Contra la
impunidad de las empresas trasnacionales, 23-27 de octubre
Convocatoria ciudadana
en Ginebra
para denunciar y exigir soluciones
20 de octubre de 2017
Por Sergio Ferrari (Rebelión)
Presión internacional a favor de un nuevo tratado vinculante
Una doble dinámica se vivirá entre el 23 y el 27 de octubre en
Ginebra. Mientras en las salas del Palacio de Naciones Unidas los
representantes de los Estados debatirán sobre un nuevo Tratado Vinculante sobre
Empresas Trasnacionales y Derechos Humanos, enfrente, en la Plaza de las
Naciones, y en distintos lugares de la ciudad, se reforzará la presión
ciudadana .
Centenas
de militantes de movimientos sociales y ONG de diversas regiones del mundo, así
como sus pares suizos, han confirmado su presencia ante la convocatoria lanzada
por la Campaña Global
para Reivindicar la Soberanía de los Pueblos. Coalición integrada por más de
200 organizaciones del mundo entero, incluidas comunidades directamente
afectadas por las actividades de las trasnacionales.
Las trasnacionales, violadoras consuetudinarias
Los
convocantes consideran esta semana de octubre como una coyuntura crucial. Será
una nueva etapa de una movilización que comenzó ya en 2014 y que exige un
Tratado que “imponga obligaciones internacionales para Estados y empresas
que garanticen el acceso a la justicia a las comunidades, colectivos y personas
afectadas de violaciones de sus derechos humanos por empresas transnacionales”,
tal como lo enfatiza el Llamado de Ginebra.
Dicho
Tratado podría convertirse en “uno de los pequeños frenos que los pueblos
podemos imponerle a la impunidad de las transnacionales”,subrayan. El imperio de la desregulación
salvaje que la globalización neoliberal impuso en los últimos 30 años al mundo,
dejó a las personas y comunidades desprotegidas y disminuyó – casi a cero en
muchos lugares – sus derechos más elementales”, diagnostica la Campaña Global. Quien
denuncia “la poderosa arquitectura de la impunidad para blindar las
operaciones de los inversionistas (Tratados de Libre Comercio, de protección de
inversiones, mecanismos de resolución de controversias inversionista-Estado,
entre otros).”
Voces del Sur exigen justicia internacional
“Participamos en la convocatoria de Ginebra en
tanto Vía Campesina. Para el MST de Brasil (Movimiento de Trabajadores Rurales
sin Tierra) están en juego varios temas esenciales: la situación ambiental, la
apropiación de la tierra y los territorios y los derechos humanos esenciales”,
enfatiza Judite Santos*, una de las responsables del sector de la solidaridad
internacional en dicha organización brasilera.
Es esencial “poner límites a la acción
prepotente de las trasnacionales”, insiste la joven militante que participa de
la convocatoria de Ginebra invitada por E-CHANGER, ONG suiza de cooperación
solidaria.
Santos recuerda que, justamente, el 21 de
octubre se cumplen diez años del asesinato del militante de su organización
Valmir Mota de Oliveira “Keno”, en las cercanías del Parque Nacional Iguazú,
por parte de un grupo de seguridad privada de la trasnacional suiza Syngenta
condenada luego por la justicia brasilera. Cuando se habla de limitar el
accionar empresarial, para el MST se trata de “una reivindicación esencial ante
el embate, por parte del poder político y económico, que busca cotidianamente
criminalizarnos y deslegitimizarnos en tanto actores sociales de primer plano”.
Y
en su análisis, la joven dirigente sin tierra, enfatiza el “choque de dos
modelos de sociedad tanto en Brasil como a nivel mundial”. El dominante, está
“totalmente alineado con el agronegocio que implica acaparamiento de tierras
por parte de las multinacionales, experimentos con semillas genéticamente
modificadas y que implica un masivo consumo de agro tóxicos (promovidos por las
multinacionales). Cada brasilero consume en sus alimentos 5 litros de pesticidas por
año”, denuncia Judite Santos.
Para
su colega Renata Moreno*, de la Coordinación Nacional
de la Marcha Mundial
de Mujeres de Brasil, lo que se vive a nivel local y estadual en su país y lo
que se experimenta en el plano internacional es bastante semejante. “Se trata
una captura corporativa tanto de las instituciones de la ONU como del Estado
brasilero por parte del gran poder financiero. Capturan y manipulan lo que
debería ser la verdadera democracia”, subraya. Y por eso “es esencial no solo
denunciar sino también limitar el accionar de las corporaciones”, agrega. Para
la MMF, en específico, se trata de subrayar las violaciones contra las mujeres
en todas las cadenas productivas de las que son responsables las
trasnacionales. Y recuerda la catástrofe del derrumbe del edificio de Rana Plaza, en la capital de
Bangladesh, el 24 de abril de 2013, con la muerte de más de 1.100 personas -en
su mayoría mujeres-, trabajadoras textiles en condiciones sociales deplorables
que producían vestimenta para cadenas internacionales, entre las cuales la española Mango , la inglesa Primark , la italiana Benetton
etc. “Desde entonces, para la
Marcha Mundial de Mujeres, el 24 de abril se ha convertido en
una jornada internacional de lucha para hacer visible la situación de
explotación de las mujeres”, concluye.
La
Campaña no se queda sólo en la denuncia. Llega a Ginebra con propuestas
concretas. Y como lo señalan sus principales portavoces, pretende seguir
presionando para evitar que se descarrile el proceso de discusión del Tratado
Vinculante. Con la certeza que el derecho internacional relativo a los Derechos
Humanos podría experimentar importantes cambios tras este próximo periodo de
sesiones del Grupo de Trabajo Intergubernamental de Composición Abierta
(OEIGWG) sobre las empresas trasnacionales y otras empresas comerciales en
materia de derechos humanos.
Información completa sobre la semana de movilización: https://www. stopcorporateimpunity.org
Sergio
Ferrari desde la ONU, Ginebra, Suiza.
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