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Venezuela:
El sistema comunal
como
estrategia de la democracia revolucionaria
12 de agosto
de 2018
Por Gerardo Rojas @Gerojasp
La Democracia revolucionaria
La Revolución Bolivariana , encabezada por el
Comandante Chávez, fue abriendo caminos que permitieron ensayos para su
profundización, en el marco de la democracia que se planteaba la participación
protagónica para su concreción. En las manos del pueblo estaba el horizonte
transformador.
Así se fue transitando
caminos cada vez más complejos, aprovechando los aportes y aprendizajes de las
experiencias que se iban desarrollando, incluyendo las contradicciones
inherentes a los procesos sociales y las generadas por ocupar un Estado
heredado, en decadencia, que no termina nunca de morir, más bien muta de muchas
formas para sostenerse, incluso usando a su favor políticas que en teoría lo
niegan.
En ese contexto estuvo
presente la búsqueda de hacer viable la máxima de “todo el poder para el
pueblo”, teniendo como objetivo superar la democracia representativa, la que en
el acto del voto enmascaraba una entrega de la soberanía política del pueblo.
Desde que se levantaron las
banderas de la
Revolución Bolivariana estuvo presente esta visión,
asumiéndose como heredera del más avanzado pensamiento y acción que nos permitió
nuestra primera independencia y de la evaluación crítica de las diversas luchas
desde entonces.
Por ello, en el Libro Azul,
que se presenta como síntesis programática al país en un primer momento de
lucha política pública, nos decía el Comandante:
“El modelo de la sociedad
original de la Venezuela del siglo XXI está concebido con el criterio de un
sistema de gobierno que abra con amplitud ilimitada los espacios necesarios
donde los pueblos, la masa popular, se desplieguen creativa y eficazmente, y obtengan
el control del poder para tomar las decisiones que afectan su vida diaria y su
destino histórico”.
Así se planteó un Sistema de
Gobierno que exigía recuperar la soberanía del país, de su pueblo, reconocer
sus potencialidades y debilidades, partiendo de la necesaria creación de una
nueva hegemonía para hacer viable un Plan Nacional, herramienta al servicio de
los cambios estructurales.
Pero toda construcción de
tales proporciones, exige a la par la formación de una base sólida para hacer
profundos e irreversible los cambios. De esta manera, partiendo de lo planteado
en el Libro Azul, el camino a transitar sería:
“Las comunidades, barrios, pueblos y ciudades deben contar con los
mecanismos y el poder para regirse por un sistema de autogobierno que les permita
decidir acerca de sus asuntos internos por sí mismos, a través de procesos y
estructuras generadas en su propio seno”.
Así, un sistema de gobierno que impulsa la transformación del país
debía tener como base un “sistema de autogobierno”, que permita el ejercicio
pleno de la soberanía en la democracia participativa y protagónica, de la
democracia revolucionaria.
Aquí el sustento político
que permitió el impulso de organizaciones sectoriales en el marco de acción
popular y la del Gobierno
bolivariano, son las diversas Mesas Técnicas, los Comités de Tierras Urbanas,
pensando en la cogestión en las acciones que mejorarían las condiciones de vida
de las comunidades populares.
Con ese ensayo, el siguiente
paso lógico fue el dado por el impulso de los Consejos Comunales, y
posteriormente con las Comunas, que tenían la cualidad no sólo de facilitar la
“gestión de gobierno”, sino que fueron pensadas como espacios de autogobierno,
allí lo central del ensayo revolucionario.
Asumiendo así un
planteamiento del Maestro Simón Rodríguez:
“Ojalá cada parroquia se
erijiera en Toparquía, entonces habría confederación, el gobierno más perfecto
de cuantos puede imaginar la mejor política, es el modo de dar el pie al
despotismo”.
La Toparquía Bolivariana es el gobierno del territorioa
través de instancias pensadas desde una dinámica permanente, con posibilidades
de ir agregándose para convertirse en la medida de su desarrollo en
“confederación” que debería asumir la tarea de construcción del socialismo
desde la comunidad, transformando el ejercicio del poder desde lo local.
Allí una tensión de la Revolución Bolivariana
presente en el proceso de construir lo nuevo en el proceso de superación de lo
heredado: el impulso de un proyecto nacional con una raíz solida en
autogobiernos, sólo así nacería un Sistema de Gobierno Popular, en la
articulación funcional de esos dos procesos políticos.
Como es obvio, esas
dinámicas no se encontraron siempre, incluso se podría decir que la primera en
muchos casos negaba y niega a la segunda. Por ello, lo planteamos como tensión, es
nuestro deber analizar esa contradicción en periodos de tiempos y
características.
¿Cuándo la correlación de
fuerza estuvo a favor de lo comunal? ¿Cuándo no? ¿Qué permitió avances o
retrocesos? Ese análisis nos dará lectura, una de muchas posibles, del proceso
bolivariano.Asumiendo lo comunal más allá de la comuna, partiendo de que es
todo espacio que construye desde el protagonismo del pueblo la transformación
de su vida para poner a su servicio el ejercicio de poder.
Allí se generarán insumos en
el sentido de aporte histórico a las luchas de los pueblos, para la acción en
nuestra actual y difícil situación y para el futuro, ya que el Comandante
Chávez afirmaba: “Lo nuevo de Nuestro Socialismo es la Democracia”.
¿Pero cuál democracia?, la
que construye el socialismo, según sus mismas palabras en el Consejo de
Ministros del 20 de octubre del 2012, conocido como Golpe de Timón: “El
Socialismo es democracia y la democracia es Socialismo en lo político, en lo
social, en lo económico”.
Lo que queda claro es que es
una línea de construcción presente desde el primer momento, ligada a la
propuesta constituyente, a la democracia participativa y protagónica, a la
posibilidad de construir mayoría desde la matriz de critica e impopularidad de
lo que representaba la
cuarta República.
Allí esta el inicio del
recorrido histórico que luego del 4 de febrero de 2002 fue convirtiendo a
Chávez en comandante invicto, el que hoy deberíamos emular.
La agregación funcional de
los autogobiernos del territorio
La estrategia impulsada
logró el desarrollo intenso de los Consejos Comunales y cierto avance de las
comunas, a pesar de los tantos obstáculos que se siguen presentando. Una vez
más tuvo mucho que ver con los esfuerzos de Chávez y su pueblo y con la
política impulsada por el presidente Maduro, por lo menos hasta finales del
2015.
Un principio básico para
estas iniciativas es la agregación política, la posibilidad de ir sumando
fuerzas y territorios de diversas instancias del poder popular para la creación
de sistemas de autogobiernos. Esta cualidad permite el desarrollo de un sujeto
dinámico, complejo y con capacidad de ir escalando su potencia en aras de
afianzarse como herramienta para la acción de las múltiples necesidades de las
comunidades. Incluso como ejecutora de transferencia de competencias del Estado
por parte del pueblo organizado.
Ley Orgánica de las Comunas
Artículo 60. Los sistemas de
agregación comunal son:
1. El Consejo Comunal: como
instancia de articulación de los movimientos y organizaciones sociales de una
comunidad.
2. La Comuna: como instancia de articulación de
varias comunidades organizadas en un ámbito territorial determinado.
3. La Ciudad Comunal : constituida por iniciativa
popular, mediante la agregación de varias comunas en un ámbito territorial
determinado.
4. Federación Comunal: como instancia de articulación
de dos o más ciudades que correspondan en el ámbito de un Distrito Motor de
Desarrollo.
5. Confederación Comunal: instancia de articulación
de federaciones comunales en el ámbito de un eje territorial de desarrollo.
6. Las demás que se constituyan por iniciativa
popular.
Así vimos nacer Ciudades
Comunales, agregación de comunas en una escala superior, que si bien es cierto
no han sido muchas las experiencias, no dejan de ser un aporte importante del
pueblo en la construcción de esa estrategia de participación.
Las de mayor tiempo están
presente en los andes y llanos Venezolanos, algunas de ellas acompañadas por la Corriente
Revolucionaria Bolívar y Zamora, entre ellas la Ciudad Comunal Campesina
Socialista Simón Bolívar en Apure que recién cumple 10 años de constitución de
su autogobierno conformada por ocho comunas, con experiencias significativas de
democracia directa, de planificación, ejecución y control de múltiples
proyectos, entre ellos de producción.
Lxs comunerxs en ese
aniversario plantean un debate interno, que sin duda debe ser generado en todas
las experiencias del sujeto comunal: ¿como se configuran los autogobiernos en
el marco de la actual coyuntura del país?
En el acto, Braulio Márquez,
vocero electo para el autogobierno de la Ciudad Comunal Campesina
Socialista Simón Bolívar, informó: “Estamos eligiendo una hoja de ruta, un
modelo de autogobierno, llevamos meses de debate en el seno de los consejos comunales,
las comunas, precisando ese modelo, cómo se cree que debe ser el autogobierno
para someterlo hoy a la asamblea”.
A pesar de lo que muchos
creen, también se puede evidenciar que actualmente, en el momento más complejo
del proceso bolivariano, se impulsan en Lara dos posibles Ciudades Comunales,
en las montañas de Morán, motivada por la Comuna Capitán Carmelo
Mendoza, y en Simón Planas, en este caso motorizada por la Comuna El Maizal.
Este ultimo proceso de Simón
Planas en realidad se plantea el impulso de una Confederación Comunal, con la
agregación de dos futuras Ciudades Comunales para recuperar un objetivo del
Plan de La Patria planteado por el Comandante Chávez, la constitución de un
Distrito Motor de Desarrollo Agroindustrial en sus territorios.
Y allí, lo importante de esa
posible constitución es el espacio donde se hace presente la tensión de lo
nacional (expresado en este caso en la constitución de una subregión que debe
ser legitimada por el gobierno nacional) y lo comunal, asumiendo lo establecido
en el articulo 60 de la
Ley Orgánica de las Comunas, que plantea que las federaciones
son: “instancias de articulación de dos o más ciudades que correspondan en el
ámbito de un Distrito Motor de Desarrollo.”
El Distrito Motor de
Desarrollo según la
Ley De Regionalización Integral para el Desarrollo
Socioproductivo de la Patria del 18 de noviembre del 2014, es definido como:
Ley de Regionalización
Integral para el Desarrollo Socioproductivo de la Patria
Artículo 34:
La creación y régimen de los
Distritos Motores será decretada por el Presidente o Presidenta de la República
como una forma especial de subregión, caracterizada por sus variables
físico-naturales, geo-históricas, funcionales y potencialidades productivas.
Los Distritos Motores deben servir al impulso del desarrollo integral
subregional con base en la armonización de su especialidad, desarrollo integral
del sistema de ciudades y de movilidad. A tales efectos, sistematizará la
inversión pública nacional y el rol del poder popular en el desarrollo
específico del plan.
Así la planificación
comunal, realizada desde los espacios de autogobierno que se agregan, se cruzan
para complementar y perfeccionar al Sistema de Planificación Nacional.
Construcción de una nueva institucionalidad que debe asumir la disputa por ser
una alternativa real, viable y superadora del Estado actual.
Aquí se articulan las
potestades del Presidente con la iniciativa del pueblo organizado, siendo una
oportunidad para el desarrollo de lo nuevo, en el caso que sea impulsado con un
plan coherente que respete la autonomía y rebeldía popular, en caso contrario
sostendremos lo actual, la reafirmación del Estado heredado, el que niega lo
central de la
Revolución Bolivariana. Una vez más se hace presente la
tremenda autocrítica realizada por el Comandante Chávez en el Golpe de Timón:
“Creo que en estos años
hemos acumulado experiencia, hemos creado entes que no existían. Creo que hemos
venido acumulando recursos, inyectando recursos y seguiremos haciéndolo. Creo
que tenemos unos nuevos códigos; creo que tenemos una nueva arquitectura legal,
jurídica, empezando por la Constitución; tenemos leyes de consejos comunales,
leyes de comunas, economía comunal, las leyes de los distritos motores de
desarrollo; pero no le hacemos caso a ninguna de esas leyes; nosotros, que
somos los primeros responsables de su cumplimiento”.
Con ese acumulado, que sin
duda es afectado por la actual crisis integral, nos toca con urgencia asumir el
debate planteado por lxs comunerxs: ¿como actualizamos la disputa estratégica
desde el campo popular?, en tiempos en que el horizonte planteado para la
construcción del socialismo en la Revolución Bolivariana
no se presenta como acción de gobierno, nos toca un rearme para su reimpulso.
Nos planteamos el desafío del rearme desde las claves de un pueblo en
lucha, el que marcha a pie desde Portuguesa a Caracas para exigir y hacer
posible la revolución en el campo, el que denuncia y reta al latifundista y al
burócrata, al corrupto y al apátrida, el que recupera empresas en batallas
productivas organizadas por los mismos trabajadores, e impulsa la gestión
obrera.
Ese sujeto que hizo realidad avances del horizonte estratégico, el cual
no es fábula, cuento lindo para endulzar un relato, es la concreción efectiva
de la democracia revolucionaria para la construcción de la nueva hegemonía, con
el pueblo como centro, creador, impulsor y sujeto principal de la Revolución,
allí el chavismo en el que militamos, es el que debe asumir lo necesario para
ser, cumpliendo su objetivo.
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