswagen manipula las lluvias en
Puebla
29 de octubre de 2018
"Los campesinos aseguran que comenzaron a
observar una merma en las primeras lluvias de la temporada -de las que dependen
para la siembra de maíz de temporal, así como para la producción de los
alimentos provenientes de la
milpa. Si bien este es un ejemplo local de los intentos de
manipulación del clima para proteger un interés económico muy particular, por
desgracia no es el único. En el mundo hay intentos a distintos niveles y en
distintas escalas, de usar la tecnología para modificar el clima sin medir las
consecuencias."
Por Dolores Rojas Rubio -Fundación
Heinrich Böll
El control del clima ha sido un sueño de la humanidad. Una
referencia a este deseo la encontramos en la Odisea de Homero: Eolo, Dios de los vientos,
regaló a Ulises una bolsa con los cuatro vientos, misma que -mientras Ulises
dormía- los marineros abrieron creyendo encontrar un tesoro, lo que causó un
vendaval que les hizo perder el rumbo.
En nuestro país, desde 2012, hay documentación
de conflictos causados por los intentos de controlar el clima (1). El pasado
mes de agosto diversos medios dieron cuenta de un conflicto desatado en Puebla
porque la empresa
Volkswagen , fabricante de automóviles, instaló tres cañones
para evitar que el granizo dañara la pintura de sus unidades listas para salir
al mercado.
Campesinos de los municipios de Cuautlancingo,
Coronango, Santa Rita Tlahuapan y Puebla realizaron una asamblea en la que
decidieron proceder legalmente contra la empresa y las autoridades que
autorizaron el uso los cañones que han afectado –según sus propias
estimaciones– a unos 10 mil campesinos, y acusaron la pérdida de 2 mil
hectáreas de siembra por los supuestos efectos que causan los bombardeos de
esta tecnología.
La primera semana de junio, alrededor de 300
campesinos bloquearon el acceso a la puerta 8 de la fábrica y un tramo de la autopista México-Puebla
para exigir la intervención de los gobiernos local y federal, debido a que sus
cultivos de maíz, frijol y habas estaban siendo afectados por los cañonazos.
Los pobladores aseguraron que han sido testigos de cómo las nubes se dispersan
por las ondas generadas por los ‘dispositivos sónicos antigranizo’ que opera la empresa Volkswagen.
Los directivos de la empresa alemana
reconocieron que el pasado mes de mayo iniciaron el uso de tres equipos
llamados “dispositivos sónicos antigranizo”, debido a que en 2017 tuvieron una
pérdida de 20 millones de dólares por daños en autos nuevos debidos al granizo.
Por eso, para este año decidieron implementar los equipos antigranizo. En sus
instalaciones tienen dos dispositivos antigranizo y un radar, tanto en la
planta como en un predio en donde guardan sus autos en La Resurrección, Puebla.
De acuerdo con la descripción técnica de los
artefactos, éstos emiten ondas de presión a la atmósfera con un radio de
influencia de 500 metros
a la redonda, generando un impacto físico sobre el granizo. Estos equipos
producen explosiones con acetileno, que ayudan a dispersar la formación de
granizos. Según lo establecido en el permiso otorgado por el gobierno local, deben
contar con sistema antisonoro para evitar ruidos al exterior, aunque MTP Noticias difundió videos que muestran el
incumplimiento de esta disposición.
Luego de las protestas, Volkswagen de México
anunció la suspensión inmediata del uso de esos dispositivos en su modalidad
automática, y aseguró que “sólo los accionará de forma manual cuando las
condiciones meteorológicas determinen la inminente caída de granizo en los
patios donde resguarda sus vehículos”. También anunció la instalación de
infraestructura para el tendido de mallas antigranizo en los patios de la
planta automotriz, que será utilizada como medida principal para la protección
de sus unidades; “mientras que los dispositivos servirán como herramienta
secundaria, y únicamente serán utilizados en modo manual”(2).
Los cañones antigranizo se han comercializado
en nuestro país desde los años sesenta, y mientras se discute si afectan o no
los patrones de lluvia, en México no existe una ley que regule su uso, aunque
dependencias como la Conagua están facultadas para emitir permisos.
En el caso de Puebla, funcionarios de la
empresa reconocieron que no cuentan con los permisos de la Conagua ni de otra
instancia federal y que empezaron a operar luego de que en abril pasado, la
Secretaría de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial
(SDRSOT) local autorizara el uso, durante dos horas al año, de tres
dispositivos, sin estudio previo de impacto ambiental. No obstante, los propios
directivos admitieron que detonan estos equipos cada siete segundos cuando se
forma una nube.
Según la revista Ciencia UNAM,(3) “Los cañones
antigranizo han sido utilizados por los agricultores para prevenir las lluvias
acompañadas de piedras de hielo que pudieran dañar las cosechas; sin embargo,
la utilidad de éstos ha sido muy cuestionada pues no está científicamente
comprobado que en realidad logren su objetivo”. También señala que “no hay
evidencia de que funcionen. Incluso, los resultados de experimentos planeados y
realizados en Suiza en la década de 1980 -con rigor científico y utilizando
técnicas modernas de siembra de nubes-, indican que estadísticamente existe la
posibilidad de que la incidencia de granizo disminuya sólo en un 35 por ciento
de los casos, en tanto que la probabilidad de que se genere más granizo de lo
normal es de 65 por ciento”.
A pesar de las suspicacias de los
especialistas en meteorología sobre sus resultados, la filial mexicana de la
automotriz alemana ha defendido la eficacia de los dispositivos para convertir
el granizo en partículas de granizo ablandado o simplemente agua; supuestamente
sin afectar los ciclos de lluvia de la zona. Esta postura, sin embargo, choca con la
percepción de pobladores vecinos a la planta, quienes señalan que se han visto
afectados ya que los cañones han alterado sus procesos comunitarios de
producción de alimentos. Los campesinos aseguran que comenzaron a observar una
merma en las primeras lluvias de la temporada -de las que dependen para la
siembra de maíz de temporal, así como para la producción de los alimentos
provenientes de la milpa.
Si bien este es un ejemplo local de los
intentos de manipulación del clima para proteger un interés económico muy
particular, por desgracia no es el único. En el mundo hay intentos a distintos
niveles y en distintas escalas, de usar la tecnología para modificar el clima
sin medir las consecuencias.
Notas
1. Reygadas Robles Gil
y Gustavo Aviña Cerecer, “¿De quién
son los cielos? Tecnologías de manipulación pluvial y conflicto social en San
Luis Potosí”, en Dimensión Antropológica, vol. 54, enero-abril, 2012, pp.
127-152. Disponible aquí
2. Información
disponible aquí
3. Nota disponible aquí
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