Nicolás Tauber, abogado
querellante: “el Estado es responsable”
26 de octubre de 2017
26 de octubre de 2017
La investigación sobre la
desaparición forzada y posterior muerte de Santiago Maldonado tuvo importantes
novedades en los últimos días de la semana preelectoral. Desde el Enredando las
Mañanas del lunes, y campeando el dolor de la aparición del cuerpo sin vida y
su posterior identificación, entrevistamos a Nicolás Tauber,
integrante de Liberpueblo y abogado de la querella por la Asociación de
ExDetenidos Desaparecidos (AEDD). Por RNMA.
Descargar audio.
En primer lugar, Nicolás Tauber
plantea que, a pesar del tiempo transcurrido, desde la querella tenían la
esperanza de poder encontrar a Santiago con vida. Sin embargo, plantea que hay
que ser muy cautelosxs con el manejo de la información, a contramano de lo que
pasó en los medios de comunicación a
partir del momento en que apareció el cuerpo. Tauber explica que “el viernes
[21/10] se comenzó a hacer la autopsia y surgieron datos preliminares. La
autopsia no terminó, por lo cual los medios
corren con conclusiones que no son tales. Todavía no hay conclusiones sobre los
peritajes, el cuerpo, el lugar ni qué pasó con Santiago. Hasta ahora lo único
que arrojó la autopsia es que el cuerpo no presentaba golpes, por lo menos
aparentemente”.
El abogado afirma que la autopsia se
hizo de forma correcta, bajo el protocolo
de Minnessota, el procedimiento recomendado por la ONU para la
investigación legal de ejecuciones extralegales, arbitrarias y sumarias.
Mientras que el juez desestimó la aplicación del protocolo de Estambul, que es
el que se utiliza en casos de tortura. En definitiva, explica, “no se buscaron
durante la autopsia la existencia de pinchazos o de inyecciones. Pero surgió
que Santiago no presentaba golpes y que tenía mucha agua en los pulmones y en
la médula, lo cual da a pensar que la causa [de muerte] podría haber sido el
ahogamiento de Santiago en el río Chubut. Sin embargo no se sabe dónde (…) Por
sobre todo no hay dato ni conclusión preliminar sobre la fecha de muerte. No se
tiene información respecto de eso que es un dato clave para saber qué pasó”.
Incertidumbres
Las investigaciones preliminares
sobre el cuerpo de Santiago, hasta ahora, han arrojado ciertas apreciaciones,
pero queda mucho aun por establecer como, por ejemplo, la fecha de muerte.
Tauber explica que, asumiendo que se hubiera ahogado el 1° de agosto, surgen
todavía más dudas: “la primera, cómo aparece río arriba cuando las corrientes
del río Chubut son muy importantes en estas épocas del año cuando comienza el
deshielo (…) Otro dato es que el cuerpo no presenta ninguna lesión. Aun cuando
se hubiera ahogado y permanecido en el río, no se entiende cómo no aparece
golpeado por una roca o rasgado por las ramas”. En tercer lugar, “es raro es
que el cuerpo no presentara el accionar propio de la flora del río que se va
comiendo las partes blandas del cuerpo (…), por ejemplo. tenía uñas en las
manos y los estudios internacionales de cuerpos ahogados en ríos marcan que las
uñas se pierden a lo sumo a los 50 días. Santiago estuvo 78 días desaparecido”.
Por eso, el abogado, disculpándose por la necesaria crudeza del análisis, ratifica
que “hay muchos interrogantes, no se puede afirmar que a Santiago le pasó una
cosa o la otra”.
El Estado es responsable
Apenas localizado el cuerpo, el
aparato mediático salió a instalar la versión de que su aparición demostraba
que el Estado no había tenido responsabilidad en la desaparición de Santiago y
tampoco en su muerte. Nicolas Tauber es taxativo cuando afirma que, incluso con
la nueva información, “el Estado es responsable, porque Santiago desapareció o
se ahogó en el medio de un operativo represivo e ilegal de la Gendarmería. Nadie
puede entender que Santiago se haya metido al río por motu propio; primero,
porque no sabía nadar y segundo, le tenía miedo al agua. En el caso de que se
haya ahogado fue en el marco del escape de una represión con tiros, salvaje e
ilegal porque no había orden judicial alguna para entrar al territorio mapuche.
La orden era despejar la ruta, y en la ruta había ocho personas y cientos de
gendarmes”. La responsabilidad se extiende más allá del momento de la
desaparición, explica, “con el encubrimiento posterior y las acciones desde el
Estado Nacional de no entregar los videos del operativo, ni las fotos, las
operaciones, el hostigamiento que sufrió la familia y los organismos que
exigimos la aparición con vida”.
Para el abogado, la responsabilidad
estatal es ineludible, pero lo que las pericias establecerán es el grado de
responsabilidad y en qué consistió concretamente. Como tampoco es cierto que el
hecho de que el cuerpo sin vida haya aparecido haga caer la figura de la desaparición
forzada, ya que la misma “existe si Santiago fue detenido y el Estado negó ese
hecho, eso aún no lo sabemos. La muerte es un agravante de la desaparición
forzada que hace que la pena sea de prisión perpetua”; así como del Código
Penal o la Convención de Desaparición Forzada de Personas surge que
desaparición forzada puede haber habiendo solo un caso y la responsabilidad
estatal puede ser interpretada como un delito de Lesa Humanidad. El carácter de
que sea un plan sistemático lo que nos da es un supuesto de terrorismo de
Estado. El hecho de que haya un solo caso no implica que no sea desaparición
forzada”.
Las próximas semanas serán claves
para saber cómo fueron los últimos momentos de la vida de Santiago, ante la
mirada atenta de una parte de la sociedad que, más allá o más acá de las
elecciones legislativas, sigue denunciando lo inadmisible de lo sucedido en
democracia y exigiendo una respuesta a la situación de las comunidades mapuce
acorde a sus necesidades y lejos de políticas represivas y extractivistas.
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