El mito del
descubrimiento de América
Conocer la historia
para
poder transformar la sociedad
18 de octubre de 2017
Por Silvia Arana (Rebelión)
"Suelen calificarse de 'racistas' o 'discriminatorias' las
políticas y acciones del Gobierno de EE.UU. hacia los indígenas, pero raramente
son analizadas como lo que son: casos clásicos de imperialismo y una forma
particular de colonialismo... Los cimientos del Estado están formados por la
ideología de la supremacía blanca, la práctica de esclavización de africanos
junto la política de genocidio y robo de tierras... ¿De qué manera conocer la
verdadera historia de EE.UU. puede servir para transformar la sociedad?"
-Roxanne Dunbar-Ortiz, historiadora, docente y activista.
-Roxanne Dunbar-Ortiz, historiadora, docente y activista.
La celebración del segundo lunes de octubre como “Día de Colón”
comenzó en 1937 por decreto del presidente Franklin D. Roosevelt, quien elogió
al “valiente navegante” y la “contribución que su descubrimiento significó para
el mundo”. Pero la glorificación de la figura de Colón se remonta al siglo
XVIII, cuando se usó por primera vez como figura poética el término
"Columbia" (anglicismo del italiano Colombo) para designar a EE.UU.
como la "tierra de Colón".
A nivel nacional se continúa celebrando el “Día de Colón”, aunque
más de 50 ciudades y algunos estados han repudiado la conmemoración del
genocidio y, en su lugar, celebran el legado cultural de los pueblos indígenas.
La primera ciudad que reconoció oficialmente el “Día de los pueblos
originarios” fue Berkeley, California, en 1991. Siguieron su ejemplo Fénix,
Salt Lake City, Austin, Denver, Seattle, Los Ángeles y otras.
En ciudades como Nueva York o Chicago donde a pesar de la
controversia se continúa celebrando oficialmente a Colón, desde hace años
activistas de los pueblos originarios, de centros estudiantiles y otras organizaciones
populares protestan contra el genocidio de los pueblos originarios iniciado con
los viajes de Colón. Este año las protestas han adquirido una dimensión
política global porque se han enmarcado en un movimiento nacional contra
monumentos de figuras emblemáticas de la supremacía blanca y la esclavización,
opresión y genocidio de los pueblos afroamericanos, indígenas y
latinoamericanos. (El punto más álgido de esta polémica ocurrió en
Charlottesville, Virginia, donde las autoridades municipales decidieron quitar
la estatua del General Lee, máximo referente de los estados confederados del
Sur esclavista; en respuesta, activistas de extrema derecha atacaron a
manifestantes a favor de los derechos humanos, matando a una joven mujer.)
Tanto en Nueva York, como Chicago, al igual que en New Haven y
Middletown (Connecticut) y otras ciudades las autoridades tuvieron que poner
vigilancia las 24 horas del día para "proteger" las estatuas de
Colón. El bronce centenario del almirante en Central Park (NY) había amanecido
ya en septiembre con las manos manchadas de rojo sangre. En octubre, la
imponente figura del navegante en Arrigo Park (Chicago) despertó bañada en
tinta roja y en la base del monumento se podían leer los grafitis:
"Genocida" y "No al colonialismo". En Middletwon
reclamaron: "Muerte al colonizador".
Más allá de lo anecdótico y coyuntural, el hecho de que a más de
cinco siglos de la llegada de los europeos a América y del saldo de saqueo y
aniquilamiento de los pueblos indígenas se siga celebrando al "gran
navegante" es ofensivo no solo para los pueblos indígenas sobrevivientes
del genocidio sino para toda la sociedad, en particular los jóvenes que tienen
el derecho a conocer la verdadera historia, en lugar del mito del
descubrimiento.
En Lies My Teacher
Told Me (Mentiras que mi
maestro me contó), James
Loewen examina las distorsiones y mentiras incrustadas en la enseñanza
estadounidense de un suceso histórico tan importante como este. Señala que los
textos escolares lo han reducido al cuento de un gran navegante que al mando de
tres endebles carabelas navega por el océano Atlántico dos meses y logra llegar
al Nuevo Mundo por su convicción y tenacidad, imponiéndose contra motines de
aterrorizados marineros que creían que la Tierra era plana... Entre las principales
omisiones del relato oficial, el autor menciona las exploraciones de navegantes
africanos, fenicios, vikingos e irlandeses que llegaron a América del Norte
mucho antes que las carabelas de Colón. Subraya la carencia de una valoración
de los cambios ocurridos en Europa que hicieron posible la "Era de la
Exploración", cambios que no solo propiciaron los viajes de Colón y los
viajes de navegantes portugueses, sino que también crearon las condiciones para
que Europa dominara el mundo durante varios siglos. Loewen sostiene que después
de la invención de la agricultura, este sería el hecho de mayor repercusión en
la historia de la humanidad, y sin embargo los textos escolares y la educación
impartida en las escuelas está dominada por mitos tendientes a glorificar la
supremacía europea y a despreciar las culturas originarias.
Loewen insta a que la enseñanza de la historia sea despojada de
mitos, que se valore las condiciones socio-económicas y políticas, que se
tengan en cuenta las fuentes primarias, como el testimonio de Fray Bartolomé de
las Casas. Recordemos que su Breve
crónica de la destrucción de las Indias, el obispo en su condición de
testigo de los horrores denuncia: " Nuestros españoles por sus crueldades
y nefandas obras han despoblado y asolado [estas tierras] que están hoy
desiertas, estando llenas de hombres racionales, más de diez reinos mayores que
toda España... Daremos por cuenta muy cierta y verdadera que son muertas en los
dichos cuarenta años por las dichas tiranías e infernales obras de los cristian os, injusta y tiránicamente, más de doce
millones de ánimas,
hombres y mujeres y niños; y en verdad que creo, sin pensar engañarme, que son
más de quince millones...". Continúa testimoniando que la muerte de los
millones de indígenas son causadas por "guerras sangrientas y por la más
dura, horrible y áspera servidumbre en que jamás hombres ni bestias pudieron
ser puestas... La causa por que han muerto y destruido tantas y tales e tan
infinito número de ánimas los cristian os
ha sido solamente por tener para su fin último el oro y henchirse de
riquezas..."
Doctrina del “descubrimiento”
Roxanne Dunbar-Ortiz señala: "Desde mediados del siglo XV
hasta mediados del siglo XX la mayor parte del mundo no-europeo fue colonizado
bajo la Doctrina del Descubrimiento, uno de los primeros principios de derecho
internacional promulgado por las monarquías cristian as
europeas para legitimar la exploración, cartografía y apropiación de tierras
fuera de Europa. Se originó con una bula papal de 1455 que le permitió a la
monarquía portuguesa apoderarse de África Occidental. Después del primer viaje
de Colón de 1492, patrocinado por la monarquía española, una nueva bula papal
le otorgó a España un permiso similar. […] Posteriormente otras naciones
europeas reclamarían el mismo derecho para sus proyectos colonialistas… Según
la Doctrina del Descubrimiento, las naciones europeas adquieren derechos de
propiedad de las tierras descubiertas mientras que los pueblos nativos
pierden su derecho natural con la llegada de los europeos. [En América del
Norte] Bajo esta cobertura legal del saqueo, las guerras europeo-americanas de
conquista y los asentamientos colonialistas devastaron a las naciones y
comunidades indígenas que perdieron su territorio, que pasó a ser propiedad
privada… Podrá parecernos arcaica, pero esta doctrina sigue siendo la base de
las leyes federales todavía vigentes en EE.UU. que controlan la vida y el
destino de los pueblos indígenas, e incluso su historia,
distorsionándola."
"Esta tierra es nuestra tierra"
En Estados Unidos, más de quinientas naciones indígenas
-conformadas por alrededor de tres millones de personas de los quince millones
que vivieron en estas tierras antes de la llegada de los europeos- siguen en
pie, sobreviviendo el genocidio y el despojo de sus territorios. Siguen
luchando por la defensa de su tierra y su cultura. Siguen empecinados en
ejercer su derecho a escribir su propia historia -desmontando los mitos del
opresor- y su derecho a forjar un presente y un futuro más justo y en armonía con
la tierra. "Esta tierra es nuestra tierra, esta tierra no es vuestra
tierra, de California a las islas de Nueva York...", grita al viento el
rapero Litefoot de la
nación Cheroqui.
Bibliografía:
An Indigenous People's
History of the United States , Roxanne
Dunbar-Ortiz, Beacon Press, Boston
(2014). (Fragmento traducido por Silvia Arana.)
Lies My Teacher Told
Me: Everything Your American History Textbook Got Wrong, James
Loewen, The New Press (1995).
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=232900
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=232905
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