Conclusiones: ¡Hacía
la Convergencia de las luchas por una reforma agraria integral y popular por la
soberanía alimentaria!
El intercambio de
experiencias, el diálogo de saberes, el análisis colectivo y los estudios al
respecto han dejado cada vez más clara la verdadera extensión de la
profundización del capital en el campo y en la ciudad, como parte de un
paradigma del crecimiento continuo. Las consecuencias del creciente
apoderamiento de una alianza de actores sobre el sistema agrario y alimentario
muestran que existe una profunda contradicción entre los intereses del capital
y la posibilidad de una alimentación sana y nutritiva, la reproducción de la
humanidad, los derechos humanos y el cuidado de la Madre Tierra. No
son experiencias aisladas sino una consecuencia directa de marcos políticos y
estructurales globales, presentadas en esta publicación. ¿Cómo conseguimos el
cambio que deseamos en un mundo con tan fuertes asimetrías de poder?
¡Visionamos, defendemos y construimos una fuerte alianza entre los pueblos
organizaciones, movimientos y personas, del campo y de la ciudad, que sean
capaces de lograr esta correlación de fuerzas necesaria!
Estamos construyendo
territorios populares en los lugares donde se producen alimentos sanos en
armonía con la naturaleza usando la agroecología y las prácticas y
conocimientos populares y ancestrales con los que alimentamos al mundo, y donde
las tierras, las aguas y las semillas son bienes de la humanidad en función de
la alimentación de las sociedades y la protección de la naturaleza, con una
economía social y solidaria que pone la vida digna de los pueblos por encima de
los intereses de unos pocos.
Donde existen relaciones sociales sin opresión
patriarcal, racista y de clases, donde se combaten la pobreza, la miseria y de
la migración forzada y donde existe una democratización de las decisiones políticas.
¡La alimentación sana y nutritiva es una lucha de todas y todos en el campo y
en la sociedad, para luchar contra el sistema hegemónico que pone el control de
la alimentación de los pueblos en manos de corporaciones transnacionales! La
lucha por un sistema agrario y alimentario en manos de los pueblos, ¿no es al
final una lucha contra el mismo paradigma de permantente crecimiento que está
generando una desigualdad cada vez más extrema y la destrucción de la
naturaleza? ¿No es acaso este paradigma el que genera trabajo precario y en el
que se descartan los derechos laborales en nombre de la “competencia global”?
¿El que está encareciendo la vivienda en las ciudades, que expulsan a las
personas con menos recursos a las afueras de las ciudades? ¿El que impulsa cada
vez más sistemas de transporte que nos dejan sin aire limpio para respirar y
que destruyen el clima? ¿Que refuerza un consumo incansable que ha generado
sociedades de derroche en los países del norte, y el que su vez es un motor
fuerte para el avance de la extracción de los recursos primarios en los países
del Sur? ¿Que refuerza la privatización de los sistemas sociales y su entrega a
los manos de los bancos y los seguros, que han generado esta exorbitante
concentración de capital, motor para los acaparamientos? ¿El que fomenta la
creciente privatización de los espacios públicos y de los servicios de las
necesidades básicas, como el agua potable, la gestión de residuos, la educación
y la salud?
Entendemos que aunque los mecanismos son diferentes en cada
territorio, ya sea en las ciudades o en el campo, estos son parte del mismo
paradigma que ha avanzado hacia todos los rincones del planeta y que pretende
someter todos los aspectos de la vida bajo las reglas del mercado en el interés
de unos pocos. Es por esto que la bandera de la reforma agraria integral y
popular en el marco de la soberanía alimentaria no es solo una lucha de las
organizaciones campesinas sino una lucha para todos los pueblos. ¡Visionamos
una Convergencia de nuestras luchas en el campo y en las ciudades para
construir sociedades del buen vivir para todos los pueblos en armonía con la
naturaleza! Leer
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